10.18601/16577175.n32.10
El lenguaje como determinante de la contabilidad en su percepción como ciencia social
Language as a determinant of accounting in its perception as a social science
Ángela Tutalcha Delgado1
Karla Montenegro Jiménez2
Candy Chamorro González3
1 Contadora Pública. Monitora en la Universidad de Nariño, Pasto, Colombia. Correo Electrónico: astutalcha@gmail.com.
Orcid: https://orcid.org/0000-0002-8050-0624.
2 Contadora Pública. Universidad de Nariño, Pasto, Colombia. Correo Electrónico: clammor14@gmail.com.
Orcid: https://orcid.org/0000-0003-4370-9952.
3 Especialista en Contabilidad Internacional. Docente investigadora en la Universidad Católica Luis Amigó, Medellín, Colombia. Correo electrónico: candy.chamorrogo@amigo.edu.co.
Orcid: https://orcid.org/0000-0001-7332-8566.
Código JEL: M40, M41, M49.
Fecha de recepción: 04/11/2022 Fecha de aceptación: 12/03/2022
DOI: https://doi.org/10.18601/16577175.n32.10
Resumen
En el proceso evolutivo de la humanidad siempre ha estado presente el lenguaje, así mismo su participación ha sido determinante para las reflexiones desde la contabilidad, que en su amplia historia ha generado cuestionamientos sobre el carácter epistémico. Esta investigación pretende interiorizar el lenguaje como un elemento determinante de la contabilidad para su percepción como ciencia social. Para ello, su paradigma es cualitativo de carácter descriptivo, bajo un método inductivo y mediante la utilización de técnicas de revisión documental y la aplicación de entrevistas semiestructuradas a investigadores expertos en la temática. Los resultados indican que la relación entre contabilidad y lenguaje depende de la perspectiva ontológica y ortodoxa, lo que ha provocado el desarrollo de múltiples debates. Respecto a los componentes relevantes de la relación se destacan tres: 1) el proceso comunicativo; 2) la perspectiva cognitivista, y 3) la pedagogía, sustentados y ligados a otros elementos que actúan en forma combinada, y permiten trabajar en sincronía para cumplir con el objetivo informativo enlazado a un acto reflexivo.
Palabras clave: lenguaje; ciencia social; contabilidad; epistemología.
Abstract
In the evolutionary process of humanity, language has always been present, likewise its participation has been decisive for reflections from accounting that in its extensive history has generated questions about its epistemic character. This research aims to internalize language as a determining element of accounting for its perception as a social science. To do this, its paradigm is qualitative and descriptive, under an inductive method and through the use of documentary review techniques and the application of semi-structured interviews to expert researchers on the subject. The results indicate that the relationship between accounting and language will depend from the ontological and orthodox perspective, which has caused the development of multiple debates. Regarding the relevant components of the relationship, three major components stand out: (1) communicative process, (2) cognitive perspective and (3) pedagogy, supported and linked to other elements, which act in combination and allow working in synchrony to fulfill with the informative objective linked to a reflexive act.
Keywords: Language; social science; accounting; epistemology.
Introducción
En la historia de la investigación en general, y en la de la contabilidad en particular, se manifiesta la eterna discusión entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. Prats y Fernández (2002, p. 83) señalan que a una se "le atribuía el don de la objetividad y a la otra el de la belleza subjetiva". Partiendo de este tipo de afirmaciones, y de su creencia desfasada como una verdad en el pensamiento colectivo, surgen dudas sobre la naturaleza de las ciencias económicas, administrativas, financieras y contables, en razón a que estas utilizan métodos cuantitativos para representar una realidad social; sin embargo, ¿realmente se conciben y aplican como ciencias sociales? Partiendo de este tipo de incertidumbres que aquejan a la comunidad contable es menester intentar despejarlas (Barona, 2020; Ortiz, 2018).
En aras de esbozar respuestas a dichas indeterminaciones es vital tener en cuenta que se deben plantear argumentos desde criterios y ejes, como la contabilidad y el lenguaje, que encaminen a la percepción de ciencia social en lo contable. Considerando la variabilidad de pensamientos y experiencias que rodean este proceso, es preciso definir en principio el lenguaje para adquirir una parcialidad consciente. Tomasello (2005) señala que el lenguaje no se reduce a una cuestión meramente comunicativa, y distintos pensadores del campo de la lingüística realizaron una serie de consideraciones según las cuales el lenguaje tiene funciones que son altamente significativas. Al margen de lo expresado, son pocos los autores que desarrollan la categoría lenguaje, entre ellos se ubican Belkaoui (1978) y Graham (2013), investigadores seminales que distinguen otros lenguajes para la contabilidad, no solo en su gramática y estructura, sino también en las condiciones de producción de los textos contables.
A partir de ello se reconoce que el lenguaje cobra importancia en áreas como el conocimiento y la ciencia, y como asegura Estany (2001, p. 53) "es cognoscible todo lo que puede ser expresado y sobre ello es sobre lo único que puede hablarse". Por consiguiente, se afirma que el lenguaje tiene gran repercusión en el campo contable, partiendo de la premisa más básica y sencilla: el lenguaje es una representación de la realidad que se utiliza como puente para el conocimiento, y transciende en actividades del diario vivir de un profesional, como la realización de informes.
Por su parte, Suárez y Manso (1998, p. 116) señalan que "La contabilidad se ha desarrollado como una técnica, su lenguaje es un lenguaje técnico", de lo cual se infiere que la técnica es un proceso sumamente metódico y repetitivo, donde se ejecutan ciclos de actividades que no son lo suficientemente conscientes como para analizar su razón, su fundamento e incluso la trascendencia de lo que se está realizando, lo cual está unido radicalmente a la manera en que se desarrolla la contabilidad, es decir, a normas y legislaciones de obligatorio cumplimiento; por tanto, Suárez y Manso (1998, p. 116) creen que "El lenguaje técnico-contable se ha alejado de la expresividad que caracteriza a los lenguajes verbales de las ciencias sociales y humanas, ha reducido la utilidad para el propio elaborador de la información contable".
Considerando lo expuesto, es notable que la contabilidad resiente la falta de pertenencia y respeto por su ciencia madre, las ciencias sociales, lo cual afecta el conjunto de los aspectos propios de su desarrollo, en cuanto se visibilizan unos significantes que referencian el ámbito problemático, pues los criterios académicos vislumbran una categorización que cobra significancia en conjunto con las percepciones sociales (González et al., 2021; Quintero et al., 2022), logrando así contraponer los modelos hegemónicos que vienen generando profesionales con el único fin de hacer uso de una técnica para generar información que otros utilizarán para su conveniencia, siendo simplemente recolectores y no una parte activa; lo anterior como una crítica de lo que se está obteniendo, donde la realidad se ve acotada, con una tendencia a perder el sentido sobre lo que se expone por su centralización en el quehacer (Molina y Fonseca, 2019; Charres, 2018; Ramírez, 2020).
En síntesis, este documento intenta responder el interrogante central: ¿la percepción de la contabilidad como ciencia social radica en el lenguaje?, y para ello el objetivo se centró en analizar los componentes del lenguaje contable en torno a la percepción como ciencia social. En ese sentido, fue menester realizar una revisión de carácter bibliográfico complementada con entrevistas que permitieron fortalecer la determinación de los elementos existentes referidos a la relación entre contabilidad, lenguaje y ciencia social, por lo que el rol de los entrevistados fue fundamental para dar respuesta al objetivo del estudio a partir de doce preguntas.
El estudio contiene cuatro secciones: 1) en la primera se revisan los estudios previos relacionados con la variable; 2) en la segunda se especifican los elementos metodológicos utilizados; 3) en la tercera se presentan los resultados a partir del análisis de la relación entre contabilidad y lenguaje, se argumenta la contabilidad desde las ciencias sociales y se señalan los componentes relevantes del lenguaje en torno a la percepción de la contabilidad como ciencia social, y 4) en la cuarta se entregan unas breves conclusiones.
1. Revisión de literatura
Históricamente la contabilidad y el lenguaje presentan una relación intrínseca debido a que la disciplina es conocida como el "lenguaje de los negocios". Al respecto, Belkaoui (1998) plantea que para la contabilidad es importante entender los mensajes connotativos (comunicación de una actitud subjetiva del constructo -emoción-) y denotativos (descripción objetiva del constructo) basados en los constructos contables y, así mismo, definir las diferencias entre las percepciones de esos constructos, tanto de los usuarios como del exponente de la información. Por otra parte, se plantearon diferentes interrogantes investigativos de modelos teóricos propios de la lingüística, y se recurrió a la "hipótesis de Sapir-Whorf" del relativismo lingüístico, la sociolingüística y el bilingüismo, de la cual se concluye que en lo contable las innovaciones tienen diferentes significados connotativos, tanto para los grupos profesionales como para los especiales, de forma que en el afán de una contabilidad internacional se originan problemas de percepción y expectativas de comunicación para hablantes de diferentes idiomas con distinto origen cultural (Ortiz, 2020; Gómez et al., 2019; Quintero, 2020).
Sumado a ello, García (2012) propone la importancia de incorporar el lenguaje pedagógico en la interacción con diferentes disciplinas filosóficas; sin embargo, manifiesta que, debido al fragmentado concepto actual de contabilidad, no hay una evolución pedagógica, en razón a que las discusiones epistemológicas sustentan que la enseñanza contable la desarrollan profesionales de la contaduría pero no académicos de la contabilidad. Por tanto, el conocimiento contable es un proceso educativo y de formación humanística con la retroalimentación del raciocinio pedagógico.
Desde esa perspectiva, en la pedagogía contable existe indisposición por la forma en que los educadores desarrollan un modelo de competencias basado en el olvido/oficio y en lo pedagógico/didáctico, presentándose un servilismo universitario que involucra la instrumentalización del conocimiento, sin que haya avances en las capacidades para acceder a manifestaciones del conocimiento, lo cual, según Escobar (1988), ha entorpecido la evolución del lenguaje debido al encargo de la instrucción técnica y la vida práctica, sin que se interpreten diferentes contextos con mejores elementos de juicio y ejes problematizadores para solucionar complicaciones humanísticas y la re-significación del conocimiento (Blazquez et al., 2020).
Acorde con ello, el lenguaje pedagógico facilita al docente interiorizar el conocimiento contable en el estudiante y, además, concientizarlo de la importancia de las nociones adquiridas, y para lograrlo debe tener herramientas lingüísticas, como la semántica (Lazkano et al., 2020). De hecho, Cano (2003) destaca que un lenguaje con semántica facilitadora del entendimiento didáctico y conceptual puede lograr una reflexión crítica del conocimiento adquirido, así como socializar las conclusiones obtenidas lo que podría generar más procesos investigativos. Sin embargo, el modelo actual se ejerce bajo la presión del objetivismo, dejando de lado el subjetivismo, y por ello se necesita construir un lenguaje cognitivo que entienda el quehacer y el saber, y entregue herramientas que permitan comprender tanto el sujeto como el objeto (Echeverría,1994; Molina et al., 2019). Así mismo, Ospina (2006) señala que el lenguaje cognitivo con enfoque académico y profesional constituye un proceso complementario que convoca tanto el objeto como el medio de comprobación de las hipótesis y críticas planteadas en la investigación.
Ahora bien, desde la interdisciplinariedad es clave señalar la relación entre gnoseología y epistemología, las cuales forman la base del discurso pedagógico, en este caso el contable, ya que el conocimiento teórico de una disciplina provee herramientas para enseñar tanto la complejidad pragmática como la teórica; sin embargo, el problema se da en la aceptación de la visión técnica de la contabilidad con supeditación del oficio al cálculo fiscal. En ese sentido, Alexander et al. (2018) y Evans (2010) recalcan la indiferencia del pensamiento reflexivo y filosófico hacia la teoría como expresión del conocimiento científico, de forma que el docente esparce conceptos de los cuales no conoce los términos gnoseológicos generando con ello un retraso, por lo que el proceso educativo provoca una serie de prácticas artificiales y cosméticas que lo deterioraran.
Teniendo en cuenta lo anterior, una construcción de cultura académica con la culturización interna para el actuar profesional permite liberar el lenguaje de la representación clásica y acercarlo más a la vida, la fraternidad académica de los sujetos universitarios y al reconocimiento social de la profesión con el desarrollo de tres microcomponentes: gnoseología, historia y epistemología, incluyendo también al docente como punto de asociación con el contexto social, el desarrollo disciplinar y el desempeño profesional para contextualizar saberes. De manera similar, Suárez (2001) indica que la formación de un contador competente implica educarlo como pensador social mediante una integración armónica pedagógica que le permita reconocer la importancia de la objetividad social, y tomar conciencia del conocimiento contable y del desempeño moral.
Por otro lado, Cuevas (2010) demuestra en su estudio que la contabilidad es el lenguaje que usa el sujeto organizacional para comunicarse con otros sujetos, tanto organizacionales como naturales, demostrando de esa manera su influencia y desarrollo en la sociedad. En ese sentido, la contabilidad recolecta información para entregar resultados sobre el estado de la organización con el fin de retratar como en un espejo su narrativa como sujeto, a la vez que configura un lenguaje proactivo y útil (Bloomfield, 2008). La narrativa como un factor esencial que relaciona el lenguaje de las organizaciones con su desempeño en la sociedad la convierte en un sujeto, porque la narrativa se construye como una imagen y una idea del sujeto a conocer; otro rasgo de la narrativa es el acercamiento a la realidad, y la manera en que esta genera significado cobra importancia porque propone a la organización como otro sujeto activo partícipe de la sociedad, el cual, al igual que los demás, busca la mejora continua tanto individual como general.
2. Metodología
El estudio corresponde a una investigación cualitativa en vista de que posee un conjunto de procesos como la observación, la descripción, el análisis y la interpretación, permitiendo una flexibilidad en el proceso investigativo (Báez y De Tudela, 2006). No obstante, se enmarca en un carácter descriptivo por que identifica las características referentes al lenguaje y la participación de los diferentes actores que lo vinculan a la contabilidad en su definición como ciencia social (Méndez,1995). Paralelamente, el método utilizado fue el inductivo, que permitió identificar y relacionar los elementos participantes en el lenguaje y la contabilidad (De la Torre y Navarro, 1987).
Los datos se recogieron mediante una fase empírica acompañada de dos técnicas: análisis documental y una entrevista semiestructurada. Por tanto, en un primer momento el trabajo se compone de un análisis documental que da cuenta de una revisión bibliográfica donde se extraen los elementos relevantes concernientes a la relación lenguaje-contabilidad, como lo asegura Quintana (1996). En el análisis se desarrollaron cinco acciones: 1) rastrear los documentos; 2) catalogarlos; 3) elegir los documentos más pertinentes para los propósitos de la investigación; 4) leer y extraer elementos de análisis, y 5) leer en forma cruzada y comparativa los documentos en cuestión, a fin de construir una síntesis comprensiva total, sobre la realidad analizada.
La entrevista semiestructurada se aplicó a tres investigadores expertos en la variable objeto de estudio (el lenguaje como determinante de la contabilidad). De hecho, una de las limitaciones del estudio fue identificar expertos en la variable debido a que existen pocos investigadores que aborden este tópico en la contabilidad. Los investigadores tienen afiliación institucional en la Universidad Nacional sede Bogotá y la Pontificia Universidad Javeriana sede Cali. Todos son contadores y magíster, y dos de ellos tienen formación doctoral.
La entrevista constó de doce preguntas abiertas mediante las cuales se buscaba determinar las diferentes concepciones de los profesionales acerca de sus apreciaciones relacionadas con el lenguaje, la contabilidad y la ciencia social, tomando como base su trayectoria académica en el ámbito, además de sugerir si entre estos caracteres existe alguna correlación que permita formular cuestionamientos epistemológicos. Las preguntas fueron formuladas a partir de los desarrollos teóricos de Mattessich (2012), Bronckart (1980), Barón (2010), y Reinhart y Gadamer (1997). Las entrevistas se desarrollaron durante el segundo semestre de 2021. Finalmente, para el análisis de las entrevistas se utilizó una matriz cualitativa mediante la herramienta Excel a partir de cinco ejes:
3. Resultados y discusión
3.1. Contabilidad y lenguaje: relación y/o vínculo
A partir de las entrevistas realizadas se revelan las diferentes concepciones de los profesionales contables acerca de sus apreciaciones relacionadas con la contabilidad y el lenguaje, además de sugerir si entre estos caracteres existe alguna correlación que permita formular cuestionamientos epistemológicos. En ese sentido, en aras de analizar la ubicación conceptual de los participantes, la cual impacta de manera directa los análisis sobre la relación entre contabilidad y lenguaje, se consideró necesario preguntar ¿Qué entiende por lenguaje?
Bajo este lineamiento, los entrevistados 1, 2 y 3, quienes en adelante serán representados en E1, E2 y E3, coincidieron en definir el lenguaje como el medio en el que se da el proceso comunicativo, alrededor de un conjunto de signos, formas de interrelación que permiten la interacción de los seres vivos; no obstante, el lenguaje también se puede definir de múltiples maneras. En correspondencia, el E1 definió el lenguaje como un "medio para pensar y comunicar ya que pensamos mediante el lenguaje y ello hace posible la comunicación para sí mismo, en términos de la reflexión ética, empática, entre otros". Estos argumentos se relacionan con los de Bloomfield (2008), quien reconoce la importancia de la lectura en su aporte al enriquecimiento del lenguaje, de modo que permite expresar unos sentimientos que se crean a través del conocimiento de las palabras.
Por otra parte, Lycan (2018) amplía este concepto desde el pensamiento contemporáneo, indicando que existe un gran debate que se inició en el siglo XX con lo que se conoce como el giro lingüístico, que tuvo que ver particularmente con algunas ciencias sociales y humanas que se vieron profundamente interpeladas por algunas comprensiones y luces en el campo de la lingüística. Respecto a ello, el E3 considera que
El pensamiento contemporáneo provoca una transformación en nuestra comprensión del mundo, considerando que el lenguaje tenía una función meramente comunicativa, dicha función comunicativa les confirió a los lenguajes un carácter instrumental mediante el cual el lenguaje es un medio a partir del cual los seres humanos de distintas culturas o de la misma cultura pueden interactuar unos con los otros.
Sin embargo, esa idea se vio fuertemente interpelada por E2, quien manifestó que Saussure (2018) evidencia que el lenguaje no se reduce a una cuestión meramente comunicativa; es decir, "distintos pensadores del campo de la lingüística [consideran que] el lenguaje tiene funciones que son altamente significativas" (E2). Con ello se concluye que el momento en que empezamos a cuestionarnos ¿quién es el ser humano y cómo interactúa en sociedad?, coincidió con el desarrollo de la lingüística a finales del siglo XIX y comienzos del XX, la cual acentuó su carácter performativo en donde el lenguaje produce el mundo social en que vivimos.
3.1.1. Importancia del lenguaje en las disciplinas
Si bien es cierto que el lenguaje participa de todas las relaciones comunicativas, también lo es que relata vivencias desde puntos específicos, por lo que en el ámbito académico se enfoca desde las reflexiones o necesidades particulares que se requieran en cada entorno, de forma que se buscó determinar si esta premisa resultaba sobresaliente para los entrevistados. En primer lugar, E1 planteó que:
El lenguaje es propio de la vida social, después en la vida intelectual como forma de aprender el mundo. En el mismo sentido, las disciplinas parcelan la realidad, se dividen en pequeñas celdas para ocuparse de ella, después se observan a partir del método científico, esa observación solo es posible a partir del lenguaje.
En consecuencia, las disciplinas no trabajan sobre los hechos brutos, sino a partir de la forma en que mediante el lenguaje se crea o recrea el hecho fáctico. De igual manera, estos argumentos se relacionan con los aportes de Ramírez et al. (2021) quien reconoce que es fundamental que en cualquier proceso las disciplinas hagan un análisis primario de carácter ontológico de la definición de realidad, lo cual por supuesto vincula el lenguaje.
Desde otra óptica, E3 sostuvo que "derivada del lenguaje nace una función significativamente importante para las disciplinas y es el 'sentido', puesto que se necesita del sentido como dirección para entender al lenguaje y a su vez comprender los desarrollos de la disciplina, por lo que los procesos de construcción social del sentido son altamente significativos para una sociedad". En resumen, el problema del lenguaje es un problema de sentido, de dirección, porque cuando las estructuras de lenguaje se alteran la experiencia del mundo se convierte en una experiencia del sinsentido. Estos argumentos se unen a los desarrollos de E2, quien señala, desde una posición socio-lingüística, que es fundamental la preocupación de sentido, y en el plano de la vida en sociedad la configuración de acuerdos temporales, llamados sociales, y la dirección que producen.
Ahora bien, E2 señaló que "es indispensable el lenguaje en el ámbito de la vida debido a que nos hace verdaderamente humanos en el mundo simbólico, además, nos permite hacer distinciones de nuestra relación con lo externo y con nosotros mismos" por lo cual el lenguaje es usado en las disciplinas para denotar cosas que existen fuera (E1 y E2). Se concibe así que el lenguaje juega un rol connotativo y denotativo clave en el cimiento de todas las disciplinas, ya que por su intermedio se construye todo el universo simbólico, en el que las disciplinas son una reproducción de metáforas y sentidos lingüísticos.
3.1.2. Relación entre contabilidad y lenguaje
Respecto a la relación entre contabilidad y lenguaje, E2 señaló que el lenguaje es una base principal del mundo y expresó que "la contabilidad al ser una construcción humana solo es posible gracias al lenguaje"; sin embargo este experto también resaltó que, desde un punto de vista semiótico, existe otro tipo de relaciones en la concepción de la contabilidad que se encarga de estudiar las relaciones entre signos y símbolos en la construcción de sentido. Es por ello que se cree que hay diversas relaciones entre contabilidad y lenguaje: "La relación básica se da entre los seres humanos donde primero conciben el lenguaje y después construyen la contabilidad, así como la escritura es una forma de manifestación del lenguaje que tiene como antecedente a la contabilidad" (E2). De hecho, algunos autores como Nietzsche y Matessich amplían la gama de interrelaciones entre contabilidad y lenguaje.
Desde la contabilidad financiera, El señaló que "es por partida doble, pues el lenguaje hace posible otro tipo de comunicaciones como un medio que requiere de un código y un receptor que entienda el mensaje, ya que el acto comunicativo ocurre con alguien capaz de descifrar el código". En ese sentido, Jiménez (2012) añade que la contabilidad necesita el lenguaje para hacer aproximaciones, no solo el lenguaje lingüístico sino otras formas del lenguaje que se construyen de representaciones basadas en códigos que hacen posible la comunicación en términos de expresión.
Adicionalmente, E1 resaltó que esa categoría se configura como un lenguaje, no en el sentido propuesto por los libros de texto de contabilidad en la expresión "la contabilidad es el lenguaje de los negocios", premisa en la cual coincidió con E2, sino que se sustenta en que "existe una simplificación bárbara tanto de la contabilidad como del lenguaje ya que la contabilidad es reconocida como (una forma de lenguaje), metáfora común que se evoca con ingenuidad sin conocer toda la implicación de utilizarla".
Sin embargo, E3 expuso que "la contabilidad no es solo el lenguaje de los negocios sino también un lenguaje social, ambiental, de control, de orden gubernamental y nacional, lo cual es un pensamiento común que se ha ido construyendo y que sigue funcionando", por ejemplo, mediante informes ambientales en los que también aparece ese sentido de un lenguaje global para comunicarnos entre todos y dar a conocer los impactos sociales y ambientales que efectúa la organización, de forma que desde ese sentido común se reconoce dicha relación. Sin embargo, en ese caso particular E2 concibió esa relación
… como una relación constitutiva donde la contabilidad se comporta como lenguaje, el "como" en lo anteriormente mencionado es una trampa del lenguaje porque excluye el verbo "es", a causa de que si afirmamos que "la contabilidad es …" se es partícipe de la idea esencialista y que conecta mucho con la tradición positivista que busca siempre identificar la esencia de las cosas.
En otras palabras, existen cosas que tienen esencialmente una naturaleza, entonces si se acepta la idea de que "la contabilidad es lenguaje" ese "es" está confiriendo una esencia de carácter inmutable, pues entonces deja de ser otras cosas; sin embargo, en palabras de Evans (2004), como el lenguaje tiene un carácter con múltiples laberintos permite hacer muchas cosas, y en este caso el no usar el verbo sino la palabra "como" confiere un carácter metafórico y la metáfora es una construcción del lenguaje. En correspondencia, es necesario entenderlo de esa manera considerando que no se conoce la esencia de la contabilidad, pero lo más cercano es asemejarla al lenguaje; al analizar el devenir histórico de la contabilidad encontramos que ha sido muchas cosas: basado en un texto de Morgan Gareth (1993), quien retoma una serie de metáforas que han sido ampliamente utilizadas para caracterizar la contabilidad en el pensamiento contable, la contabilidad es información, control, política, ideología y comunicación.
No obstante, E1 reconoció también que, desde la contabilidad social, "el lenguaje es fundamental en los reportes sociales ya que está encaminado a proteger el interés económico de las corporaciones, impidiendo que afloren los enfoques negativos a nivel social o ambiental". De hecho, Sarmiento y Larrinaga (2021) expresan que en algunas ocasiones el lenguaje contable trata de invisibilizar las actividades negativas que desarrollan las organizaciones en contra de la naturaleza y las comunidades pues, por ejemplo, en el discurso de estos informes se desconocen los conflictos ambientales, los fallos judiciales y se omite informar las reclamaciones de otras comunidades, como los pueblos indígenas; por ello, el lenguaje contable debe intentar no revertir una realidad.
En síntesis, para justificar la posible relación entre contabilidad y lenguaje es preciso considerar la perspectiva ontológica y ortodoxa, lo que ha provocado múltiples debates como, por ejemplo, las miradas más economicistas en el pensamiento contable han conferido todo lo expuesto. Así mismo, desde los determinantes económicos a los que está anclada, se considera que la contabilidad es una tecnología de cálculo. Por otro lado, la palabra "contabilidad" tiene su raíz en el verbo "contar", el cual no solamente le confiere un carácter analítico desde el punto de vista de lo numérico, sino un carácter narrativo, "contar" como elaborar historia; en el mismo sentido, la palabra accounting tiene un origen vinculado a la idea de razón, y cuando se observa el origen griego de la palabra aparece su vínculo con la razón, pero no solamente con la razón analítica relacionada con el cálculo, sino con la razón desde el punto de vista de producir sentido.
A su vez la atención debe centrarse en desdibujar el entendimiento de que el campo de la contabilidad prima únicamente como medio comunicativo, pues se cree que cuando se habla de lenguaje en contabilidad se refiere a comunicación, lo cual es un error que se reproduce con frecuencia. Debe quedar claro que el lenguaje es el ámbito constitutivo del ser humano, porque no se puede interactuar por fuera del lenguaje, citando a Heidegger (2006), habitamos la casa del lenguaje, pues el lenguaje es propio del mundo humano.
3.1.3. La relación entre contabilidad y lenguaje es relevante en el desarrollo de la contabilidad
E1 destacó la relevancia intrínseca de la relación entre contabilidad y lenguaje tanto en la academia como en el desarrollo evolutivo de la disciplina. En su opinión el lenguaje hace parte del relacionamiento social, y en términos generales de la vida humana. En cuanto a la contabilidad, E1 cree que siempre se debería realizar para ser comunicada a nivel social, ambiental, financiero, económico… pero no siempre ocurre.
De manera similar, el E2 señaló que, desde el punto de vista científico, el primer paso es entender las dimensiones relacionales y sintácticas generadas por la contabilidad, de forma que, si es un lenguaje, cuando nombra cosas las trae a la realidad; por ejemplo, cuando un desembolso se nombra como gasto o como activo, entonces denota un impacto distinto sobre la realidad y de esa manera la construye en un sentido distinto.
Por su parte, E3 destacó la relevancia de la relación en ambos ámbitos: desde lo académico es pensar y responsabilizarse de la contabilidad con un lenguaje que se evidencia desde el carácter narratológico al ser capaz de construir narraciones verosímiles. De igual manera, destacó que la vida tiene estructura de ficción y la contabilidad participa de ello al fabricar verdades que gozan de una aceptación gubernamental o nacional; sin embargo, dichas verdades tienen una profunda naturaleza ficcional, y en ese punto concuerda con E2, quien resaltó que en la mayoría de los casos la contabilidad participa de la construcción narrativa de la verdad de las comunidades u organizaciones creando realidad.
Ahora bien, en términos analíticos la contabilidad produce un mensaje, así que cuando la empresa hace contabilidad usa el lenguaje para decir algo y después entender a quién se lo expone, por ejemplo, los stakeholders, las comunidades, el Estado, la naturaleza, etc. En ese sentido, E3 aseguró que "este es un enfoque importante a aplicar en el abordaje de la teoría contable". Por su parte E2 afirmó que si bien uno de los vínculos que hay entre el lenguaje y la contabilidad,
… es una aproximación que dice que la contabilidad es una forma del lenguaje, que se centra en la creación de realidades para evolucionar, en este caso para avanzar en los desarrollos de la contabilidad que requieren un sentido sobre concepciones más complejas de qué es la información y que esta no solo tiene un impacto financiero.
Ante ello, se relacionan los aportes de Bloomfield (2008) quien define la información como datos en un contexto que un comunicante intenta expresar pero que requiere de un receptor, el cual debe tener intensión social, ambiental, económica y humana, entre otras. Así pues, se analiza que la información solo surge de alguien con intensión en un contexto dado en el cual recibe un dato y entrega sentido. En correspondencia E1 y E2 cuestionaron que, aunque el lenguaje es importante en la contabilidad, la educación contable se queda corta en una aproximación a la explicación de qué es el lenguaje. Por otro lado, E3 señaló que el lenguaje es pertinente para el desarrollo de la contabilidad, por lo que el problema del lenguaje en la contabilidad no es un asunto secundario, sino central, al menos en la idea que trata de exponer.
El núcleo de la contabilidad no es económico, ni jurídico, ni administrativo, el núcleo de la contabilidad está contaminado por formas de lenguaje, entonces la educación en contabilidad debería tener una centralidad en los procesos comunicativos, en las formas de implicación de la construcción de sentido, si nosotros aceptamos radicalmente la idea según la cual la contabilidad produce información no deberíamos estar en una facultad de ciencias económicas sino en una facultad de lenguaje o comunicación (E3).
Ahora bien, Rengifo (2014) señala que el ordenamiento de los saberes en las universidades responde no a una reflexión epistémica sino a una forma de la administración del saber, por lo que los imaginarios sociales asocian la contabilidad con la economía, de forma que cuando aparecieron las primeras Facultades de contabilidad en Colombia y en el mundo, decidieron que la contabilidad es una derivación de la economía; pero cuando se observa, por ejemplo, la taxonomía que propone para la ciencia la ONU, la cual Minciencias sigue fielmente, nos ubica en el campo de las ciencias económicas, pero esas taxonomías como todo sistema categorial son arbitrarias, y es así porque en el centro de esta categorización lo que opera son metáforas.
En relación a ello, E2 afirmó que indudablemente la relación entre contabilidad y lenguaje es relevante para el desarrollo de la contabilidad, aunque reconoció que "quizás una de las estrategias para fortalecer el lenguaje contable y a su vez los desarrollos de la contabilidad, se sitúa en que la contabilidad a nivel educativo debe salir de las facultades de ciencias económicas en un sentido extremista para concederle justamente ese lugar central a los procesos comunicativos, a la producción de sentido que le es más propia, no solamente del punto de vista epistémico sino desde la praxis profesional", donde la contabilidad lo que hace día a día es producir sentido, aunque muchos no están advertidos de las implicaciones en la producción del sentido social que ellos vienen produciendo, cosificado en una idea jurídica: la idea de la fe pública (Chakraborty et al., 2022).
3.1.4. Elementos presentes en la relación lenguaje-contabilidad
Después de ubicar en las secciones anteriores los argumentos que relacionan la contabilidad y el lenguaje es preciso señalar los elementos puntuales que puedan condensar las diferentes apreciaciones de los entrevistados, y que están presentes en los procesos de representación. Teniendo en cuenta lo anterior, para E2 los elementos presentes en esta relación son la interdisciplinariedad, la formación integral y el carácter de la contabilidad como acción comunicativa. Trajo a colación a Gabriel Rueda, quien trabaja la contabilidad como acción comunicativa, además de reconocer que el lenguaje tiene un poder performativo. Por su parte E1 señaló que
… existen muchas formas de relación de contabilidad y lenguaje, como primer elemento se evoca a la metáfora, la idea de que el lenguaje está en la base de todas las formas de conocimiento, y si la contabilidad es una forma de conocimiento que además nos ayuda a conocer lo que pasa en la empresa, organización o sector público, pues el lenguaje está ahí mediado, es otro tipo de relación.
Paralelamente, se reconoce que la contabilidad tiene la capacidad de construir realidad cuando por medio del uso de categorías nombra hechos o fenómenos, tales como activo o gasto, entonces al hacer un listado exhaustivo reclama tener marcos conceptuales delimitados sobre la definición de lenguaje; por ejemplo, Tomasello (2005) señala que una aproximación del lenguaje como representación abstracta matemática implica formalizar algo con lenguaje matemático, como la función, las aproximaciones, las teorías y las aplicaciones que intentan formalizar el lenguaje matemático; es decir, la lógica de la disciplina contable. En relación con "las acciones pragmáticas una gran cantidad de sistemas electrónicos, de softwares, reclaman el lenguaje por medio de programación, entonces hacer un listado exhaustivo entre lenguaje y contabilidad, es una tarea larga" (E2).
Por otro lado, E3 manifestó que aparecen diversos elementos implicados en la relación entre contabilidad y lenguaje, uno de ellos es el carácter narratológico mediante el cual crea una historia y la hace verosímil también la construcción de personajes, como los informes anuales, "de los cuales existen estudios críticos en donde se muestra cómo se han usado estos informes para construir la idea global de una organización, donde al final tiene que ver con el carácter identitario, pues es el informe anual el que relata el ser de determinada organización". Adicionalmente, se presenta otro elemento relacionado con el carácter retorico, es decir cómo la contabilidad produce una retórica y cómo instala socialmente la forma de referirnos al mundo. No obstante, E3 señaló otro elemento importante al cual le confirió toda la centralidad y es el carácter litúrgico y religioso, por ejemplo,
… en las reuniones se le confiere sentido solemne a los números, es una cuestión que se deriva particularmente de la retórica, en el alto renacimiento se consideraba que los números son figuras que gozan de una dimensión figurativa la cual permitía vincular lo numérico con los iconos, algo semejante ocurre en la tradición católica, en la cual se le rinde culto a imágenes, así como los datos contables y financieros son el nuevo culto contemporáneo, las implicaciones sociales que tiene la contabilidad en donde puede demostrar algo que ennoblezca a la sociedad o puede demostrarle sus pecados.
Con respecto al tema, E1 consideró también que la predominancia de la visión analítica de la contabilidad le otorga un carácter unívoco y, por tanto, esencialista; pero al observar que la contabilidad no se reduce a los números, sino que
… posee un carácter contingente y por tanto histórico, significa que la contabilidad tampoco se reduce a una única idea, considerando que va a estar en profunda dependencia a las configuraciones sociales y de las ideas que predominen la época, concluye que, desde el punto de vista de lo pedagógico, entendiendo pedagógico como todo aquello que se puede transmitir y es enseñable, existe el reto de desligar dichas creencias instrumentalistas y ubicar otro contexto como el social o lo ambiental.
3.1.5. Elemento con mayor relevancia en la relación entre lenguaje-contabilidad
Teniendo en cuenta lo anterior, y después de exponer las diferentes ideas de los entrevistados, es preciso señalar el elemento más importante. Entre tanto, E2 relató que los problemas de sentido son más relevantes, puesto que en la mirada de la contabilidad como lenguaje, el elemento clave es entender que las organizaciones, las empresas o los negocios operan en contextos específicos que enmarcan el sector privado, el control y la rentabilidad económica. De ello, E2 afirmó que "sería un error pensar que para comunicarnos necesitamos tener el mismo lenguaje, así mismo es un error pensar que la comunicación reclama tener el mismo lenguaje, pues no es un pre-requisito". Al respecto, E1 manifestó que la mejor evidencia es
… escuchar a alguien en el mismo idioma y que no se entienda, esta es la evidencia por falsación, donde tener el mismo código no significa posibilidades de comunicación, la comunicación trasciende el tener un único lenguaje, entonces en la contabilidad como lenguaje de los negocios se evidencia ingenuidad al pensar que el lenguaje debe ser único, en este momento es necesario develar la incorrección, la inconveniencia y la ingenuidad de la argumentación cuando se afirma que el mismo lenguaje es poder comunicar.
Por otra parte, E3 planteó que la contabilidad como lenguaje participa profundamente en los procesos políticos, es decir que si la contabilidad es pensada como un lenguaje necesariamente se debe pensar en su relación con lo político, porque la relación entre lenguaje y política también es co-constitutiva; sin embargo, en el campo del pensamiento contable se ha desechado lo político porque existe la creencia de que no es una dimensión a la que se deba conferir importancia, y justamente por esa reflexión sobre el lenguaje Graham (2013) analiza otra categoría: el carácter del lenguaje en el vínculo entre contabilidad y política, de lo cual infiere que contabilidad y lenguaje comparten la misma estructura y naturaleza.
En resumen, la figura 1 compila los elementos clave respecto de la relación entre contabilidad y lenguaje. Entre los primeros componentes se ubica el proceso comunicativo que interfiere con los medios para pensar y construir sentido de la realidad, en este caso la realidad contable de las diversas organizaciones (empresa, instituciones, asociaciones, etc.). Paralelamente, se ubica otro componente vinculado al desarrollo integral profesional en el que se destaca que la enseñanza contable cobra vida a través del lenguaje, pues solo mediante la comunicación se logra el aprendizaje, es decir que mediante la pedagogía se realiza la lingüística.
El componente pedagógico juega un papel fundamental en el entendimiento de la lingüística como un proceso de descargar en el sujeto la cultura para co-construir identidad y sentido; entonces, si el lenguaje es el motor de la cultura, el profesor lo debe comprender muy bien para mejorar las competencias blandas y para comunicar el conocimiento contable. El énfasis en la pedagogía contable debe centrarse en el buen dominio del lenguaje, tanto en el sentido pragmático como en su comprensión.
Adicionalmente, la figura 1 destaca la relación entre las dos categorías bajo la perspectiva de que en ocasiones el profesor de contabilidad comunica conceptos que el estudiantado no entiende o desconoce, lo cual trae como consecuencia problemas de énfasis en el aprendizaje. Otro componente que resalta la importancia de la relación contabilidad-lenguaje es su vínculo con lo político, que también es co-constitutivo; sin embargo, aunque comparten elementos propios de su estructura y su naturaleza, en el campo del pensamiento contable existe la creencia de que no es una dimensión a la que se deba conferir importancia.
3.2. Componentes relevantes del lenguaje en torno a la percepción de la contabilidad como ciencia social
La contabilidad actúa en función de la recolección de una determinada información, por lo que es necesario tener en cuenta a la organización como un fenómeno comunicacional; Maturana y Varela (1984) lo califican como un ambiente semántico que compila tanto conductas como emociones. Sin embargo, a la hora de representar surge una dificultad: la interpretación de los bienes económicos dentro de la valoración social, la cual es siempre subjetiva en razón a que se encuentra supeditada a la contraprestación económica, característica que, según Mises (2011), permite asimismo el intercambio.
Ahora bien, la interdisciplinariedad agrega un enfoque productivo a la contabilidad que en adelante se apoya en diferentes desarrollos de la ciencia económica y otras áreas sociales sin perder su autonomía; la interdependencia es una característica exigente que beneficia los diversos campos, observando los impactos a través de investigaciones que examinan los fenómenos económicos en conjunto con la interacción social, pues exponen tanto las relaciones sociales como las representaciones de poder que exigen reformular la comprensión de la realidad, dejando de lado los conocimientos fragmentados, articulando y construyendo nuevas dinámicas interpretativas. En cuanto al proceso interdisciplinario, la contabilidad se suma como acción comunicativa en la que, según Gibson (1994), en un primer momento un concepto básico está enmarcado en la no limitación de las sociedades en la comprensión de las dimensiones de los sistemas, así estas sean complejas, o de las dimensiones del mundo de la vida; entonces, la contabilidad, encaminada a la compresión de la sociedad, debe realizar un ejercicio de doble mirada que Habermas (2002) explica como el mundo de la vida y la vida como sistema, y en el que el papel contable no se basa solo en una mirada funcionalista enlazada al cálculo de renta y riqueza, sino en una visión amplia de la sociedad en su conjunto.
Para lograrlo, se requiere que por lo menos dos individuos interactúen por medio del lenguaje, y que exista una coordinación para acordar un plan a ejecutar; sin embargo, para llevar a cabo tal fin es indispensable la interpretación consensuada de las definiciones de determinada situación. Así, pues, el lenguaje adquiere un poder performativo que refleja las relaciones del individuo con el mundo según sus concepciones e interpretaciones; construir información desde la acción comunicativa posibilita en primera instancia que su exposición no solo se ajuste a determinados estándares, o a la comparabilidad, que si bien sustenta información para usuarios internacionales no contribuye al entendimiento para que agentes locales resuelvan sus expectativas.
En adición, es necesario entender los contextos en los que la comunicación es diferente al lenguaje, pues justamente es un error pensar que para comunicarnos necesitamos tener el mismo lenguaje, pues la comunicación no tiene como prerrequisito que el lenguaje sea el mismo; entre tanto, es preciso tener en cuenta la finalidad comunicativa de la contabilidad, ya que es determinante para evitar tanto las asimetrías como las ambigüedades en el proceso de determinación de los problemas (Evans, 2010). Con ello, la reglamentación simbólica constituye los parámetros para la construcción de una información que responda a las necesidades de un receptor. Abordar al lenguaje desde una visión ontológica permite comprender sus propiedades y la funcionalidad a la hora de componer un mensaje en el ámbito contable (Alexander et al., 2018).
Ahora bien, con el propósito de profundizar en el lenguaje, es conveniente tener en cuanta que la semiosis contable es un proceso donde la partida doble resalta como vehículo sígnico en el momento de representar hechos contables-hechos sociales de índole económica o jurídica; más claramente, desde la relación intérprete e interpretante, se representa por tres dimensiones: semántica, sintáctica y pragmática, las cuales poseen características especiales ya que cada una funciona en torno a la construcción de un mensaje.
En correspondencia con lo anterior, y basándose en los parámetros patrimoniales de la organización, la "semántica" es una herramienta que determina cuándo un hecho es contable o no, además de la comprensión de realidad que se ejerza, a la que se llega por medio de la aceptación de la comunidad. En síntesis, la semántica estudia el vínculo entre vehículo sígnico (partida doble) y la realidad representada denotada, designado por Morris (1964) como regla semántica.
En segunda instancia, la "sintáctica" simplifica los objetos representados y los interpreta a fin de realizar una combinación de signos mediante ejercicios que permitan establecer relaciones como la partida doble y el balance. Por último se ubica la dimensión "pragmática", que apunta a una relación entre vehículo sígnico e intérprete, para ejemplificar que, en caso de relacionar la partida doble y el sujeto contable, se lleva a cabo un análisis de sentido del signo en conjunto con las interpretaciones que se pueden elaborar de la realidad. Así, pues, la acción teleológica participa como un modelo utilitarista en el que se elige a partir de la maximización de utilidades, por ello, al cumplir un papel narratológico la contabilidad se visibiliza como un lenguaje cuyo núcleo está invadido por formas de lenguaje; por ende, se debería otorgar una centralidad a los procesos comunicativos, destacando su carácter retórico, el cual es crucial al momento de tomar decisiones.
En concreto, se desarrolla una construcción ilustrativa que enmarca los tres componente más relevantes del lenguaje como determinantes de la contabilidad en su percepción como ciencia social, entre ellos el proceso comunicativo, la perspectiva cognitivista, el proceso pedagógico y la captación contable. En lo que respecta al proceso comunicativo se reconoce que su construcción de información contable financiera, social y ambiental requiere elementos claves de la semiótica, a la vez que vincula la semántica, la sintáctica y los aspectos pragmáticos.
La perspectiva cognitivista resalta el contexto y la eficacia social de la contabilidad, así como los debates epistémicos, las posturas filosóficas y los elementos claves para el desarrollo contable desde el saber-hacer-ser. En correspondencia, se requiere del proceso pedagógico, el cual le ofrece a la contabilidad el "carácter" de ciencia social puesta al servicio de una finalidad metafórica, litúrgica y narratológica. Lo precedente interrelaciona el componente de captación contable, que según Pérez (1999) está sujeta una serie de condicionamientos que se derivan de las características del individuo, y a su vez surgen del medio social o contexto y los provenientes del lenguaje (figura 2).
Conclusiones
Las múltiples respuestas a la definición epistémica de contabilidad son el motor de esta investigación; partiendo de que algunos otros conceptos son universales y, por tanto, difícilmente cuestionados, surge el interés de saber por qué la contabilidad no hace parte de ellos, cuando ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. En la investigación se interiorizó el lenguaje como un elemento determinante de la contabilidad para su percepción como ciencia social.
A partir de la revisión de la literatura se encontró que para considerar la contabilidad como ciencia social el lenguaje es una herramienta limitada, refiriéndonos con ello a los recursos académicos que reflejan esa relación; así, las lecturas encontradas permitieron esbozar algunos elementos como conceptos orientadores para ampliarlos y entenderlos en el plano investigativo. Inicialmente se concluye que la contabilidad nació con el hombre, con la necesidad de producir, convivir, compartir, en una racionalidad que ayuda a controlar, por lo que se puede afirmar que la contabilidad ha existido y ha tenido un rol importante independientemente de si se considera o no ciencia; ahora bien, la preocupación se enmarca en cómo estudiarla y pensarla científicamente, y es allí donde el lenguaje juega un papel protagónico, porque la taxonomía del conocimiento eurocéntrico esencialmente moderna niega otros conocimientos, otros lenguajes y texturas, el conocimiento ancestral, el conocimiento de las comunidades indígenas previas a la colonización, debido a que durante los últimos veinte años el sur global ha observado que son formas de construir el conocimiento que niegan la especificidad, y que no permiten una conversación como pares entre norte y sur.
En ese sentido, no debe existir el afán demarcatorio de establecer una clasificación, pues hay algunos conocimientos que se pueden ejecutar como ciencia, pero existen otros que no, particularmente se ha señalado que si "pretende ser una ciencia, para ello debe plantearse el objeto y método, en la contabilidad (el objeto: el control de los recursos y el método: la partida doble u otras múltiples formas)". Sin embargo, es claro que el lenguaje es importante si se parte de la premisa más básica y sencilla que señala que es una representación de la realidad, que se usa como puente para el conocimiento y que transciende las actividades del diario vivir de un profesional, como la realización de informes.
Por otro lado, el estudio determinó que en la percepción de la contabilidad como ciencia social, el lenguaje contiene tres grandes componentes: el proceso comunicativo, la perspectiva cognitivista y la pedagogía, sustentados y ligados a otros elementos que actúan en forma combinada y permiten trabajar en sincronía para cumplir con el objetivo informativo enlazado a un acto reflexivo.
Finalmente, se recomienda que en futuras investigaciones se tengan en cuenta las opiniones de los profesionales, pues aportan elementos que de otra manera no se podrían captar, generando actualidad y huella de lo que en ese momento se perciba. Adicionalmente, es importante promover la interdisciplinariedad dentro de la academia, tanto en el ámbito profesoral como estudiantil, pues esta investigación permitió establecer que la contabilidad puede aportar a otras disciplinas y aprender de ellas, por lo que, si la comunidad educativa se une, produciría macro investigaciones que aporten a la finalidad formativa y el saber contable se ampliaría.
Así mismo, es necesario que los programas de contaduría pública propicien espacios académicos donde se planteen discusiones de carácter epistémico, apoyados en materias como la teoría contable, y en herramientas que motiven el uso de posturas filosóficas, fortaleciendo el perfil investigativo tanto del programa como de los estudiantes, brindando un mayor protagonismo al carácter reflexivo y crítico de la disciplina contable, lo que su vez se configura como espacio de autoexploración ética, cognitiva y profesional, esencial para el desempeño en un ambiente laboral y social.
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