La Contabilidad Social y Ambiental en la educación contable: desafíos para las universidades del Valle de Aburrá

Social and Environmental Accounting in Accounting Education: Challenges for Universities in the Valle de Aburrá

Sebastián Becerra Cano1

1 Contador Público. Institución Universitaria Marco Fidel Suárez. Bello, Colombia. Correo electrónico: Sebastian.becerra@iumafis.edu.co. Orcid: https://orcid.org/0009-0000-9350-7502.

Código JEL: M41, I21, I23
Fecha de recepción: 24/06/2024.
Fecha de aceptación: 30/09/2024.

DOI: https://doi.org/10.18601/16577175.n35.04.


Resumen

En este artículo se examinan los currículos del área socioambiental de los programas de Contaduría Pública del Valle de Aburrá, mediante un abordaje cualitativo que rastrea perfiles, contenidos y enfoques epistemológicos de las asignaturas socioambientales en veintidós programas, con base en un análisis de contenido. Se reconocen los espacios académicos en las mallas curriculares para abordar temas de Contabilidad Social y Ambiental (CSA), se caracterizan los programas curriculares, los perfiles profesionales y las asignaturas relacionadas con CSA, y se analizan los microcurrículos de las asignaturas de ese eje temático. La búsqueda evidencia los desafíos que afrontan las Instituciones de Educación Superior (IES), los estudiantes y los docentes para aportar a la formación de los Contadores Públicos con un sentido crítico enfocado en las problemáticas socioambientales. Los resultados permiten afirmar que aún hace falta incluir asignaturas de CSA, que muchas de las actuales sólo cumplen obligaciones legales, y que la renovación pasa por instalar un enfoque alternativo en la educación contable.

Palabras clave: contabilidad social y ambiental, educación ambiental, educación contable, contaduría pública, programas académicos.


Abstract

This article examines the curricula of the socio-environmental area of the Public Accounting programs of the Aburrá Valley. A qualitative approach where profiles, contents and epistemological approaches of socio-environmental subjects in 22 programs are tracked, performing content analysis. It recognizes academic spaces in the curricula to address CSA topics, characterizes the curricular programs, professional profiles and subjects related to CSA, and analyzes the microcurriculum of the subjects of that thematic axis. The search highlights the challenges faced by heis, students and teachers, to contribute to the training of Public Accountants with a critical sense focused on socio-environmental problems. The results allow us to affirm that it is still necessary to include CSA subjects, that many of the current ones only comply with legal obligations, and that the renewal involves installing an alternative approach in accounting education.

Keywords: social and environmental accounting, environmental education, accounting education, accountancy, academic programs.


Introducción

1. El problema ambiental

La crisis civilizatoria contempla los desafíos interconectados que la sociedad enfrenta en términos de sostenibilidad y equidad social. Se han activado todas las alarmas para que la sociedad tome conciencia de la crisis climática y uno de los principales problemas es que las inversiones de capital se han ejecutado en bienes raíces, combustibles fósiles y activos financieros, dejando a un lado inversiones en energía renovable, agricultura sostenible, protección de los ecosistemas, etc. Lander (2019, p. 38) hace una seria advertencia respecto de una de las soluciones más ambiciosas a esta problemática, que es la economía verde:

La propuesta estratégica más ambiciosa que se ha formulado desde los centros económicos, políticos y científicos hoy hegemónicos, ha sido la economía verde. Se trata de formulaciones mediante las cuales, a nombre de la preservación de la vida en el planeta, se abren las puertas al aprovechamiento de la crisis ambiental para crear un nuevo ámbito de la acumulación del capital mediante la profundización del control y la mercantilización de la naturaleza.

Esta crisis planetaria también se relaciona con la injusticia social, pues es un problema que afecta a todos los seres humanos, independientemente de su ubicación geográfica, su nivel educativo o su posición socioeconómica; sin embargo, las poblaciones empobrecidas y marginadas son a menudo las más afectadas por los impactos ambientales, incluidas las generaciones futuras. Las emisiones de gases de efecto invernadero, el crecimiento exponencial del consumo, la contaminación del agua, la deforestación y la pérdida de biodiversidad y hábitats naturales tienen consecuencias globales y pueden afectar a largo plazo la vida en todas sus dimensiones. Según Jacobs (1995, p 57),

El medio ambiente no es solo un asunto de la clase media, dado que todas las personas comparten el medio ambiente, el problema radica en la diferencia en los ingresos, lo que lleva a las personas a tener prioridades diferentes en cuanto a gastar recursos se refiere, es así como los beneficios y costos del medio ambiente están distribuidos desigualmente. Mientras más pobre sea una persona, peor será la crisis que experimente, pues es un hecho mundial que la gente más pobre vive en el peor medio ambiente, diferente a las personas con ingresos elevados, que pueden tener acceso a lugares placenteros y en caso de ser necesario a moverse de un lugar a otro, buscando la comodidad, el aire puro y la paz.

La problemática no acaba aquí, sino que sus efectos se trasladan a la educación, pues no existe suficiente espacio de educación ambiental en las organizaciones, en las IES, ni en la cultura ciudadana para mitigar la crisis. A pesar de los diferentes llamados de atención de los expertos, la sociedad continúa con los mismos hábitos, que empeoran la problemática ambiental.

Las empresas tienen un vínculo directo con la problemática ambiental, por lo que deben promover prácticas sostenibles que contribuyan a proteger el ambiente, y encontrar beneficios ambientales económicos (la mejora de la reputación empresarial genera nuevas oportunidades de negocio con inversionistas preocupados por la crisis ambiental), tributarios (disminución de impuestos por prácticas sostenibles) y de imagen hacia terceros.

A pesar de que las empresas son conscientes del daño que generan al ambiente, y que eso afecta a toda la sociedad, no hacen lo suficiente para sensibilizar a sus empleados y clientes a fin de conservar los ecosistemas o realizar campañas de protección ambiental. La sensibilización y la educación son esenciales para generar un cambio y fomentar una cultura ciudadana de sostenibilidad.

Los causantes de la degradación de los recursos no tienen disposición para pagar por el daño causado, lo que representa una falla de mercado, por lo que resultan necesarias la intervención del Estado y la acción colectiva de la sociedad. Esta es una falla del mercado, generada principalmente por las empresas; sin embargo, pagada por toda la sociedad. También es una falla de la sociedad actual y de los gobiernos de la mayoría de las naciones, porque no se está haciendo lo suficiente para resolver esa problemática (González et al., 2011, p. 717).

De igual manera, Franquet (2005, p. 59) crítica fuertemente la responsabilidad ambiental de las empresas: "… muchos ecologistas culparon al 'hombre' del desastre, y no al sistema corporativo en expansión. Las empresas, en las décadas anteriores, no dejaron de percibir el riesgo que les representaba una visión ajustada de la destrucción ambiental".

Las IES están en capacidad de crear programas académicos que fomenten el cuidado del ambiente, la sostenibilidad y la responsabilidad social, preparando a los estudiantes para abordar los actuales desafíos ambientales. En la carrera de Contaduría Pública es importante formar profesionales con responsabilidad ética y social para propiciar que las organizaciones implementen prácticas sostenibles y responsables en el uso de los recursos. El principal problema es que no existe una visión clara de la formación ambiental de los contadores públicos, con capacidad para contribuir a la sostenibilidad. Por eso el objetivo de este trabajo es examinar los rasgos formativos de los estudiantes de Contaduría Pública del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Subregión AMVA) en materia de contabilidad social y ambiental, para lo cual se analizan las mallas curriculares de veintidós IES, con la intención de dimensionar su potencial transformador en la conducta y las prácticas de los futuros profesionales.

En la introducción se detallan el problema de investigación, su importancia y localización, y los objetivos del estudio; luego se presenta la metodología, soportada en un enfoque cualitativo, y se explicitan las técnicas utilizadas para la recolección de la información y el análisis de datos. En la revisión de la literatura se exploran algunos desarrollos de la CSA y la educación contable, los cuales son contrastados con los hallazgos en los que se exponen y se discuten los resultados obtenidos. Por último, se plantean las conclusiones y limitaciones del trabajo.

2. Revisión de literatura

2.1. La Contabilidad Social y Ambiental (CSA)

Los contadores públicos han tomado conciencia de la problemática ambiental y han investigado la relación entre el ser humano, la economía, las finanzas, la legislación tributaria y el ambiente. Como señala Gómez (2004, p. 91) la profesión se ha sensibilizado en procesos de responsabilidad social empresarial y ambiental:

Sea cual fuere la acepción sobre la naturaleza de la contabilidad, es aceptada la necesidad de una reflexión e instrumentalización desde ella, que permita abordar la cuestión medioambiental y proponer soluciones de orden informativo, valorativo, representativo y de control, desde los sistemas de información de las organizaciones, para lo cual, la contabilidad debe sufrir ciertas transformaciones.

Por eso las empresas y las IES desempeñan una función importante en la promoción de la educación y la conciencia ambiental: se requiere implementar contenidos educativos sobre ambiente, desarrollar políticas de responsabilidad social, reducir al máximo el consumo innecesario de agua, energía, papel, etc., para aumentar la eficiencia de la gestión en función de la sostenibilidad. García (2012, p. 212) señala que: "Los intentos destinados a reflexionar sobre la contabilidad social y ambiental se relacionan con nuevos requerimientos que la sociedad demanda a las organizaciones y que se vinculan con su comportamiento social y ambiental".

Algunos autores tienen una perspectiva muy concreta de la Contabilidad, por ejemplo, Araújo, (2005, p. 103) la percibe como

un sistema informativo y de comunicación de hechos económicos y sociales integrado por cuatro elementos. El comunicador (Contador), los medios de comunicación (Libros, máquinas, etc.) el mensaje (estados o informes, etc.) y los usuarios administración, accionistas, etc.

Sin embargo, la perspectiva más generalizada afirma que la Contabilidad es una disciplina que aborda aspectos económicos, legales y administrativos, pero que también se debe enfocar en temas sociales, culturales y ambientales. Para Sarmiento (2008, p. 55) la contabilidad es una "disciplina social, fáctica y aplicada, que estudia el control de la riqueza, a través de sistemas de información referidos a los procesos de medición, valoración y control de los recursos materiales, sociales y naturales, …" lo cual deja claro el amplio espectro de posibilidades de abordaje disciplinal y sus aplicaciones en la práctica profesional. En el mismo sentido se expresan Barraza y Gómez cuando afirman que:

la Contabilidad tiene una forma particular de observar la realidad, de entenderla, de explicarla, de moldearla y de prescribirla. Esta mirada de la Contabilidad (que le es propia) sobre la realidad, constituye a la Contabilidad en un campo del conocimiento, en una parcela del saber, en una disciplina (Barraza y Gómez, 2005, p. 16).

La contabilidad no solo se debe enfocar en presentar informes, en calcular impuestos o realizar causaciones contables o teneduría de libros. El contador actual debe tener un rol fundamental para tomar decisiones administrativas, financieras, económicas, sociales y ambientales en las compañías.

La contabilidad no es una simple técnica económica, sino que determina algunos de los valores generales de los individuos y las organizaciones, regulariza y normaliza el criterio de racionalidad económica, y reproduce un estado de cosas, construyendo parte de la "imagen" del mundo (Gómez, 2004, p. 90).

Las preocupaciones sobre el ambiente dieron origen a una nueva rama de la profesión contable, que inicialmente se enfocó en la Contabilidad Social, cuando en Europa se empezó a abordar el crecimiento poblacional y el uso abusivo de los recursos naturales, como ocurrió a partir de la Conferencia Mundial de Naciones Unidas de Estocolmo de 1972 (Mathews, 1997, p. 495):

La investigación en contabilidad social y ambiental (ICSA) se empezó a construir en los años setenta del siglo pasado, a partir de revelaciones que tenían que ver con empleados y con características de los productos, desde una perspectiva normativa; es decir, en sus inicios se trataba solo de "contabilidad social".

Al pasar los años, la crisis climática fue aumentando y también comenzó a tomar cierta relevancia la investigación en contabilidad social y ambiental (ICSA). Según Macías y Velásquez (2017, p. 22),

En la década de los ochenta y principios de los noventa la ICSA se convirtió en un área de investigación académica que prestó gran atención a los aspectos metodológicos, en especial al empleo riguroso del análisis de contenido como herramienta de análisis y se prestó mucha más atención al soporte teórico. Allí, las perspectivas extraídas de las partes interesadas, la economía política y de manera predominante, la teoría de la legitimidad, se emplearon cada vez más con el objetivo de explicar, en lugar de simplemente describir, la práctica de la CSA. Se creó todo un movimiento de inversión ética y apareció una discusión filosófica y un debate polémico sobre los fundamentos sociales y políticos de la investigación social y ambiental.

Desde que se comenzó a hablar de Contabilidad Social y Ambiental, diferentes autores han asumido la definición de esta rama del conocimiento. Para Gray et al. (1999, p. 105),

La contabilidad ambiental se entiende entonces como el desarrollo de un sistema el cual permite reconocer los impactos ambientales dentro de la información de la organización, discriminando los ingresos y costos que tengan relación con temas medioambientales, con el fin de tomar decisiones que contribuyan a una mitigación de los efectos negativos en el ambiente que sean producto de la actividad económica que se desarrolla una compañía.

No obstante, Mathews (1997, pp. 500-501) identifica alguna ruptura:

En el período 1991-1995 continuó creciendo la contabilidad ambiental, con lo cual se impulsó la agenda de investigación y se atrajeron nuevos investigadores al campo; la contabilidad social prácticamente cesó durante ese período.

Por su parte, Larrinaga (1999, p. 8) afirma que "la base fundamental sobre la que se apoyaría el cambio contable sería la existencia de responsabilidad social sobre el medio ambiente, ya que eso expondría la empresa al escrutinio, cuyo efecto puede tener incidencia en la situación económica y patrimonial", en una clara alusión al papel estratégico que puede cumplir la CSA en los cambios y transformaciones que requiere la sociedad.

En Colombia la CSA ha ocupado un lugar importante en la comunidad académica e investigativa, pues cada vez es más evidente que las IES y las organizaciones necesitan tomar precauciones para minimizar el impacto ambiental y analizar detalladamente los informes que presentan a sus grupos de interés. En la actualidad en Colombia y en Latinoamérica se utiliza el término Contabilidad Ambiental integrando las dimensiones social y ambiental. En ese orden de ideas, para Mejía y Vargas (2012, p. 60),

La Contabilidad Ambiental, se define como: La ciencia social aplicada, que estudia la valoración cualitativa y cuantitativa de la existencia y circulación de la riqueza ambiental controlada por las organizaciones, utilizando diversos métodos que le permite evaluar la gestión que la organización ejerce sobre la riqueza ambiental, con el fin de contribuir a la acumulación, generación, distribución y sostenibilidad integral de la misma.

Esta concepción, bastante funcionalista, coincide con la visión tradicional de la función contable y de las limitaciones para su desarrollo en algunos contextos donde la contabilidad está sujeta al poder hegemónico de las normas jurídicas y el establecimiento político:

A nivel nacional, la contabilidad ambiental se ha orientado a clasificar las cuentas nacionales (estadísticas) y a proporcionar parámetros para la medición y valoración de algunas cuentas. A nivel empresarial la contabilidad ha brindado preferencias a los contenidos laboral, fiscal y financiero, desatendiendo la temática ambiental; en general la contabilidad ambiental, escasamente, se limita a ofrecer información adicional a la información financiera, tal como informes de gestión, cifras y estadísticas adjuntas en casos muy específicos de empresas que lo decidan, debido a que no es obligante (Hernández y Castillo, 2015, p. 180).

Esta perspectiva se reproduce en la academia, pues los investigadores "acuden a los informes anuales presentados por las empresas y fundamentan sus contribuciones en las revelaciones sociales y ambientales que se presentan allí" (Macías, 2017, p. 32).

Entonces, se puede decir que la CSA estudia y comunica los efectos socioeconómicos de la actividad productiva de las organizaciones desde diferentes perspectivas. En ese sentido, Sarmiento (2020, p. 103) identifica un primer enfoque cuantitativo acogido por las empresas, "más técnico y cercano a la tradición contable financiera, interesado en proponer mecanismos de medición, valoración y control de las relaciones empresa-ambiente, orientado a legitimar la actividad empresarial en función de sus objetivos económicos". Un segundo enfoque (interpretativo), de carácter cualitativo está "dirigido a describir e interpretar la información y los intereses que subyacen en las relaciones empresa-ambiente como parte de la realidad socioeconómica del mundo contemporáneo, sujeto a múltiples interacciones derivadas de la complejidad de los procesos de desarrollo" (p. 103). Finalmente, un enfoque crítico en defensa de las sociedades vulnerables (igualmente cualitativo) resulta ser más radical, interesado en poner en conflicto los dos enfoques anteriores y a cada uno consigo mismo, en atención a la necesidad de que la contabilidad se comprometa con las transformaciones que exige el estado de crisis en que se encuentra el actual modelo de desarrollo de Occidente (Sarmiento, 2020, p. 103).

En resumen, la CSA es un campo de investigación en constante evolución debido a la necesidad de medir, valorar y controlar los impactos, y encontrar soluciones a los múltiples problemas derivados de la degradación ecosistémica. La investigación en CSA ha progresado de tal manera que ha alcanzado logros significativos. Según Macías y Velásquez (2017, p. 22),

los académicos que han construido la ICSA han logrado desarrollar unos espacios de discusión claramente diferenciados, donde las revistas (capital simbólico) ocupan el lugar central, para dejar evidencia de los avances, de las discusiones, de las dificultades y de los retos. La mayoría de los trabajos del campo han sido críticos del statu quo, y por eso tienen unos espacios particulares de discusión y acumulación del conocimiento del campo.

2.2. El contador en la Contabilidad Social y Ambiental

La Contaduría Pública juega un papel fundamental en la gestión sostenible y responsable de las empresas. Un inconveniente que se presenta en ellas es que han estado ancladas en el capitalismo y el excesivo consumo de materias primas, pero sus impactos terminan reducidos a la valoración del daño sin avanzar en las estrategias para minimizarlo o eliminarlo. Esto se puede evidenciar en el enfoque funcional de la CSA, cuyo principal objetivo es contabilizar los impactos ambientales en atención a la eficiencia de la inversión. En ese sentido, para Ladino y Ramírez (2018, p. 75):

El Contador Público ha sido durante tantos años una figura clave del capitalismo, que cuando se intenta discutir sobre los nuevos ambientes en los que se puede desenvolver, termina limitado a tener respuesta a las mismas preguntas: ¿cuánto cuesta? ¿Cómo contabilizarlo? ¿Qué beneficio dará a la compañía? Es tan difícil eliminar el paradigma de la "contabilización", que continuamos buscando quién les ponga precio a los recursos naturales para poder incluirlos en los planes de cuentas parametrizados en un software; sin mayor sensibilización por lo vital, que es la naturaleza y sus recursos naturales, para la supervivencia humana.

La profesión contable tiene una responsabilidad fundamental en aras de promover un modelo de desarrollo ambiental que modifique el patrón de consumo, la sobreexplotación de recursos naturales, la emisión de gases, y que genere conciencia en toda la sociedad, como una forma de responsabilidad social empresarial enfocada en el ambiente. La Contabilidad debe optar, entonces, por desarrollar un pensamiento social y ambiental dentro y fuera de las organizaciones.

El contador público está en sinergia con la Responsabilidad Social Empresarial al hacer frente al daño ambiental, como un desafío para contribuir a la sostenibilidad, porque se conduce a la necesidad de un modelo contable ambiental para permitir contabilizar los recursos naturales y los impactos ambientales que causan las empresas al mismo tiempo realizar actos correctivos (Méndez et al., 2022, p. 156).

Pero el cambio no solo se debe manifestar desde las organizaciones. La formación académica es esencial para generar un cambio positivo en la sociedad y en las empresas con respecto al impacto social y ambiental; es fundamental cerrar la brecha contable y educar a los estudiantes en las diferentes subdisciplinas de la Contabilidad, como la CSA.

La ICSA es clave para el desarrollo de una contabilidad integral y sostenible, pues permite identificar nuevos enfoques y metodologías para abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrentan las organizaciones. "La 'reciente' preocupación por los temas ambientales en distintas esferas de la sociedad está conduciendo a que la investigación en contabilidad social y ambiental (ICSA) se mueva desde los márgenes de la literatura contable hacia el centro del escenario" (Parker, 2011, p. 5).

La ICSA ha abierto posibilidades para que las personas que no eran escuchadas en las agendas de negocios, en las juntas de socios y en la presentación de informes a los accionistas, sean garantes de la información en estos espacios, beneficiando así no solo la imagen de las organizaciones sino también el prestigio del contador público.

La ICSA tiene básicamente dos preocupaciones: insatisfacción con las prácticas contables convencionales y necesidad de explorar y desarrollar nuevas formas de contabilidad más benigna en términos sociales y ambientales. Este campo está ganando terreno al tratar de involucrar la práctica para dar visibilidad a voces que tradicionalmente no se han escuchado en las agendas de los negocios; puede contribuir a la rendición de cuentas, a la democracia participativa, a las aspiraciones democráticas de transformación de la vida del trabajo y a la promoción de un nuevo vocabulario moral dentro de las organizaciones (Bebbington, 1997, p. 374).

El trabajo del contador público ambientalista no solo mejora su perfil profesional al desarrollar nuevas competencias que generan un valor agregado a su currículo, sino que también tiene un impacto positivo en la organización, donde contribuye a potenciar la imagen y el buen nombre, y fuera de la organización, porque genera confianza pública.

2.3. El papel de las Instituciones de Educación Superior (IES) en la Contabilidad Social y Ambiental

Las IES han tomado posición frente al cambio climático y han dado un reconocimiento importante a los enfoques socio-ambientales, pero aún hay muchas inconformidades en los claustros; una de ellas es que no todos los veintidós programas de Contaduría Pública del Valle de Aburrá incluyen en sus planes de estudio asignaturas con enfoque en Contabilidad Social y Ambiental. También se presentan otras dificultades relacionadas con los estudiantes, que no se inclinan hacia lo ambiental y prefieren como práctica contable lo técnico-instrumental desde una perspectiva tradicional u ortodoxa.

Otro inconveniente que afrontan las IES es la escasa participación de los estudiantes en semilleros de investigación y eventos académicos, debido a que muchos de ellos se matriculan con el objetivo de obtener un título académico y no de formarse como profesionales integrales, con pensamiento crítico y comprometidos con el cambio social. "No obstante, en la práctica educativa de las universidades, las dinámicas de investigación no capturan todavía los intereses de los estudiantes y difícilmente puede evidenciarse sus resultados en términos de formación humana" (Muñoz et al., 2015, p. 55).

Es cierto que aún es exigua la formación en CSA en las IES, y que es poco el interés que muestran algunos estudiantes ante las actuales situaciones de crisis, lo que no debería servir de excusa para no buscar mejores opciones de formación, pues son los responsables de adquirir conocimiento a través de los espacios extracurriculares que se ofrecen en las IES. Un ejemplo claro es la participación en semilleros de investigación enfocados en CSA que sirven para profundizar en sostenibilidad y realizar proyectos que les permitan aplicar sus conocimientos y formarse con un enfoque interpretativo y crítico.

Es importante el aporte de la academia contable en los campos extracurriculares, donde los estudiantes pueden indagar y conocer sobre la CSA, y aunque la dificultad de motivarlos es notoria, en realidad no se aprovechan estos espacios y se pierden recursos, tiempo y oportunidades.

Final del formularioFue posible identificar un sinnúmero de inconformidades que se reducen a la actitud desinteresada por parte de los estudiantes de Contaduría respecto de las problemáticas, conflictos y situaciones críticas por las que atraviesa el mundo actualmente, mundo que representa el territorio que forma parte vital de su desarrollo profesional y personal, y que merece, por parte del individuo en mención, un alto grado de interés, consideración y reconciliación (Usma y Torres, 2016, p. 209).

Según el artículo 7.° de la Ley 1549 de 2012, en las mallas curriculares de las IES se debe incluir una asignatura de carácter ambiental, aunque hasta ahora dichas asignaturas no se enfocan en CSA, sino que se caracterizan por estudiar la estructura y función de los ecosistemas y los desarrollos de la ecología, lo cual no hace parte de esta investigación.

3. Metodología

Este ejercicio cualitativo se sustenta en un enfoque analítico y de revisión documental aplicado a veintidós programas de Contaduría Pública en el Valle de Aburrá. Como técnica principal se realizó una revisión documental con el fin de rastrear los perfiles de los egresados, las mallas curriculares y el contenido de las asignaturas de CSA. Las categorías de análisis son contabilidad ambiental, CSA, sostenibilidad, ecología y ambiente. Para el análisis de información se clasificaron las instituciones (públicas y privadas), se contrastaron los perfiles de los egresados con las mallas curriculares, se extrajeron los microcurrículos de las asignaturas socioambientales, se identificó su enfoque epistemológico, se interpretó su contenido programático y se revisó la intencionalidad de la oferta.

4. Resultados y discusión

4.1. Caracterización de los perfiles profesionales y las asignaturas de sostenibilidad en IES del Valle de Aburrá

La información recolectada es importante porque los estudiantes pueden identificar de manera detallada lo que ofrecen las IES y tomar la decisión adecuada de cómo quieren formarse. Como se observa en la tabla, en ocasiones el perfil del egresado no coincide con las ofertas académicas (mallas curriculares) de los programas, por ejemplo, puede que en el perfil de egresado se detalle que el profesional tendrá un enfoque ambientalista, pero en la malla curricular no figure ninguna asignatura de CSA.

En el Valle de Aburrá hay veintidós IES que ofrecen el Programa de Contaduría Pública, dieciséis de ellas ofrecen asignaturas relacionadas con el ambiente, pero solo nueve enfocan esas asignaturas en CSA (Politécnico Colombiano, Fundación Universitaria María Cano, Corporación Universitaria Remington, Corporación Universitaria Americana, Corporación Universitaria U de Colombia, Universidad EAFIT, Universidad Autónoma Latinoamericana, Universidad Cooperativa de Colombia, y Universidad Católica Luis Amigó).

La descripción de los microcurrículos de las asignaturas revela que sólo cuatro IES (Politécnico Colombiano, Universidad Autónoma Latinoamericana, Universidad Cooperativa de Colombia y Universidad Católica Luis Amigó) contemplan el componente teórico, y que la mayoría hace énfasis en las técnicas e instrumentos, en temas económicos, administrativos y financieros, y en la cuantificación de los costos e impactos ambientales (enfoque funcional) (figura 1), todo ello enfocado en la generación de utilidades como principal objetivo, sin importar el daño que se pueda causar al ambiente. En las IES analizadas no se observa la asignatura de CSA con una perspectiva analítica y crítica, que haga énfasis en los impactos y conflictos que afectan a las comunidades vulnerables (enfoque crítico)2.

Otro aspecto importante es que en diferentes IES se habla de formar profesionales íntegros, preocupados por el ambiente, pero en sus mallas curriculares no existen asignaturas suficientes para formar un profesional de esas características (24%).

A pesar de que hay avances en la implementación de contenidos de Contabilidad Social y Ambiental en las IES del Valle de Aburrá, no es una tendencia generalizada como debería serlo, dadas las advertencias sobre el cambio climático y sus efectos en la degradación ecosistémica y la afectación de las actividades productivas que se presentan en todo el mundo.

Es importante que los estudiantes conozcan los tres enfoques epistemológicos en los que se desarrolla la CSA (Sarmiento, 2020) con el fin de que puedan diferenciar el contenido de instrumentos como los informes de sostenibilidad y de responsabilidad social, y así identificar la importancia de los intereses que subyacen a la construcción de dichos reportes. Los hallazgos denotan que en las IES consultadas no se están incluyendo contenidos de CSA desde un enfoque crítico, lo que hace que los futuros profesionales no relacionen adecuadamente la Contabilidad con conceptos fundamentales como libertad, equidad, justicia, interés, poder y conflicto, los cuales les pueden proporcionar un amplio conocimiento de las realidades del cambio climático a escala mundial, y cómo la Contabilidad influye directamente en la defensa de comunidades vulnerables y sectores invisibilizados, para generar alternativas a los conceptos de generación de riqueza.

El interés de una parte considerable de las IES consultadas en el diseño microcurricular de las asignaturas de CSA se enfoca en dar cumplimiento a la Ley 1549 de 2012 y así cumplir con los requisitos solicitados por el Ministerio de Educación para obtener el registro calificado de los programas (enfoque jurídico-normativo), lo que afecta directamente a los estudiantes porque no obtienen los conocimientos suficientes desde la perspectiva contable. Esto se explica por el hecho de que, en ocasiones, aunque las universidades incluyen la asignatura en el plan de estudios, esta no se dicta adecuadamente porque no se prepara a los docentes para orientar el curso según los parámetros de la malla curricular. Podría haber otras razones, pero no son tan visibles en los hallazgos.

Conclusiones y limitaciones

En este estudio se analizó el estado actual del componente social y ambiental de la formación de Contadores Públicos en los programas de Contaduría Pública que ofrecen las IES del Valle de Aburrá, en comparación con el perfil profesional de cada una. Se observa claramente que las IES han venido trabajando en la inclusión de asignaturas de este campo, sin embargo, los programas de Contaduría Pública aún privilegian la formación de contadores técnicos dedicados a labores instrumentales, lo cual no favorece la idoneidad de la formación en CSA.

Hace falta trabajar en la reconstrucción de las mallas curriculares y buscar estrategias para incluir asignaturas que ayuden a formar profesionales con pensamiento crítico, conscientes del cambio ambiental y dispuestos a contribuir desde la profesión contable a la verdad y la justicia ambiental. Es responsabilidad de los estudiantes y docentes participar activamente en la reconstrucción de las mallas curriculares por medio de representantes en los comités de currículo y demás órganos de decisión académica. De la misma forma, es importante contar con profesores idóneos para orientar las asignaturas de CSA a fin de que no se limiten a la formación ecológica.

Esta investigación puede contribuir para que las IES reflexionen respecto de las asignaturas de CSA que ofrecen, revisando los enfoques epistemológicos de la subdisciplina (Sarmiento (2020), que pueden ser útiles para construir nuevos contenidos curriculares. Por último, conviene invitar a las y los estudiantes de Contaduría Pública para que participen de los espacios extracurriculares que ofrecen las IES con el fin de que se fortalezcan como profesionales con pensamiento crítico, y sensibles a los problemas sociales y ambientales.

Las limitaciones para construir este artículo se situaron precisamente en la recolección de la información de las mallas curriculares, la falta de acceso público a los datos curriculares específicos de las IES, pues algunas de ellas no tienen esta información cargada en su página web. En la Fundación Universitaria CEIPA no se realizó análisis de la malla curricular porque no enviaron la información que se les solicitaba, lo que hace que los resultados no sean tan completos.


Nota

2 Cabe resaltar que hay tres IES que tienen la CSA cuyos contenidos corresponden a los enfoques funcional e interpretativo (Politécnico Colombiano, Universidad Cooperativa de Colombia y Universidad Católica Luis Amigó).


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