Los desafíos de la promoción del derecho civil francés en lengua inglesa*
Challenges of promoting French Civil Law in English
Michel Séjean**
*Este texto corresponde a una intervención realizada en la Universidad Real de Derecho y Ciencias Económicas de Phnom-Penh (Camboya), en diciembre de 2013. El estilo oral ha sido voluntariamente conservado. Trad. del francés, Anabel Riaño.
**Profesor titular en Derecho Privado y Ciencias Criminales, Universidad de Bretaña-Sur, Francia. Jefe de redacción de la Revue de Droit Henri Capitant. contacto: michel.sejean@univ-ubs.fr
Fecha de recepción: 20 de junio de 2014. Fecha de aceptación: 25 de agosto de 2014.
Resumen
A causa de la mundialización, los sistemas de derecho continental deben cuestionarse a propósito de su influencia. El éxito del Common Law es evidente, pero esto no debe impedir que los juristas franceses se interroguen acerca de la posibilidad de mejorar la promoción del derecho civil francés por medio de la lengua inglesa. Este interrogante es, sin embargo, muy sensible: existe un vínculo fuerte entre la francofonía y la promoción del Código Civil, y solo desde hace poco los universitarios franceses han comenzado a aceptar la idea de que el inglés es compatible con la promoción del derecho civil francés. Dos desafíos deben ser superados: el primero es el de difundir el derecho civil francés en inglés; el segundo es el de manejar el vocabulario inglés del derecho civil. Estos son los dos desafíos que se presentan en este documento.
Palabras clave: derecho francés en inglés, Código Civil francés, Código Civil, inglés jurídico, traducción jurídica, Proyecto de Marco común de Referencia, "Doing Business", derecho francés de las obligaciones, Código Civil de la Luisiana.
Abstract
As a result of globalization, continental legal systems must reassess their influence. It is obvious that legal systems based on common law have successfully spread out, but its hould not bar French jurists from wondering whether the English language could improve the promotion of French civil law. However, this is a very sensitive issue: there is a strong relation between "la francophonie" and the promotion of the French Civil Code, and not until recently, French scholars have started to accept that the English language could be compatible with the promotion of French civil law. Two challenges must be met: the first one is to spread French civil law in English; and the second one is to command the English vocabulary of civil law. These are the two challenges which are presented in this paper.
Keywords: French Law in English, French Civil Code, Civil Code, Legal English, Legal Translation, Draft common Frame of Reference, "Doing Business", French Law of Obligations, Louisiana Civil Law.
Sumario
Introducción. I. Difundir el derecho civil francés en inglés. A. Aceptar la difusión del derecho francés en inglés. B. Hacer perenne la difusión. II. Dominar el inglés del derecho civil. A. Mejorar la accesibilidad del derecho civil francés. B. Actuar por la coherencia del derecho civil a escala europea. Bibliografía.
Introducción
Los desafíos de la promoción del derecho civil en inglés: he aquí un tema del que hubiéramos podido esperar que sea tratado... ¡en inglés! Sin embargo, he preferido hablar en francés no solo porque es mi lengua materna sino porque es un signo de amistad frente a esta asamblea que me recibe hoy, conformada por amigos de la lengua francesa.
¿De qué se trata esto?
En primer lugar, de derecho civil francés. Este abarca el conjunto de reglas sustanciales que regulan las relaciones de los particulares entre sí. Es el derecho común de Francia, y a este título da una imagen del modo en que la sociedad francesa concibe las relaciones entre los seres humanos: sus relaciones jurídicas, por supuesto, y a través de estas sus relaciones económicas, pero igualmente una cierta concepción filosófica de las relaciones humanas. Todavía hace falta precisar que el derecho civil francés del que hablamos no se limita a la geografía de Francia. Dicho derecho evoluciona con la geopolítica de esta, que se ve confrontada, como ocurre en todos los países, con el fenómeno de la mundialización.
La mundialización ha perturbado la familia del derecho continental en general1, y ha trastornado el derecho civil francés en particular2. En el plano económico, los sistemas jurídicos están a partir de ahora en competición para atraer el mayor número de inversiones. Al mismo tiempo, se convierten en productos que se exportan y se importan, y que se exponen en la vitrina de las grandes instituciones del mundo vanagloriándose de sus características. Desde el año 2004, el Banco Mundial publica un informe en este sentido: el informe Doing Business. Este reporte busca determinar qué país tiene el sistema jurídico más "eficaz", el más "competitivo" para hacer negocios. En consecuencia, la calidad de un sistema jurídico es evaluada de acuerdo con el "atractivo económico" de dicho sistema según instrumentos de medición que son, por otra parte, controvertidos3. Dos familias se encontraron así en competición: la del derecho continental y la del Common Law.
Se trata entonces de "derecho civil francés" y de su relación con el Common Law. Pero esto no es todo.
Enseguida, hablamos de lengua inglesa. Esto porque la mundialización se manifiesta por un segundo trastorno: la expansión del inglés. Muchos evocan su preponderancia y denuncian su hegemonía4. Nadie discute que el inglés se ha convertido hoy en día en una "lengua que permite la comunicación entre los pueblos o etnias de lenguas diferentes"5.
Este auge genera temor. Un lingüista francés, Claude Hagège, ve en la expansión del inglés la desaparición de la diversidad cultural, y no duda en afirmar que "la lengua que sirve hoy de soporte al pensamiento único es, en gran medida, el inglés"6. La sentencia ha sido pronunciada: la expansión del inglés se pondría al servicio de un pensamiento único. Y no se trataría de cualquier pensamiento único, ya que el inglés sería "el vector de la ideología neoliberal"7.
Al mismo tiempo, leemos con frecuencia que la francofonía8 se habría construido como una política, no del pensamiento único, sino de la diversidad9. Por consiguiente, la idea según la cual la expansión del inglés representa el advenimiento del pensamiento único, mientras que la promoción de la francofonía representaría el triunfo de la diversidad cultural, se ha extendido.
De esto se derivan varias consecuencias, las cuales explican la dificultad actual para promover el derecho francés en inglés. La primera consecuencia fue la de confundir, equivocadamente, durante mucho tiempo, el hecho de hablar inglés y el hecho de fomentar la influencia del Common Law10; la segunda fue, hasta hace poco, la de apoyarse exclusivamente en la francofonía para promover la visibilidad del derecho francés en el mundo.
Reunidas, estas dos circunstancias implicarían que el idioma inglés no pueda servir para promover el derecho francés, porque el Common Law no puede representar al derecho civil, y que la lengua inglesa no mejoraría la visibilidad de la cultura francesa.
Solamente desde hace quince años se ha replanteado la promoción del derecho civil francés en inglés, y hace menos de diez años que los frutos comienzan a verse. Este nuevo impulso conduce a la comunidad de juristas de tradición francesa a dos nuevos desafíos: el primero consiste en difundir el derecho civil en inglés (I); el segundo, en manejar el inglés del derecho civil (II). Tales son los dos elementos de la presente intervención.
I. Difundir el derecho civil francés en inglés
Para que la difusión del derecho civil en inglés se realice es necesario, en primer lugar, que los franceses acepten la idea (A). Es solamente en segundo lugar que esta difusión puede ser perpetuada (B).
A. Aceptar la difusión del derecho francés en inglés
Numerosas etapas fueron necesarias para que, progresiva y tímidamente, la idea de difundir el derecho civil francés en inglés fuera aceptada. Fue indispensable la evolución de la mentalidad, y ello tuvo lugar a través de tres grandes movimientos.
1.°) En primer lugar, fue necesario poner fin a la idea preconcebida según la cual un sistema jurídico no podía expresarse sino en un idioma. El ejemplo provino de los universitarios del Nuevo Brunswick, en Canadá, quienes emprendieron la tarea de traducir y enseñar todo el cuerpo del Common Law en francés. Ellos lo logran con mucho éxito, lo que demuestra claramente que la expresión de un sistema jurídico determinado no se limita a un solo idioma.
2.°) Luego, fue necesario que las regiones anglófonas pertenecientes al sistema jurídico de derecho civil lucharan para que su vocabulario jurídico inglés fuese muy distinto del vocabulario del Common Law. Gracias a sus inmensos esfuerzos, hoy en día es posible demostrar que existen varios vocabularios jurídicos ingleses: uno que se refiere a los conceptos y a la estructura casuística del Common Law; otro que encarna la visión legalista del derecho civil francés, o al menos, del derecho continental11. Pensamos evidentemente en Quebec, cuyo Código Civil está íntegramente disponible en inglés y francés, e incluso en español. Pero un rol de primer orden es igualmente desempeñado por Luisiana, y por la Universidad Estatal de Luisiana en Baton Rouge, cuyo centro de Estudios de Derecho civil, dirigido por Olivier Moréteau, adelanta desde hace varios años la traducción del Código Civil luisianés en francés y en español12.
3.°) Por último, fue necesario que se abriera una reflexión de envergadura acerca de la importancia del derecho francés en el mundo, y sobre la necesidad de superar la simple francofonía para fomentar la influencia del derecho francés. Esta tercera etapa fue posible gracias a palabras (a) seguidas por actos (b).
a. ¿Qué palabras?
Las primeras declaraciones determinantes fueron publicadas en junio de 2001, en un informe del consejo de Estado acerca de "La influencia internacional de Francia en el mundo". Después de haber recomendado que se reforzaran los medios atribuidos a la Agencia Universitaria de la Francofonía, el consejo de Estado planteó la siguiente pregunta: "¿Debemos (...) mantener la idea de que un derecho solo puede ser defendido en su idioma originario?"13. La respuesta dada a dicho interrogante es importante: según el consejo de Estado, la traducción es la primera condición para que un sistema pueda ser conocido, e incluso imitado en los países que no hablan el idioma en que se expresa habitualmente ese sistema jurídico14. Además, el consejo de Estado recomienda que el inglés sea el idioma principal de traducción del derecho francés.
Así pues, es en el marco de una reflexión sobre la posición del derecho francés en el mundo que la traducción del derecho francés inglés se hace concebible.
El camino estaba entonces abierto para que algunos meses después hubiera lugar a una segunda serie de declaraciones.
ii) En el transcurso de una reflexión sobre un tema semejante, el de la francofonía confrontada a los desafíos de la economía y del derecho en nuestros días, se realizó un coloquio en la Universidad de San José de Beirut, en el Líbano. Gracias a este, la promoción del derecho francés en inglés encontró apoyos universitarios en Francia15.
Tres ideas complementarias fueron evocadas entonces, ideas que son interesantes para nuestro tema. La primera es que la francofonía no es una lucha de la lengua francesa contra la lengua inglesa16. La segunda, manifestada por Pierre Catala, es que "el espíritu que defendemos (...) es traducible en todos los idiomas"17. Por último, la tercera idea fue expresada por Michel Grimaldi, quien se pronunció en favor de un esfuerzo de traducción del derecho francés, no solo en inglés, sino también en el idioma de todos aquellos a quienes se dirige18.
De estos tres extractos retengamos lo siguiente: a finales del año 2001, gracias a las declaraciones mencionadas anteriormente, la comunidad universitaria francesa, que no era conocida por su apertura hacia las lenguas extranjeras, concibe no solo que la traducción del derecho francés en inglés es compatible con la francofonía, sino sobre todo que dicha traducción es necesaria para mejorar la visibilidad y la accesibilidad del derecho francés en el extranjero.
III) La tercera serie de declaraciones decisivas tiene lugar durante las celebraciones del bicentenario del Código Civil francés, en 2004. El balance de los universitarios franceses y de sus amigos extranjeros conduce a darse cuenta de que el Code civil dejó de ser el centro del derecho civil francés. En particular, las insuficiencias del Code civil son el reflejo de una Francia que busca sus puntos de referencia en el nuevo mapa de la mundialización, y cuyos movimientos son controlados tanto por la Unión Europea como por la corte Europea de los Derechos del Hombre. Siendo colectiva, esta toma de consciencia permitirá la aparición de reacciones concretas.
Pasamos entonces de las palabras a los actos.
b. ¿Qué actos?
En concreto, tras las declaraciones que tuvieron lugar durante las numerosas celebraciones del bicentenario del Code civil, Pierre Catala crea un grupo de trabajo que propone un anteproyecto de reforma del derecho de las obligaciones y de la prescripción. Este informe es publicado a finales del año 2005. En aquel momento, el destino, la suerte, la fortuna, llamémoslo como queramos, alcanza a este proyecto. De manera espontánea y voluntaria fueron emprendidas seis traducciones por universitarios: una traducción árabe, una española, una italiana, otra alemana y, sobre todo, ¿dos traducciones al inglés!
En realidad, Pierre Catala había solicitado a dos grupos, por equivocación, realizar la traducción inglesa, lo que significó un gran progreso. La primera versión inglesa fue realizada por universitarios ingleses de Oxford, Stefan Vogenauer, Simon Whittaker y John Cartwright; la segunda fue realizada por los luisianeses Alain Levasseur y David Gruning. En 2011, estas traducciones fueron recogidas en una obra que permite, de ahora en adelante, comparar la traducción inglesa del derecho francés realizada por los common lawyers y la realizada por los civilistas anglófonos19.
A partir de entonces, el primer desafío había sido superado: hacer que las autoridades públicas así como la comunidad universitaria francesa admitieran que la francofonía y el derecho civil francés son favorecidos, y no amenazados, por la traducción. Era hora de aceptar el segundo desafío: hacer perenne la difusión del derecho civil en idioma inglés.
B. Hacer perenne la difusión
¿Cómo procurar que la lengua inglesa del derecho civil se desarrolle de manera perenne, es decir, a largo plazo? Un medio para lograrlo es la traducción en inglés de la mayor parte de textos que ya han sido ampliamente difundidos en lengua francesa, proponiendo una traducción que se sirva del vocabulario inglés del derecho civil. Esto explica las diferentes iniciativas concretas en dicho sentido.
En primer lugar, la Fundación para el Derecho Continental financia la traducción, en inglés, de la Henri Capitant Law Review20, una revista bilingüe que no tiene equivalente en el mundo de la edición jurídica. constituida por la Asociación Henri Capitant de Amigos de la Cultura Jurídica Francesa, esta revista reagrupa las más bellas páginas de la literatura jurídica francesa sobre ciertos temas: el análisis económico del derecho, la noción de patrimonio, el tema de la prueba, las profesiones jurídicas, la distinción entre derecho público y derecho privado, la primacía de la ejecución in natura, la reserva hereditaria, etc. Para cada tema, los patrocinadores proponen una selección de los textos más clásicos y pertinentes, y la Fundación para el Derecho continental solicita una traducción en inglés. Esta es la ocasión de desarrollar un verdadero savoir-faire21 francés en materia de vocabulario inglés del derecho civil, y de mostrar la cara de un derecho civil francés abierto al mundo, y abierto al bilingüismo.
En segundo lugar, la Fundación para el Derecho Continental y el Ministerio de Justicia invierten masivamente para realizar la traducción inglesa del Code civil, del Código de Comercio, del Código de Procedimiento Civil y muchos otros códigos. El centro de Acceso a los Derechos Extranjeros, más conocido bajo el nombre de Juriscope, es el comparatista principal de esta inmensa construcción22. En estos momentos, la actualización de la traducción inglesa del Código Civil y del Código de Comercio está en marcha, teniendo en cuenta que los textos han cambiado mucho desde el año 2006. Allí todavía es conveniente verificar que la terminología inglesa sea armonizada entre los diferentes códigos, y que ella represente nociones del derecho civil.
En tercer lugar, nos preparamos para acoger el tan esperado Dictionary of the Civil Code proveniente del Vocabulario Jurídico de Gérard Cornu, que debería ser publicado en otoño de 2014.
Todas estas iniciativas tienen un mérito común: la terminología es, la mayoría de las veces, armonizada, y permite familiarizar al lector con el uso del vocabulario jurídico inglés del derecho civil.
A esto hay que agregar que los textos traducidos ya han sido ampliamente difundidos en francés, lo que es primordial. ¿Por qué? Porque el éxito de estos textos va a transmitirse a las expresiones inglesas mediante las cuales se efectúa la traducción. ¿cómo lo sabemos? Porque los universitarios están muy atentos a lo que dicen los litigantes, y los litigantes dicen que todos los días, en sus oficinas de abogados, deben traducir contratos en inglés y deben hablar con clientes en inglés. Así, ¡lo más importante para ellos es conocer l'usage23! Ellos quieren saber "lo que se dice" y "lo que no se dice". Cuando un cliente anglófono les solicita la redacción de un contrato de fiducie del derecho francés en inglés, es esencial saber cómo traducir fiducie. En ese momento, el litigante busca cuál es l'usage en vigor. Pero, ¿quién ha creado l'usage, si no es el traductor?
Esa es la razón por la cual la traducción es tan importante: ella crea l'usage. Y nosotros lo sabemos, el lenguaje y el derecho tienen un punto en común que es muy fuerte: es del usage, es de la costumbre que ellos obtienen su poder de persuasión, incluso su carácter obligatorio.
Hay pues hoy, en Francia, un movimiento que busca influenciar la manera como se expresa, en inglés, el derecho civil francés. Se trata de un aspecto positivo: el mejor medio para prever el porvenir es, sin ninguna duda, crearlo. Sin embargo, hace falta que los franceses creen su propio savoir-faire, es decir, que aprendan a dominar el inglés del derecho civil.
II. Dominar el inglés del derecho civil
Desarrollar un savoir-faire francés en materia de lengua inglesa del derecho civil permite la accesibilidad del derecho civil francés a los no francófonos, pero también -y se trata de un reto determinante hoy en día- tener un rol preponderante en las negociaciones europeas relativas al reagrupamiento de los derechos civiles entre sí. Conocer bien la lengua inglesa del derecho civil es, entonces, trabajar por la accesibilidad del derecho civil francés (A), y por la coherencia del derecho civil a escala europea (B).
A. Mejorar la accesibilidad del derecho civil francés
En materia de traducción, la regla de oro es que el traductor profesional nunca traduce íntegramente un texto en una lengua que no sea su lengua materna.
Insistimos: afirmar que los franceses deben desarrollar su propio savoir-faire en materia de lengua inglesa del derecho civil no significa que deban efectuar la totalidad de las traducciones. Esto debe ser realizado por personas cuya lengua materna es el inglés.
Corresponde a los franceses, en cambio, dominar la terminología inglesa de las nociones más importantes. He aquí algunos ejemplos.
En la Henri Capitant Law Review, traductores cuya lengua materna es el inglés realizan lo esencial del trabajo cuantitativo, pero el equipo francés de la revista examina las nociones clave.
Dicho equipo presta atención, por ejemplo, a que el concepto de " solidarité" en derecho de las obligaciones sea traducido por "solidarity", y no por "joint and several". La ventaja de la palabra "solidarity" es que tiene semejanza no solo con la expresión francesa, sino con la española "solidaridad". Como lo afirma Alain Levasseur, esto permite "mantener y garantizar una comunidad de cultura jurídica entre las diferentes traducciones, francés-inglés, francés-español, francés-italiano, etc. De esta manera, nosotros ofreceríamos un 'frente común' que haría que un jurista de tradición española, por ejemplo, pudiera muy fácilmente identificarse con nuestra traducción inglesa, porque encontraría los mismos conceptos jurídicos que utiliza en su derecho nacional"24.
Otro ejemplo: la fiducie. No deseamos traducirla por ""trust", puesto que el trust se refiere a un modo de propiedad que es, ante todo, una referencia a la originalidad del Common Law -aunque es cierto que los quebequeses han traducido "fiducie" por "trust". Un mejor término es el que procede de la historia: ufiducia". Este lo podemos utilizar en inglés, y tiene la ventaja de retomar las raíces romanas del derecho civil y de evocar el español, el italiano, etc.
Pensamos igualmente en la compensation, que preferimos traducir por "compensation", en lugar de "set off". Los españoles dicen "compensación".
Y los ejemplos se multiplican: ¿el patrimoine? Es mejor decir "patrimony", que "estate". ¿L'hypothèque? Preferiremos "hypothec" a "mortgage", aunque los propios luisianeses utilicen el término "mortgage". Sin embargo, la idea es preferir las palabras que confieran claridad entre el francés, el inglés, el español, el italiano y las lenguas latinas que practican el derecho civil. Se trata de crear una zona de confort para el iuscivilista, con el propósito de que se sienta cómodo con la terminología, independientemente de su localización.
Todo esto implica un estudio comparado minucioso, que no es sino un ejercicio de derecho comparado a nivel de palabras. Por ejemplo, para traducir en inglés la expresión "dépens et frais irrépétibles"25 podríamos estar tentados de decir "costs and disbursements", que proviene del procedimiento inglés. En efecto, los "disbursements" equivalen más o menos a las dépens, y los "costs" reagrupan elementos que, en Francia, son "frais irrépétibles". Pero acá aparecen dos problemas: el primero es que los "costs" no son totalmente irrepetibles; y el segundo es que en el Código Civil de Quebec los "costs" corresponden, por el contrario, ¿a los dépens! Por esta razón es mejor retener la expresión, más neutra, de "recoverable and irrecoverable litigation costs", en lugar de la denominación del Common Law "costs and disbursements".
Este ejercicio de derecho comparado a nivel de palabras confiere un savoir-faire que permite, enseguida, actuar en favor de la coherencia del derecho civil europeo en lugar de mantenerse aislado, a falta de un manejo suficiente del inglés jurídico.
B. Actuar por la coherencia del derecho civil a escala europea
La armonización del derecho civil en Europa es un objetivo que persigue activamente la Unión Europea. Esto se puede ver a través de un proyecto de gran envergadura que se ha llevado a cabo estos últimos años: la redacción de un proyecto de Marco común de Referencia (Draft Common Frame of Reference), que es una especie de proyecto inmenso de Código Civil europeo que contiene 10 libros: tres libros sobre las obligaciones y siete sobre los contratos especiales, tales como la venta, el préstamo, el arrendamiento, los contratos de servicios, las garantías, la fiducia, etc.
Este proyecto es muy importante, porque ha inspirado directamente un proyecto de reglamento relativo al derecho común europeo sobre la venta. Sin embargo, durante la redacción del proyecto de Marco Común de Referencia constatamos que muy pocos franceses estuvieron presentes, en particular porque los grupos de trabajo se valían del inglés.
Por el contrario, los alemanes fueron numerosos, y guiaron los grupos de trabajo, así como la redacción del proyecto. Aunque el texto haya sido escrito por los alemanes, lo fue en inglés. No era la lengua inglesa de Shakespeare, ni la del Common Law. Era, en cierto modo, una lengua inglesa que reflejaba exactamente la visión alemana del derecho y de la lengua.
He aquí un ejemplo: en el Código Civil alemán, la terminología es extremadamente rigurosa. Una misma palabra tiene casi siempre el mismo significado. No conocemos sino cuatro excepciones, en todo el derecho civil alemán de las obligaciones, en las cuales una misma palabra tiene varios significados. En Francia, como se sabe, ocurre todo lo contrario. Observamos, por ejemplo, que, "en el Código Civil, los términos obligación, prestación, objeto del contrato, incluso objeto de la prestación, son utilizados indistintamente sin ningún rigor"26.
¿Qué ocurrió en el momento de traducir en cinco idiomas el proyecto de Marco común de Referencia? Los alemanes invitaron a los traductores a procurar que cada palabra inglesa fuera traducida de una sola e igual manera en francés. Este objetivo es fácil de lograr para ellos, porque su BGB está concebido de esta manera. Para los franceses, por el contrario, esta apuesta es casi imposible.
Por ejemplo, la palabra "goods", en inglés, significa a la vez "los bienes", "las mercancías" y "los bienes muebles corporales". Todo depende del contexto. Era imposible traducir "goods" únicamente por "bienes", puesto que esta palabra ya correspondía a la traducción de "property". No quedaba sino una solución, desagradable para un oído francés: "meubles corporels". Sin embargo, esto no corresponde exactamente a la cultura francesa: es muy poco habitual decir "contrato de arrendamiento de mueble corporal". Se arrienda un "bien", o un "bien mueble": eventualmente, se arrienda un "bien corporal", pero no se hace referencia a un "contrato de arrendamiento de mueble corporal".
Esta situación es el resultado de una falta de dominio del inglés por parte de los franceses. Si nosotros no hemos tenido un rol preponderante en la elaboración de este texto es debido a que no hablamos suficientemente bien el inglés del derecho civil. En lugar de reprocharles a los alemanes el ejercer una fuerte influencia en la redacción de los textos en Europa, haríamos sin duda mejor en crear nuestro propio savoir-faire en inglés, con el propósito de hacernos comprender por ellos y por todos nuestros otros interlocutores27.
Repitámoslo: es en el multiculturalismo que se progresa, y no en el rechazo del otro. Además, es por esta razón que me alegra que Francia acepte hoy en día, mucho más que ayer, expresar su derecho civil en inglés, en lugar de aislarse en la estrategia de la francofonía, una francofonía que no tiene ningún sentido si se convierte en un repliegue sobre sí misma, pero que produce al contrario todos sus más bellos frutos cuando muestra su compatibilidad con las otras lenguas.
Porque, en nuestra opinión, la lengua más bella del derecho civil francés es la traducción.
Notas
1Se habla igualmente de derecho romano-germánico o de derecho latino.Bibliografía
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