10.18601/01245996.v25n49.10
IDENTIFICAR Y REPENSAR EL PLURALISMO TEÓRICO EN ECONOMÍA. MÁS ALLÁ DE LA INTEGRACIÓN DE PARADIGMAS EN COMPETENCIA*
Identify and rethink theoretical pluralism in economics. Beyond integration of competing paradigms
Identificar e repensar o pluralismo teórico em economia. Além da integração de paradigmas concorrentes
Camilo Andrés Guevara Castañeda1
Juan David Alonso Sanabria2
1 Doctor en Ciencias Económicas. Profesor, Universidad de la Salle, [cguevara@unisalle.edu.co], [https://orcid.org/0000-0002-8204-2719]
2 Economista. [jdalonsos@unal.edu.co], [https://orcid.org/0000-0002-2636-780X]
* DOI: https://doi.org/10.18601/01245996.v25n49.10. Recepción: 20-10-2022, modificación final: 12-05-2023, aceptación: 31-05-2023. Sugerencia de citación: Guevara, C. A y Alonso, S. J (2023). Identificar y repensar el pluralismo teórico en economía. Mas allá de la integración de paradigmas en competencia. Revista de Economía Economía Institucional, 25(49), 213-236.
Resumen
El pluralismo en las ciencias económicas ha sido objeto de múltiples debates epistemológicos y metodológicos en las últimas décadas. Este documento propone distinguir los "pluralismos" y hacer una crítica a dos tipos de pluralismo que han venido tomando fuerza, y que se pueden identificar con claridad en la obra del economista turco Dani Rodrik, quien además sirve de modelo paradigmático para explicar y criticar estos pluralismos. Se propone la denominación de "monismo pluralista" y "pluralismo pragmatista" para estos dos tipos de pluralismo presentes en la ciencia económica. Se argumenta que la discusión epistemológica y metodológica de estos pluralismos intenta disolver los grandes debates entre distintos métodos y enfoques a través de un entendimiento horizontal de la ciencia económica. Por último, se reflexiona sobre lo que se requiere para sentar las bases de un espíritu realmente pluralista en la disciplina, el cual debe ser resistente a presiones externas e internas y articular diferentes teorías y programas de investigación.
Palabras clave: Pluralismo, Monismo, Pragmatismo, Paradigmas, Metodología; JEL: B21, B41, D11.
Abstract
Recently, pluralism in economics has been the subject of multiple epistemological and methodological debates. Tnis document proposes to distinguish different types of pluralisms and criticize them. Tne work of the Turkish economist Dani Rodrik serves as a paradigmatic model to explain and criticize pluralisms. These two types of pluralism in contemporary economics are referred to as "pluralist monism" and "pragmatist pluralism". It is argued that these types of pluralisms try to dissolve the great debates in economics between different methods and approaches through a horizontal understanding of economics. Finally, it is reflected upon what is required to lay the foundations for a genuinely pluralistic spirit in the discipline, which must be resistant to external pressures and can survive with different theories and research programs.
Keywords: Pluralism, Monism, Pragmatism, Paradigms, Methodology; JEL: B21, B41, D11.
Resumo
O pluralismo nas ciências econômicas tem sido objeto de múltiplas debates epistemológicos e metodológicos nas últimas décadas. Este documento propõe distinguir "pluralismos" e criticar dois tipos de pluralismo que vêm ganhando força, e que podem ser claramente identificados no trabalho do economista turco Dani Rodrik, que também serve de modelo paradigmático explicar e criticar esses pluralismos. O nome "monismo" é proposto. pluralista" e "pluralismo pragmatista" para esses dois tipos de pluralismo presentes na ciência econômica. Argumenta-se que a discussão epistemológica e metodológica desses pluralismos tenta dissolver os grandes debates entre diferentes métodos e abordagens através de uma compreensão horizontal da ciência econômica. Por último, reflete sobre o que é necessário para lançar as bases de uma verdadeira pluralista na disciplina, que deve ser resistente a pressões externas e internas e articular diferentes teorias e programas de pesquisa.
Palavras-chave: Pluralismo, Monismo, Pragmatismo, Paradigmas, Metodologia; JEL: B21, B41, D11.
El debate en epistemología y metodología de la economía ha sufrido varias transformaciones en las últimas décadas, después de años de influencia del instrumentalismo y la metodología As-If (Friedman, 1953) que servía para justificar la irrealidad de los supuestos de los modelos neoclásicos y declaraba a su vez la neutralidad de la teoría respecto a los juicios de valor.
Como recientemente documenta Daniel Hausman (2021), la epistemología de la economía como subdisciplina estuvo fuertemente influenciada por la filosofía de la ciencia en sus primeras etapas antes de 1980 y no constituyó realmente en un campo de investigación propio. Posteriormente, en los años noventa y comienzos del nuevo milenio, el campo experimenta una transformación, con la consolidación de problemas propios -que va de la mano de la misma transformación de la ciencia económica desde los años setenta (con nuevos métodos y nuevas fuentes de datos), -en una disciplina que intenta ser más empírica, y que genera una nueva relación entre trabajo teórico y práctico (Backhouse y Cherrier, 2017). De esta forma, una orientación importante en filosofía de la economía, que intenta ser dominante, trabaja de cerca cuestiones aplicadas, en las que muchas veces es difícil distinguir la reflexión filosófica y el campo mismo de reflexión (Reiss, 2013). Los debates sobre la causalidad y el alcance y los límites de métodos como los Random Control Trials, la teoría de juegos y su aplicación en la economía experimental, o los debates sobre variables instrumentales ocupan el centro de atención.
También es importante subrayar que en las últimas décadas se han consolidado otras orientaciones, como los diferentes tipos de realismo, en los que resalta el realismo crítico y los denominados proyectos ontológicos en economía (Lawson, 2019), pero también de los enfoques performativos (MacKenzie, Muniesa, & Siu, 2007); (Muniesa, 2014) que se destacan entre otras aproximaciones importantes.
Sin embargo, uno de los aportes más desafiantes a nivel epistemológico y metodológico en la última década ha sido desarrollado por el economista turco Dani Rodrik en su libro Economic Rules (2015), en el que, tratando de sintetizar a nivel metodológico y epistemológico lo que ha sido su trabajo de décadas de investigación, defiende una teorización en pequeña escala, abriendo la posibilidad de que paradigmas contradictorios puedan ser útiles dependiendo del segmento de realidad estudiado. La propuesta de Rodrik rechaza la idea de paradigmas universalmente verdaderos por lo que, en principio, diferentes teorías pueden y deben ser usadas para comprender y atacar problemas concretos.
Planteado de esta forma, parecería que Rodrik ofrece un pluralismo que combate la idea de un conocimiento lineal acumulativo, en el que se descarta la relevancia de paradigmas alternativos por ser considerados superados (Blaug, 2009) y, de paso, combate la visión competitiva entre paradigmas que se disputan el entendimiento de la realidad económica (Roncaglia, 2001). Se propondría una visión integrativa en la que el avance de la ciencia económica no es vertical, como sería el paso de un paradigma a otro, sino horizontal, y sucede cuando se incrementa el número de modelos que tienen los investigadores a disposición al estudiar realidades particulares, sin importar si estos modelos partan de diferentes fundamentos conceptuales (Rodrik, 2017).
El objetivo de este artículo es interrogar el pluralismo ofrecido por Rodrik y señalar sus alcances y limitaciones con la pregunta ¿Qué tipo de pluralismo se propone?
Al interrogar su trabajo, se observa que podrían conceptualizarse dos tipos de "pluralismos". El primero, que ha guiado el propio trabajo de Rodrik, y que también ha guiado parte de la transformación de la teoría neoclásica, en el que sin abandonar los principios teóricos principales, la realidad se explica por la distancia que hay de la realidad al modelo y por la manera en que otros elementos "alternativos" encajan en el corpus neoclásico. Aparecen entonces las fricciones, las fallas y los sesgos, entre otros elementos, que introducen un espacio más amplio de teorización y de explicación, sin necesidad de abandonar los principios generales de explicación. El segundo tipo de "pluralismo" que se observa es esbozado en líneas generales por Dani Rodrik, y consiste en que diferentes teorías, modelos o concepciones pueden ser pertinentes para comprender la realidad, pero también para intervenir la realidad, en la que el estudio de la situación particular debe llevar a elegir qué tipo de modelo es más pertinente.
Se evidencia que la primera forma de pluralismo es, más bien, un monismo sofisticado, pues simplemente amplía los horizontes de un mismo paradigma teórico sin ampliar realmente las perspectivas teóricas. Se analiza también la pertinencia del segundo tipo de pluralismo, pero también algunas tensiones que conlleva.
El artículo se organiza entonces de la siguiente forma: en la segunda y tercera sección se abordan los dos tipos de "pluralismo" que se plantean en la propuesta de Rodrik; en la cuarta sección se realiza una breve digresión sobre el desafío que tiene el pluralismo teórico cuando las teorías intervienen el mundo y en la quinta sección se esbozan algunos elementos claves para una propuesta de un pluralismo amplio en la ciencia económica. El artículo cierra con algunas conclusiones.
1. EL MONISMO PLURALISTA
Dani Rodrik no ha sido un economista neoclásico tradicional. Es conocido por la defensa de la "pluralidad de políticas" que pueden aplicarse para producir resultados exitosos. Así, en su libro Una economía, muchas recetas (2007) Rodrik argumenta que "los principios de orden superior"3 pueden implementarse y lograrse a través de diferentes arreglos institucionales. A diferencia del economista tradicional, que defiende las mismas políticas en cualquier espacio y tiempo, Rodrik muestra que los arreglos institucionales en varios procesos de industrialización han variado según el tiempo y el lugar. Un ejemplo que muestra Rodrik sucede en la organización industrial, en la que mientras el ideal neoclásico recomienda basarla en mercados competitivos, algunos países del sudeste asiático han mostrado una alta integración vertical, como en los denominados "chaebol"4. Otro ejemplo que contrasta Rodrik es la recomendación de mercados laborales flexibles y descentralizados, que difiere con las prácticas de empleo vitalicio en países como Japón, o el proteccionismo a ciertas industrias, que han generado resultados exitosos en ciertos países (Rodrik, 2007). No obstante, es importante tener en cuenta que estos "arreglos alternativos", Rodrik los interpreta como diferentes caminos de cumplir los "principios de orden superior" (Rodrik, 2007). Al final, la lectura de Rodrik es que hay una sola ciencia económica, que puede adoptar muchas formas. Así, otros principios5 (Lavoie, 2014) que puedan interpretar estos arreglos institucionales heterodoxos serían rechazados, y en el caso concreto de los procesos de desarrollo e industrialización bajo lentes heterodoxos como Amsden (1992) o Chang (2002), entre otros, solo podrían rescatarse en cuanto puedan interpretarse neoclásicamente.
Es interesante observar que esta lectura de Rodrik sobre los procesos de industrialización refleja el espíritu de la transformación de buena parte de la economía neoclásica durante su historia.
Como se sabe, en los años cincuenta, Kenneth Arrow y Gerard Debreu demostraron la existencia del equilibrio general (un vector de precios que vacía los mercados) bajo ciertas condiciones6 (Arrow & Debreu, 1954). Se formuló y se respondió una inquietud abstracta7. Así, el problema era que la realidad representada en el modelo no se correspondía con la de una economía real. En otras palabras, si el modelo es una representación de una economía ideal ¿cómo justificar su relación con la realidad cotidiana?
En vez de seguir la justificación propuesta por la línea instrumentalista de Friedman, que sí siguieron algunos, como Edward Prescott, en la justificación epistemológica de los modelos Real Business Cycle (De Vroey, 2015), Arrow manifestó que el fracaso al introducir imperfecciones en un modelo de equilibrio general era el mayor escándalo de esta teoría (Arrow, 1967).
No obstante, el mismo Arrow abrió un camino diferente al lograr introducir imperfecciones y debilitar supuestos del modelo original8. De esta forma, dio origen a una nueva agenda de investigación, en el que se relajaban algunos supuestos9 y se seguía intentando demostrar la existencia del equilibrio general. Sin embargo, esta visión llegaría más lejos. Si la realidad no se comportaba como el modelo existiría una brecha entre los dos, pero la falla no estaría en el modelo sino en la realidad. De esta manera, no solo se tiene una teoría de los mercados perfectos, sino también una teoría para interpretar los mercados concretos. A nivel epistemológico es importante notar que se parte del modelo de los mercados perfectos, el cual es la norma, y si la realidad no se comporta como el modelo, se diagnostica una falla: las fallas existen respecto al mundo que se tiene como norma.
De esta forma, la economía neoclásica ha logrado mantener su corpus teórico, en la medida en que no ha desechado sus principios fundamentales, pues los mantiene como norma, pero surgen otras categorías y conceptos que le sirven para interpretar la realidad como una desviación de la norma. Aparecen agendas investigativas como la de los fallos de mercado, o en economía comportamental como la de los sesgos cognitivos10 (Kahneman &Tversky, 1972), que rivalizan en cierta forma con el paradigma en su forma pura, por lo cual muchas veces se piensan como agendas antagonistas a la neoclásica.
El éxito de este giro epistemológico es notable. Hoy, el vocabulario de las fallas de mercado está naturalizado y ha abierto una caja de herramientas para que los economistas, como cualquier ingeniero, diagnostiquen fallas y las puedan corregir11.
Algunos autores como David Colander (2018), argumentan que la economía de frontera no puede caracterizarse como "economía neoclásica", pues el trabajo contemporáneo divergiría de alguno de los postulados básicos neoclásicos. Sin embargo, este documento rescata la perspectiva de otros autores, en la que precisamente la economía neoclásica se ha transformado y sigue teniendo relevancia en tanto los fundamentos teóricos fundacionales de este pensamiento sigan siendo la norma desde la que se toma distancia y su statu-quo siga invariante pese a la no coherencia teórica interna de algunos de sus conceptos (Keen, 2011), (Vernengo, 2011)
Existe, entonces, un isomorfismo en la manera en que se ha transformado la economía neoclásica y lo que propone Rodrik en cuanto a la "pluralidad de recetas" que pueden cumplir "los principios de orden superior". Ante el desafío de que los principios teóricos y las políticas que se desprenden de los mismos se encuentren confrontados a nivel práctico, se construyen caminos para poder interpretar el mundo de tal forma que estos principios se conserven como punto de partida y/o referencia. Esto ha permitido al programa de investigación neoclásico ampliarse, al crear nuevos conceptos y categorías de análisis e integrar elementos que incluso fueron desarrollados primariamente por escuelas heterodoxas12.
Otro ejemplo a nivel macroeconómico es el mantenido por Robert Solow, quien ha argumentado a favor de conservar "diferentes aparatos conceptuales" para pensar la dinámica macroeconómica, uno para pensar las fluctuaciones y el corto plazo, y otro para pensar el crecimiento y el comportamiento de largo plazo. De esta forma, Solow aparece como crítico de la modelación RBC (Solow, 2001), que extiende el modelo de crecimiento neoclásico para explicar las fluctuaciones como respuestas óptimas a choques reales (tecnológicos). La coexistencia de un modelo como el IS-LM para pensar el corto plazo y el modelo de crecimiento neoclásico para pensar el largo plazo es central para Robert Solow. Así, frente a los defensores de la "coherencia y la pureza" lógica y conceptual (en la que un solo tipo de modelo debería dar cuenta del corto y largo plazo), Solow argumentaba la necesidad de diferentes tipos de modelación (De Vroey, 2015). Sin embargo, la intención de John Hicks, quien propuso el prototipo del modelo IS-LM y que en su versión original llamó IS-LL, era buscar establecer si la Teoría general de Keynes era realmente una revolución frente a la teoría (neo) clásica (Hicks, 1937). Hicks interpretó la obra de Keynes como un caso específico de la teoría clásica, en la que en el tramo horizontal de la curva LM, la política monetaria era estéril para aumentar el producto y daba espacio para que la política fiscal lo aumentara. Desde esta perspectiva, la teoría neoclásica se reconciliaba con Keynes. No obstante, este "pluralismo neoclásico" dejaba de lado la incertidumbre, entre otros principios centrales de Keynes, la cual es clave en la determinación de la tasa de interés, lo que fue reconocido tardíamente por el propio Hicks (1980). De esta forma, en general la postura de los autores de la primera síntesis neoclásica, incluyendo a Solow, alentaban la expansión del instrumental neoclásico integrando elementos que eran ajenos o contradictorios.
Como se ve en estos ejemplos, lo que se ha fortalecido es un mismo paradigma teórico, razón por la que llamamos a este giro epistemológico y metodológico un monismo pluralista, pues otros principios y programas de investigación no se aceptan como pertinentes para interpretar e intervenir la realidad. Por lo tanto, este tipo de pluralismo muestra simplemente una apertura a nuevas ideas, pero deja por fuera las otras dimensiones del pluralismo entre las que se destacan la metodología, el propósito y la ontología en la ciencia económica (Gräbner & Strunk, 2020).
2. EL PLURALISMO PRAGMÁTICO
A diferencia del monismo pluralista que se presentó anteriormente, Rodrik, en su libro las leyes de la economía (2017), dice que la ciencia económica no funciona según la lógica de la investigación sugerida por Thomas Kuhn (1971), en la que un paradigma que se vuelve dominante constituye la ciencia normal hasta que se ve desplazado por otro paradigma que tiene mayor alcance explicativo y predictivo. Desde su planteamiento, la ciencia económica avanza de manera horizontal y no vertical (Rodrik, 2017). No hay así sucesión de paradigmas, sino que la ciencia progresa cuando se aumenta la cantidad de modelos que tienen los investigadores para estudiar porciones de realidad. Cada modelo es relevante para estudiar solo un fragmento de realidad, pero no toda la realidad. Podrían coexistir dos modelos con principios generales contradictorios pero que funcionen para porciones de realidad distintas. En el caso del desempleo, por ejemplo, en algún lugar éste podría manifestarse por la ausencia de demanda, pero en otro lugar el desempleo podría darse por altos costos laborales (oferta). De hecho, en el famoso artículo que Rodrik escribe con Ricardo Hausman y Andrés Velasco, se ofrece un árbol de decisiones para diagnosticar las barreras del crecimiento económico que atacan factores de oferta y demanda (Rodrik, Hausman, y Velasco, 2005). Así, el problema según Rodrik es que los economistas han confundido un modelo con el modelo explicativo general.
Desde esta perspectiva, se rechazarían a priori unos principios validos en todo tiempo y lugar y se permitiría la coexistencia de diferentes programas de investigación. Sin embargo, esta coexistencia no sería conflictiva o competitiva (Roncaglia, 2001) sino que sería integrativa. Así interpretada, la propuesta es interesante ya que por un lado reconoce que, dada la complejidad del mundo, es difícil que un solo paradigma pueda dar cuenta de todas las realidades económicas y, en segundo lugar, que todos los paradigmas pueden trabajar juntos para arrojar luces sobre el mundo13. Llamamos entonces a esta visión, pluralismo pragmático, pues el valor de verdad de los modelos no reside en ellos mismos sino en su efectividad para dar cuenta del mundo real.
Podría pensarse, como ejemplo, que diferentes teorías de precios, que generalmente se presentan como teorías generales, podrían ser útiles para entender la formación de precios en realidades concretas. Así, podríamos pensar que la teoría clásica, en la que la formación de precios está basada en los costos de producción, podría describir e interpretar mejor la realidad de una gran cantidad de productos industriales, en la que existen inventarios y los precios no están formados estructuralmente por oferta y demanda, sino que este último es un elemento contingente, como en la teoría de la gravitación de los precios (Smith, 1958). Por el contrario, la teoría neoclásica, en la que la formación de precios responde a la escasez y las preferencias, podría describir e interpretar mejor la formación de precios en la agricultura por medio del análisis de oferta y demanda, donde la no existencia de inventarios genera una mayor variabilidad en la cantidad ofrecida.
Otro ejemplo sería la descripción del proceso inflacionario, en la cual diferentes teorías generales enriquecerían nuestra visión del mundo. Desde una perspectiva heterodoxa la inflación está ligada a los costos del proceso productivo y, con mayor precisión, a conflictos distributivos (Robinson, 1976); (Lavoie, 2014). Cuando aumentan los precios de los inputs importados que entran en la producción de un bien -ya sea por una devaluación de la tasa de cambio o por una inflación externa -los empresarios aumentan los precios de sus productos para no perder su margen de ganancia. Lo mismo sucede con los reclamos de aumentos salariales que, de concretarse, ejercen presión sobre los precios finales de los productos si los empresarios desean conservar su margen de ganancia. La inflación es así un proceso real.
Por el lado convencional, está ampliamente difundida la visión monetarista en la que "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario en el sentido de que sólo se produce y puede producirse mediante un aumento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción" (Friedman, 1970, pág. 24). No obstante, en el denominado Nuevo Consenso Macroeconómico (NCM) (Woodford, 2009), en el que se reconoce que los Bancos Centrales no controlan los agregados monetarios y fijan tasas la tasa de interés de corto plazo, los canales de transmisión muestran una comprensión de la inflación como fenómeno de demanda. La tasa de interés afecta el producto (Curva IS), y las variaciones en el producto (empleo) afectan el nivel de precios (Curva de Phillips de largo plazo). Así, los bancos centrales eligen la tasa de interés que garantiza que se maximice el producto y que la inflación converja a su meta. De este modo, si se entienden estas distintas concepciones del proceso inflacionario como cajas de herramientas, y no como teorías generales, tendríamos un catálogo diverso para entender el mundo.
Esta visión integrativa de paradigmas podría extenderse al análisis de los determinantes de los salarios, del significado del capital, del dinero, del valor, de los mercados entre otros objetos económicos. Ya no se estaría comprometido a priori con unos principios, sino que se debería ver cuál es el paradigma que mejor describe o identifica las realidades que se propone estudiar, ya sean históricas, coyunturales o futuras.
Sin embargo, la integración no deja de ser problemática, porque los paradigmas no solo se pueden complementar, sino que también tienen diferentes explicaciones de un mismo hecho. Karl Betz, uno de los proponentes de la Escuela Keynesiana Berlinesa menciona:
"Puede resultar tentador concluir que estas tres perspectivas [clásica, neoclásica y keynesiana] se complementan entre sí, ya que la interacción económica en una economía capitalista implica producción, intercambio y dinero. Pero eso estaría mal, puesto que los tres paradigmas tratan los tres aspectos. Simplemente prescriben de qué manera analizarlos. El economista clásico habla del intercambio como un proceso de producción, porque las propiedades físicas (ubicación) o temporales (almacenamiento) de un producto son transformadas (Marx). Y ella trata el dinero como un bien producido (oro). El economista neoclásico modela la producción como un intercambio (de factores de entrada por bienes de salida) y conceptualiza el dinero como un bien escaso (Teoría cuantitativa del dinero). Un economista keynesiano destacará que tanto el intercambio como la producción requieren un desembolso de dinero y, por lo tanto, pueden conceptualizarse como avances o como decisiones de gasto. Estas tres perspectivas diferentes conducen a propiedades extremadamente diferentes de los sistemas económicos que describen, a interpretaciones totalmente diferentes de los fenómenos económicos y a expectativas totalmente diferentes de las consecuencias de diferentes políticas" (Betz, 2015, pág. 19)
A su vez, el economista australiano Steve Keen da otro ejemplo de por qué la integración puede ser nociva.
Posterior a la crisis de 2008 hubo un debate sobre la responsabilidad que podía tener la disciplina, y en particular la modelación macroeconómica estándar, en la crisis de 2008. Ben Bernanke, entre otros, defendió los modelos del NCM señalando que habían funcionado bien para las épocas sin crisis, por lo cual el problema era que había que diseñar modelos para las crisis. Indudablemente Bernanke hizo un llamado para ampliar la teoría neoclásica, camino que de hecho ha seguido la modelación macroeconómica desde la crisis de 2008, integrando por ejemplo el sector financiero a los modelos DSGE, reforzando así el monismo pluralista. Algunos autores dentro del pluralismo pragmatista han sido críticos con respecto a este tipo de modelación, definiendo estos modelos como una aproximación deficiente en el estudio empírico de la economía, dado que al comparar estos modelos con los datos y tener un desajuste, basta agregar un "epiciclo" en el modelo, sin antes considerar las limitaciones a priori que estos modelos presentan (Hoover, 2021), generando así, una falta de coherencia interna con las características a priori de este tipo de modelación macroeconómica.
No obstante, dentro del pluralismo pragmatista también podría pensarse en que los modelos para analizar y dar cuenta de las crisis fueran heterodoxos. En el espíritu de la formulación horizontalista de Rodrik, podrían tenerse modelos neoclásicos para la normalidad y modelos (post)keynesianos, minskianos o marxistas para las crisis. Sin embargo, algunos como Steve Keen han criticado esta visión pragmática con la siguiente pregunta: ¿Cómo pueden existir modelos que no hacen de las crisis un estado posible del sistema? (Keen, 2011). Si hay modelos que se utilizan para estudiar la realidad solo cuando funciona, ¿Cómo podemos saber que ese "funcionamiento normal" no está generando las condiciones para aumentar las inestabilidades del sistema? De hecho, como algunos economistas heterodoxos mostraron, el periodo de "Gran Moderación" en Estados Unidos, caracterizado desde los años noventa por la baja volatilidad del producto y una baja inflación, no está desconectado de la crisis de 2008. En dicho periodo, el continuo superávit del sector público y el déficit en la balanza comercial significaba un creciente endeudamiento privado (Godley y Wray, 2000) tornando aún más inestable y frágil la economía estadounidense. Para Keen, el problema al construir modelos solo para tiempos normales es que pasa por alto factores que están creando mayor inestabilidad como el alto endeudamiento privado (Keen, 2011).
Si bien la integración horizontal paradigmática, o lo que aquí hemos llamado el pluralismo pragmático, es más plural que el monismo pluralista, en general no termina siendo clara la forma y los términos en los que se puede dar una "integración". Un punto importante es que la idea de que esta integración puede lograrse cuando se "teoriza" a pequeña escala, puede caer en la trampa de que, en lo empírico, no hay cargas teóricas, ni disputas teóricas sobre la lectura de un mismo hecho. Se evitan así la formulación de grandes preguntas teóricas y conceptuales sobre la naturaleza del capital, de la tasa de interés, del dinero y los mercados, porque lo que interesa son los aspectos prácticos y concretos de una realidad particular.
A su vez, la actitud integradora puede reforzar el espíritu de despolitización de la ciencia económica, al intentarla posicionar como una ciencia ingenieril. El análisis de los conflictos distributivos, que David Ricardo elevó a problema central de la economía, pierde importancia. Si bien el intento de integrar paradigmas contradictorios puede aumentar nuestra comprensión del mundo dando respuesta a la diferencia, lo singular y lo particular, también está lejos de ser armónico, no solo desde el punto de vista de comprender el mundo, sino también de intervenirlo, como veremos en el siguiente apartado.
3. ¿PARA QUÉ SIRVEN LAS TEORÍAS? COMPRENDER EL MUNDO E INTERVENIR EL MUNDO
Uno de los giros epistemológicos más importantes en la sociología de la ciencia ha sido el reconocimiento de que los métodos de investigación no solo nos permiten descubrir el mundo, sino que también intervienen el mundo (Law, 2006). Por supuesto, este reconocimiento no es nuevo: el trabajo de Gabriel Tarde14 (1843-1904) en sociología económica y algunas ideas de Keynes sobre la auto referencialidad (Davis, 2017) dan cuenta de ello15.
El concepto de performatividad, que no ha dejado de ser polémico, ha servido para explicar este giro que surge en la década de los sesenta del siglo pasado, de la mano del filósofo John Austin (1962), para destacar cierto tipo de proposiciones que producen u ocasionan la realidad que enuncian. Uno de los ejemplos clásicos para mostrar esta lógica es el ejemplo del juez o sacerdote que declara que dos personas están casadas, y en el momento de anunciarlo, produce ese estado de cosas (Austin, 1962). Así, extendiendo esta lógica a otros dominios, se cuestiona la relación tradicional entre palabras y cosas, entre hechos y teorías, entre lenguaje y realidad, etc. Algunos han cuestionado que este enfoque no debe ser radicalizado y que esto no se deduce del trabajo de Austin, por lo que puede admitir otra interpretación. Lo cierto es que la performatividad se ha venido estudiando en contextos más amplios y se ha profundizado su análisis en los denominados Estudios Sociales y Culturales de la Ciencia. En palabras de una de las representantes de esta escuela:
"Los constructivistas creemos que el mundo como tal es una consecuencia más que una causa de lo que sucede en la ciencia, hemos revertido la flecha entre el registro científico y el mundo… Cuando se observa a los científicos en el laboratorio, se encuentra que hay procesos de negociación en el trabajo, procesos de toma de decisiones, que influyen en cómo serán los hallazgos científicos. En cierto sentido, el hallazgo científico se interpreta en el laboratorio en virtud de las decisiones y las negociaciones que incorpora" (Callebaut, 1993, pág. 180).
Esta visión performativa quiere mostrar cómo los economistas afectan la economía cuando la analizan y describen como funciona. Los eslóganes "without economics no economy" y "An engine not a camera" (MacKenzie, 2006) son generales y provocadores queriendo confrontar la imagen tradicional de la ciencia, en la que nos hallamos estudiando un mundo que está dado y que preexiste independientemente. Dentro de esta corriente, hay algunos avances en mostrar como ciertos modelos económicos y financieros han producido esa realidad que el modelo anuncia. MacKenzie muestra como el modelo Black y Scholes, de valoración del precio de derivados financieros, cuando fue acogido por los agentes financieros, produjo, durante un periodo de tiempo, el comportamiento que el modelo anunciaba (MacKenzie, 2006), (Boyer, 2009). Otro ejemplo es la manera en la que los experimentos en economía performan el objeto que estudian. Según Guala (2006), en la economía experimental se han ido desarrollando dos visiones sobre el sentido de los experimentos; los testeadores y los constructores, siendo esta última una concepción que toma fuerza, pero que aún es minoritaria. Los testeadores quieren corroborar hipótesis16. Por otro lado, están los constructores quienes utilizan los laboratorios de forma instrumental, es decir, los experimentos para hacer cosas con la economía. Se trata no de comprobar, sino de arrojar luces sobre como las cosas podrían funcionar.
Por supuesto, esta idea también ha sido ampliamente criticada. Algunos señalan con razón que hay varios factores, como la incertidumbre, que le ponen freno a la capacidad de las teorías, cuando son adaptadas y "puestas en marcha", de producir totalmente el mundo a imagen y semejanza de la teoría (Hodgson, 2016).
Hodgson nos dice que mientras es indudable que la ciencia económica afecta el mundo real, va demasiado lejos al sugerir que la ciencia económica crea el fenómeno que describe17. Afirma además que la capacidad de la teoría económica de afectar la realidad se ve limitada por factores reales incluido algunas características de la naturaleza humana (Hodgson, 2016). Otros (Mirowski & Nik-Khah, 2007) señalan que tal concepción de la performatividad ha llevado a la negación de la crítica de la teoría neoclásica. Según esta crítica, la interpretación performativa suele desconocer las críticas internas de la teoría neoclásica, basada por ejemplo en los problemas de agregación, como los de agregación del capital18, las curvas de demanda individuales, etc. (Keen, 2011).
Una tercera crítica a la idea de performatividad se desprende del realismo crítico, en el que parece asumirse que la realidad se asemeja más a un papel en blanco en el que las teorías ponen su estampa, al crear realidades, dejando de lado la explicación ontológica, esto es, sobre los mecanismos, estructuras, poderes que subyacen a la realidad.
Estas críticas son sumamente pertinentes, pero también la idea de que el conocimiento no solo describe el mundo, sino que también lo crea y lo interviene. Así, un marco que interpreta los hechos económicos desde las preferencias de los individuos no interviene el mundo de la misma manera en que lo hace un marco que parta del análisis de macro grupos sociales. Desde un punto de vista, en el que lo macro se ve como la suma de comportamientos individuales, el ahorro es una virtud, pero desde una perspectiva holística el aumento del ahorro (ingreso no consumido) reduce la demanda de bienes y por tanto el ingreso esperado, por lo que el ahorro es un vicio (King J. E., 2002). Si el gobierno debe ahorrar o gastar es, entonces, un tema profundamente político, porque afecta el poder de diferentes grupos sociales.
El pluralismo pragmático no solo genera entonces tensiones desde la posición de las teorías como descripciones del mundo, sino también desde la posición de las teorías como creadoras de mundo. Es importante reconocer estas tensiones para poder arrojar luz sobre los elementos que pueden servir para pensar un verdadero pluralismo en la ciencia económica.
4. EL HORIZONTE DEL PLURALISMO
4.1. El pluralismo y sus críticas.
En un artículo reciente en el Journal of Economic Methodology, Claudius Gräbner y Birte Strunk recogen las críticas que se le plantean al pluralismo teórico y metodológico. En primer lugar, señalan la crítica de que "la disciplina ya es pluralista". En segundo lugar, que "si hubiera una necesidad de pluralismo, emergería por sí sola", y en tercer lugar que el "pluralismo significa que todo vale" (Gräbnerab & Strunk, 2020).
La primera posición es ampliamente difundida y corresponde a lo que se ha denominado monismo pluralista. La sensación de que la disciplina es pluralista porque amplía un mismo paradigma teórico. Una variante de esta posición es que si una misma metodología permite expresar diferentes posturas políticas (pluralismo político), no es necesario el pluralismo metodológico. Si bien es cierto que una misma teoría, como la neoclásica, ha permitido expresar diferentes posiciones políticas, también es importante cuestionar los puntos de partida, como hemos señalado anteriormente. Solo añadiremos que los "métodos" también condicionan la forma de ver el mundo. Como Schumpeter señaló, el trabajo analítico esta precedido de la "visión" (Weltanschauung) (Schumpeter, 1982), por lo que es importante enriquecer nuestro trabajo analítico aceptando que hay diferentes formas de ver el mundo que anteceden su conceptualización. Otra respuesta a esta crítica viene de la comprensión de la historia de la ciencia, donde:
"El progreso científico no suele estar basado en la aplicación paciente de un método específico, sino una sucesión de cambios, más o menos drásticos, que modifican las percepciones más fundamentales acerca del objeto de estudio. Cuando esto sucede, cambia también el tipo de teorías explicativas y las nuevas son, muchas veces, más complejas que las anteriores" (Lorente, 2018, pág. 17).
La segunda posición se basa en el postulado de que las ciencias evolucionan espontáneamente, sin ningún factor externo que oriente este desarrollo. Como señalan los autores, esta crítica puede ser fácilmente respondida, puesto que la evolución de las disciplinas depende en gran medida de las estructuras e infraestructuras académicas (la organización de la ciencia) que privilegia ciertos tipos de paradigmas y no necesariamente por la evidencia empírica. Dirk Bezemer mostró, por ejemplo, que quienes vieron venir la crisis de 2008 fueron principalmente economistas que trabajan por fuera del paradigma neoclásico (Bezemer, 2009). De esta forma, la idea de que el pluralismo emergerá de forma espontánea se queda corta, al no tener en cuenta el entramado institucional de la ciencia.
La tercera posición equipara el pluralismo al relativismo. Se parte de la idea de que si no se tiene una sola metodología que sirva para evaluar diferentes discursos, no podemos establecer comparaciones porque no se habla el mismo lenguaje. Aunque la equivalencia de pluralismo y relativismo es incorrecta, sí es cierto que un desafío para el pluralismo es tomar en serio los estándares de calidad. En realidad, dentro de cada una de las escuelas hay publicaciones de muy buena calidad como también de muy baja calidad. Esto genera pues un desafío a las revistas y a los evaluadores, quienes tienen que aprender a no rechazar a priori un artículo, porque no usa el instrumental o las metodologías convencionales, sino a evaluar más los argumentos ofrecidos.
4.2. Aspectos institucionales para el cultivo del pluralismo
La RAE define el pluralismo como un "sistema por el cual se acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas o posiciones" (RAE, 2021). Un elemento decisivo del pluralismo es que hay tolerancia al desarrollo de varias formas de pensar los fenómenos económicos, aunque personalmente se pueda no compartir otras formas de explicación. Lo importante de una visión pluralista radica en que hay un compromiso en escuchar los argumentos del otro y tomárselo en serio sin caer en argumentos ad-hominem19. El debate entre economistas neoclásicos y heterodoxos en los años sesenta y setentas mostró en parte esta actitud de diálogo. En los denominados debates sobre el capital, Paul Samuelson reconoció la validez de la crítica que hacían los economistas de Cambridge (UK), sobre la existencia del reswitching y la reversión del capital20, que genera problemas de coherencia interna a la teoría neoclásica de la distribución (Samuelson, 1966).
Incluso, desde una perspectiva cercana al monismo pluralista hay descontento como lo pone de presente la crítica de macroeconomistas como Paul Romer. Para este autor, la macroeconomía moderna ha retrocedido radicalmente con el tiempo gracias a que cualquier teoría que difiera de la versión convencional queda sometida a la exclusión y subordinación. Según Romer, el tipo de investigación que se ha establecido es susceptible a la colisión y termina quitando relevancia a cualquier intento de oposición contra los preceptos influyentes (Romer, 2015). Así, la falta de pluralismo en la ciencia económica ha generado un statu quo basado en la fe y menos en la investigación rigurosa y crítica buscada durante décadas por muchos economistas ortodoxos.
4.3 La educación en la pluralidad
Un elemento clave, aunque no el único, en el cultivo de un espíritu pluralista es la manera en la que se ha educado a las nuevas generaciones de economistas. La poca cantidad de cursos heterodoxos ofrecidos, así como el escaso número de facultades heterodoxas en el mundo21 juegan en contra de este espíritu plural. Otros elementos son la necesidad de revisar las métricas y los rankings que someten a los estudiantes de universidades a evaluaciones donde fundamentalmente se evalúa el saber convencional, por lo que hay pocos motivos para introducir nuevos cursos. El papel de la medición e impacto del conocimiento, medido por índice H, que depende del número de citas, tampoco favorece el cultivo de un espíritu plural. Por supuesto, hay autores heterodoxos que tienen un alto impacto incluso en este índice, pero estamos hablando de un entramado institucional que de todas formas es más adverso al desarrollo de otras tradiciones.
Si bien el cultivo del pluralismo recae en la posibilidad de que economistas de diferentes escuelas puedan generar espacios abiertos de comunicación para la evaluación rigurosa de teorías alternativas, este espacio no puede estar limitado a discusiones bajo un mismo marco cognitivo, o bajo reglas que se deriven del mismo, dado que estas limitaciones excluirían cualquier tipo de pensamiento que no use las mismas herramientas o metodologías propuestas por el marco cognitivo dominante. Un mayor pluralismo es saludable para el progreso de la ciencia y la complejidad de los fenómenos económicos, ya que, incluso desde un monismo pluralista las teorías consideradas defectuosas, contribuyen a refinar las teorías útiles en la explicación de estos fenómenos (Larue, 2022).
En su propuesta para un "mejor pluralismo", David Colander señala que se debería apostar no solo a un mayor pluralismo dentro de la profesión económica, sino que se debería cultivar un pluralismo más amplio al incluir diferentes métodos de todas las ciencias sociales (Colander, 2014). Por supuesto, en términos generales es una propuesta interesante, pero los ejes de su pedagogía unificada, revela los sesgos que tiene Colander sobre el tipo de métodos y teorías que él prefiere. Colander propone cinco grandes ejes. El primero es un fundamento estadístico para las ciencias sociales. En segundo lugar, uno de enseñanza de matemáticas de la cooperación, la coordinación y el conflicto. En tercer lugar, un eje de complejidad y modelamiento social. En cuarto lugar, uno de fundamentos filosóficos o metodológicos, y por último, uno de fundamentos de humanidades.
Desde una perspectiva crítica, se considera muy importante que los estudiantes de ciencias sociales aprendan teoría de juegos; sin embargo, no está claro por qué apriori esta manera de analizar el mundo social sea más válida que otros métodos que tienen el mismo fin y que no aparecen como centrales en esta propuesta. Curiosamente, en la lista de Colander no hay un eje de análisis propio desde los macro-agregados o las clases sociales, sino que se intuye que estos se pueden analizar desde la denominada complejidad y el modelamiento social, en el que las interacciones individuales dan lugar a propiedades emergentes que cambian el comportamiento agregado. El punto no es que la teoría de juegos y los métodos de la complejidad no sean pertinentes, sino que el análisis de macro grupos sociales, entre otros métodos, no puede ser absorbido por estos instrumentos particulares. Ontológicamente hay una diferencia entre el individualismo metodológico y el holismo, pues como señala el historiador de la economía heterodoxa John E. King, es importante criticar tanto el proyecto de la microfundamen-tación de la macroeconomía, como el de la macrofundamentación de la microeconomía (King J. E., 2012). Esto no significa que no puedan existir canales de influencia desde las estructuras a los agentes, o de los individuos a las estructuras: lo que se crítica es establecer apriori un vínculo unidireccional de influencia. Es necesario, entonces, lograr un mejor balance entre los individualismos metodológicos y los holismos para cultivar un verdadero espíritu pluralismo.
4.4. ¿Qué tipo de pluralismo?
La revisión sobre el pluralismo en economía que se ha llevado a cabo muestra que hay tensiones que subsisten en su desarrollo. Esto lleva a la pregunta de cómo se puede orientar la discusión sobre el pluralismo. El pluralismo pragmatista genera un gran avance al señalar que diferentes teorías pueden arrojar luz sobre diferentes aspectos de una misma realidad, o que diferentes teorías pueden ser pertinentes para comprender diferentes realidades (separadas por el espacio y el tiempo). La idea de que el estudio de una realidad particular es la que indica qué tipo de teoría usar es interesante y recoge el espíritu pragmatista de que la verdad es un asunto práctico. Esto puede funcionar en cierto nivel. No obstante, la lectura de lo empírico no suele estar exenta de cargas teóricas. Las preguntas sobre cómo funciona, y a quienes afecta, nos muestra el problema de la visión del mundo, como se vio en el ejemplo en el que "la estabilidad" estaba engendrando la inestabilidad. Nos encontramos así que las teorías también compiten por las explicaciones de los hechos y sugieren intervenir el mundo de maneras diferentes.
Así, se plantea que es importante pensar al mismo tiempo las teorías de manera complementaria y antagónica, dependiendo de los diferentes niveles de análisis. En algunas ocasiones diferentes teorías pueden complementarse entre sí para explicar la naturaleza de un fenómeno, pero generalmente también rivalizan y disputan el entendimiento de una misma realidad. En cierto nivel, las teorías pueden complementarse a nivel descriptivo (comprensivo). Por ejemplo, las teorías del dinero-mercancía pueden complementar a las teorías del dinero-deuda, aun siendo contradictorias, al explicar diferentes caras de la naturaleza del dinero. Sin embargo, estas teorías rivalizan al responder preguntas sobre el valor del dinero, su origen, su escasez, etc. De este modo, las teorías también rivalizan en un nivel performativo22, trazando diferentes horizontes de sentido y creando o interviniendo el mundo de modos diferentes. Diferentes comprensiones pueden llevar a diferentes políticas monetarias. En un mundo donde el dinero no es neutral, y que parte del punto de que el dinero no es una mercancía, la tasa de interés afecta la distribución funcional del ingreso (Rochon y Setterfield, 2007). Si bien entonces el dinero puede ser al mismo tiempo deuda y mercancía en su "naturaleza", estas teorías son rivales porque trazan un horizonte diferente para el dinero, porque intervienen el mundo de forma diferente.
También puede darse el caso de que las teorías se complementen en su nivel performativo, pero no en el nivel descriptivo. El modelo IS-LM, que es un modelo fundamentalmente neoclásico, sugiere que la política fiscal sea la encargada de estabilizar una economía de mercado cuando el tramo de la LM es horizontal. Esta misma forma de intervenir el mundo en una crisis puede también derivarse de varios modelos heterodoxos que parten de principios metodológicos muy diferentes como el modelo de Rochon y Setterfield, (2007).
En consecuencia, el pluralismo debe considerar al mismo tiempo la integración y el antagonismo de los paradigmas y teorías, ya sea en la posición de descripción y comprensión del mundo o en la posición de creación o intervención de mundos, o en las combinaciones de las dos. El pluralismo, entonces, no puede ser armónico, y esto no es una desventaja, sino que pone de presente que la riqueza del mundo no puede comprenderse con un solo marco, y esto también vale para el pluralismo. Como señaló el filósofo de la Escuela de Fráncfort, Theodor Adorno, al invertir la lógica hegeliana, "la totalidad es la no verdad" (Adorno, 2012, pág. 320) .
CONCLUSIÓN
En los últimos años la discusión metodológica y epistemológica ha querido disolver las grandes controversias señalando una posibilidad de cooperación entre diferentes entendimientos. Dentro de este espíritu resalta el trabajo de Dani Rodrik, quien ha propuesto que la ciencia económica no avanza verticalmente (competencia entre paradigmas) sino horizontalmente. Sin embargo, se ha mostrado que en la obra de Rodrik es importante diferenciar dos casos diferentes de pluralismo. Al primero se le propone la denominación de monismo pluralista, porque es un mismo paradigma teórico el que se diversifica y en el que se sitúa mejor el trabajo de Rodrik. No obstante, algunas líneas de argumentación sugeridas por Rodrik darían para pensar en un segundo tipo de pluralismo, el pluralismo pragmático, para indicar que diferentes paradigmas coexisten y que la realidad es la que define qué paradigma es el adecuado.
Se ha visto que, si bien este pluralismo pragmático es más pertinente que el monismo pluralista, también se enfrenta a algunos desafíos como la rivalidad en la explicación de los hechos y el problema político cuando las teorías no van hacia atrás (interpretar el mundo) sino hacia adelante (crear el mundo) al intervenir y alterar el mundo.
Después de recoger y responder unas inquietudes que se le formulan al pluralismo a nivel teórico, se señala que es necesario que el espíritu pluralista articule las teorías y programas de investigación tanto de forma integrativa como antagonista. Sobre todo, es importante que las teorías alternativas tengan mayores espacios en las infraestructuras académicas. De este modo, un pluralismo más pertinente debe cultivarse institucionalmente y dependerá de la forma en que se diseñen las mallas curriculares, los cursos, las revistas, las evaluaciones, entre otros, y sobre todo en la posibilidad de hacerle frente a las presiones externas que se le imponen (competencia, modas, escasez de recursos, etc.). Si bien no es fácil demoler las estructuras existentes, el primer paso es esclarecer conceptualmente qué tipo de pluralismo se quiere defender, pues en la práctica y en nombre del pluralismo, se han venido defendiendo proyectos que son sobre todo monismos pluralistas, y que no son saludables para la diversidad de puntos de partida. Aunque el fantasma de la no contradicción aceche, es necesario cultivar el espíritu pluralista para hacer justicia a la riqueza del mundo y de sus ideas.
NOTAS
3 Entre los que se encuentran los incentivos orientados al mercado, los derechos de propiedad y la estabilidad macroeconómica.
4 Grandes conglomerados que hacen presencia en diversos sectores económicos y que originalmente tendían a funcionar basados en una gobernanza de las partes interesadas (Stake-holder).
5 Por ejemplo, las economías de mercado son inestables, existen conflictos distributivos entre clases sociales, los mercados no tienden al pleno uso de los recursos, etc. Para entender mejor estas diferencias a nivel metodológico, epistemológico y ontológico, ver el capítulo 1 del libro de Marc Lavoie, Post-Keynesian economics (2014).
6 Comportamiento maximizador, información perfecta, agentes tomadores de precios y mercados futuros completos entre otros supuestos.
7 La afirmación planteada por Smith relativa a que los individuos descentralizados pueden coordinarse y no generar un caos social.
8 El artículo The Firm in General Equilibrium (1971) y el capítulo 6 de su famoso libro Análisis General Competitivo (1971), escrito con Frank Hahn y titulado Equilibrio general bajo condiciones alternativas, son algunas muestras de ello.
9 Algunas de estas condiciones fueron considerar que los precios afectan las utilidades, tener en cuenta las externalidades, la posibilidad de equilibrio durante varios periodos de tiempo, el equilibrio bajo competencia monopolística y las preferencias no convexas (Arrow & Hahn, 1977).
10 Aquí la norma sería la noción de racionalidad definida por los axiomas de convexidad, transitividad, completitud e insaciabilidad.
11 Hoy se diagnostican externalidades, asimetrías de información, rigideces nominales y reales, y se amplía el catálogo para interpretar e intervenir la realidad.
12 Por ejemplo, conceptos como path dependence, rendimientos crecientes a escala o endogeneidad del dinero entre otros, han sido incorporados, sin muchas veces notar los problemas de coherencia que esto implica (Roncaglia, 2001).
13 Una propuesta que también comparte el economista heterodoxo HaJoon Chang. Ver el capítulo 2 de su libro. Economía para el 99% de la población. (Chang, 2015)
14 "La disciplina económica, inventada en el siglo XVIII, no descubre un continente; lo fabrica en todas sus partes, organizándolo, conquistándolo y colonizándolo" (Tarde, 2013, pág. 12)
15 En nuestros tiempos, dos trabajos han radicalizado esta aproximación en la ciencia económica. El libro de Michel Callon, The law of the markets (1998) y en el año 2007 se publicaría el trabajo colectivo Do economist make markets? (MacKenzie, Muniesa, & Siu, 2007).
16 Así, por ejemplo, se desarrollan experimentos para corroborar la denominada hipótesis de Hayek sobre la superioridad del mercado como procesador de información (Smith V., 1982).
17 Teorías y modelos que tienen alta influencia y asumen que hay agentes racionales con información perfecta, no hacen a esos modelos reales.
18 Para algunos, este problema radica en que no es posible agregar el capital, sino sumando dos nociones de capital, que son lógicamente diferentes; es decir sumando en términos nominales la noción de capital como flujos de dinero que financia la inversión y la otra concepción de capital como máquina o planta de producción, lo que terminan afectando lógicamente la teoría neoclásica de la distribución en la que las remuneraciones se determinan según la lógica de las productividades marginales (Robinson, 1954). Surge también un problema en el que para conocer el valor del capital es necesario conocer la tasa de interés, pero para determinar la tasa de interés es necesario conocer el valor del capital.
19 Un ejemplo reciente es el debate sobre la Teoría Monetaria Moderna (MMT). El punto que interesa evaluar no es si MMT tiene razón o no, sino que muchas críticas se hacen sin haber leído los planteamientos de los autores.
20 El reswitching (recambio o retorno) es un fenómeno que muestra que no hay una relación "uno a uno" (monótona) entre la tasa de ganancia y las diferentes técnicas de producción. La reversión del capital muestra que no necesariamente la demanda de "capital" tiene pendiente negativa, implicando así que la tasa de interés no actúa como coordinador del ahorro y la inversión.
21 Existen 63 programas de pregrado con una orientación heterodoxa en el mundo y 27 programas doctorales de acuerdo con el directorio heterodoxo. (Información tomada de http://heterodoxnews.com/hed/study-programs.html)
22 Enacción es una castellanización del verbo en ingles enact. Que significa la emergencia de un estado de cosas o de una realidad mediante la puesta en obra de ciertos elementos.
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