Clara Irazábal (ed.) (2014).
Transbordering Latin Americas: Liminal places, cultures and powers (t)here. New York: Routledge.

Luisa Sotomayor, Phd
Departamento de Geografía y Planeación
Universidad de Toronto, Canadá
luisa.sotomayor@mail.utoronto.ca

En Transbordering Latin Americas: Liminal places, cultures and powers (t)here, Clara Irazábal presenta una compilación de trece estudios de caso, escritos por académicos destacados, con la intención de proponer una nueva mirada de las prácticas y la construcción de lugares de carácter transnacional. Irazábal describe estas condiciones como “transfronterizantes”, desarrollando un marco teórico innovador que recoge aportes de la amplia literatura sobre transnacionalismo, y que, asimismo, pretende capturar sus matices y silencios. El término transfronterizando le permite a Irazábal avanzar principalmente en dos direcciones. La primera, logra superar las limitaciones conceptuales de otros estudios sobre relaciones internacionales o transnacionalismo que aún apelan al Estado-nación como la entidad fundamental. Como señala Irazábal, en muchos casos, sobre todo en regiones de frontera, la existencia de una “madre patria” es confusa o poco más que un mito. Las condiciones que Irazábal describe como transfronterizantes se construyen a partir de “relaciones societales plurilocales -las cuales existen dentro, en medio de y encima de los tradicionales contenedores espaciales de sociedades nacionales o continentales en los que no hay una patria clara o estable” (p. 1). Las circunstancias transfronterizantes ocurren en espacio-tiempos que no corresponden enteramente con un aquí o un allá, pero que comprimen esta duplicidad.

Segundo, Irazábal cuestiona lo que comúnmente se asume como la singularidad de “lo latinoamericano”. Su marco teórico propone ir más allá de una supuesta identidad regional y de la simple geografía física continental para “deconstruir y reconstruir efectivamente la noción de múltiples y fluidas Latinoaméricas” (p. 1). A partir de diversas exploraciones, el libro muestra cómo una gran diversidad de prácticas, identidades y lugares transfronterizantes están construyendo y transformando activamente las latinoaméricas, generando nuevas relaciones de poder, y, en algunos casos, llegando a desestabilizar el status quo.

Los estudios de caso que Irazábal presenta, detallan las formas en que la movilidad internacional de actores, ideas, bienes o capitales logra articular nuevas prácticas multilocales. Dichas prácticas llegan a moldear cuerpos, identidades, relaciones de poder, lugares y naciones, no solo en los países latinoamericanos, sino alrededor del mundo y en múltiples escalas geográficas. Los estudios de caso son multidisciplinarios y están divididos en cuatro grandes ejes: 1) Género y construcción de imagen; 2) Turismo y planeación transnacional; 3) Construcción de lugar e ideología; 4) Etno-paisajes de inmigrantes a(quí)(llá). A partir de estos temas, el libro explora una gran gama de fenómenos que son a la vez situados y relacionales. Precisamente, el juego de palabras “(t)here” busca capturar la simultaneidad de lo que ocurre a su vez “aquí” y “allá”.

Las fronteras cobran vital importancia en este libro, no solo en cuanto restringen físicamente entradas y salidas, sino porque se constituyen también como zonas liminales en lo social, cultural y simbólico. Sin duda, las complejidades de las políticas migratorias en el norte global, y las dinámicas de inequidad social, evidencian cómo las ciudadanías y subjetividades se construyen a partir de múltiples dinámicas de inclusión/exclusión que se negocian a partir de un gran número de fronteras. Por ejemplo, en “Gender, Transnationalism and Empowerment in Postville, Iowa: Women with Electronic Shackles” (Género, transnacionalismo y empoderamiento en Postville, Iowa: mujeres con grilletes electrónicos) (pp. 40-60), Gerardo Francisco Sandoval y Luz Hernández relatan las contradicciones que surgen a partir de las redadas contra residentes indocumentados en Postville. Los autores exploran cómo un grupo de madres sometidas a llevar grilletes electrónicos georreferenciados deciden enfrentar estereotipos opresivos de género y ejercer su agencia en la lucha por un trato más digno y un nuevo estatus migratorio.

El capítulo titulado “Diasporic Tourism: Immigrant Politics, Consumption, and Traditions in Los Angeles’s Plaza Mexico” (Turismo de diáspora: relaciones de poder y construcción de lugar en la Plaza México de Los Ángeles), escrito por Clara Irazábal y Macarena Gómez-Barris (pp. 96-126) nos ofrece otro ejemplo sugerente de prácticas transfronterizantes. A partir del estudio de Plaza México, un centro comercial temático en la ciudad de Los Ángeles, las autoras nos muestran cómo este se ha posicionado doblemente como un lugar que es atractivo para turistas pero que es también central para los migrantes que añoran “su tierra”. Los símbolos pastiches que caracterizan el centro comercial les permiten a los migrantes satisfacer su nostalgia y compensar el hecho de no poder estar cerca de casa. El caso también devela las inequidades estructurales que restringen la movilidad de los inmigrantes, particularmente si están indocumentados. Las prácticas transnacionales no necesariamente se dan en contextos de movilidad; por el contrario, muchas veces reflejan esta carencia.

Una de las fortalezas del libro es la de superar aquella caracterización de Latinoamérica como una región casi uniforme compuesta de identidades homogéneas. La visión que las autoras y los autores presentan es mucho más rica y compleja. Esta incluye el transnacionalismo pensado no solo desde la inmigración de sur a norte, sino también desde la perspectiva de los pueblos indígenas o a partir de las sub-culturas urbanas en sus conexiones globales. Por ejemplo, en “Nations Within Nations: Transnationalism and Indigenous Citizenship in Latin America” (Naciones dentro de naciones: transnacionalismo y ciudadanía indígena en Latinoamérica) (pp. 149-168), Marcela Tovar-Restrepo describe el surgimiento de los proyectos de ciudadanía transnacional de los pueblos indígenas de las Américas. En el capítulo: “On the Move: Globalizing Subcultures in Rio de Janeiro’s Favelas” (En movimiento: subculturas globalizantes en las favelas de Rio de Janeiro) (pp. 23-39), Stephan Lanz nos muestra cómo los jóvenes de los enclaves marginales de Río de Janeiro forman vínculos con geografías distantes tales como la ciudad de Londres a partir del baile Funke.

La indagación sobre prácticas transfronterizantes también destapa las múltiples contradicciones en las que dichas prácticas emergen. El capítulo escrito por Miriam Chion, “Cusco: City of Memory” (Cusco: ciudad de memoria) (pp. 79-95), explora las tensiones que emergen en lugares donde el turismo y el patrimonio histórico confluyen. Cusco, la ciudad de los Incas y centro histórico colonial, se ha constituido como una gran receptora de turistas y de capitales internacionales. Este influjo da cabida a múltiples prácticas socioculturales que irrumpen y navegan los intersticios entre lo tradicional y lo contemporáneo; lo situado y las referencias globales. Más allá de las prácticas culturales genuinas, el turismo busca consumir un tipo de cultura que satisfaga ciertos imaginarios sobre la cultura andina. Esta demanda ha creado una nueva oferta de híbridos culturales, que son imitaciones de otros sitios pero que se mercadean como experiencias tradicionales. Estas prácticas ponen en evidencia cómo las estrategias de supervivencia locales son ampliamente moldeadas por las demandas del mercado del turismo internacional.

Son también de resaltar las contribuciones de Erika Rossi y de Milena Gómez-Kopp en cuanto demuestran cómo las diásporas, a pesar de su ausencia física, contribuyen a la construcción de lugares en los países de origen. En el caso de Rossi, titulado “Noche de Baile/A Dancing Night: Immigrants, Transnationalism, and Music in Japan” (Noche de baile: inmigrantes, transnacionalismo y música en Japón) (pp. 258-277) estas generan nuevos ensamblajes culturales en los países receptores, no importa qué tan distantes estos sean física o culturalmente. En el capítulo titulado “¿La Guaca?: The Internationalization of the Colombian Housing Market” (¿La Guaca? La internacionalización del mercado de vivienda colombiano) (pp. 217-240), Gómez-Kopp analiza cómo el rápido crecimiento de las re-mesas enviadas por emigrantes colombianos desde diversas partes del mundo se convirtió desde los años noventa en importante fuente de inversión para el mercado inmobiliario colombiano. En este contexto, los colombianos en el exterior se han posicionado como una nueva fuente de clientes para bancos y constructoras nacionales que buscan expandir sus negocios, y ahora organizan ferias de vivienda de alto perfil en ciudades como Nueva York. Gómez-Kopp analiza los impactos y las implicaciones que dichas inversiones acarrean para la generación de empleo, el sector de la construcción y el desarrollo en general. Según la autora, la importancia de las inversiones nacionales de los expatriados también ha logrado reposicionar a este grupo frente al Gobierno nacional. Reconociendo la importancia económica de las remesas, los gobiernos han buscado por múltiples medios fortalecer sus relaciones con los emigrantes y mantenerlos vinculados de diversas formas. Esto implica un cambio fundamental en las políticas internacionales que anteriormente poco tenían en cuenta al expatriado. El caso de Gómez-Kopp es de particular relevancia en cuanto también discute las implicaciones de las prácticas transfronterizantes para el desarrollo de políticas públicas.

El esfuerzo intelectual de las autoras y los autores de Transbordering Latin Americas: Liminal places, cultures and powers (t)here, es sustancial. No obstante, la principal limitación del libro es que algunos de los capítulos utilizan con mayor intensidad que otros el marco teórico que Irazábal propone. Aunque fascinantes en sí mismos, algunos de los casos seleccionados añaden poco a la discusión que Irazábal inicialmente plantea, y que mucho aporta a los debates actuales sobre transnacionalismo. Algunos autores ni siquiera usan el lenguaje que el marco teórico propone, recurriendo en reemplazo a literaturas más convencionales. Aunque este desbalance no logra comprometer la coherencia interna del libro, sí le resta fuerza al argumento principal, pues abre preguntas sobre la pertinencia y la utilidad del término “transfronterizando”. Al respecto, el libro también omite una conclusión, la cual hubiese sido útil para contrastar y conectar los puntos en común de estudios de caso bastante diversos. A pesar de estas debilidades, tanto el marco teórico como los estudios de caso resultan fascinantes. El libro es de lectura obligatoria para latinoamericanistas, y para quienes buscamos entender mejor las construcción social del espacio a(quí)(llá) en entornos de transformación constantes.