PRESENTACIÓN*
Vivimos en un mundo global y desigual. Aunque a lo largo del último medio siglo la pobreza se ha reducido a nivel planetario y, como resultado del rápido crecimiento económico registrado en las llamadas economías emergentes, la brecha entre los países en vía de desarrollo y los países desarrollados se viene cerrando desde principios del milenio, la desigualdad en la distribución interna de los ingresos, y la brecha entre ricos y pobres no deja de ampliarse, incluso en los países más desarrollados. A falta de ser prioridad de quienes toman las decisiones, esta desigualdad de ingresos sigue siendo tema del debate político y de las investigaciones académicas. En Colombia, como en todas partes, la cuestión preocupa a los ciudadanos, como lo ha demostrado el éxito mundial del libro del economista francés Thomas Piketti, El capital en el siglo XXI.
Para su edición 26, la revista Oasis pone la mirada sobre el reto global de la desigualdad, y publica en su dossier central tres artículos que abordan la cuestión desde ángulos novedosos.
¿Qué tan sostenible es el aparente proceso de convergencia entre países hasta hace poco llamados subdesarrollados y las economías industriales? Los investigadores Andrés Palacio y Martin Andersson, en su artículo "Catch up growth and social capabilities in developing countries: A conceptual and measurement proposal", parten de esta pregunta para examinar el papel de las llamadas capacidades sociales en los procesos de desarrollo. Son estas las capacidades de una sociedad determinada para asimilar y responder a incentivos como la inversión y la innovación tecnológica. Los autores proponen un marco conceptual e indicadores para medir el impacto de las capacidades sociales a fin de demostrar que en el largo plazo saldrán favorecidos en materia de crecimiento económico y de progresión del ingreso per cápita los países que diversifiquen su estructura económica, apoyen la inclusión, y fomenten la autonomía del Estado y su rendición de cuentas ante la sociedad.
Dado que el concepto de desigualdad es mucho más complejo de lo que parece, el artículo de Fabio Andrés Díaz, "Inequality, social protests and civil war", examina la ola de nuevas formas de protestas sociales, tal como el movimiento Occupy Wall Street, que surgió después de la crisis financiera de 2008. Con referencia a la historia de los movimientos sociales se pregunta por el vínculo causal entre inequidad y conflictos, así como por las potenciales evoluciones de estos. Los escenarios varían según la capacidad de respuesta de los Estados implicados. Las protestas pueden ser terreno de cultivo de la inestabilidad política o, aún más, de futuras guerras civiles, o pueden favorecer la consolidación de instituciones democráticas más participativas.
La sociedad civil también se siente llamada a intervenir en el proceso de reducción de la desigualdad. La imagen de la actriz Angelina Jolie u otras estrellas de la farándula cargando niños pobres se ha banalizado. Erli Margarita Marín y su estudiante Nedi Natalia Millares se preguntan por el papel específico que pueden desempeñar estas celebridades del espectáculo en la lucha contra la inequidad. Cada vez más organizaciones no gubernamentales y redes transnacionales acuden a la estrategia de vincular estrellas del entretenimiento para sensibilizar sobre la causa de la lucha contra la pobreza. El levantamiento de fondos suele ser su primer objetivo. Analizando cinco casos, desde los conciertos de Live Aid en los años ochenta, hasta la Fundación Pies Descalzos, de nuestra cantante Shakira, el artículo de Marín y Millares, "Pobreza y celebridades del espectáculo: un debate del accionar internacional", presenta las acciones llevadas a cabo y su impacto en el cambio de narrativa y en las decisiones políticas, y muestra los límites de esta estrategia y sus potenciales peligros.
La lucha contra la desigualdad no ocupa en la agenda de los poderes el rango que muchas de estas organizaciones de la sociedad civil quisieran. Los artículos siguientes estudian la acción de cuatro actores importantes de las relaciones internacionales: la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y Corea del Sur.
El artículo de Isabella Querci, "EU and Mercosur vis a vis the Trade Agreement. Remarks from the institutional perspective", examina de cerca el proceso de negociaciones del acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea, que lleva más de diez años. El potencial impacto del acuerdo sobre sectores económicamente sensibles de ambas partes puede explicar esta demora que, según la autora, se debe fundamentalmente a su estructura institucional y a la complejidad de su proceso de decisión que involucran una multiplicidad de actores gubernamentales y tienden a dejar por fuera a la llamada sociedad civil. El conocido déficit democrático de las estructuras de integración afecta también las negociaciones internacionales.
Desde la geopolítica neoclásica y crítica, Camilo Andrés Devia Garzón, Juan Carlos García Perilla y Ángela María Herrera Castillo, en "El irredentismo como instrumento de la geopolítica y estrategia rusa", analizan las manifestaciones de un renovado irredentismo ruso, en respuesta a la expansión de la OTAN en Europa. Este irredentismo se articula a un nacionalismo más conservador en el discurso del presidente Vladimir Putin, y apunta a la movilización de todos los recursos de poder para garantizar el control de las regiones de especial interés, como Ucrania y Georgia. La geopolítica nos dice que la gran Rusia está de regreso.
Por su parte, la investigadora Priscyll Anctil Avoine, en el artículo "L'impasse de la guerre afghane: Une perspective du réalisme structurel", examina las razones que puedan explicar la política de Estados Unidos en Afganistán, y la permanencia en ese país de tropas de la OTAN, quince años después de una intervención que, a todas luces, no ha cumplido con ninguno de sus objetivos: ni ha mejorado la seguridad de Estados Unidos, ni ha mermado la amenaza terrorista ni el país está pacificado ni se ha avanzado en la construcción de un Estado-nación afgano moderno. ¿Cómo explicar que se actúe en contravía del interés nacional? La autora confirma que, a la luz del realismo estructural, la política puede ser irracional.
Por su rápido crecimiento, su economía fuerte y la consolidación de su democracia, la República de Corea se ha afirmado como un actor decisivo de la dinámica global, e incluso como un modelo a los ojos de muchos. Observando que las estrategias para enfrentar el proceso de globalización se dieron desde el Estado y las élites empresariales, Nayelli López Rocha y Andrii Ryzhkov, en el artículo "La República de Corea: cultura, globalización y cambio social", indagan sobre las estructuras sociales y la cultura de este país asiático para mostrar cómo han participado de esta transformación y cómo, a su vez, están siendo impactadas por él. Ya se trate de la integración de migrantes o del empoderamiento de la mujer, la sociedad coreana vive nuevas fracturas, potencialmente conflictivas.
Esta edición de Oasis se realizó con la colaboración especial del profesor Ulrich Lachler, quien coordinó el dossier sobre desigualdad global. Para él, como para los investigadores que escribieron en este número, y para el equipo de la revista, nuestros agradecimientos. Entre todos esperamos que esta edición de Oasis aporte su modesta contribución a la comprensión de nuestro complejo mundo.
Ulrich Lachler
Editor invitado
Milena Gómez y Marie-Eve Detoeuf
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