DOI: https://doi.org/10.18601/16577558.n29.09

La Alianza del Pacífico como elemento catalizador para la cooperación: una revisión desde la óptica del Sur Global

The Pacific Alliance as a catalyst for cooperation: a review from the perspective of the Global South

Luis Fernando Vargas-Alzate*

* PhD en estudios políticos Universidad Externado de Colombia. Presidente de RedIntercol. Profesor asistente y coordinador del Área de Relaciones Internacionales - Departamento de Negocios Internacionales - Universidad EAFIT. Medellín (Antioquia). [lvargas3@eafit.edu.co], [https://orcid.org/0000-0002-9628-6263]

Recibido: 13 de julio de 2018 / Modificado: 5 de septiembre de 2018 / Aceptado: 14 de septiembre de 2018

Para citar este artículo:
Vargas-Alzate, L. F. (2019). La Alianza del Pacífico como elemento catalizador para la cooperación: una revisión desde la óptica del Sur Global. OASIS, 29, pp. 175-196


RESUMEN

Este artículo ofrece un análisis singular al interior de la Alianza del Pacífico en América Latina. Se trata de una revisión de los vínculos de cooperación internacional entre sus miembros, a partir de los avances que se han podido constatar en su interacción. Para tal efecto, el autor traza un recorrido por lo que ha sido el giro de la cooperación en diferentes períodos de tiempo, enfatiza los cambios más significativos, generadores incluso de nuevas concepciones, y presenta evidencia de lo alcanzado por los miembros de la iniciativa regional. El texto concluye que, a pesar de no ser la esencia del acuerdo, resulta indudable el avance en la materia. Así mismo, se aventura a precisar que en el desarrollo de las actividades integradoras de la AP podrán ser más valiosos y efectivos los lazos colaborativos que la misma integración económica, comercial o política entre los cuatro países de la región.

Palabras clave: Alianza del Pacífico, cooperación internacional, cooperación Sur-Sur, Sur Global.


ABSTRACT

This article offers a particular analysis within the Pacific Alliance in Latin America. It is a review of the international cooperation links among its members, based on the progress that has been detected in their interaction. For this purpose, the author traces a tour of what has been the historical process of cooperation through time, emphasizes the most significant changes-which themselves generate new conceptions-, and presents evidence of what has been achieved by the members of the regional initiative. The text concludes that, despite it not being the essence of the agreement, progress in the matter is undeniable. Likewise, it risks specifying that progress in the PA's integrating activities may come from more valuable and effective cooperation links than from those of economic, commercial, or political integration among the four countries of the region.

Key words: Pacific Alliance, International Cooperation, South-south Cooperation, Global South.


INTRODUCCIÓN

Este artículo realiza una aproximación al estudio de la Alianza del Pacífico (AP) desde una perspectiva inusual, dada la naturaleza del mecanismo integrador. Al ser este un acuerdo con sustento económico y comercial, es poco frecuente acercarse al mismo desde la óptica y los marcos metodológicos de la cooperación internacional.

Su autor ha procurado una revisión y posterior reflexión sobre los lazos cooperativos al interior de la Alianza, aprovechándose de una observación conceptual primaria sobre el Sur Global. Si bien el citado mecanismo se diseñó sobre fundamentos económicos y comerciales, su desarrollo ha permitido encontrar unos matices de trabajo conjunto, susceptibles de leerse desde los postulados de la actual categoría de la cooperación internacional denominada Sur-Sur. Así mismo, este análisis procura conectar los temas encontrados al interior de la Alianza del Pacífico con la evolución sugerida por Arif Dirlik (2007), a partir de su concepción del Sur Global y de la evolución que, junto con otros autores, ha desarrollado de la misma.

De lo anterior, entonces, se desprende que este trabajo se apoye también en otras perspectivas tales como las de Alfred López (2007), Sharon Monteith (2007), Caroline Levander & Walter Mignolo (2011), entre otros académicos que han venido desarrollando estudios y acercamientos al respecto. La obra concluye con un recorrido por algunos ejercicios cooperativos al interior de la AP susceptibles de abordarse desde la óptica del Sur Global, que están generando réditos a sus miembros y que sitúan a la Alianza, en relación con la cooperación internacional y sus resultados, en perspectiva progresiva y favorable.

El texto se ha estructurado en cinco secciones, con una secuencia que permite concluir sobre la utilidad de la AP para sus miembros en términos cooperativos. En primer lugar, ofrece un recorrido histórico sucinto por la cooperación internacional. En segundo término, la obra ilustra el cambio dado a raíz de la transición de la ayuda tradicional vertical a la participación horizontal de las naciones en vía de desarrollo. Luego, con base en esa sección previa, el texto presenta una explicación sobre la concepción del Sur Global y las razones para entender su importancia en este ejercicio; abriendo paso a una cuarta sección ilustrativa de la Alianza del Pacífico. Finalmente, la obra se detiene en la revisión de avances relativos con la cooperación internacional al interior de la AP, hasta concluir respecto de la validez y utilidad de las redes colaborativas entre los miembros del esquema asociativo.

LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL

La cooperación internacional, como ejercicio explícito de interacción global dirigido a temas específicos del desarrollo1, tiene su historia. La época de la posguerra se convirtió en el escenario perfecto para su impulso y ejecución. Tassara (2011, 2013) ofrece estudios en los cuales enfatiza los cambios dados a raíz de las diversas políticas de cooperación, fundamentalmente desde los grandes centros oferentes de Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD). Podría señalarse, incluso, que existen distintivos para cada década posterior a la segunda guerra mundial. Cabe anotar que Colombia ha estado involucrada en dichas tendencias y ha recibido, tanto afectaciones como beneficios de ello.

No obstante lo anterior, es preciso registrar que antes de 1945 hubo suficientes muestras de ejercicio cooperativo entre los Estados adscritos al denominado concierto europeo. Mark Mazower (2012) expone en Governing the World unas múltiples fases de acuerdos cooperados entre los imperios y Estados a partir de la configuración (geo) política forzada con el despliegue de la revolución francesa. Sirva, pues, lo anterior para enfatizar que la cooperación internacional es tan antigua como el mismo sistema internacional de Estados. A pesar de ello, el grueso de la literatura se ha orientado a explicar las etapas de la misma solo desde los años de la posguerra, puesto que es el desarrollo, como proceso integral, el que mayormente se beneficia.

Conviene en este aparte ser ilustrativos con el concepto, trayendo a colación la definición de cooperación internacional que ofrece el sistema de Naciones Unidas:

La Cooperación Internacional es la relación que se establece entre dos o más países, organismos u organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de alcanzar metas de desarrollo consensuadas (Raci, 2012, p. 26).

Tal relación se encuentra alimentada por múltiples interacciones entre actores globales de diferente naturaleza, que disponen de herramientas y mecanismos útiles a la transferencia de recursos financieros y técnicos en beneficio del desarrollo de las naciones.

Colombia, como actor parte del sistema internacional2, se halla inmersa en los debates académicos en torno a los mecanismos y programas que puedan facilitar la obtención de mejores indicadores en relación con el desarrollo. Estas discusiones, que por norma se consideran poscoloniales, se adelantan al interior de referentes metodológicos provistos actualmente por el concepto de Sur Global. Así mismo, puede señalarse que los más recientes ejercicios al respecto han procurado estar enmarcados dentro de la propuesta analítica y conceptual de la cooperación Sur-Sur.

Pero antes de avanzar en función de explicaciones referidas con el Sur Global o la cooperación Sur-Sur, es menester brindar elementos centrales de la cooperación internacional tradicional desplegada durante décadas por los más importantes centros oferentes de la misma, con objeto de comprender las razones que llevaron a su replanteamiento.

Resulta básico advertir que la cooperación es variable dependiente del concepto de desarrollo que se tenga en determinado período de la historia, y que este ha mutado en varias ocasiones, de acuerdo con las circunstancias históricas coyunturales. También los métodos de trabajo, actores involucrados y enfoques. A partir de 1945, con la implementación tanto del Plan Marshall en Europa como del MacArthur3 en Japón (incluso de la misma Alianza para el Progreso4 en América Latina), se desplegaron lineamientos específicos de cooperación, no solo en procura de sacar a flote a las sociedades afectadas por la guerra, sino con el objetivo de solidificar aliados directos en la lucha contra el socialismo liderado desde Moscú. Esta ayuda, por tanto, se condicionó a la lealtad de los receptores frente al sistema.

Pasada la primera década, y con la Conferencia de Bandung (1955) de fondo, las circunstancias empezaron a girar hacia el eventual protagonismo de las naciones radicadas al sur del planeta. A pesar de ello, el recrudecimiento de las tensiones bilaterales de la guerra fría impidió que se presentaran avances significativos para llevar la acción cooperativa a un nivel de mayor compromiso.

En décadas posteriores, coincidiendo con el panorama de la descolonización (aparición de varias decenas de nuevos Estados), se robusteció una manera rígida y vertical de entender el ejercicio cooperativo, exclusivamente visualizado como una ayuda ofrecida desde las naciones del Norte (industrializado) hacia las del Sur (subdesarrollado). Álvarez (2012) expone el detalle de tal situación y explica cada fase a partir de la finalización de la segunda guerra mundial, hasta la consolidación de una nueva era, con la culminación de la guerra fría durante los años 90. Dada la extensión del presente texto, no es posible ahondar en tales detalles, sin embargo, se resalta la división presentada por la autora que se cita; que aparece complementaria al recorrido de los actores y paradigmas propuesto por Tassara (2012). Esos fueron los comienzos de la institucionalización:

A lo largo de los años 1950 y 1960, la arquitectura internacional para impulsar y regular la cooperación al desarrollo se consolidó, siendo algunos de sus actores más significativos: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, los bancos regionales de desarrollo, diversos organismos de Naciones Unidas y las agencias gubernamentales; un proceso que incluyó la creación de la Development Assistance Group en 1960, el cual se convertiría en el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), el principal órgano de la Ocde en la actualidad (Alvarez, 2012, p. 10).

A partir de 1945 se gesta una estructura que facilita la institucionalización del sistema de cooperación internacional al desarrollo, aproximadamente hasta los años 70. Posteriormente, con la aparición del Informe Pearson5, la cooperación logró una configuración propia "consolidándose como enfoque y proceso político relativamente autónomo con sus propios fundamentos teóricos" (Álvarez, 2012, p. 290). A pesar de ese novedoso panorama, la crisis económica de los 70 irrumpió negativamente en las dinámicas de la cooperación y absorbió todo el ejercicio colaborativo. Incluso, aunque desde 1974 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hubiese declarado el Programa de Acción sobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional que propuso la cooperación entre países en desarrollo (López, 2014), y una ejecución más dinámica de su interacción. Todaro y Smith (2012) presentan en su obra cómo, a la par con las demandas de la ONU, el liderazgo tanto de países como de corporaciones multinacionales trazó la ruta del desarrollo económico, antes que del progreso integral de las sociedades.

Durante la década de 1980, caracterizada por la deuda y sus consecuentes programas de ajuste estructural y con un intento más de re-conceptualizar tanto el desarrollo como la cooperación, las naciones tuvieron que adaptarse a la implementación de políticas que llevaron a comprender el desarrollo como "el logro de un correcto ajuste macroeconómico, en contraposición a las políticas anteriormente aplicadas" (Álvarez, 2014, p. 293). Lo anterior provocó que las naciones del Sur, mayormente alejadas del progreso económico y social, mantuvieran su retraso. Para ahondar en lo relativo con las dinámicas de la cooperación durante esta década es preciso señalar que, tal como lo expone Lipson (1984), sumado a lo económico los asuntos ligados con la seguridad se convirtieron en factor preponderante. Es decir, se presentó una diversificación del ejercicio, atada a las acciones desprendidas al interior de los regímenes internacionales consolidados al final de la guerra fría (Keohane, 2005).

Tal como lo exponen Unceta & Yoldi (2000), Tassara (2012), Álvarez (2012) y López (2014), durante la década de los 90, con la puesta en marcha del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y con la definición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)6, el escenario de posguerra fría facilitó que se pudiera ejecutar un ejercicio cooperativo más acorde con las necesidades de las naciones otrora tercermundistas. Se presentó un ajuste caracterizado por proyectos y programas más adecuados a las realidades para los cuales se plantearon y, desde la perspectiva de la seguridad humana, el Sur cobró fuerza y protagonismo. El trabajo de Keohane (2005) es útil para visualizar cómo las instituciones (los regímenes internacionales), a través de las cuales la cooperación tomó lugar, facilitaron su ejercicio, incluso a pesar de considerar que con la pérdida de hegemonía de diversos actores durante la posguerra fría, esta se reduciría ostensiblemente.

EL AJUSTE DE LA COOPERACIÓN A LA REALIDAD GLOBAL

Para clarificar las dinámicas que hoy se aplican en relación con la AOD, es preciso situarse en el análisis de las tendencias cooperativas gestadas desde y para el hemisferio sur. Con lo anterior no se quiere señalar que la ayuda ofrecida por los tradicionales centros oferentes desde el hemisferio norte haya desaparecido, sino más bien resaltar la importancia de los proyectos adscritos a las necesidades e intereses de países con problemas comunes, normalmente localizados en el hemisferio sur, y que dieron origen a la cooperación horizontal (Sur-Sur)7.

En relación con tal categoría es condición partir de un principio fundamental. Se trata de un ejercicio colaborativo innovador focalizado en el mismo período de incubación del concepto Sur Global, que procura una gradual desconexión de lo que por tradición caracterizó las dinámicas de la cooperación internacional hasta los años noventa. Lozano (2013) destaca cuatro aportes centrales de este tipo de ejercicio.

En primer lugar, señala el autor, esta permite un cambio de concepción sobre el sistema de cooperación, puesto que fortalece la aplicación de la responsabilidad compartida. En segundo término, la interacción Sur-Sur contribuye a lograr mayor eficacia frente a la ayuda internacional, dejando atrás los patrones tradicionales de la estructura de relaciones Norte-Sur aplicada durante la segunda mitad del siglo XX. Además, se presenta la creación de actividades "de doble dividendo" en las que se genera un alto aprovechamiento de los rubros de cooperación desde la perspectiva de la calidad de los mismos antes que desde su origen. Finalmente, la cooperación Sur-Sur conduce al fortalecimiento de una gobernanza global anclada a un poder decisional cada vez más democrático.

Bajo esta conceptualización, y reiterando que resulta complejo llegar a una definición estricta y específica del Sur Global, es pertinente señalar que el Estado colombiano se ha situado en medio de las dinámicas contemporáneas de interacción y cooperación global. Al respecto Tassara (2013, pp. 237-284) señala que

(…) Colombia se está afirmando como país emergente (…) y su política de cooperación (…) intenta compaginar la demanda hacia los donantes tradicionales con una oferta creciente hacia otros países en desarrollo. (…) no hay la menor duda de que la cooperación Sur-Sur de Colombia representa un elemento innovador en la región latinoamericana y que esta cooperación está caracterizada por múltiples fortalezas y elementos positivos.

En un contexto marcado por la emergencia de nuevos oferentes de AOD, al interior del grupo de naciones en desarrollo, un sector privado mucho más activo, apoyando crecientemente programas y proyectos de cooperación, y nuevos fondos de instituciones multilaterales, consolidados como consecuencia de la fusión entre donantes oficiales y privados (Alonso, 2013), los Estados vienen trazando líneas de trabajo que les permiten optimizar las circunstancias y les facilitan abandonar los factores que han impedido durante décadas mejores niveles de vida para sus nacionales. Cooperar entre iguales se ha convertido en un camino acertado para la comprensión de las realidades del Sur Global:

Cada vez son más los países en desarrollo que se apoyan entre sí con conocimiento, asistencia técnica o inversiones, y esto ha incorporado una nueva e importante dimensión al paisaje de la cooperación internacional. Asimismo, la cooperación triangular (…) ha cobrado relevancia en las ocasiones en que el escaso financiamiento de que disponen los países en desarrollo constituye un obstáculo para la ejecución de ciertas acciones de cooperación Sur-Sur (Cepal, 2010, p. 5).

Tal es el caso de Colombia que, aprovechándose de los procesos de integración regional en conjunción con el diálogo cooperativo con naciones catalogadas en las dinámicas del Sur Global, adelanta gestiones que le han permitido, entre otros objetivos, ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde)8. De hecho, este texto procura acercarse a la revisión de lo que la AP permite en sus estructuras para que los procesos colaborativos entre sus miembros conduzcan a resultados más concretos en relación con sus propios objetivos.

La orientación sugerida por la cooperación Sur-Sur también facilitó que se consolidara un concepto que cada vez está siendo más familiar a los estudiosos, tanto de las relaciones internacionales como de la cooperación del mismo tipo. Se trata del Sur Global, que hace alusión a las más recientes tendencias adelantadas en el hemisferio austral con el objeto de concretar acercamientos entre su amplia gama de actores y que tal hecho redunde en beneficios directos a sus sociedades.

EL SUR GLOBAL

A pesar de su aparición desde los años 80, e incluso antes, los estudios sobre el Sur Global están mejor situados en la época de la posguerra fría y se hicieron más comunes a partir de la división sugerida por Levander y Mignolo (2011). Prueba de ello está en la revisión de las estadísticas presentadas por Pagel etal. (2014), donde se evidencia que una vez la guerra fría llegó a su fin (1991) empezó a dársele mayor contenido al concepto. Entre 1996 y 2014 se publicaron más de 1200 artículos (papers) académicos que hicieron referencia al Sur Global como terminología de connotaciones políticas (Pagel et al., 2014). Las bases de datos ahora cuentan con un contenido más amplio en relación con esa temática. De hecho, una revisión más reciente de las mismas muestra el aumento exponencial en tan solo un par de años9.

La producción académica (científica) sobre la materia ha evolucionado rápidamente y ello demanda que se aplique mayor rigor, tanto metodológico como epistémico al interés de estudiar los procesos del Sur Global. Con el inicio del siglo emergió una obra significativa ocupada del estudio de las políticas exteriores de esa parte del mundo. Braveboy-Warner (2003) editó dicho trabajo. En la obra participaron autores que se ocuparon, por un lado, de lograr mayor claridad conceptual en lo que se relaciona con el espacio geográfico abordado y, de otro, en ofrecer explicaciones sobre cómo la política exterior se convirtió en estrategia de ampliación al ejercicio cooperativo.

Cada vez son más los autores y estudiosos del Sur Global, que aportan nuevas y progresivas concepciones metodológicas. Sin embargo, para tomar algunos referentes, es preciso destacar los aportes de Samir Amin (2011, 2014), quien, a partir de una serie de estudios relativa con los impactos y efectos del capitalismo en el hemisferio sur, plantea un compendio para su comprensión metodológica, en relación con los trabajos sobre desarrollo y cooperación. Este autor posee una bibliografía prolífica útil como fundamento para la comprensión de los estudios contemporáneos sobre el tema. A pesar de ello, particularmente se queda por fuera de las referencias más comúnmente citadas por algunos importantes investigadores. Entre otros, ni Dirlik (2007) ni Korany (1994) lo representan como importante referente en la materia.

Cuando se cita a Arif Dirlik (2007), en cambio, su obra es una de las que mayor impacto generó a comienzos de este siglo. En particular sus ensayos han procurado la definición de un orden global más diversificado, en el que el Sur Global toma parte activa, y se convierte en un jugador central del mismo. En reconocimiento a que el término no es nuevo, Dirlik (2006) expone la conexión directa entre este y el otrora "Tercer Mundo", señalando un recorrido histórico que facilita la caracterización de lo sucedido con la utilización de la dicotomía Norte-Sur.

Dirlik (2007) otorga suma importancia a episodios que, desde su óptica, son trascendentes en la comprensión del mundo forjado a partir de los ejercicios de cooperación descentralizada puestos en marcha. Además, resalta la importancia de la multilateralidad en ello, como facilitadora -entre otras cosas-, de la cooperación triangular10:

The UNDP project of 2003, "Forging a Global South," is described as a "new paradigm of development." The project is intended for the South to take command of its own future. Rather than await succor from the North, the countries of the South most cooperate with one another in fostering the overall development ofthe South: "south-south cooperation," as the framers put it. "South-south cooperation," described as a "decentralized cooperation," is to be open to cooperation with countries outside ofthe South in what is termed "triangular cooperation" (Dirlik, 2006, p. 13).11

De la misma manera que Dirlik, Korany (1994) trazó el camino para ampliar la literatura existente sobre los procesos de cooperación en el hemisferio sur. Partiendo de lo establecido por autores que trabajaron a mayor profundidad las consecuencias de la relación de verticalidad entre el Norte y el Sur (para destacar el estudio de Polanyi y su Gran Transformación), propuso la necesidad de modificar metodologías y aproximaciones sobre esa relación vertical. Pero ese fue apenas el comienzo de algo que Dirlik determinó continuar y que es confirmado, categórica y académicamente, por cada vez más autores, entre los que se destaca Grovogui (2011), situado al interior del marco disciplinar de las relaciones internacionales12.

Habiendo un amplio set de autores que ha venido trabajando lo relacionado con la conceptualización del Sur Global, se destaca acá el trabajo de Grovogui (2011) porque es, sistemática y metodológicamente, uno de los más consistentes en relación con las explicaciones del concepto. De allí se extrae tal definición:

In sum, the Global South is an idea and a set of practices, attitudes, and relations. It is a disavowal of institutional and cultural practices associated with colonialism and imperialism. It is also a call and a label signifying the coming into form of a different world based on responsibility toward self and others (Grovogui, 2011, p. 177).

Históricamente para Grovogui, el Sur Global ha tenido un proceso gradual de ajuste que, con todas las dificultades que presenta en sus interacciones, hoy se encuentra en posición ventajosa. Además, aspira llegar a un tipo diferente de universalismo, basado en la deliberación y confrontación entre diversas entidades políticas, con el objetivo de obtener un acuerdo funcional en cuestiones de interés mundial y, ante todo, con su activa participación.

A pesar del cada vez más frecuente uso de los términos Sur Global para hacer alusión a los actores que hoy procuran su desarrollo, resulta cierta una confusión en lo que a su definición se refiere. Desde los primeros textos escritos al respecto13, hasta los más recientes, es claro que el Sur Global no hace referencia a un espacio geográfico definido. Tampoco a unos actores determinados por sus procesos de avance hacia el desarrollo. Antes que eso, la diversidad de actores insertos en las dinámicas del Sur Global es mucho más amplia que el otrora Tercer Mundo y con mayores expectativas de alcanzar niveles de autonomía y desempeño en el sistema internacional. Colombia, como actor político adscrito a tal categoría, ha incluido en sus lineamientos y parámetros de política exterior, una directriz relacionada con la posible interacción con naciones similares, es decir, con actores del Sur Global, no solo en términos de acción política sino de cooperación y asistencia.

Tal lineamiento se encuentra expresamente definido en la posición oficial de Colombia frente a la cooperación internacional. En la documentación que ofrece el Ministerio de Exteriores, la consolidación de la cooperación internacional como instrumento de política exterior se mantiene como una de las prioridades de dicho ejercicio para el país14. Ello aparece ligado al fortalecimiento de los objetivos estratégicos para el logro de la prosperidad democrática que facilita, en términos del gobierno nacional, la construcción de "un nuevo país" (Plan Nacional de Desarrollo, 2014).

Además, el mismo plan determina el ejercicio de la cooperación triangular, y por regiones, con objeto de otorgar al país un rol más dinámico en relación con la oferta de la misma. En ese sentido, la administración Santos dio los primeros pasos para acercarse a algunas realidades del continente africano, catalogado como una de las regiones de mayor lejanía para la política exterior colombiana, en procura de desarrollar estrategias de cooperación Sur-Sur desde y para el país. Mientras el gobierno actual (Iván Duque) ya se expresó en mantener la orientación.

En resumen, aunque el Sur Global no es una tipificación tan novedosa como el mismo ejercicio de la cooperación Sur-Sur o triangular, académicamente es un concepto que todavía precisa una construcción más sólida. Sin embargo, con la caracterización que hace el Centro para el Sur Global, de American University, es justo para alcanzar una identificación del espacio físico y de influencia al que se hace alusión en este trabajo15:

The global South includes nearly 157 of a total of 184 recognized states in the world, and many have less developed or severely limited resources. Unfortunately, the people of these nations also bear the brunt of some of the greatest challenges facing the international community in the next millennium: poverty, environmental degradation, human and civil rights abuses, ethnic and regional conflicts, mass displacements of refugees, hunger, and disease16.

LA ALIANZA DEL PACÍFICO (AP)

En medio de las tendencias y directrices de la política exterior colombiana en relación con la diversificación, no solo de actores sino de temas, intereses y necesidades, un estudio sobre la Alianza del Pacífico luce pertinente para aportar a los debates más contemporáneos sobre las dinámicas de cooperación internacional en las que se encuentra involucrado el país. Máxime, cuando a partir de la revisión de los procesos de diálogo entre los miembros de la citada asociación, se detecta la existencia de un ejercicio cooperativo que podría permitirles el logro de los objetivos trazados una vez fue diseñada. Por lo pronto, y evitando un posible retorno a lugares comunes, en los párrafos siguientes se presentará un limitado detalle sobre la consistencia del ejercicio gestado a partir de la creación de la Alianza.

El esquema integrador AP17 fue propuesto en 2011 por el presidente peruano de entonces, Alan García18. Un año más tarde se formalizó con la firma del Acuerdo Marco, que tuvo en cuenta la declaración de 2011 y reafirmó los derechos y obligaciones derivadas del Acuerdo de Marrakech, a través del cual se originó la Organización Mundial del Comercio, el Tratado de Montevideo (1980) y los acuerdos de libre comercio existentes entre las partes firmantes (Acuerdo Marco, 2012). Con base en esos aspectos, la iniciativa despegó anclada a tres objetivos que confeccionan y consolidan su naturaleza, y que se considera pertinente recordar. A saber:

  1. La construcción, de manera participativa y consensuada, de un área de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas;
  2. Impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de las Partes, con miras a lograr mayor bienestar, la superación de la desigualdad socioeconómica y la inclusión social de sus habitantes; y
  3. Convertirse en una plataforma de articulación política, de integración económica y comercial, y de proyección al mundo, con especial énfasis al Asia pacífico (Acuerdo Marco, 2012).

Tal como se percibe, la AP conserva la aspiración de consolidarse como iniciativa que facilita a sus miembros avanzar en indicadores, tanto macro como microeconómicos, que impulsan el desarrollo de las sociedades involucradas. Independiente de las contradicciones jurídicas de las que pueda acusarse a la Alianza19, hay una realidad en torno a su funcionamiento que sirve de atenuante al logro de posiciones favorables al desarrollo integral de las cuatro naciones. Esto, aunque los resultados hasta ahora apenas puedan considerarse preliminares20.

Lo real en el desarrollo de la propuesta hecha por la AP, como acuerdo que estimula el diálogo directo entre sus miembros, es la generación de estrategias que conducen a estrechar lazos con Asia pacífico. Sin embargo, mientras esto se construye, resulta importante no perder de vista que existe una serie de acciones cooperativas entre los Estados parte que puede ser tratada metodológicamente desde los análisis sobre el Sur Global (en tanto que los miembros de la Alianza hacen parte del mismo), y con base en los parámetros de la cooperación Sur-Sur (puesto que se trata de cooperación internacional entre naciones del contexto latinoamericano).

En términos de resultados, hoy la AP presenta un aumento en el movimiento de turistas intra-Alianza21, un apreciable flujo comercial que llegó a superar los 600 mil millones de dólares en exportaciones y los 550 mil en importaciones (aunque ha decaído en los últimos meses), de acuerdo con las estadísticas de Aladi, un dinamismo marcado en los temas de ruedas de negocios, la implementación de un sistema de becas que beneficia a estudiantes y profesores de las universidades firmantes, y la supresión de los visados que aún se hallaban vigentes entre sus miembros.

Información oficial precisa las gestiones adelantadas para que la misma logre convertirse en un espacio efectivo de cooperación que impulsa iniciativas innovadoras en las áreas de movilidad, medio ambiente, academia, cultura, bursátil, turística, comercial y de competitividad, entre otras, cada vez más amplias.

Meade (2015) precisa que la AP se ha dirigido a través de una línea de resultados favorables en un período de tiempo realmente breve, y que ello la expone como un mecanismo productivo y eficiente. Además, destaca las dos vertientes en las que se mueven actualmente sus miembros: de un lado, desde una perspectiva interna, en la consecución de cada vez más y mejores herramientas que fortalezcan la interacción entre los Estados parte; de otro lado, hacia el exterior de la AP, con el trabajo adelantado para fortalecer los lazos con los 55 países observadores22.

En lo que respecta a la nación colombiana, es importante señalar que en medio de todo lo que la AP vislumbra a futuro, el comercio, tanto de bienes como de servicios, es uno de los factores que más le atrae, pues es fenómeno coincidente con uno de los fundamentos de la política exterior del país durante la administración Santos (Vargas-Alzate et. al., 2012). No solo a partir de tal gobierno, sino incluso desde la administración Uribe Vélez, el tema de construir cada vez más lazos económicos y comerciales se instaló en lo más alto de las prioridades internacionales del país. Con lo cual la relación entre la AP y la política exterior de Colombia se hace evidente. Pero también para Chile, Perú y México, el comercio internacional hace parte de sus lineamientos sobre políticas trazadas hacia afuera.

Sin embargo, este texto se ocupa en indagar los aspectos cooperativos entre los miembros de la Alianza con objeto de determinar si existe un peso relativamente importante que pueda llevar a profundizarlo en una investigación posterior, más elaborada y de mayor alcance. Esto, a pesar de tener al comercio como eje central de la AP, no es menester del texto abordarlo.

LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN LA ALIANZA DEL PACÍFICO (AP)

Uno de los temas clave en relación con los desafíos que enfrenta la AP es el de la seguridad. Ello ha obligado a que los gobiernos avancen en cuestiones de cooperación en la lucha contra las drogas y el crimen transfronterizo. Macana y Valdivieso (2014) desarrollaron un trabajo académico que, desde la regionalización o gobernanza multinivel, hizo énfasis en las visiones construidas para explicar el problema de la cooperación en materia de tráfico de drogas ilegales y criminalidad organizada. La posición de la AP en la manera de entender y combatir la problemática de las drogas y del crimen transfronterizo ha sido considerada relevante por estos autores. La literatura producida sobre (en) el Sur Global es amplia en la materia, valga sugerir el abordaje del trabajo de Bilgin (2016), en este aparte.

Es significativo también indicar que la afinidad política de los Estados miembros se convierte en una fortaleza frente a los temas colaborativos. "La Alianza es también una forma de acercamiento de los sistemas políticos de los países por sus características propias y la equiparación de los mismos" (Macana y Valdivieso, 2014, p. 544). Ello ha facilitado el desarrollo de un diálogo comprensivo frente al tema de la seguridad, amparado en una diversidad importante de acuerdos, inicialmente bilaterales, entre sus miembros para enfrentar el tipo de problemáticas que los aquejan. La compatibilidad, no solo en relación con los regímenes sino también con los sistemas políticos es un tema trascendente, dado que a ello se debe que la fluidez en el diálogo sea una constante.

Sin embargo, debe señalarse que, si bien la lucha contra el crimen transnacional es un tema de impacto en los estudios internacionales sobre los esquemas asociativos entre Estados, aún no se avanza lo suficiente en relación con ello en la AP. El trabajo que se cita (Macana y Valdivieso, 2014) es un aporte clave para acercarse al estudio de los avances dados, en términos cooperativos, para enfrentar el tema de la seguridad. De acuerdo con los autores:

El grupo técnico de la Alianza, consciente de esta situación, ha elaborado un documento que se ocupa del combate de la delincuencia transfronteriza. En este trabajo se destacan la cooperación y la asistencia en materia judicial y de seguridad interna de las naciones, siendo indispensables para evitar que el libre tránsito de las personas en que se empeña la Alianza no afecte la seguridad interna de los países. El documento expresa que dicha cooperación deberá estar focalizada en aspectos vinculados a la lucha contra la delincuencia transfronteriza, tales como el tráfico de personas, el tráfico ilícito de armas de fuego, municiones y explosivos, pero así mismo el tráfico de bienes culturales, el lavado de dinero y, de manera particular, el tráfico ilícito de drogas (…) (Macana y Valdivieso, 2014, p. 555).

De acuerdo con esta evidencia, es factible precisar que en el esquema de integración AP se avanza más allá de los temas económicos y comerciales (que incluyen asuntos como la cooperación pesquera, por ejemplo, liderado por la Cepal), procurando un ejercicio de trabajo colaborativo entre sus miembros para enfrentar amenazas directas fruto del crimen transnacional. Concluyen los autores del estudio que, si "se actúa colectivamente, se es mucho más eficiente para atacar los factores perturbadores de la armonía social y la seguridad en la región" (p. 571).

Otro tema clave, en relación con la cooperación entre los miembros de la AP, está directamente relacionado con los avances dados hasta ahora con el sistema de becas creado para que se amplíe la movilidad entre habitantes de los Estados miembros23. Sin embargo, ese es solo uno de los tres grandes proyectos que trazó el Grupo Técnico de Cooperación (GTC) establecido a partir de la Declaración de Lima de abril de 2011. Además de lo relacionado con la movilidad estudiantil, el GTC adelantó el proyecto de la Red de Investigación Científica en Materia de Cambio Climático y el de "Sinergia para el mejoramiento de la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas" (Chan, 2015).

En realidad, aunque la AP surgió como un "simple" deseo de acercar a cuatro economías en función de las ventajas y beneficios producto de aunar esfuerzos para dialogar con Asia, el mecanismo ha logrado un nivel que supera la idea inicial, y los temas de cooperación se hacen cada vez más presentes arrojando resultados favorables para algunos sectores de las sociedades involucradas. Desde 2015 hasta hoy, por ejemplo, se han presentado encuentros en los que representantes de la AP y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) han estrechado lazos en materia de cooperación, para tratar temas de educación, innovación y conocimiento. Algo de alto impacto, si se considera que la Alianza del Pacífico y Asean son, en términos prácticos, "los procesos de integración y cooperación más exitosos y dinámicos entre economías emergentes", todas adscritas al Sur Global24. Las modalidades de cooperación Sur-Sur y colaboración triangular se ponen en marcha a partir de estos acercamientos. Esto se afianzó en el último año con la coordinación chilena del Grupo Técnico, que asumió en 2017.

La importancia que hoy se debe otorgar al Memorándum de Entendimiento sobre la Plataforma de Cooperación del Pacífico25 no puede ser menor a los efectos que el mismo viene generando al interior de la AP. El trabajo de Chan (2015) es uno de los más recientes y completos en relación con los avances dados en términos de cooperación en la AP. Por tanto, se toma como referente para abordar el tema.

La movilidad estudiantil y académica es otra de las virtudes en materia de cooperación de la AP. Sobre los avances alcanzados en tal materia, las cifras reflejan dinamismo. Hasta el segundo semestre de 2014, "a través de la Plataforma de Movilidad Estudiantil de la Alianza del Pacífico habían sido asignadas ya 656 becas de las cuales 157 fueron entregadas por el gobierno colombiano, 186 por Chile, 177 por México y 136 por Perú" (El Espectador, 2014).

Las cifras presentadas por Chan (2015) para el caso específico de Perú dejan constancia de los significativos avances alcanzados en relación con la movilidad estudiantil en los miembros de la AP. De acuerdo con su estudio, la cantidad de becarios ha reflejado aumentos importantes para ese país. "Así, se han otorgado 94, 164, 186 y 212 becas en los respectivos concursos" (Chan, 2015, p. 131).

La cifra total, establecida al mes de enero de 2018, precisa un total de 1.440 personas beneficiadas con el programa de movilidad. Así mismo, se constata que 156 instituciones de educación superior de las cuatro naciones involucradas han abierto sus puertas para que este flujo de estudiantes pueda ser cada vez mayor. El programa, establecido para todos los niveles (pregrado, posgrado, doctorado y posdoctorado) ha mostrado resultados significativos26.

No solo Chan (2015), sino también Tremolada (2014), De la Mora (2015) y Prado y Velázquez (2016) han desarrollado estudios relacionados con el tema de la cooperación internacional al interior de la estructura de la AP. A pesar de ser un tema escaso y novedoso, ya empiezan a darse estudios al respecto, en los cuales se percibe que tal ejercicio arroja resultados para las naciones firmantes.

La quinta convocatoria, para 2015-1, fue publicitada por los cuatro países en agosto de 2014. Los resultados fueron dados a conocer a finales del año. Es decir, conforme pasa el tiempo, y se adquiere experiencia, el funcionamiento de la "Plataforma" es cada vez más fluido y con mayor tiempo para todo este largo y complejo proceso de selección (Chan, 2014, p. 132).

Esto se reafirma, cada vez más, por autores que siguen interesados en ahondar en las realidades de la cooperación al interior de la AP:

En el segmento de la cooperación, la Plataforma de Movilidad Estudiantil y Académica de la Alianza constituye uno de sus baluartes más relevantes. El propósito de este esquema es contribuir a la formación profesional de capital humano de los países afiliados por medio del intercambio académico de estudiantes de pregrado y posgrado, así como de docentes universitarios e investigadores en instituciones de educación superior (Prado y Velázquez, 2016, p. 223).

También en materia de investigación científica sobre temas de cambio climático hay avances en temas colaborativos. Partiendo de cuestiones prioritarias como mitigación y adaptación, el comité científico de la red de investigación trabaja en asegurar la coherencia entre los trabajos promovidos en tal área y el entramado de políticas públicas que en la materia poseen los países miembros. El hecho de que al interior del citado comité se siga perfeccionando el contenido de un documento académico que contiene el estado del arte del cambio climático en las naciones parte de la AP, constituye un paso importante que facilita el acceso a información relevante a la toma de decisiones relacionadas con dicha área de la cooperación intrarregional.

Sumado a todo lo anterior, el trabajo de Chan (2014) presenta resultados alcanzados en materia de cooperación para la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes). La instauración de un marco institucional dado con la firma del Acuerdo Marco facilitó que se emprendieran proyectos que en la actualidad están beneficiando al sector productivo de los cuatro Estados que hacen parte de la AP. De acuerdo con información oficial provista por la AP, el desarrollo de talleres en as áreas de competitividad empresarial, desarrollo de empresas, monitoreo y evaluación de impacto de programas y proyectos mipymes, y mecanismos de financiamiento, facilitó la creación del Grupo Técnico de Pymes:

El Grupo Técnico de Pymes tiene como base los resultados y aportes de los 4 talleres realizados por este proyecto. El GTC también identificó 10 áreas prioritarias de trabajo y 3 acciones futuras que comprenden un legado adicional para el Nuevo Grupo Técnico [de Pymes] (Chan, 2014, p. 134).

Finalmente, el hecho de que la VII Cumbre de la AP, celebrada en Cali durante marzo de 2013, se suscribiera por parte de los cancilleres de los cuatro países el Acuerdo para el establecimiento del Fondo de Cooperación de la Alianza del Pacífico, fue un gran paso para el tema colaborativo. Hoy que ya el legislativo de cada nación avaló los procesos de ratificación del acuerdo, urge que se avance en su implementación, pues de su aplicación va a depender que se le otorgue la capacidad de recaudar recursos de la AOD y que puedan gestionar recursos de cooperación en la línea que lo hacen los demás organismos internacionales.

Los resultados y la prospectiva del ejercicio cooperativo al interior de la AP son positivos. En primer lugar, el hecho de que una asociación novedosa como esta esté desarrollando programas que involucren a todos sus Estados parte es ya un avance, pues la iniciativa tuvo su punto de partida en 2012 y ahora presenta diversos adelantos, que normalmente no se compadecen con los avances de poco más de 70 meses en procesos de este tipo. Incluso, al combinar resultados y prospectivas, es claro que a futuro existen muchos más proyectos por ejecutar.

Recientes encuentros de delegaciones y representantes de las cuatro naciones han avanzado en temas específicos de biodiversidad, sociedad civil y diplomacia deportiva27. Para estas dinámicas, el comercio es visto como una excusa que permite avanzar en temas que no se visualizaron al pensar en los orígenes de la Alianza. Valga anotar acá los avances alcanzados en cooperación aduanera.

En segundo lugar, es importante anotar que en la actualidad hay nuevas áreas de cooperación que se encuentran en proceso de implementación, tales como el "Programa de Vacaciones y Trabajo" y el "Programa de Voluntariado Juvenil", lo que presupone que los lazos cooperativos apenas despegan.

Para finalizar, es menester precisar en la AP un ejercicio más cercano a la cooperación que a la integración regional, dados los constantes debates sobre lo que significa integrar economías, Estados y naciones. Además, el ejercicio colaborativo es necesario, dado que -en términos de Chan (2014)- este se convierte en el mejor mecanismo para realmente "profundizar la integración de la Alianza". A pesar de los avances identificados, Prado y Velázquez (2016) no ofrecen una visión optimista del tema, puesto que cuestionan la lentitud para poner en marcha el Acuerdo para el Establecimiento del Fondo de Cooperación de la Alianza del Pacífico. Apenas en junio de 2018 fue aprobado por el Congreso de la República de Colombia, retrasándolo de manera notoria28.

CONCLUSIONES

La cooperación internacional ha experimentado un proceso de avance que puede ser estudiado desde variadas etapas y metodologías. Es importante anotar que tal ejercicio no tiene orígenes fundamentales y exclusivos en los procesos posteriores a la segunda guerra mundial, sino que debe irse más atrás en el tiempo para estudiar sus raíces. Se constata, amparados en evidencia histórica y académica, que la cooperación presenta antecedentes mucho más antiguos a los expuestos en el grueso de la literatura.

A pesar de lo anterior, normalmente los estudios sobre el tema parten de un ámbito temporal dominado por la reconfiguración de la segunda posguerra y los procesos regidos por las organizaciones internacionales de dicho contexto. Lo importante, a fin de cuentas, es advertir que en las décadas de los 60 y 70, tanto Estados nacientes (africanos y asiáticos) como otros de larga tradición (latinoamericanos) empezaron transformaciones importantes en las preferencias colaborativas y llevaron a la concreción de un ejercicio horizontal, en lugar del tradicional vertical hecho norma hasta los años 90. Fue así que surgió, entonces, la cooperación Sur-Sur.

Contemporáneo a los avances dados en las dinámicas de cooperación, se fue desarrollando un proceso metodológico de estudio que involucró a los actores de lo que en el pasado se denominó incorrectamente "Tercer Mundo". Estos actores, afiliados a partir de entonces a las concepciones del Sur Global, reclamaron un rol más activo en las decisiones de sus propios procesos de desarrollo y desataron las más recientes tendencias de estudio sobre cooperación internacional, interacción global y desarrollo.

Así, la Alianza del Pacífico está, primeramente, enmarcada bajo la definición estricta de la cooperación Sur-Sur, en la medida que sus vínculos directos se dan entre actores de la región latinoamericana y, en segundo lugar, visualizada desde la concepción metodológica del Sur Global, dado que sus miembros son parte de las naciones con procesos de desarrollo similares, adscritos todos al grupo de países de renta media, y con la tipología definida por tal caracterización. A ello se suma que es posible generar una lectura de ejercicios de cooperación triangular, al encontrarse en esta dinámica de interacción cuatro naciones con particularidades, perfiles e intereses diversos, de acuerdo con las regiones que consideran prioritarias.

Otra conclusión se orienta al hecho de encontrar en el desarrollo de las actividades de la AP mucho más que simples objetivos de naturaleza económica y comercial. Se constata que al interior de la misma existen lazos de cooperación que permitirán hacer del acuerdo gestado en 2012 un proceso de mayor complejidad y dinamismo que el presentado por un básico acuerdo de libre comercio. Si bien la idea inicial había girado sobre la posibilidad de crear un grupo de países con intereses afines, en función del diálogo con el este y sudeste asiático, ahora se comprueba la existencia de un ejercicio de cohesión interno que le va a permitir madurar, quizá hacia un proceso de integración.

Con las estadísticas abordadas, la revisión literaria de la producción académica sobre AP, y la lectura de análisis y participación en paneles y actividades expositivas sobre la misma, es factible concluir que los niveles de desarrollo de las sociedades involucradas en la AP han venido evolucionando a un ritmo satisfactorio, a pocos años de su puesta en marcha. A todas luces, la prospectiva de la Alianza del Pacífico en relación con la cooperación internacional y sus resultados e impacto, es favorable.


NOTAS

1 Puede señalarse que la cooperación internacional tuvo un carácter implícito durante muchos años. Esto es, si bien se oficializa a partir de 1945 enfocada hacia el desarrollo, el ejercicio ya se conocía desde varias décadas atrás. La creación, por ejemplo, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde 1919 es clara muestra de ello. Igual sucede con el movimiento paneuropeo de 1923, por ejemplo. Allí, el conde Coudenhove Kalergi logró algo inédito en relación con la cooperación entre naciones del viejo continente. En general, existen innumerables casos en los que los Estados europeos cooperaron entre ellos para lograr un fin específico, fundamentalmente en el terreno de la geopolítica. Para ampliar estos detalles, se recomienda ir a Mazower (2012).
2 Existe la discusión entre quienes estudian un único sistema internacional, que involucra a todos los actores del mismo (sean políticos o no, legales o ilegales, influyentes o irrelevantes), y quienes defienden la existencia de múltiples sistemas internacionales. Si bien para efectos de este artículo la noción utilizada es la de un único sistema internacional, bien vale la pena recomendar lecturas de Kaplan (1957), Aaron (1966) y Holsti (1995), entre otros autores, para discernir las razones por las cuales puede ser pertinente hacer referencia a los sistemas internacionales en lugar de singularizar el concepto con una definición específica y limitada.
3 Se trata de los planes de reconstrucción implementados una vez se dio la finalización de la segunda guerra mundial, oficialmente definidos como European Recovery Program y Supreme Commander of Allied Powers, para Europa y Japón respectivamente. El rótulo alusivo a Marshall y MacArthur obedece a los generales estadounidenses que los lideraron.
4 También la Alianza para el Progreso se pensó en la línea de ofrecer desarrollo a la región. Sin embargo, tuvo un trasfondo político excesivo que buscaba evitar que algún otro gobierno siguiera los pasos dados por Cuba con su revolución de 1959.
5 Tal informe, titulado Partners and Development no solo invitó a replantear el concepto y la práctica misma de la cooperación internacional, sino además lo que conceptualmente implicaba el desarrollo y las premisas fundamentales del ejercicio que había involucrado hasta ese momento la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD). La evolución histórica presentada por Álvarez (2012) puede complementarse también con los resultados expuestos en el trabajo de Unceta & Yoldi (2000), que se convirtió, desde el 2000, en un manual obligado para los estudiosos del tema.
6 Hoy convertidos en Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
7 Considerando los limitantes de extensión del presente documento, resulta propicio recomendar al lector, el abordaje de tres obras que permiten la ampliación de lo relacionado con la cooperación Sur-Sur. Existiendo una amplia producción al respecto, se sugiere revisar los textos de Lechini y Giaccaglia (2016), Gray y Gills (2016), y Marín y Romero (2013).
8 Para ampliar los detalles de ese proceso, se recomienda ir a Vargas-Alzate (2015 y 2018).
9 Al respecto, el trabajo de Ping-Chun (2015) demuestra que, durante la última década, los investigadores han hecho importantes esfuerzos orientados a lograr descentralizar el dominio del "Norte Global" en la investigación cualitativa. Son precisamente estos esfuerzos los que han llevado a que los escritos sobre el establecimiento reciente de la investigación en esta parte del mundo se hayan incrementado de manera notoria.
10 La cooperación triangular, en términos de Gómez et al. (2011, p. 13), se ha convertido en los últimos años en un novedoso planteamiento en el cual se establece una relación de partenariado entre actores de tres países: un oferente de cooperación o socio donante; un país de renta media (PRM), que actuará igualmente como socio oferente de cooperación, y un socio receptor de un país de menor nivel de desarrollo relativo.
11 Además de Dirlik (2006), también Kaul (2013) presentó para el Pnud, un informe en el que se demuestra cómo el ascenso del Sur Global se ha convertido en una tendencia de la política internacional, fundamentalmente cuando evalúa la participación de las naciones en vía de desarrollo en los procesos de gobernanza internacional, crecimiento económico y desarrollo.
12 Ahora que se relaciona el ámbito disciplinar, precisamente la International Studies Association (ISA), considerada la más reputada asociación global sobre los estudios internacionales, dio apertura en 2011 al Global South Caucus, con objeto de convocar a los académicos interesados en ampliar su red de trabajo sobre las regiones del Sur Global, el sur como un todo, las sociedades del sur con relevancia en el norte, o las relaciones entre el sur y el norte. Para más detalles respecto de su actividad, visitar: https://www.isanet.org/lSA/Caucuses/Global-South-Caucus
13 Una de las primeras obras que invitó a la reconceptualización del sistema internacional en términos diferentes a los tradicionales de la relación Norte - Sur fue la de Korany (1994). A partir de su ensayo End of History, or its continuation and accentuation? The Global South and the new transformation literature, Korany trazó la hoja de ruta para que se desarrollara investigación académica al respecto.
14 Estos lineamientos se encuentran también expuestos en el Plan Nacional de Desarrollo vigente para Colombia. Para ampliar y consultar la información, ir al sitio web: http://www.cancilleria.gov.co/ministry/policy. El gobierno de Iván Duque aún no hace público el nuevo PND, por tanto, se mantiene tal orientación. Para consultar, también está el documento que contiene los lineamientos para dicho ejercicio y que se encuentra disponible en: http://www.mincit.gov.co/loader.php?lServicio=Documentos&lFuncion=verPdf&id=71030&name=Lineamientos_para_la_cooperacion_sur-sur_en_Colombia.pdf&prefijo=file
15 Valga anotar acá que el ya citado Global South Caucus de la Asociación de Estudios Internacionales alberga una amplia diversidad de académicos que desarrollan investigación cada vez más rigurosa sobre la materia. Dados los limitantes de espacio, solo se referencian acá algunos trabajos de gran alcance, como son los de Tickner y Blaney (2012, 2013), Epstein (2017), Lima (2017) y Alejandro (2018). La producción en relación con el Sur Global se hace cada vez más amplia en este círculo de debate científico y académico.
16 Esta información es literalmente extractada del sitio web del Centro para el Sur Global, de la American University: http://www1.american.edu/academic.depts/acainst/cgs/about.html
17 Es importante considerar que la Alianza del Pacífico se tipifica en este texto como un mecanismo, iniciativa o "esquema integrador", a raíz de la naturaleza de su acuerdo fundacional, que podría facilitar la integración. Pero no debe entenderse como un proceso de integración regional.
18 Esto puede ser discutible. De acuerdo con una entrevista realizada a un líder gremial colombiano, no es tan cierto que García haya propuesto tal iniciativa. El funcionario otorgó mayor protagonismo al presidente Santos, al regreso de un viaje a Londres. No obstante, esto no es de relevancia al tema en cuestión.
19 Tremolada (2014, pp. 165-166) expone en su trabajo la tesis de una contradicción jurídica entre el articulado del Acuerdo Marco de la AP con los fundamentos en los que se soporta la misma, puesto que -según él- "todo acuerdo regional de integración de carácter económico -en virtud de las normas de origen- discrimina". Además, tal como lo expone, "la Alianza no es más que una zona de libre comercio", no va más allá de eso, aunque sus miembros argumenten otra cosa. Sin embargo, existen indicadores que siguen defendiendo su existencia en favor de avances, fundamentalmente económicos y comerciales.
20 Otro aspecto de relevancia en el tema de la AP apunta a si se trata de un proceso de regionalización o de regionalismo, pues de ello va a depender que la cooperación adquiera un grado mayor de avance al interior del diálogo que se desarrolle. Esto lo han trabajado, aunque muy someramente todavía, Rojas y Terán (2016).
21 Esto se ha fortalecido con el desarrollo de las Macrorruedas de Turismo a partir del 2014, planteadas inicialmente con objeto de incrementar el turismo intra-Alianza, pero que ahora le apuntan a diversificar el turismo extra Alianza hacia el sudeste asiático y el continente en general, de acuerdo con reportes ofrecidos por la misma entidad. Para ampliar la información: https://alianzapacifico.net/v-macrorrueda-de-turismo-de-la-alianza-del-pacifico-le-apunta-al-mercado-asiatico/
22 Es preciso anotar que, de esos 55 países, ya hay cuatro que avanzaron a la posición de Asociados. Se trata de Australia, Canadá, Singapur y Nueva Zelanda, lo que amplía las posibilidades colaborativas entre ellos. Para ampliar esto, ver nota periodística en: https://www.dinero.com/economia/articulo/los-nuevos-asociados-de-la-alianza-del-pacifico/247147
23 El sistema de becas ha facilitado ampliar también el ejercicio de voluntariado que permite la rotación de jóvenes de las cuatro naciones por sus territorios. En 2017 hubo un ejercicio exitoso de jóvenes que llegaron a Bogotá a participar en procesos de impulso a la "economía creativa". Para ampliar los detalles relativos con el programa, ir a: https://www.apccolombia.gov.co/noticia/jovenes-voluntarios-de-la-alianza-del-pacifico-llegan-bogota-para-impulsar-la-economia-creativa
24 Información obtenida de: http://www.cancilleria.gov.co/en/newsroom/news/embajador-colombia-tailandia-represento-colombia-reunion-alianza-pacifico-asean
25 Es el documento rector en materia de cooperación internacional al interior de la AP, firmado en la ciudad de Mérida, Yucatán (México), el 4 de diciembre de 2011. En tal documento se definieron las cuatro líneas gruesas o áreas prioritarias en las cuales la AP trabajaría sus vínculos cooperativos: medio ambiente y cambio climático; innovación, ciencia y tecnología; micro, pequeñas y medianas empresas; y desarrollo social. Para más detalles, consultar dicho Memorándum o el Acuerdo para el Establecimiento del Fondo de Cooperación de la Alianza del Pacífico.
26 Estas cifras fueron presentadas en el sitio oficial de la AP. Para ampliar los detalles, se recomienda ir a: https://alianzapacifico.net/programa-de-becas-de-la-alianza-del-pacifico-analizara-impacto-del-programa-en-la-formacion-profesional-de-sus-becarios/
27 Estas reuniones están documentadas por la cancillería colombiana y el ministerio de exteriores chileno. Para ampliar los detalles pueden visitarse los sitios: http://www.cancilleria.gov.co/newsroom/news/grupo-tecnico-cooperacion-alianza-pacifico-impulsa-cooperacion-materia-biodiversidad y http://www.direcon.gob.cl/2015/07/temas-de-cooperacion-y-avances-en-la-alianza-del-pacifico-se-abordan-en-10-consejo-de-la-sociedad-civil/
28 Este retraso ha generado que un millón de dólares que debe contener no se haya podido ejecutar. No obstante, ya está aprobado, a través de la Ley 1897, del 7 de junio de 2018, la cual puede consultarse acá: http://www.analdex.org/wp-content/uploads/2018/06/ley-1897-del-07-de-junio-de-2018.pdf


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