10.18601/16577558.n36.02
Dinámicas geopolíticas de las vacunas (covid-19) a la luz de la teoría de la dependencia
GEOPOLITICAL DYNAMICS OF VACCINES (COVID-19) IN THE LIGHT OF DEPENDENCY THEORY
María Nicoll Sepúlveda Marín*
* Magíster en Estudios Internacionales, Universidad de los Andes (Colombia). Pasante, Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de los Estados Americanos MAPP-OEA (Colombia). [mn.sepulveda@uniandes.edu.co]; [https://orcid.org/0000-0002-5103-9111].
Recibido: 10 de septiembre de 2021 / Modificado: 21 de febrero de 2022 / Aceptado: 22 de febrero de 2022
Para citar este artículo:
Sepúlveda Marín, M. N. (2022). Dinámicas geopolíticas de las vacunas (covid-19) a la luz de la teoría de la dependencia. Oasis 36, 7-20. DOI: https://doi.org/10.18601/16577558.n36.02
RESUMEN
La pandemia global de covid-19 ha llevado a una concentración de esfuerzos con el fin de aminorar los efectos de contagio y mortalidad. En este escenario, surgió el mecanismo Covax (Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19), con el fin de garantizar un acceso equitativo a las vacunas, toda vez que múltiples organizaciones internacionales han denunciado el acaparamiento del 75% de ellas por parte de los diez países de más altos ingresos. Con base en lo anterior, este trabajo presenta un análisis de las dinámicas geopolíticas con respecto a las vacunas contra el covid-19 a partir de la teoría de la dependencia. Para este fin, se analizarán las cifras de producción, distribución, adquisición y aplicación de las vacunas a nivel global a partir de los principales planteamientos de la teoría de la dependencia, con el fin de exponer cómo en el escenario de la pandemia se evidencian desigualdades internacionales en ámbitos distintos al económico. Los hallazgos preliminares llevan a concluir que la teoría de la dependencia aporta herramientas clave a partir de su categorización centro-periferia y los escenarios de desarrollo dependiente y limitada autonomía. Así, se desvela como un marco analítico relevante para el estudio de las dinámicas geopolíticas y de la economía política internacional en el marco de la salud global.
Palabras clave: Covax; teoría de la dependencia; covid-19; salud global.
ABSTRACT
The COVID-19 global pandemic has led to a concentration of efforts to reduce the effects of contagion and mortality. Under this scenario, the Covax mechanism was created to guarantee equitable access to vaccines, since several international organizations have denounced the hoarding of 75% of vaccines by the ten highest income countries. Based on the above, this paper presents an analysis of the geopolitical dynamics regarding vaccines for COVID-19 based on Dependency Theory. To this end, the figures of production, distribution, acquisition and application of vaccines at the global level will be analyzed based on the main approaches of the Dependency Theory, in order to expose how, in the pandemic scenario, international inequalities are evidenced in areas other than the economic one. Preliminary findings lead to the conclusion that Dependency Theory provides key tools based on its center-periphery categorization and the scenarios of dependent development and limited autonomy. Thus, it is revealed as a relevant analytical framework for the study of geopolitical dynamics and international political economy in the context of global health.
Key words: Covax; dependency theory; COVID-19; global health.
Desde finales de 2019, con el inicio de la pandemia de la covid-19, se han realizado múltiples esfuerzos para el desarrollo de una vacuna que contrarreste la significativa tasa de mortalidad de este virus a nivel global y evite nuevas oleadas, toda vez que esto tiene como consecuencia el colapso de los sistemas de salud, y produce efectos adversos en las dinámicas de la economía global, a saber: el menor crecimiento económico, la profundización del desempleo y la pobreza, el cierre de empresas y caída de la inversión privada, lo que trae como consecuencia el deterioro de las capacidades productivas y las habilidades humanas (Barcena, 2020). En este escenario fue creado Covax (Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19) como un mecanismo acelerador del acceso a las herramientas contra el covid-19 (ACT), con el objetivo de garantizar un acceso equitativo a las vacunas. A pesar de la creación de dicho mecanismo, la Organización de las Naciones Unidas ha denunciado que diez países han acaparado el 75% de las vacunas contra este virus (Arciniegas, 2021), es decir que un grupo pequeño de los países más ricos del sistema global, que comprenden solo el 16% de la población, han comprado el 60% del suministro mundial de las vacunas (BBC, 2021).
Con base en lo anterior, el objetivo de este ensayo es analizar las dinámicas geopolíticas con respecto a las vacunas contra la covid-19 a partir de la teoría de la dependencia. Para este fin, en primer lugar, se describirán brevemente los principales planteamientos de la teoría de la dependencia. En segundo lugar, se expondrán las características de las vacunas existentes, sus procesos de producción y el funcionamiento del mecanismo Covax. En tercer lugar, se analizará lo anterior con base en la teoría de la dependencia y se presentarán casos que muestran que en la pandemia por covid-19 las dinámicas en torno a las vacunas permiten vislumbrar cómo algunos Estados del Sur global se tornan menos dependientes. Finalmente se concluye que, a partir de los análisis anteriores, se evidencia que la teoría de la dependencia aporta herramientas clave para el estudio de las dinámicas geopolíticas de la vacunación en el escenario de la pandemia por covid-19, gracias a su categorización centro-periferia y los escenarios de desarrollo dependiente y limitada autonomía.
TEORÍA DE LA DEPENDENCIA
La teoría de la dependencia, desarrollada en América Latina durante la década de los sesenta, según Diana Tussie (2021), es considerada como uno de los grandes impulsos que ha tenido la disciplina de la Economía Política Internacional en la región. Esta teoría tiene como unidad de análisis el sistema internacional, donde se gestan las interacciones entre sociedades nacionales y los procesos de producción e intercambio que ocurren entre los países del centro y la periferia. En este sentido, Fernando Cardoso y Enzo Faletto (1967) exponen la significación que tiene analizar estos procesos en América Latina a partir del esquema de economías centrales y periféricas, toda vez que estas van más allá de los criterios económicos, condensados en las categorías de desarrollo y subdesarrollo, y permiten incorporar las nociones de desigualdad de posiciones y funciones dentro de la estructura de producción global.
Con respecto a los procesos de intercambio y producción, resulta trascendental resaltar que estos ocurren en condiciones de superexplotación de la periferia por parte de países hegemónicos del centro capitalista (Beigel, 2006), lo cual determina las capacidades de desarrollo de los primeros. Este tipo de desarrollo se caracteriza por ser dependiente, subordinado y concentrador (Dos Santos, 2002).
Por otra parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), expuso que los países industrializados, "en vez de transferir hacia la periferia las ganancias del progreso técnico mediante una baja correlativa de los precios, estos tendían a absorber las ganancias" (Pinto y Kñakal, 1972, p. 6). Debido a lo anterior, dicha teoría expone su preocupación sobre los términos de intercambio comercial inequitativos entre los países del centro, quienes son generadores y propagadores de progreso técnico, produciendo bienes desarrollados de alta calidad (Di Fillippo, 1998), en contraposición a la periferia, siendo estos países dependientes de la tecnología de los primeros, cuyos productos de exportación se caracterizan por ser de menor valor agregado y en su mayoría de materias primas. (Kay, 2002).
En este sentido, en la década de los sesenta, cuando se gesta esta teoría, se estableció que debido a la calidad de los productos que cada país produce, la periferia va a depender de los países del centro y surge así una relación de dependencia que va a perpetuar en el tiempo dinámicas de subdesarrollo en estos países. En palabras de Theotonio Dos Santos, se expone la siguiente definición: "Por dependencia entendemos una situación en la que la economía de ciertos países está condicionada por el desarrollo y la expansión de otra economía a la que los primeros están sometidos" (1970, p. 213).
Lo anterior es apoyado por Patricia Collado (2004), quien afirma que el subdesarrollo, como producto de un desarrollo desigual, ocurre debido a las prácticas de comercio libre, las cuales funcionan como "un mecanismo para la concentración y centralización del capital internacional, así como el intercambio libre dentro de la nación capitalista lo es para la concentración y la centralización del capital doméstico" (p. 55).
Así mismo, la teoría de la dependencia expone una preocupación regional por la forma idónea de inserción comercial en el escenario internacional que permitiría que los productos latinoamericanos se puedan integrar de forma exitosa a las cadenas globales de valor, toda vez que, debido a la existencia de la asimetría Norte-Sur y centro-periferia, las relaciones que se dan entre estos actores no son solo de dependencia, sino de explotación del centro hacia la periferia, lo cual se traduce en una extracción de riqueza (Aristegui, 2020). Desde la perspectiva de la Cepal, lo anterior evidencia cómo una distribución desigual del progreso técnico y unas ínfimas prácticas de inserción en el comercio internacional, producen una marginalización relativa de los países periféricos (Pinto y Kñakal, 1972). No obstante, según Di Fillippo (1998), la condición periférica de algunos países "no se determina de una vez y para siempre", de manera que, como lo afirman Valenzuela y Valenzuela (1978), debido a la rápida evolución del sistema global, el desarrollo dependiente es posible en algunos contextos caracterizados por dinámicas particulares. Estos escenarios, como lo exponen Cardoso y Faletto (1967), son posibles cuando los grupos tradicionales de dominación, por medio de acuerdos, ceden un eslabón de la cadena de producción de sus monopolios, lo que genera consecuencias renovadoras en las escalas de desarrollo.
No obstante, se debe considerar el debate expuesto por Fernanda Beigel (2006), toda vez que la autora cuestiona la categoría de dependencia con el fin de determinar si esta podía ser utilizada como una categoría analítica, es decir, se debe analizar si los planteamientos de dicha teoría resultan lo suficientemente sensibles para ser revitalizados. A este respecto, Dos Santos (2002) expone que, a pesar de los cambios ocurridos con el paso del tiempo, persiste una división entre un centro económico y tecnológico, y una periferia subordinada y dependiente, que evidencia que las problemáticas analizadas por la teoría de la dependencia continúan siendo de actualidad. Esto se materializa con claridad en la pandemia de covid-19, siendo esta un ejemplo perfecto de lo anterior.
LAS VACUNAS CONTRA LA COVID-19
Con respecto a las vacunas, al 23 de agosto de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había aprobado siete vacunas para su uso, las cuales serán presentadas brevemente a continuación: la vacuna de Moderna, aprobada por 69 países, cuyo país de origen es Estados Unidos y produjo en su mayoría las vacunas en su sede en Cambridge, Massachusetts, con un precio de venta que oscila entre los USD 25-37 por dosis. La vacuna de alemana de Pfizer-BioNtech, aprobada por 97 países, producida en su mayoría en sus instalaciones en Alemania y Bélgica, tiene un precio de venta de USD 19,50 por dosis para los primeros 100 millones de dosis. La vacuna Janssen, del laboratorio Johnson y Johnson, cuyo país de origen es Estados Unidos, ha sido aprobada en 59 países, y tiene un precio de USD 10 por dosis. La vacuna de Oxford/AstraZeneca AZD122, con origen en Reino Unido, ha sido aprobada en 121 países, y si bien las cadenas de suministro son regionales, con socios en múltiples países, los suministros iniciales para la producción de la vacuna vendrían de Alemania, Bélgica e India, siendo el mayor fabricante de vacunas del mundo. El precio de esta vacuna en Estados Unidos es de USD 2,15; en la Unión Europea USD 3-4; y USD 5,25 en Sudáfrica. De igual manera, múltiples laboratorios ubicados en países que no son considerados de centro, están produciendo sus propias vacunas: el Serum Institute of India Covidshield ha producido una fórmula de Oxford/AstraZeneca aprobada en 45 países, y las vacunas Sinopharm, aprobada en 60 países y Sinovac aprobada en 39 países, ambas provenientes de China (COVID Tracker, 2021).
No obstante, es importante mencionar que existen otras vacunas contra la covid-19, como la Sputnik V, cuyo país de origen es Rusia, y según el Fondo de Riqueza Soberana de Rusia (RDFI), esta vacuna será fabricada por sus empresas asociadas en India, China, Brasil y Corea del Sur, con un precio por dosis de USD 10 (DWa, 2021). Igualmente, las vacunas Abdala and Soberana, producida en Cuba; Bharat Biotech producida en India, con un precio de USD 2; CanSino y Novavax ambas producidas en China, la segunda con un precio de USD 16; entre otras vacunas que aún no han sido aprobadas y que continúan desarrollando pruebas clínicas (BioSpace, 2021). Con respecto al uso de cada vacuna a nivel mundial, a mayo de 2021, la figura 1 presenta los siguientes datos:
Por otra parte, desde el segundo semestre de 2020, se evidenció una carrera, tanto de los Estados como de las farmacéuticas y organizaciones internacionales, por la producción de una vacuna contra la covid-19 efectiva, no solo por su importancia para mitigar las tasas de mortalidad de la pandemia, sino por los beneficios económicos y de prestigio producto del desarrollo de una vacuna en un escenario de rivalidades comerciales (LaFraniere et al., 2020). De igual manera, en respuesta a la covid-19, la OMS creó el Acelerador ACT1, el cual contempla el pilar de las vacunas a partir de la creación del Mecanismo Covax2. En palabras del director ejecutivo de la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), Richard Hatchett: "A través de Covax, nuestra aspiración es poder vacunar al 20% más vulnerable de la población de cada país participante, sin importar el nivel de ingresos, para fines de 2021" (BBC, 2020). Si bien múltiples países tanto de ingresos altos como de ingresos bajos hacen parte de este mecanismo aportando cuotas para participar, la OMS ha realizado un llamado para que los países participantes continúen aportando fondos y vacunas toda vez que se prevé un déficit de aproximadamente 190 millones de vacunas prometidas a los países parte de este mecanismo (OMS, 2021). Cabe resaltar que el llamado a compartir dosis ocurre debido al acaparamiento de vacunas ocurrido durante su proceso de desarrollo.
Es importante mencionar que, a pesar del objetivo fundacional de Covax, los países de renta alta realizaron pagos anticipados de las vacunas próximas a salir al mercado, de modo que un pequeño grupo de estos países reservaron suficientes dosis para inmunizar a su población varias veces (Twohey et al., 2020). Resulta trascendental resaltar que estas compras fueron realizadas, en su mayoría, por medio de acuerdos bilaterales con las empresas farmacéuticas, debido a que la capacidad de producción de estas no puede satisfacer la demanda mundial. En este sentido, las compras anticipadas y el acaparamiento de vacunas reducen las posibilidades del mecanismo Covax para cumplir su objetivo. Ejemplo de lo anterior fue Estados Unidos, que realizó una orden previa de 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNtech por un precio de alrededor de 2.000 millones de dólares (Mohorte, 2020).
ANÁLISIS DE LAS VACUNAS
Retomando los datos presentados, se llama la atención sobre la nacionalidad de los principales laboratorios productores de vacunas: Estados Unidos, Alemania -entre otros países europeos con sedes de dichos laboratorios- y China. Esta información permite evidenciar cómo la investigación sobre las vacunas, al ser bienes de alta calidad, por el desarrollo tecnológico que requieren en condiciones tan apresuradas por la coyuntura de la covid-19, es llevada a cabo en países de centro que cuentan con estas capacidades, a excepción de China, cuyo caso será analizado con detenimiento a continuación. Mientras que otros eslabones de la cadena de valor de las vacunas, como su manufactura, se desarrolla en otros países -como India principalmente-, esto no significa que el acceso de India a la vacuna se equipare al de los países de centro y principales productores. Cabe agregar, que la ubicación de estos laboratorios evidencia dónde se concentran las mayores capacidades tecnológicas a nivel mundial de bienes de alto valor y, así mismo, quiénes tienen el acceso privilegiado a estos bienes.
En este escenario, los Estados periféricos del sistema han optado por diferentes respuestas ante la dificultad para acceder a las vacunas con las cantidades necesarias y en el tiempo requerido. Múltiples países de renta media-alta como Brasil, India, Indonesia y México tomaron cartas en el asunto para, por medio de la transferencia de tecnología necesaria, desde empresas chinas como Cansino y Sinovac, al igual que AstraZeneca, y gracias a la inversión de privados como Carlos Slim, incentivar la fabricación de estas vacunas en su territorio (Moon y Ruiz, 2021). Estos casos permiten evidenciar lo expuesto por la teoría de la dependencia con respecto a la distribución desigual del progreso técnico a nivel mundial, en este caso para el desarrollo intelectual y la producción de las vacunas, lo cual produce una marginalización de los países periféricos, toda vez que estos dependen de la transferencia de tecnología por parte de los países del centro para poder acceder a este bien y producirlo en su territorio. De manera que se evidencia un escenario de desarrollo dependiente de estos países para la producción de las vacunas contra la covid-19.
En el caso de muchos países de renta media-baja, estas dificultades fueron evidentes con mayor profundidad, desde la imposibilidad de realizar a su población pruebas masivas, hasta la falta de mascarillas y equipos necesarios como ventiladores para hacer frente a esta enfermedad, debido a la escasez de suministros, dado que los países con mayor capacidad económica los compraban en su mayoría (Moon y Ruiz, 2021). Por esta razón, países como Perú y Jordania, entre muchos otros, decidieron permitir que se realizaran ensayos de estas vacunas en sus territorios como medio para, posiblemente, acceder a estas en el futuro. Sumado a esto, múltiples países han promovido ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) la posibilidad de prohibir temporalmente las patentes sobre las vacunas, con el fin de abrir la posibilidad para que otros Estados y actores accedan a la producción de vacunas y este proceso no quede en mano de un pequeño número de titulares. En palabras del consejero en la misión permanente africana ante la OMC, Mustaqeem De Gama, "Lo que hace esta propuesta de exención es abrir el espacio para una mayor colaboración, para la transferencia de tecnología y para que entren más productores para asegurar que tengamos escalabilidad en un periodo de tiempo mucho más corto" (Villasanjuan, 2021).
Sumado a lo anterior, los siguientes datos resultan importantes: las dosis administradas cada 100 habitantes por país, a agosto de 2021, en orden descendente son: Emiratos Árabes con 179 dosis, Uruguay con 154 dosis, Israel 149, Catar 148, Singapur 147, Bahréin 144, Dinamarca 143, Chile 140 (El Universo, 2021). Con respecto a las vacunas del mayor proveedor, AstraZeneca y Oxford, la figura 2 presenta las vacunas prometidas a los países según sus niveles de ingreso.
A pesar de los datos presentados anteriormente sobre varios países como Chile y Uruguay, entre otros que entran en la categoría de periféricos, y su significativo aumento en el ritmo de vacunación, es claro que aún existen diferencias importantes, toda vez que la media de dosis administrabas por 100 habitantes para los países de ingresos altos, en su mayoría países de centro, es de 111 en comparación con los países de ingresos bajos o periféricos con una media de 2,4 (El Universo, 2021). En otras palabras, el 87% de las vacunas administradas a nivel global se destinaron a países de ingreso alto (países de centro) o medio-alto quienes, como se mostró, tienen un acceso más sencillo a las vacunas, ya sea porque se produce en un laboratorio en su territorio al cual han contribuido económicamente, o por tener el músculo económico para comprar las vacunas en grandes cantidades (Fidh, 2021). En comparación con los países de ingresos bajos quienes han administrado un 0,2% de las vacunas (FIDH, 2021).
Llegados a este punto, al utilizar la teoría de la dependencia para analizar los datos anteriormente presentados, los casos de Argentina, Brasil, Chile e India evidencian cómo, a pesar de ser países de la periferia, estos han desarrollado capacidades infraestructurales para la producción de las vacunas a partir de acuerdos con los laboratorios que las producen. Esto evidencia cómo resulta posible producir cambios o transformaciones en los patrones de intercambio entre el centro y la periferia, por medio de acuerdos como lo expusieron Cardoso y Falleto (1967), a pesar de que el acceso a la vacuna y la producción global de estos productos con valor agregado están en manos del centro, al igual que las disputas por el control de los monopolios tecnológicos -industrias farmacéutica y vacunas-.
En este escenario internacional en continua transformación, como lo expone la teoría de la dependencia, en los países de la periferia el desarrollo dependiente constituye una posibilidad, pues se crean espacios de autonomía que permiten desarrollo de tecnología y bienes con valor agregado por parte de países periféricos, como lo son las vacunas. No obstante, este desarrollo es distinto al de los países del centro debido a que no es posible recrear las mismas condiciones históricas (Valenzuela y Valenzuela, 1978), y este constituye un desarrollo dependiente de la tecnología de los países del centro debido a las condiciones coyunturales de la covid-19, y una autonomía limitada bajo las condiciones establecidas por parte de los laboratorios dueños de las patentes de las vacunas.
En el caso de Argentina, el laboratorio argentino Richmond y el RDFI firmaron un acuerdo bilateral para producir la vacuna rusa contra la covid-19 en este país (DWb, 2021). Brasil producirá la vacuna gracias a la firma de una carta de intención con el laboratorio privado brasileño Eurofarma y la farmacéutica Pfizer y su socio BioNTech con el fin de ser el principal distribuidor en América Latina (Telam, 2021). Así mismo, Sinovac confirma que instalará una planta de producción en Chile para dotar de vacunas principalmente a América Latina (Semana, 2021).
Por su parte, México y Argentina anunciaron que la vacuna del laboratorio AstraZeneca producida en sus territorios iniciará su distribución en América Latina (Palomino, 2021). Resulta interesante ver cómo estos países, utilizando la idea de "diplomacia de las vacunas", persiguen como países periféricos tomar un rol de líderes en la región y, de igual manera, buscan independencia de los países productores de centro, lo cual reairma lo expuesto por Di Fillipo (1998) con respecto a cómo la condición periférica puede cambiar debido a la evolución del sistema global. Sumado a lo anterior, se evidencian dos tipos de acuerdos bilaterales: entre laboratorios nacionales (ya sean privados o no) para la producción en sus instalaciones de la vacuna, frente a los acuerdos entre el laboratorio y los Estados para la instalación de un punto, por ejemplo, de un laboratorio especíico en ese territorio para el desarrollo de sus vacunas. Cabe resaltar la diferencia entre estos, toda vez que la asociación entre laboratorios constituye una transferencia de tecnología y, por ende, de una patente para la producción de una vacuna, en comparación con la instalación de un laboratorio extranjero en territorio nacional. Si bien ambos acuerdos permiten surtir al mercado regional, esto ocurre en un escenario de limitada autonomía de acuerdo con las prioridades del laboratorio proveniente de un país de centro. Lo anterior confirma lo expuesto por la teoría de la dependencia sobre explotación de la periferia por parte de estos países hegemónicos (Beigel, 2006), quienes concentran las ganancias del progreso técnico desplegado en el territorio, con mano de obra de la periferia (Pinto y Kñakal, 1972).
Un ejemplo claro de lo anterior es el caso de India, quien fabrica más del 60% de las vacunas a nivel mundial, y que a pesar de tener una de las principales plantas de producción: el Serum Institute de India, donde se producen AstraZeneca/Oxford y Bharat Biotech (EFE, 2021), al igual que Sputnik V (AFP, 2021), no estuvo en capacidad de reservar la cantidad de vacunas suicientes para su población, producto de lo cual sufrió uno de los terceros picos más signiicativos a nivel mundial por la escasez del biológico en su territorio. De nuevo, el desarrollo dependiente de India a partir de la tecnología importada por estos laboratorios extranjeros explica el limitado acceso que el gobierno indio tiene a esta vacuna, que si bien se desarrolla en su territorio prioriza a otros países de centro. Llama la atención cómo el tercer pico de la pandemia en India, que ha causado el cierre obligatorio de las plantas de producción y la disminución de su mano de obra, ha tenido un impacto en la producción mundial de vacunas y, por ende, en un posible desabastecimiento de estas, especialmente a los países de renta baja que dependen de los aportes del Covax (Olivares y Gutiérrez, 2021).
Por otra parte, despierta interés el rol que ha tomado China en esta puja tecnológica de producción de vacunas, pues a pesar de su reemergencia como potencia mundial debido a su acelerado crecimiento económico, aún puede ser percibido por los países de centro como un país de la periferia. En estas dinámicas geopolíticas enmarcadas en el desarrollo tecnológico de la vacuna contra la covid-19, y la transferencia de tecnología a los países de la periferia, se podría decir que China, para aumentar su esfera de influencia en respuesta a la desatención estadounidense, por ejemplo, en América Latina, quiere posicionarse en el escenario internacional como un "jugador de centro, es decir, que tiene el poder de quebrar los monopolios del norte global" (Merino, 2020). Respecto a estas intenciones y desarrollo tecnológico de China, la respuesta de los países de centro se materializa en la no autorización en Estados Unidos y múltiples países europeos de las vacunas provenientes de laboratorios chinos al igual que de la vacuna rusa. Así, al acaparar las vacunas de los principales laboratorios norteamericanos y europeos, dejan a los países de América Latina y a otros de ingresos bajos -y por ende periféricos- recibiendo principalmente vacunas de estos laboratorios y de AstraZeneca por su bajo costo a nivel global.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión, es claro cómo la teoría de la dependencia aporta herramientas clave para el estudio de las dinámicas geopolíticas y del escenario de la economía política internacional en el marco de la producción, distribución y aplicación de las vacunas en un entorno de pandemia por covid-19. Lo anterior cobra vigencia gracias a su categorización de centro-periferia, la cual no solo está presente desde el inicio de la pandemia en el acceso a equipo médico para el tratamiento de este virus, y en la profundización de problemáticas de base como la pobreza y la desigualdad en múltiples países de la periferia, sino también en las cadenas de valor de las vacunas a nivel global.
No obstante, como lo expone dicha teoría y como se demostró a lo largo del texto, pueden surgir espacios de desarrollo dependiente, como se evidenció en los casos de países periféricos que por medio de acuerdos lograron: o desarrollar en laboratorios nacionales las vacunas contra la covid-19 o la instalación de laboratorios extranjeros en sus territorios, todo gracias a la transferencia de tecnología. De igual manera se mostró que, a pesar del desarrollo de capacidades tecnológicas y la pretensión de múltiples países (caso latinoamericano) de ser líderes regionales en cuanto a la satisfacción del mercado de las vacunas contra la covid-19, el acceso a estas depende de los objetivos del laboratorio y el manejo que estos den a las patentes, lo que evidencia la limitada autonomía de los países periféricos en el escenario de la pandemia. Sin embargo, estos escenarios de transferencia de tecnología para el acceso a un bien de alto valor como son las vacunas contra la covid-19 y las múltiples herramientas utilizadas por los países periféricos para tener acceso a las mismas, permite debatir sobre cómo estos países se han tornado menos dependientes con el tiempo, a pesar de los limitados espacios de maniobra que tienen en el escenario internacional.
NOTAS
1 El Acelerador del acceso a las herramientas contra la covid-19 (Acelerador ACT), de acuerdo con la OMS, es una solución integral a nivel mundial en respuesta a la fase aguda de la pandemia. Esta solución es un marco de colaboración que reúne a distintos actores, desde gobiernos, organizaciones sanitarias, científicos, empresas, organizaciones de la sociedad civil, y filántropos para acelerar el desarrollo y la producción de pruebas, tratamientos y vacunas contra la covid-19 (OMS, 2020).
2 Mecanismo Covax es una cartera gestionada de vacunas candidatas que tiene por objetivo garantizar el acceso equitativo a las mismas. Este mecanismo establece que los principales financiadores del Covax, entre múltiples organizaciones y Estados, compartirán el éxito de las vacunas con los países que tienen menos posibilidades económicas para adquirirlas o sistemas de salud débiles (BBC, 2020).
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