10.18601/16577558.n36.12

Genocidio del siglo XXI: el caso de los rohingya

GENOCIDE OF THE 21ST CENTURY: THE CASE OF THE ROHINGYA

Mateo Andrés Riveros Parra*

* Estudiante de octavo semestre de pregrado en Gobierno y Relaciones Internacionales con énfasis en Estudios Internacionales, Universidad Externado de Colombia (Colombia). [mateo.riveros@est.uexternado.edu.co]; [https://orcid.org/0000-0002-3843-0036].

Recibido: 12 de diciembre de 2021 / Modificado: 14 de marzo de 2022 / Aceptado: 29 de marzo de 2022

Para citar este artículo:

Riveros Parra, M. A. (2022). Genocidio del siglo XXI: el caso de los rohingya. Oasis, 36, 203-224. DOI: https://doi.org/10.18601/16577558.n36.12


RESUMEN

La presente investigación se propone describir, explicar y analizar el proceso de genocidio en Myanmar en contra de la comunidad rohingya. Los usos de la religión, las redes sociales y la identidad sirvieron como herramientas para justificar la violencia, eliminar al enemigo y ocultar la verdadera causa de la ofensiva militar contra la comunidad musulmana en 2017. Asimismo, el conflicto histórico entre las comunidades internas y el efecto de la apertura democrática y económica del país encaminaron a la sociedad de Myanmar hacia la condena de los rohingyas y a adquirir un lugar como actor en el genocidio. De esta manera, la sociedad legitimó al gobierno militar en las operaciones militares de 2017 que forzaron el desplazamiento de más de 700.000 rohingyas quienes, sumados a los más de 200.000 que ya habían migrado entre 2012 y 2015, se encuentran sin Estado ni derechos en el campo de refugiados más grande del mundo en Bangladesh.

Palabras clave: genocidio; rohingya; religión; extracción.


ABSTRACT

This research aims to describe, explain, and analyse the genocide process in Myanmar against the Rohingya community. The uses of religion, social media and identity, served as tools to justify violence, eliminate the enemy, and hide the real cause of the military offensive against the Muslim community in 2017. Similarly, the historical conflict between the internal communities and the effect to the country's democratic and economic opening put Myanmar society on the path of condemning the Rohingya and acquiring a place as an actor in the genocide. In this way, society legitimized the military government in the 2017 military operations that forced the displacement of more than 700,000 Rohingyas, who, added to the more than 200,000 who had already migrated between 2012 and 2015, they find themselves without state or rights in the world's largest refugee camp in Bangladesh.

Key words: Genocide; Rohingya; religion; extraction.


INTRODUCCIÓN

El genocidio implica la deshumanización de las víctimas, la pérdida de conciencia de los victimarios y la erradicación de las huellas de vida de una sociedad. Es responsabilidad humana reconocer los casos de genocidio, reparar a los sobrevivientes y prever la deshumanización.

El propósito de este trabajo es presentar un análisis de la causalidad del genocidio contra la comunidad rohingya en Myanmar, por medio de la descripción coyuntural de los hechos y actores en relación con la tipología de genocidio y con el Marco de Análisis para la Prevención de Crímenes de las Naciones Unidas.

Myanmar se encuentra en el sudeste asiático, entre Bangladesh, India, China, Laos y Tailandia. El país es hogar de decenas de comunidades identitarias, de las cuales muchas no se sienten parte de la "Unión de Myanmar"1. En 1947, representantes de las comunidades Shan, Chin, Kachin y Burma se reunieron para negociar sobre las bases de lo que sería el Estado de Myanmar. El resultado fueron los acuerdos de Panglong, en los que se reconocían las diferencias identitarias de ciertas comunidades nacionales, sin embargo, desde este primer momento, muchas comunidades fueron excluidas e ignoradas, como es el caso de los rohingya.

Desde la creación del Estado de Myanmar, los conflictos intercomunales dentro del país forjaron su sistema político y relaciones sociales. En las últimas décadas el país ha vivido en constante conflicto entre el ejército, conocido como Tatmadaw, y las guerrillas de las comunidades que desean tener más autonomía o la independencia. En este caso particular, el conflicto consta de tres actores principales: la comunidad Rohingya, la comunidad Arakan y el Tatmadaw.

Se conocen como rohingyas a la comunidad Arakan musulmana ubicada en el norte del estado de Rakhine, y hacia la cual ha estado dirigida la violencia y los ataques militares que desembocaron en el desplazamiento de más 700.000 personas en 2017. Los rohingya argumentan estar presentes en el área desde hace siglos y tener elementos culturales propios, de los cuales muchos son compartidos con la comunidad Arakan budista (Bhonsale, 2015). Las primeras evidencias de la presencia de musulmanes, que luego sería rohingyas, datan del siglo VIII, en los puertos de la bahía de Bengal que sirvieron de paradas para los comerciantes del golfo Pérsico que se dirigían a China, en estos lugares se dieron los primeros asentamientos musulmanes en la zona de Bangladesh y lo que ahora es el estado Rakhine, epicentro del genocidio (Bhonsale, 2015). La lucha de los rohingya se ha basado en el reconocimiento como grupo identitario o étnico, por ende, en obtener derechos políticos como ciudadanos. La negativa histórica de los gobiernos de Myanmar ha resultado en la radicalización de algunas personas quienes, por la vía armada, han intentado cumplir los objetivos políticos, algunos de independencia frente a la marginalización. El ejemplo actual, y más importante, es el Arakan Rohinngya Salvation Army (ARSA).

El Tatmadaw es el nombre con el que se conoce al ejército de Myanmar, que ha estado en el poder desde los años sesenta y que pertenece a la comunidad Burma, que es mayoría en el país. Se hacen llamar a sí mismos como "los padres y defensores de la nación" (M. Thuzar, comunicación personal, 20 de enero de 2020). Desde la perspectiva del Tatmadaw el país se compone de ocho principales etnias, que se dividen en otras 135 razas oficiales (Farrelly, 2018).

El ejército de Arakan (AA) es el ala armada de la organización etnonacionalista de la comunidad Arakan, o también conocida como Rakhine. Su proyecto e interés es de obtener la independencia del estado Rakhine con una victoria militar frente al Tatmadaw. Goza de alta popularidad entre la población arakan gracias a los ataques y la marginalización por parte del gobierno central, lo cual representa una de las tres situaciones que explica Kyaw como el origen del etnonacionalismo arakan. Las situaciones restantes son: la invasión y anexión en 1785 del reino Arakan de Mrauk-U por parte de la dinastía Burma Konboung2, y la colonización británica de 1826 a 1948. Este etnonacionalismo es similar al de muchas otras comunidades de Myanmar, que solo ven en el gobierno actual la misma figura imperialista Burma3 (Kyaw, 2020).

También se debe tener en cuenta el movimiento civil de monjes budistas nacionalistas conocido como Ma Ba Tha, quienes afirman trabajar por la protección de los valores nacionales y el budismo therevada. Por su parte, los actores internacionales con mayor relevancia son Bangladesh, China, Rusia, Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Asociación de Estados del Sudeste Asiático (Asean) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el marco de la controversia con Gambia por el genocidio rohingya.

Por otro lado, Myanmar también ha sido conocido por el hermetismo del gobierno militar que ha estado en el poder desde 19624. En las últimas décadas del gobierno militar, el Tatmadaw ha construido un imperio económico en el país gracias al cual no ha sentido ninguna afectación por las sanciones de Occidente. En 2008 tuvo lugar una apertura política y económica del país tras las manifestaciones sociales que tuvieron como protagonistas a los monjes, por lo cual se conoció como la "revolución del azafrán". La apertura consistió en la instauración de elecciones libres en el país, la oportunidad de un gobierno civil en el Ejecutivo y un escenario de discusión parlamentaria con las comunidades secesionistas.

Durante la apertura democrática tuvieron el poder de las funciones más importantes del Estado, como los ministerios de defensa, de asuntos internos y de fronteras, así como también presencia asegurada en el 25% del parlamento (Constitución de 2008). Esta apertura democrática terminó el 1 de febrero de 2021, cuando el Tatmadaw realizó un nuevo golpe de Estado y decretó estado de emergencia por más de un año en todo el país. Sin embargo, fue durante el periodo de "democratización" cuando sucedió el genocidio en el estado de Rakhine, donde viven los rohingyas.

Bajo la excusa de la seguridad nacional e integridad de las fronteras, en los últimos 10 años se han llevado a cabo tres operaciones militares a gran escala que, sumadas, han resultado en el desplazamiento de cerca de 1 millón de rohingyas a Bangladesh: en 2012, 2015 y la última en 2017 que fue la más colosal. Sin embargo, esta última tiene características distintas a las anteriores, por lo tanto, se tomará como el punto principal de investigación en el que el genocidio se consumó.

EL GENOCIDIO ROHINGYA

El concepto

La base común de las diferencias en el concepto del genocidio es la presentada en la Convención para la Prevención del Genocidio:

… cualquiera de los actos con la intención de destruir, total o parcialmente, un grupo nacional, étnico, racial o religioso por medio de: matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que acarree a su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir los nacimientos en el grupo; y el traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo. (Milliren, 1947)

Con base en la anterior definición se han desarrollado un sinfín de investigaciones y discusiones. Una de ellas está ligada al término "intención" en la definición del concepto, y adquiere un papel fundamental ya que, a diferencia un delito o crimen ordinario, con el único deseo de matar a alguien, en el crimen genocida los hechos son realizados con la intención de exterminar. Como lo menciona Pérez, tanto el deseo como la intención son estados mentales que son complejos de probar ante el derecho. Por lo tanto, al no ser observables no son aptos para prueba directa, sino por prueba indirecta, con indicios que permitan inferir el deseo y la intención del actor perpetrador según su comportamiento externo y patrones de tendencia (2012).

En este orden de ideas, para afrontar el desafío de articular un patrón de comportamiento de los actores se ha usado como eje transversal el marco de análisis para la prevención de crímenes atroces hecho por la Oficina de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio y la Responsabilidad de Proteger. Este documento presenta un modelo para la identificación oportuna de crímenes que consta de 14 factores de riesgo que, a su vez, incluyen 142 indicadores en total (ONU, 2014). En la tabla 1 puede observar que 13 factores de riesgo, de los 14, están presentes en Myanmar con, por lo menos, la mitad de los indicadores cumplidos5.

A lo largo del texto se mencionarán los factores, por su número, a medida que se vayan presentando en los hechos expuestos. De esta manera, se articulará la información a fin de tejer un patrón de comportamiento que permita probar la intención de los actores.

Con el objetivo de crear un patrón de comportamiento se investigó sobre una categorización o tipología del crimen que permita analizar la causalidad del caso rohingya. Para esto, se usó la investigación de Daniel Feierstein y Town (2014), quienes sintetizaron las propuestas de ocho autores y, con base en eso, propusieron una tipología.

En la tabla 2 se puede observar la información presentada por Feierstein, desde su síntesis de los autores, hasta su propuesta de tipología (última fila). Además, se agregó la columna de "criterio diferenciador" que se refiere a la característica usada en esta investigación para agrupar y comparar las propuestas, la cual fue la base del análisis propositivo en este artículo. Estas pueden ser tres: causa u objetivo inmediato, métodos usados en el genocidio o elementos del contexto, y según la identificación del grupo víctima6.

Al agrupar todas las tipologías según su criterio diferenciador, se encontraron las primeras herramientas para entender el genocidio rohingya. Frente al criterio de los métodos o el contexto se pueden agrupar en la clasificación dada por Millien en su análisis de la Convención para la Prevención del Genocidio, que consta de tres tipos (1947):

Sin embargo, como se dijo al inicio del artículo, el objetivo de esta investigación es el análisis de la causalidad del genocidio, por lo tanto, se hizo un especial enfoque en el criterio diferenciador de la "causa u objetivo inmediato". Tras la comparación de todas las categorías propuestas según la causa, se llegó a la conclusión de que hay tres tipos de genocidio según su objetivo inmediato7:

  1. Genocidio de imposición: aquellos actos violentos con la intención de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso con el objetivo de imponer un orden social, político o económico. Puede ser para implantar una ideología, religión, creencia, o, incluso, una estructura de poder como un Estado. Ejemplos pueden ser los genocidios llevados a cabo en conflictos por ejercer el poder sobre un territorio en específico (muy comunes en la Antigüedad), las limpiezas sociales e ideológicas en medio de una "búsqueda de una sociedad pura", la centralización del poder, la colonización o la creación de un Estado.
  2. Genocidio de extracción: aquellos actos violentos con la intención de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso con el objetivo de adquirir tierra o los recursos naturales del territorio. Esta categoría de extracción no se queda solo en la acumulación de tierra o extracción de metales o petróleo. También tiene en cuenta los casos en que el objetivo final, el cual impulsa a cometer el genocidio, es cualquier beneficio económico, militar o geopolítico del lugar. A modo de ejemplo, sea un puerto, salida al mar, acceso a algún río, o condiciones estratégicas en medio de una guerra.
  3. Genocidio de retaliación: aquellos actos violentos con la intención de destruir un grupo nacional, étnico, racial o religioso con el objetivo de castigar y reprender como respuesta a algún intento de rebelión o una amenaza, real o potencial, de un grupo específico hacia el poder del grupo dominante. En estos casos puede ser más común el uso del terror junto a una intención de exterminio parcial del grupo víctima. También pueden incluirse los casos retributivos y de posguerra o posimperio, como claramente lo es el genocidio armenio en manos de los turcos otomanos. La principal diferencia entre el genocidio de retaliación y de imposición es la existencia de un orden político previo, es decir, la existencia de un Estado.

LOS HECHOS

El estudio de caso, tras tener clara la base teórica, se enfocó en la comprensión de los hechos, el lugar y el tiempo en el que sucedieron. Manju Jain, en su nota investigativa, describe los sucesos más importantes en contra de la población rohingya desde el siglo XX los cuales, presentados en una línea del tiempo, son (Anwary, 2018):

Para tener claro el patrón de comportamiento se debe hacer una diferenciación entre actores y sus acciones. Por lo tanto, partiendo de los eventos generales, los hechos más detallados permiten realizar una evaluación completa de la intención.

Por la parte del Tatmadaw, a pesar de que en un principio Ne Win reconoció a la comunidad rohingya, en los años siguientes esta situación fue cambiando (Leider, 2018). Los cambios de constitución y leyes de ciudadanía fueron el medio por el cual el gobierno militar redujo progresivamente los derechos de. la comunidad rohingya, hasta el punto de identificarlos como "migrantes bengalís ilegales". Desde este punto, y a diferencia del conflicto con otros grupos armados identitarios, el asunto de los "bengalís ilegales" fue tratado como de interés nacional y defensa de la soberanía, y no como diferencias entre nacionales16 (ver anexos 1 y 2). En las últimas incursiones militares el grado de violencia aumentó, hasta llegar al uso de rohingyas para trabajo forzoso, la violación de mujeres y niñas, la expulsión de población y el rapto de niños (Thein, 2020; Maung y Thuzar, 2012).

En su informe sobre el Tatmadaw y los ro-hingyas, Selth presenta el uso de una estrategia específica de contrainsurgencia llamada four couts, su nombre se debe a los cuatro objetivos de aislar al enemigo de: la comida, los recursos, la inteligencia y los reclutas17 (Selth, 2018).

Asimismo, desde el nivel político, las leyes de ciudadanía y los cambios constitucionales alejaron cada vez más a la comunidad rohingya. Para ser reconocido como ciudadano, los rohingyas debían demostrar su residencia en el país antes del periodo colonial y hablar uno de los ocho idiomas oficiales, pertenecientes a las ocho principales comunidades reconocidas (Anwary, 2018). Además, políticas de control de natalidad, prohibición del matrimonio de los rohingya y de identificación por medio de las "tarjetas blancas", proyectaron un escenario de apartheid en el norte de Rakhine (Anwary, 2018; Kyaw, 2020). El uso más relevante de las "tarjetas blancas" fue en momentos de campaña política en los cuales se manipuló y se usó el problema arakan y rohingya con fines electorales. Por supuesto, la politización en periodos electorales exacerbó las tensiones y la violencia en Rakhine, desembocando en desplazamientos masivos a Bangladesh (Anwary, 2018). Cuando la intensidad del conflicto mermaba y las negociaciones entre los gobiernos de Bangladesh y Myanmar tomaban lugar, se realizaban procesos de repatriación que, nuevamente, avivaban las tensiones intercomunales entre los arakan nacionalistas y los rohingya, justificando la intervención del Tatmadaw, continuando así con el ciclo de violencia que se repetía una y otra vez (Anwary, 2018).

Los cambios continuos en la constitución, el uso de trabajo forzoso, la tortura, la violación de mujeres y niñas, el raptos de niños, la expulsión de población, la identificación como "migrantes extranjeros ilegales", la negación a la ciudadanía y a los derechos políticos, el uso del conflicto como herramienta electoral, la politización de las tensiones intercomunales, la discriminación de la población y la limitación de los derechos reproductivos, civiles, políticos y humanos por medio de las tarjetas blancas, comprueban la presencia de los factores de riesgo números 2, 3, 5, 6, 7,8, 10,11,12 y 1318.

En cuanto al Arakan Army, se debe tener en cuenta que la relación entre los Arakan budistas y Arakan musulmanes tiene antecedentes desde el siglo VIII, antes de la anexión de la dinastía Burma del reino Arakan de Mrauk-U (Bhonsale, 2015). Sin embargo, en las últimas décadas, la relación ha tornado en antagonismo y rivalidad.

Un evento que sin duda influyó en la potencialización del resentimiento intercomunal fue el periodo colonial. Como singularidad, los británicos anexaron la región de Arakan después de controlar el resto de territorio del reino Burma, por lo que Myanmar, en el periodo colonial, fue más del sur de Asia que del sudeste asiático, políticamente hablando. Desde el inicio del periodo colonial, el imperio británico hizo de Myanmar una parte de la India, por lo cual se intensificó la movilidad de población en ambos sentidos.

La llegada de migrantes indios que se dedicaban al comercio generó recelo entre la población local (Zan y Chan, 2005). Esta perspectiva es compartida por las comunidades identitarias en todo el territorio birmano.

El estado de Rakhine no fue la excepción a este fenómeno. La división se capitalizó a finales del periodo colonial, en el trascurso de la Segunda Guerra Mundial. Durante la invasión japonesa los arakan, con su objetivo de independencia, apoyaron a los japoneses, mientras que los rohingyas apoyaron a los ingleses y a Burma (Anwary, 2018). Para finales de la guerra, la polarización en Rakhine ya era material, el estado se dividió en norte de población rohingya y sur de población arakan (Anwary, 2018). Desde entonces, las dos poblaciones han vivido en constante conflicto, con momentos de tranquilidad y momentos de violencia excesiva, de los cuales algunos fueron con la complicidad del Tatmadaw, lo que manifiesta los factores de riesgo 3 y 9 del marco de análisis19 (Selth, 2018).

Por otro lado, la participación de la población civil fue principalmente simbólica, sin excluir confrontamientos violentos con población musulmana. En la población civil de Myanmar fue donde se dio el verdadero proceso de "otrerización" (M. Thuzar, comunicación personal, 20 de enero de 2020). Desde mediados de la década pasada, Myanmar se encontraba en un proceso de apertura política y económica al mundo. En esta liberalización, las empresas proveedoras de telecomunicaciones e internet móvil ofrecieron planes de internet económicos y SIM cards desde menos de 2 dólares, cuando unos años antes costaban más de 100 dólares (Fink, 2018). La llegada de celulares chinos nuevos y de segunda mano a precios bajos complementaron la explosión de las telecomunicaciones en el país, y con ello, de las redes sociales, en especial de Facebook (Fink, 2018).

Fue en esta plataforma donde el pueblo de Myanmar condenó y sentenció a la comunidad rohingya por medio de la propagación de lo que se considera como dangerous speech, lo cual Fink define como el "discurso para persuadir a un grupo de personas a temer y odiar -y eventualmente conducir a violencia contra- otro grupo" (2018). También, fue por este medio por el cual se popularizó el término de "bengalí" como referencia a los rohingyas desde 2012 (Fink, 2018).

Desde el auge de Facebook en Myanmar, parte considerable de la población ve en la plataforma "la verdadera fuente de información" (Fink, 2018). Este fenómeno tiene su explicación en las décadas de autoritarismo radical y hermetismo hacia el resto del mundo y de la información local en la cual vivieron todos los habitantes de Myanmar. El uso de Facebook en el país tiene un papel peculiarmente fundamental. La red social es usada con fines profesionales y académicos, para ver las noticias más que por televisión, incluso, para la comunicación entre las fuerzas de seguridad del país.

También relacionado con la influencia de las redes sociales, el Ma Ba Tha cumplió un papel fundamental en la deshumanización de los rohingyas. Los líderes de la organización se basaron en Facebook para la propaganda nacionalista e islamofóbica. Sumado a su alta legitimidad en el país, los mensajes en contra de los rohingya se alinearon con toda la propaganda del Tatmadaw de odio contra los "bengalís musulmanes terroristas" (Fink, 2018; Su-Ann, 2012). La difusión de la propaganda del Ma Ba Tha y el convencimiento de la población, de por fin tener la verdadera información en Facebook, capitalizaron los objetivos de los militares de posicionarse como los defensores y padres de la nación (Selth, 2018).

Los mensajes, que armonizan con los del Tatmadaw, se concentraron en la acusación de la llegada del "terrorismo islamista" al país, la amenaza del ARSA y su objetivo militar de la islamización del país y la destrucción de la cultura budista de Myanmar por parte de los extranjeros ilegales que tienen nexos terroristas con Al-Qaeda e ISIS20 (Steckman, 2015; Bashar, 2017).

El Ma Ba Tha, grupo nacionalista de monjes, refleja dos rasgos importantes del conflicto. Primero la relevancia religiosa en el papel de construcción del enemigo y, segundo, el uso de las redes sociales como arma. Frente al primer rasgo de religiosidad se debe tener en cuenta el papel fundamental que juegan los monjes en la sociedad de Myanmar. Los monjes se encuentran, en la jerarquía social y política, por encima de cualquier disputa identitaria. Además, los monjes tienen influencia tanto en la sociedad como en el gobierno militar, como se debe recordar con la revolución del azafrán: solo cuando los monjes participaron fue que el gobierno militar entró en disposición de escucha.

La difusión del discurso incendiario, el apoyo de la ciudadanía, el hecho de que la retórica violenta se haya sobrepuesto sobre la retórica de defensa de los derechos humanos, y la politización de la identidad reflejan la realidad de los factores de riesgo 1, 2, 4, 6,7, 8 y 921.

Tal vez una de las preguntas que surgen al conocer esto es la reacción de la comunidad internacional frente al genocidio. Las intervenciones más importantes frente a los eventos de 2012 y 2017 fueron por parte de las Naciones Unidas y la Asean. En cuanto a la primera, su participación se limitó a los llamados del Secretario General a la protección de los refugiados, cese al fuego inmediato y condena contra "los posibles actos de limpieza étnica". Sin embargo, la Asean se encuentra frente a una posición más compleja. La Asean que se ha ganado la reputación internacional de una organización regional que ha logrado la comunicación efectiva de países con diferentes religiones, culturas e idiomas. A pesar de esto, la Asean ha sido lenta y pasiva frente a la crisis humanitaria de los rohingya desde 2017, e incluso a la anterior crisis con la violencia arakan nacionalista-rohingya (Thuzar y Rieffel, 2018). La asociación solo ha tenido dos intervenciones formales en Myanmar, la primera para la atención de la crisis humanitaria por los daños que dejó el ciclón Nargis en 2008, y la segunda, en una reunión sobre la crisis en Rakhine, que de hecho demostró la incapacidad diplomática de la organización, puesto que a pesar de ser preparada por el primer ministro de Indonesia, después de los ataques de 2017 no se pudo volver a llevar a cabo (Thuzar y Rieffel, 2018). No obstante esto, algunos autores recalcan la importancia de la Asean como posible escenario de conversaciones y negociación entre las partes, para lo cual se requeriría de una posición proactiva de esta (Thuzar, 2019; Thuzar y Rieffel, 2018).

Desde la perspectiva estatal, Malasia, Indonesia y Gambia fueron los países con mayor actividad en denuncia de los eventos contra la población rohingya; de igual manera, se ofrecieron como destino para recibir a parte de esta población (Thuzar y Rieffel, 2018). En el caso de Gambia, su importancia radica en la denuncia realizada contra Myanmar por crímenes de lesa humanidad contra la comunidad rohingya, sin embargo, el resultado en la CIJ fue la mención de detener de inmediato los crímenes por parte del gobierno de Myanmar. Para garantizar el cumplimiento de la orden, el Estado de Myanmar tendría que presentar un reporte cada seis meses. La decisión fue tomada en 2019, desde entonces, el gobierno burma solo ha presentado los dos primeros informes antes del golpe de Estado de febrero de 2021 (Khaliq, 2020).

Estados Unidos impuso sanciones contra generales del ejército y condenó los hechos. Por su parte, China y Rusia se mantuvieron al margen, con leves pronunciaciones donde deseaban el cese de hostilidades sin involucrarse formalmente. La acción que sí fue relevante fue la protección al Tatmadaw frente al Consejo de Seguridad por medio del poder veto que poseen las dos potencias. Claramente, el factor de riesgo más relevante en relación con los actores internacionales es el 6, correspondiente a la ausencia de factores de mitigación.

¿CUÁL FUE LA CAUSA?

Sin duda, analizar por qué el Tatmadaw realizó los ataques en 2017, después de separar y comparar los casos anteriores, plantea un reto importante y difícil de resolver. El caso de 2017 presenta características particulares que lo distinguen de los cuatro casos anteriores de migración masiva. En 1948, el objetivo político fue la independencia y consolidación de la unión de Myanmar. En 1964, como resultado del golpe de Estado de Ne Win después de años de gobernabilidad frágil y en aras de mantener el poder, el objetivo, de nuevo, fue mantener la unión del país. En 1991 y 2012, fue el aumento de la violencia en periodos electorales.

Todas las anteriores migraciones fueron, eventualmente, respondidas con procesos de repatriación. Sin embargo, en 2017 fue distinto. Comparado con las anteriores ocasiones, la causa inmediata de la intervención militar fue de menor gravedad e importancia22. Añadido a esto, la respuesta desmedida del ejército supone otra razón para las operaciones militares (M. Thuzar, comunicación personal, 20 de enero de 2020). Además, no parece haber intención de realizar una repatriación en esta ocasión, como lo indican las murallas de alambrados de púas y campos minados que han hecho en la zona fronteriza con Bangladesh (Selth, 2018). Asimismo, como afirma Selth (2018), se ha denunciado con imágenes satelitales la construcción de bases militares sobre los restos de las villas donde habitaban los rohingyas.

Por lo tanto, se puede pensar en el uso de los ataques del ARSA como una excusa, más que una causa. Frente a esto, Selth presentó cuatro teorías que han surgido para explicar el accionar del Tatmadaw: 1) las acciones fueron la respuesta de las fuerzas de seguridad frente a una seria amenaza a la unidad, estabilidad y soberanía por parte de grupos extremistas islamistas; 2) el Tatmadaw usó el método de contrainsurgencia, ya mencionado, de four cuts; 3) los militares aprovecharon los ataques de ARSA como justificación para organizar un ataque que expulsara a todos los rohingyas del aérea23; 4) la crisis en Rakhine hace parte de una conspiración internacional de una guerra proxi en la que Estados Unidos y Arabia Saudí brindan apoyo al ARSA para disminuir la influencia china en Myanmar (Selth, 2018).

En el presente trabajo se propone que los nexos de causalidad del conflicto en 2017 responden a la segunda y tercera teorías, hablando de las propuestas por Selth. El Tatmadaw ha vendido a la población la amenaza del extremismo islamista y el riego de la islamización del país. Sin embargo, el ARSA no cuenta con las capacidades para lograr una victoria militar, ni para tener contacto con organizaciones islamistas internacionales (Selth, 2018; T. Kean, comunicación personal, 30 de diciembre de 2019). Por otro lado, la comunidad rohingya, históricamente, ha estado marginalizada y concentrada en el norte de Rakhine, y su población es menor a la de muchas otras comunidades identitarias del país, por lo que queda en duda la supuesta expansión demográfica de los rohingyas alrededor del territorio. Además, desde la perspectiva religiosa, el Tatmadaw no ha atacado a otras comunidades musulmanas del país como los Kaman, los únicos actos de violencia contra musulmanes fueron protagonizados por la población civil y monjes nacionalistas contra musulmanes aleatorios por noticias falsas en redes sociales (Fink, 2018).

Sin embargo, hay un patrón de conducta de los militares con otras comunidades identitarias. A modo de ejemplo, en 2009 el gobierno militar terminó las negociaciones con el gobierno chino del proyecto más grande de energía hidroeléctrica de ambos países. Con la capacidad producción de solo ese proyecto, Myanmar doblaría su producción anual de energía (Michel, 2020). Esta presa, llamada Myitsome, se encuentra en territorio Kachin, y como muchos otros proyectos de desarrollo, genera tensión y conflicto entre los grupos armados identitarios y el Tatmadaw que, en repetidas ocasiones, ha usado el desplazamiento forzado, arrestos arbitrarios, militarizaciones de las zonas particulares e incautaciones de tierra para avanzar con los proyectos (Michel, 2020; Streitfeld-Hall, 2021). Otro ejemplo que sustenta esta corriente es el desplazamiento forzado de población kachin hacia Yunnan, China, donde se encuentran miles de refugiados que tuvieron que huir por las prácticas violentas del Tatmadaw, similares a las usadas contra los rohingya (Human Rights Watch, 2012).

Para sintetizar lo encontrado hasta este punto, se han observado diversos hechos que demuestran la presencia de factores de riesgo de crímenes atroces. También se identifica una diferencia entre los ataques de 2017 y los anteriores, y el actuar del Tatmadaw contra las demás comunidades musulmanas, con lo cual se descarta que el motivo sea religioso. Siguiendo la línea de la tipología de genocidio, las similitudes con otros hechos reflejan un interés de extracción de los militares. Por esta razón, la pieza faltante que puede explicar la causalidad es conocer si en el territorio se encuentra algún tipo de recurso de interés para el Tatmadaw.

Es precisamente en el norte del estado Rakhine donde está proyectado un oleoducto que se conecta con el proyecto de inversión del puerto marítimo en Sittwe que, a su vez, se conectará con los numerosos proyectos de inversión en Bangladesh. Estos proyectos responden al Corredor Terrestre de la Franja Económica de la Ruta de la Seda que conectará a China-Myanmar-Bangladesh-India, y al corredor marítimo de la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI respectivamente, como parte del ambicioso programa de la Nueva Ruta de la Seda de China (Concatti, 2017).

Al unir los puntos, el objetivo de Tatmadaw se esclarece y explica su agresiva respuesta en 2017. El patrón de comportamiento frente al despojo de tierras y prácticas de vulneración de los derechos humanos en zonas de proyectos de desarrollo e inversión económica, más la perspectiva de inferioridad y marginalización histórica que han construido en los últimos 60 años contra la comunidad rohingya, junto con el proceso de apertura democrática que implica la necesidad de apoyo popular, y que los rohingyas pueden representar un enemigo en común que unifique y permita el posicionamiento del Tatmadaw como los defensores de la nación, la cultura y la religión, componen las razones de sus acciones genocidas contra esta población, que se impulsaron por las circunstancias contemporáneas hasta el punto actual. Por esto, Myra Dahgaypaw afirma que el tema rohingya se debe clasificar como genocidio, mientras lo que ocurre -y ha ocurrido- en otras zonas del país contra otras minorías identitarias se trata de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra (Streitfeld-Hall, 2021).

Desde la perspectiva de la población civil de Myanmar, el riesgo que representan los rohingyas es religioso (Kyaw, 2020). A diferencia del Tatmadaw, que no dirigió ningún ataque sobre otras comunidades musulmanas porque no tenía interés en ellas, en la población civil de Myanmar, como efecto del ya mencionado dangerous speech, se dieron numerosos casos de violencia urbana y de riñas de nacionalistas budistas contra musulmanes (no rohingyas), muchos de estos alimentados por rumores falsos (Fink, 2018; T. Kean, comunicación personal, 30 de diciembre de 2019).

Acerca de la comunidad internacional no hay mucho que decir debido a lo estática que es. Como muchos académicos lo han mencionado, las sanciones no tienen ningún efecto en el gobierno militar de Myanmar24 (Thuzar, 2019; Kyaw, 2020; International Crisis Group, 2021). Por su parte, la Asean es objeto de críticas por su ineficiencia y falta de respuesta frente a la crisis humanitaria y de genocidio (Thuzar y Rieffel, 2018). Además, organismos de las Naciones Unidas se han limitado a condenar con palabras y a aportar para el manejo de los refugiados en Cox Bazar, que es el campamento de refugiados más grande del mundo. Por último, la incapacidad del Consejo de Seguridad frente al veto de China y Rusia demuestra la inutilidad del R2P25.

CONSIDERACIONES FINALES

Este artículo deja distintas conclusiones sobre el tema del genocidio rohingya. Desde la base teórica, para cualquier estudio de genocidio, no se puede obviar la naturaleza del término "intención" dentro de la definición del concepto, que enuncia que el genocidio no se debe probar de manera indirecta, por medio de un patrón de comportamiento.

Para hilar los hechos, en orden de demostrar un patrón de comportamiento, el Marco de Análisis para la Prevención de Crímenes Atroces demostró la existencia de hechos materiales suficientes para confirmar actos genocidas en Myanmar desde 1948. Estos actos se podrían sintetizar en: cambios constitucionales que afectan los derechos del grupo víctima, el trabajo forzoso, la violación de mujeres y niñas, el rapto de niños, la expulsión de población, la identificación de rohingyas como migrantes ilegales y extremistas, el rechazo a la ciudadanía, el uso del conflicto intercomunal con fines electorales, la politización de las tensiones, la discriminación y la limitación de los derechos reproductivos, civiles, políticos y humanos por medio del uso de las tarjetas blancas.

En cuanto al proceso de deshumanización y la perspectiva civil de Myanmar, la relevancia del recelo histórico de las comunidades hacia los migrantes indios durante la colonia explica la posibilidad de éxito de la "otrerización". Ligado a esto, la apertura democrática empoderó a la población civil dándole argumentos para defenderse del "extremismo". La apertura económica abrió el mercado de las telecomunicaciones revolucionando el flujo de información en el país, y permitiendo la circulación del dangerous speech entre civiles, miembros de Ma Ba Tha, monjes e integrantes del Tatmadaw.

Además, las diferencias en los ataques del Tatmadaw y el comportamiento posterior a los mismos sugieren disparidad en las motivaciones del ejército en los ataques previos a los rohingyas. En contraste, se encontraron similitudes en el accionar contra otras comunidades budistas y reconocidas como nacionales, motivadas por la extracción de recursos, cabalmente el uso de la tierra. En el caso rohingya, los proyectos de inversión china de la nueva ruta de la seda, que constan de un oleoducto que se conectará con el proyecto del puerto de Sittwe, y a su vez con el proyecto del puerto en Bangladesh, justifican el deseo del uso de la tierra. Como se mencionaba al principio del texto, las tres causales propuestas de un genocidio son la imposición, la extracción y la retaliación. El caso rohingya representa un genocidio de causalidad extractiva.

Por último, a modo de reflexión sobre un posible cese de hostilidades en Rakhine y un fin del conflicto, es necesario un proceso de justicia restaurativa en el marco de unas negociaciones y acuerdos entre las comunidades rohingya, arakan y burma. Sin embargo, dos factores alejan esta opción de la realidad: el conflicto con las demás comunidades identitarias y el conflicto civil que inició con el golpe de Estado de 2020.


NOTAS

1 También conocido como Birmania. En 1989, el gobierno militar cambió el nombre a Myanmar.
2 El grupo burma antes de la colonia inglesa.
3 Como casi la totalidad de la población en Myanmar, la comunidad arakan es budista. Las diferencias con el grupo dominante burma son culturales e históricas.
4 En 1962, el general Ne Win dio un golpe miliar al gobierno civil, desde entonces el Tatmadaw ha estado en el poder.
5 En función de este artículo, se evaluó cada uno de los indicadores para conocer cuántos representan el caso de Myanmar, específicamente con los rohingyas. El resultado fue de 111 indicadores cumplidos desde 1948 hasta la actualidad. Se destacan los factores 9 y 10, identificados como específicos de genocidio, con 100% de los indicadores cumplidos. Para más información sobre los indicadores revisar el Marco de Análisis para la Prevención de Crímenes Atroces (2014).
6 En cuanto a la identificación del grupo víctima, se debe mencionar que esta depende de la posibilidad de éxito de la característica diferenciadora (raza, etnia, religión, clase social, etc.) en el proceso de deshumanización y creación del enemigo previo al genocidio. Es decir, según el rasgo que más facilite la deshumanización puede ser religioso, posestado o intencional.
7 Esta clasificación es una propuesta propia.
8 En el trascurso de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad arakan apoyó a los japoneses buscando autonomía, mientras que la comunidad rohingya apoyó a los ingleses. Para el final de la Segunda Guerra, las comunidades se encontraban divididas en norte y sur (Anwary, 2018).
9 El general Aung San fue asesinado ese mismo año. Es considerado por muchos el padre de la nación y por otros el responsable de pérdida la independencia de su comunidad. Es el padre de la reconocida Aung San Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de Paz en 1991, y hoy en casa por cárcel desde el golpe militar de 2021.
10 Prueba del factor de riesgo 9, "patrones de discriminación contra grupos".
11 Prueba del factor de riesgo 3, "debilidad de las estructuras del Estado".
12 Prueba del factor de riesgo 12, "indicios de una política de ataque contra una población civil", y 13, "graves amenazas contra las personas protegidas por el derecho internacional humanitario".
13 Otras 250.000 migrarían en los siguientes 10 años.
14 Desde los años ochenta, los hechos reflejan la presencia de todos los factores de riesgo, exceptuando el 14.
15 Desde entonces, el país vive en conflicto civil contra el Tatmadaw. Es el factor que más ha unido a la población de distintas comunidades contra un mismo enemigo. Un año después del golpe, los enfrentamientos, las matanzas y los asesinatos continúan a lo largo del territorio, y el país se mantiene en Estado de emergencia.
16 En una investigación de Al Jazeera, revelaron presentaciones usadas por el ejército para formar a los nuevos soldados, así como también documentos que demuestran la planeación y los objetivos del Tatmadaw en Rakhine. Los documentos fueron traducidos por el mismo medio informativo.
17 Además, menciona que la estrategia four couts puede provenir de la estrategia japonesa de "quemar todo, matar a todos, y destruir todo" usada en la Segunda Guerra Mundial (Selth, 2018).
18 Los factores mencionados son, respectivamente: registro de violaciones graves del derecho internacional de los derechos humanos y del DIH; debilidad de las estructuras del Estado; capacidad para cometer crímenes atroces; ausencia de factores de mitigación; circunstancias propicias o acciones preparatorias; factores desencadenantes; indicios de intención de destruir total o parcialmente a un grupo protegido; indicios de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil; indicios de un plan o política de ataque contra una población civil; y graves amenazas contra las personas protegidas en virtud del DIH.
19 Factor 3: debilidad de las estructuras del Estado; factor 9: tensiones intergrupales o patrones de discriminación contra grupos protegidos.
20 Ver anexo 1.
21 Los factores de riesgo son, respectivamente: situaciones de conflicto armado u otras formas de inestabilidad; registro de violaciones graves del derecho internacional de los derechos humanos; motivos o incentivos; ausencia de factores de mitigación; circunstancias propicias o acciones preparatorias; factores desencadenantes; y tensiones intergrupales.
22 Además, se debe tener en cuenta que el país se encuentra en constante conflicto con más de 20 grupos armados al tiempo.
23 Algunos dentro de esta escuela sugieren que la tierra sería usada para proyectos de desarrollo económico.
24 Esta resiliencia se debe al imperio económico que posee el Tatmadaw en el país, por lo que está preparado para cualquier tipo de sanción.
25 Se conoce como R2P al principio internacional adoptado en 2005 en la Cumbre Mundial de la ONU y que busca evitar los actos de genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad. Sus siglas provienen del Responsability to Protect.


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ANEXOS