10.18601/16577558.n37.16

Turismo en el Caribe: pasado, presente y futuro

José Luis Perelló Cabrera*

Reseña de libro
González Núñez, G. (2022). Turismo en el Caribe: pasado, presente y futuro. Editorial Akelarre. 216 pp.

* Doctor en Ciencias Económicas. Profesor adjunto en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Profesor-investigador de la Cátedra de Estudios Caribeños "Norman Girvan", Universidad de La Habana, La Habana (Cuba). [jose.perello44@gmail.com]; [https://orcid.org/0000-0001-5380-3403].

Recibido: 6 de septiembre de 2022 / Aceptado: 15 de septiembre de 2022

Para citar esta reseña: Perelló-Cabrera, J. L. (2022). Reseña del libro: Turismo en el Caribe: pasado, presente y futuro (2022). Oasis, 37, pp. 289-293. DOI: https://doi.org/10.18601/16577558.n37.16


El libro que se comenta representa una profunda reflexión teórica y de análisis acerca del turismo como práctica social de gran impacto en el Caribe. La obra constituye el resultado de más de quince años de investigación académica de su autor, el doctor Gerardo González, dedicados a la caracterización y el desempeño del turismo internacional en la región caribeña; su intención ha sido condensar y sistematizar analíticamente, desde una perspectiva histórica y económica, el disperso quehacer informativo y estadístico existente sobre el objeto de estudio, en la mayoría de los casos referenciado en informes, libros o estadísticas elaborados por autores e instituciones de fuera de la región.

Como bien reconoce el autor, los contenidos, estructurados en seis capítulos, se enfocan en el análisis del desempeño y las tendencias de la actividad turística desde una perspectiva regional, sin ignorar que la marcada acción del desarrollo turístico y los impactos de la industria en cada isla han sido diferentes por su alcance y magnitud, debido al paso del tiempo y las incidencias negativas o positivas, dadas por factores internos y externos en cada país.

La reflexión teórica está presente principalmente en el capítulo 1, donde se exponen las consideraciones conceptuales y teóricas principales de la actividad turística que ayudan a entender su naturaleza, alcance, comportamientos e impactos, además de precisar la región objeto del estudio. Como inicio obligado, el autor se adentra en la historia del turismo en el Caribe que permite identificar los antecedentes que moldearon las características y tendencias actuales. A continuación, en el capítulo 2 se analiza la evolución del turismo regional a partir de la década de los ochenta.

Existe consenso en que el Caribe es una de las regiones del mundo con mayores potencialidades para el turismo internacional, pero también hay que tener presente que es una de las regiones más vulnerables y donde, relativamente, mayores han sido los impactos; y que, actualmente, se encuentra atravesando una profunda etapa de crisis, a partir de lo cual los retos son demasiado exigentes.

El crecimiento económico de los países del Caribe se ha caracterizado por una alta volatilidad, dada por la dependencia externa y el impacto de choques exógenos, la poca diversificación de los mercados y las afectaciones por los desastres naturales.

Las economías intensivas en servicios han sido las más afectadas por la crisis financiera internacional, tras una recuperación en 2013, pero desacelerándose rápidamente a partir de 2015 con tasas de crecimiento nulo en 2017 y 2018. Estas economías, presentan una alta dependencia del turismo -en particular las más pequeñas- y una baja diversificación de los mercados turísticos, lo que limita su capacidad de gestión de riesgos frente a choques externos.

Esta vulnerabilidad externa de las economías del Caribe se acrecienta, dado el alto grado de concentración de la matriz exportadora de bienes que va en detrimento de la estabilidad del comercio exterior. Bajo esta consideración, se incentiva el modelo de desarrollo liderado por exportaciones (la competitividad externa) que desplaza al de sustitución de importaciones.

A partir del capítulo 3, el autor hace un argumentado análisis que permite entender cómo el patrón de especialización de las economías de la región afecta el crecimiento de las exportaciones, al tiempo que limita la capacidad para importar; afecta negativamente la productividad de la región y de los países que la componen, toda vez que no se genera un crecimiento productivo ni comercial. Transformar la precaria inserción en la economía internacional es un gran reto de la política comercial de los países del Caribe, las exportaciones se mantienen con escaso valor agregado y con productos con alta volatilidad de precio en el mercado internacional.

Para la región, como se sostiene en el capítulo 4, el turismo se mantiene como la principal fuente de atracción de la inversión extranjera directa (IED), a través de la ampliación de la oferta hotelera de las grandes cadenas transnacionales. En el caso de República Dominicana, por ejemplo, que contrae en 60,5% la IED en las actividades de comercio e industrias, el desarrollo del turismo presenta un fuerte aumento de las entradas de capital extranjero, pasando de 150 millones de dólares promedio anual entre 2010 y 2012 a 780 millones de dólares anuales en los últimos tres años.

Al analizar el desempeño de otro de los principales destinos turísticos caribeños, se refleja que la baja disponibilidad de divisas de la economía cubana constituye una de las principales restricciones estructurales para el crecimiento, determinada por la limitada capacidad exportadora, los bajos niveles de inversión extranjera, las elevadas importaciones y los altos compromisos financieros que genera la deuda.

Las pequeñas economías de mayor dependencia del turismo presentan un bajo desempeño económico por la contracción del empleo e ingreso de los países desarrollados a partir de la crisis financiera internacional, las perspectivas de riesgo de recesión para los próximos años y las afectaciones provocadas por el impacto de desastres naturales. En el mediano y largo plazo, los límites físicos del espacio podrían estar imponiendo nuevas restricciones al desarrollo del turismo en algunos pequeños Estados insulares del Caribe, en la medida que la explotación turística y los umbrales de las capacidades de carga turística se acercan al nivel potencial.

En la mayoría de los destinos caribeños, el modelo de turismo se ha caracterizado, además, por implementar una ágil estrategia para sustituir y reemplazar mercados, pero no para darles estabilidad, abordando los factores estructurales y estratégicos que afectan dicha estabilidad. Como resultado de los cambios en la demanda y del aumento de la oferta en nuevos destinos turísticos emergentes, el producto turístico del Caribe probablemente enfrentará grandes desafíos en los principales mercados emisores, en un futuro cercano.

Como bien señala el autor en el capítulo 5, la pandemia se controlará, pero dejará huellas y lecciones para el funcionamiento de las vidas de los ciudadanos y, en particular, para el desarrollo de la actividad turística, y alerta sobre la necesidad de que el Caribe se prepare para continuar enfrentándose a eventos recurrentes, como los desastres naturales, que serán cada vez más frecuentes y de mayor magnitud debido al cambio climático.

Los desastres naturales y el cambio climático son contingencias que quebrantan el crecimiento económico y limitan las posibilidades de revertir la histórica deuda social. Los riesgos frente al impacto de eventos extremos y del cambio climático para estos Estados insulares del Caribe, debido a la vulnerabilidad biofísica y socioeconómica que los caracteriza, son cada vez mayores.

Un factor de riesgo a la sustentabilidad, que se viene presentando desde hace décadas, es la naturaleza predominantemente costera del turismo y de los desarrollos de grandes resorts hoteleros que, invariablemente, ha significado la tala de bosques de manglar, la ocupación de las dunas de arena, el relleno de tierras pantanosas para la construcción e infraestructura recreativa, o la creación de otras perturbaciones de los ecosistemas costeros. Entre estos, el crecimiento del sector hotelero, el turismo de golf y el sector inmobiliario han implicado fuertes demandas de recursos de agua dulce y han contribuido en forma significativa a la generación de basura y desechos en las zonas costeras.

El autor considera que la velocidad que tome la recuperación del turismo en el Caribe dependerá de cómo interactúen factores favorables y desfavorables circunstanciales en el contexto de las condiciones prevalecientes en el desarrollo del turismo regional previo al inicio de la pandemia.

Las estrategias que adopten los países de la región deben tener, como mínimo, cuatro elementos esenciales: políticas económicas destinadas a reducir la vulnerabilidad macroeconómica y facilitar la inversión productiva; estrategias orientadas al desarrollo de la competitividad sistémica; priorizar la agenda ambiental y de adaptación al cambio climático; y políticas sociales muy activas, especialmente de educación, empleo y seguridad social.

El autor señala acertadamente que resulta preocupante la alta dependencia del turismo como vector asegurador del crecimiento económico que el Caribe ha desarrollado, pues a través de los años dicha dependencia no se ha traducido en una prosperidad acorde con esa realidad. En otras palabras, los niveles de rentabilidad obtenidos en el negocio turístico no se han podido convertir en un resultado similar en términos macroeconómicos.

No obstante, el análisis realizado en este libro sugiere que, a pesar de los factores preocupantes subyacentes, el turismo llegó y se insertó fuertemente en el tejido socioeconómico de los países caribeños, que se mantiene como una estrategia viable para la gran mayoría de ellos y que aún tiene espacio para expandir su desarrollo y eficiencia. Por lo tanto, resulta de vital importancia ponderar los factores que inciden en su desempeño, valorando los impactos positivos y negativos que esta actividad genera para poder lograr un balance entre sus ventajas y desventajas.

Los retos que deberá enfrentar el Caribe en esta nueva época, tanto para su desarrollo turístico como económico en general, en busca de una real sustentabilidad en todos los órdenes dependen, una vez más, del convulso entorno exógeno que, como siempre, ha marcado sus destinos.

Para finalizar el libro, en el capítulo 6 el autor reflexiona ampliamente sobre las tres principales economías que son, a su vez, los principales destinos del Caribe: República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, que reciben cerca del 60% de los turistas que arriban a la región, por lo que el comportamiento del turismo en los tres países determina en gran medida los resultados regionales.

República Dominicana y Cuba son los países cuya oferta turística tiene muchos puntos de contacto. Ambos países descansan en el modelo turístico extensivo, que lleva aparejado crecimiento cada más creciente de la capacidad de alojamiento en hoteles, con un producto turístico de sol y playa, con fuerte presencia del "todo incluido", visualizados como destinos vacacionales. Además, son los únicos destinos del Caribe insular que han logrado diversificar significativamente los mercados emisores. Los dos países tienen a Canadá y a Europa como mercados emisores preferentes, en donde los sectores de bajos y medianos ingresos constituyen su demanda básica.

El autor reconoce que Puerto Rico se mantenía como la potencia turística indiscutible del Caribe, posición que ocupaba desde principios de los años sesenta a raíz de la salida de Cuba del mercado turístico internacional. Sin embargo, esta posición la perdió ante el mayor dinamismo mostrado por República Dominicana. Si Puerto Rico le da la prioridad debida al turismo dentro de su modelo de desarrollo económico, estaría en condiciones de volver a dinamizar su actividad y apuntar a un umbral de crecimiento que alcance y supere los cuatro millones de turistas anuales, cifra que jamás ha alcanzado.

No hay dudas de que ha habido un desarrollo del sector turístico en los tres países a lo largo de varias décadas, y ese esfuerzo se ha visto coronado con el liderazgo que sostienen en la región caribeña y en el reconocimiento internacional como destinos turísticos apreciados. Pero ese desarrollo no ha podido ocultar problemas estructurales presentes en los respectivos modelos turísticos que amenazan las posibilidades de éxitos futuros en cada uno de ellos.

El libro Turismo en el Caribe: pasado, presente y futuro incentiva a la investigación académica en lo relacionado con el desarrollo turístico y económico en el Caribe, con el reto de adentrarse en estudios más profundos en sectores que son claves para el desarrollo del turismo, reconociendo que este sector, por sí solo, no desarrolla ningún país.