El populismo en América Central. La pieza que falta para comprender un fenómeno global
Manuel Alejandro Rayran-Cortés*
* Magíster en Ciencia Política con orientación en Relaciones Internacionales, con especialidad en Diplomacia y Resolución de Conflictos, Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Docente e investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, Bogotá (Colombia). [manuel.rayran@uexternado.edu.co]; [https://orcid.org/0000-0003-3658-2690].
Recibido: 1 de abril de 2024 / Aceptado: 5 de abril de 2024
Para citar esta reseña:
Rayran Cortés, M. A. (2024). Reseña del libro Casullo, M. E. y Brown Arauz, H. (2023). El populismo en América Central. La pieza que falta para comprender un fenómeno global. Siglo Veintiuno editores, 288 pp. Oasis, 40, 277-280.
DOI: https://doi.org/10.18601/16577558.n40.13
Reseña del libro
Casullo, M. E. y Brown Arauz, H. (2023). El populismo en América Central. La pieza que falta para comprender un fenómeno global. Siglo Veintiuno editores. 288 pp.
Durante los últimos años, la propagación del populismo por los diferentes rincones geográficos del mundo ha conducido a que este fenómeno gane atención tanto en la agenda política como académica. El interés sobre este tema ha conducido a la publicación de un número considerable de productos académicos explicando el populismo desde diferentes aristas y ángulos para comprender este fenómeno. Sin embargo, la literatura académica sobre populismo en América Central es reducida, razón suficiente para que María Esperanza Casullo y Harry Brown Araúz coordinaran la elaboración y publicación del libro El populismo en América Central. La pieza que falta para comprender un fenómeno global.
En esta entrega, coordinada por los autores antes señalados, nueve escritores se dedican a entender, analizar y explicar la manera como el fenómeno del populismo se ha presentado, por un lado, en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala; y, por el otro, se entrega un excursus en el que se discuten dos países caribeños, República Dominicana y Cuba, que ayudan a profundizar, complementar y confrontar los distintos aportes para comprender el populismo en esta zona. Sumado a lo anterior, el libro no busca definir qué es el populismo de una vez por todas, como tampoco defender un enfoque teórico en particular; por el contrario, la obra científica apunta a identificar cuál o cuáles son los instrumentos más adecuados dentro de la caja de herramientas teóricas para emplearlos como punto de partida en el estudio del populismo en América Central.
A partir de este enfoque, los autores entienden que el populismo es un concepto que carece de una definición normativa y, por lo tanto, debe comprenderse como una forma política que es cumplimentada con enfoques políticos de derecha o de izquierda, de acuerdo con la conveniencia electoral. En ese sentido, el populismo no le pertenece a ninguna corriente ideológica propiamente. Asimismo, y a diferencia de Estados Unidos y Europa, cuyo populismo principalmente se basa en la pureza del pueblo que es contaminado por la "otredad", en América Central y América Latina el populismo se aparta de la pureza del pueblo, y a partir de esa impureza, entonces, se construye la entidad moral. Con esto en mente, los autores presentan cinco enfoques existentes para estudiar el populismo, a saber: primero, como un desvío de la teoría de la modernización; segundo, como una ideología delgada; tercero, como un tipo de organización política; cuarto, como un tipo de discurso político o marco discursivo para movilizar a los electores; y quinto, como una performance pública de las diferencias socioculturales.
Sin embargo, los autores reconocen que, si bien existen las anteriores perspectivas, el principal desafío teórico del populismo es desarrollar uno amplio y heterogéneo que permita incluir todos los elementos del populismo manteniendo un núcleo común fijo. Así pues, y ajustándose a las dinámicas propias de Centro América, las y los escritores parten desde la teoría de la modernización para comprender el populismo histórico en esta región. Claro, sin dejar de lado que el mito populista en esta región, exteriorizado con el discurso, el lenguaje, el significante vacío y los enemigos dicotómicos (interno y externo) juegan un rol importante.
Los coordinadores, de igual manera, recuerdan que el populismo se ha materializado discursivamente hacia cuatro direcciones. La primera hacia "arriba", haciendo referencia a que el villano se encuentra en la élite política o económica; la segunda, hacia "abajo", cuando considera que el responsable del sufrimiento del pueblo proviene de los migrantes o de la impureza que en líneas anteriores se explica; la tercera, hacia el "futuro", cuando el líder promete a sus electores un mejor porvenir una vez saque a los malos del poder; y la cuarta, hacia el "pasado", cuando el líder populista alude a que con sus acciones logrará que la sociedad retorne a un pasado quimérico que se caracterizaba por tener unas condiciones económicas y sociales que generaban estabilidad para los diferentes sectores de la sociedad.
Una vez los coordinadores delimitaran los elementos teóricos que se tendrían presentes para evaluar los tipos de populismos en el istmo y en el excursus, el resultado analítico de los nueve escritores es interesante en la medida que dejan claro que para entender lo sucedido con los golpes de Estado y la instauración de dictaduras en América Latina es necesario comprender lo sucedido en América Central, pues esta última fue el laboratorio para lo que ocurriría en el Cono Sur años después. Asimismo, en el análisis se evidencia que el populismo en Centro América ha sido menos radical que en América Latina, y no porque no compartan un contexto político y económico propio caracterizado por altos grados de desigualdad, demandas democráticas insatisfechas, un alto grado de personalización de la política y una injerencia de una potencia cercana considerada como enemiga, condiciones estas para que emerja con facilidad el populismo; por el contrario, se debe a que los líderes centroamericanos considerados "populistas" han carecido de una capacidad transformadora en los asuntos económicos y sociales, a diferencia de otros líderes populistas de América Latina como Juan Domingo Perón.
Otro aspecto que los autores destacan es que el populismo que se evidencia en esta región ha sido motivado por tres factores principales, a saber: primero, ausencia de un proyecto económico modernizador, pues la industrialización en Guatemala, Honduras, El salvador y República Dominicana, por ejemplo, no se ha desarrollado, lo que ha conducido a que tampoco florezca una clase obrera sólida que le permita al populismo sostenerse en el tiempo. Segundo, ha existido una recurrente violencia política hacia el populismo que se ha materializado con los diferentes golpes de Estado que, en muchas ocasiones, han estado orquestados, apoyados o con anuencia de las élites políticas y económicas del país. En este punto, además, se demuestra el papel que Estados Unidos ha jugado para la inestabilidad política en el istmo por su participación directa o indirecta en estos sucesos. Tercero, se evidencia en la región una debilidad y falta de unicidad con el enemigo externo por dos razones principalmente: primero, no todos los países comparten el mismo antagonista foráneo; y segundo, el alto grado de dependencia con Estados Unidos.
En relación con la primera razón, en el caso de Panamá, por ejemplo, Estados Unidos sí fue un adversario constante por la apropiación del Canal; pero en el caso de República Dominicana, Haití ha sido el protagonista en el discurso populista por los niveles de migrantes y la inestabilidad política de este país. En cuanto al segundo argumento, los países de Centroamérica tienen un alto grado de dependencia económica hacia Estados Unidos, razón por la cual se convierte en un horizonte orientador no solo por las élites políticas y económicas de los países del istmo, sino también por sus sociedades que consideran al gigante del norte como un ejemplo por seguir. Por lo anterior, el libro evidencia que, en Centroamérica, debido a esas condiciones, los líderes populistas no son oursiders; sino insiders, pues varios de ellos provienen de la misma élite política y económica de sus países, pero que por ciertas condiciones materiales deciden separarse de sus coterráneos.
También, es de resaltar que otro hallazgo del libro es que no todos los líderes políticos del istmo pueden considerarse populistas a pesar de tener ciertos elementos discursivos y de lenguaje propios de este fenómeno. En este punto pueden mencionarse los casos de Nicaragua y República Dominicana. En el primero, las dinámicas establecidas por Daniel Ortega están más en el campo del autoritarismo que en el populismo. En el segundo, las élites política y económica han instaurado un neopatrimonialismo y una política de pactos. Es más, en uno de los capítulos -que hace un ejercicio de análisis narrativo para la construcción de mitos populistas- se comprueba, por un lado, que a pesar de que un país tenga un sistema de partidos establecidos con periodos de alternancia, esto no es un antídoto contra la aparición de liderazgos populistas; y, por el otro, que la combinación de crisis económica, deslegitimación de las instituciones y el derrumbe de partidos tradicionales abre una mayor posibilidad para el ascenso del fenómeno populista.
En la última parte del libro, los autores plantean algunos temas para investigaciones futuras. Entre los asuntos para explorar está la función que juegan las redes sociales como canal predilecto para construir relaciones comunicativas directas y asimétricas entre el líder y sus seguidores. El segundo, es la relación histórica entre Estados Unidos y las élites políticas de estos países que, en muchas ocasiones, oscilan entre la permisividad por la atracción que tienen las potencias en el sistema internacional, y la adversidad por la injerencia en sus asuntos internos. Y, por último, volver a considerar las escuelas explicativas del populismo latinoamericano teniendo en cuenta las experiencias populistas en Centroamérica, pues entre ambas regiones geográficas existen similitudes en aspectos contextuales.
Por último, para las siguientes entregas académicas, se recomienda profundizar la relación entre democracia directa y populismo, pues la primera, como requisito fundante, requiere de un contacto directo con la ciudadanía a través de los partidos políticos que esta ha ido perdiendo con el tiempo, mientras que el segundo termina, en muchas ocasiones, subsanando esa carencia vinculante, pero entendiéndose como algo perjudicial para la salud de la democracia. Por lo demás, es una obra completa y de altas calidades que, de forma crítica, estudia el fenómeno populista en una región que en muchas ocasiones se encuentra relegada en la agenda académica.