Las FARC-EP en Europa y Centroamérica. Una mirada desde la categoría de actor no estatal1

FARC-EP in Europe and Central America. A view from the Non state actor perspective

Luis Trejos2

1 El presente artículo es una síntesis del trabajo de investigación: "Un actor no estatal en el escenario internacional. El caso de las FARC-EP 1966-2010", investigación realizada bajo los auspicios del Programa MECE de Educación Superior.
2 Doctor en Estudios Americanos con mención en Estudios Internacionales (IDEA/USACH). Profesor e investigador del Departamento de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia. trejosl@uninorte.edu.co

Recibido: julio 2 de 2013 / Aceptado: noviembre 21 de 2013.


Resumen

El presente trabajo pretende realizar una aproximación desde la categoría de actor no estatal de las relaciones internacionales a la actividad internacional realizada por una organización insurgente colombiana, las FARC-EP, en Centroamérica y Europa. También se analiza el papel de las organizaciones políticas de masas dentro de su estrategia de inserción internacional. En este trabajo se pretende demostrar que la diplomacia de esta organización armada es alternativa y confrontacional ya que cuestiona la legitimidad del Estado colombiano. Pero también presenta rasgos de diplomacia pública, ya que gran parte de su actividad internacional busca influir de manera positiva en la percepción que la opinión pública tiene sobre su imagen de organización político-militar.

Palabras clave: actor no estatal, diplomacia, insurgencia, política.


Abstract

The present work tries to achieve an approximation from the category of of International Relations non-state actor to the international activity carried out by a Colombian insurgent organization, the FARC-EP, in Central America and Europe. The role of Political Organizations of Masses is also analyzed within its strategy of international insertion. This work tries to demonstrate that the diplomacy of this armed organization is alternative and confrontational since it questions the legitimacy of the Colombian State. But it also presents features of public diplomacy, since great part of his international activity seeks to influence in a positive way the perception that public opinion has on its political-military organization image.

Key words: Not state actor, diplomacy, insurgency, politics.


Introducción

Uno de los propósitos centrales de este trabajo es ubicar a las FARC-EP en el escenario internacional, dentro de la categoría de actor no estatal, categoría que se encuadra dentro de la teoría transnacional. En este sentido se hace necesario realizar una revisión bibliográfica para seguir la evolución teórico-conceptual que ha sufrido el transnacionalismo en las últimas décadas, delimitando claramente sus orígenes en las décadas de los sesenta y setenta, al ser abordado por autores como Hoffmann (1960), Aron (1963) y Harrod (1976), quienes al igual que Truyol y Serra (1983) y Tomassini (1989, 1991), en los años ochenta, a la hora de abordar las relaciones internacionales, ponían el énfasis en la necesidad imperiosa de prestar atención a las fuerzas que intervenían directamente a las unidades (Estados) ya fuera atravesándolas o actuando dentro de las mismas. De este modo, se refieren a la existencia de un escenario transnacional en el que actúan movimientos transnacionales que determinan los espacios en los que los actores pueden moverse, limitando así las capacidades de los Estados. De esta manera se fue configurando un primer acercamiento general a la existencia de una sociedad transnacional, en la que se mueven actores distintos al Estado, que dinamizan o entorpecen la actividad internacional de los mismos. Esta sociedad transnacional se caracteriza por las continuas migraciones de individuos, los intercambios comerciales y las organizaciones que trascienden más allá de las fronteras y los imaginarios comunes.

La base sobre la que se desarrolla este trabajo se encuentra en el concepto de actor no estatal, ya que se pretende analizar la actividad internacional de un actor ilegal colombiano desde una categoría de las relaciones internacionales. En este caso, al revisar los trabajos sobre actores no estatales realizados por Mansbach y Vásquez (1981), Wilhelmy (1988), Atkins (1991), Ramírez (1998), Nye (2003), Rouillé (2008) y Pérez (2008), se puede apreciar que sus análisis se centran en la descripción y tipología de los mismos, usando como ejemplos destacados dentro de sus escritos a las empresas multinacionales y las Organizaciones No Gubernamentales (ong), por lo cual se utilizará la conceptualización de actores no estatales en las relaciones internacionales formulada por Barbé (2008), quien los estudia a partir de la influencia que ejercen en su área de acción. Esta autora los define como: "aquellas unidades del sistema internacional (entidad, grupo, individuo) que gozan de habilidad para movilizar recursos que les permitan alcanzar sus objetivos, que tienen capacidad para ejercer influencia sobre otros actores del sistema y que gozan de cierta autonomía" (p. 153). De la anterior definición se desprenden tres requisitos o condiciones básicas que deben cumplir los actores que pertenecen a esta categoría: capacidad, habilidad y autonomía, de lo contrario, se corre el riesgo de caer en interminables generalizaciones, ya que hasta un turista podría ser un actor no estatal.

La definición de Barbé se aleja de autores "restrictivistas" como Taylor (1984), que centra su análisis solo en los actores no estatales más importantes y permanentes, definiéndolos como "transnacionales formalmente organizados"; y Russett y Starr (1989), que proponen una conceptualización de actor no estatal tomando como marco contextual el sistema interestatal. La definición de Barbé re-toma elementos de los franceses Jouve (1992), quien reconoce en el escenario internacional la presencia de actores supraestatales (empresas multinacionales, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales internacionales) e infraestatales (grupos e individuos), y Marcel Merle (1991), quien define como actor a toda autoridad, organismo, grupo e incluso a toda persona con la capacidad de cumplir una función de cierta relevancia en el escenario internacional.

El concepto formulado por Barbé, sin perder en ningún momento la rigurosidad conceptual, es más flexible, ya que supera variables de forma como el tamaño y la longevidad del actor en cuestión, e incluye en el estudio nuevos tópicos, tales como capacidad, habilidad y autonomía, que resultan relevantes para el desarrollo de este trabajo, ya que amplían el espectro de los actores no estatales y permiten la inclusión en el análisis teórico de un actor político-militar como las FARC-EP.

En cierta forma, la actividad internacional de las FARC-EP se encuadraría dentro de lo que Risse y Sikkink (1999) denominan "efecto bumerán". Este se da cuando los grupos u organizaciones locales que se oponen a un Estado dirigen parte de su acción política a establecer relaciones con actores internacionales, con el objetivo de encontrar aliados que se unan a la actividad de oposición, es decir, su diplomacia es alternativa y confrontacional ya que cuestiona la legitimidad del Estado colombiano (Ardila, 2009). Pero también presenta rasgos de diplomacia pública, ya que gran parte de su actividad internacional busca influir de manera positiva en la percepción que la opinión pública tiene sobre su imagen de organización político-militar.

La comisión internacional de las FARC-EP. Cualificación y cuantificación de su actividad internacional

La Comisión Internacional de las FARC-EP (en adelante Cominter), es fruto de la Octava Conferencia de esta organización realizada en 1993. La creación de la Cominter marca una nueva etapa en la actividad internacional de las FARC-EP, ya que por primera vez en su historia conforman una estructura con unos cuadros especializados y unos objetivos claramente definidos para la realización de esta actividad. Su responsable directo era el miembro del Secretariado del Estado Mayor Nacional, Raúl Reyes.

En un principio, la Cominter buscaba "estrechar los lazos de amistad con países socialistas, dedicar sus esfuerzos a difundir la imagen y proyectos de la organización, con el objetivo de aportar a las tareas por el reconocimiento de su lucha" (semana.com, 2000). En estos objetivos se encuentra una línea de continuidad con el trabajo internacional iniciado en la parte final de la etapa anterior, solo que ahora sus metas son más concretas y operativas, según J. Pérez (2008). Raúl Reyes había definido que la Cominter debía generar una red con los partidos comunistas extranjeros y de ahí pasar a los sindicatos y organizaciones sociales en los que los pc tuvieran influencia para dar a conocer toda la información posible sobre las FARC-EP (historia, plataforma política, partes de guerra, etc.). Además, tenía que crear núcleos de apoyo a las FARC-EP con extranjeros que se mostraran solidarios y partidarios de la organización y canalizar recursos económicos.

La Cominter definió dos grandes espacios de trabajo: Centroamérica y el Caribe, y Europa.

Centroamérica y el Caribe

En Centroamérica el trabajo fue dirigido directamente por Raúl Reyes, quien desde 1995 se instaló primero en Costa Rica y posteriormente en México, usando estos países como base de operaciones. En este primer momento, la Cominter se propuso abrir oficinas de las FARC-EP en estos dos países, con el fin de difundir la imagen y las ideas de la organización en el exterior y, además, denunciar las violaciones de los derechos humanos cometidas por agentes estatales. J. Pérez (2008) afirma que el medio usado para organizar las campañas de denuncia en contra del Estado colombiano fueron los Comités de Solidaridad con las Luchas del Pueblo Colombiano, figura copiada del Comité Internacional de Solidaridad con el Pueblo de El Salvador (CISPES), organización civil que apoyaba a la organización guerrillera salvadoreña Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN); en la práctica, estos comités funcionan como las Organizaciones Políticas de los Obreros, planteadas por Lenin en su libro ¿Qué hacer?, en el cual se pregunta:

¿Cómo conciliar esta contradicción entre la necesidad de una organización amplia y de una clandestinidad rigurosa? ¿Cómo conseguir que las organizaciones gremiales sean lo menos clandestinas posible? En general, no puede haber más que dos caminos: o bien la legalización de las asociaciones gremiales (que en algunos países ha precedido a la legalización de las organizaciones socialistas y políticas), o bien el mantenimiento de la organización secreta, pero tan "libre", tan poco reglamentaria, que la clandestinidad quede reducida casi a cero para la masa de afiliados (1980, p. 76).

Los comités (organización política de masas) son un ente intermedio (articulador y cualificador) entre las FARC-EP (vanguardia armada) y las bases (masas). Aquellos individuos de las bases que se destaquen por su activismo y compromiso con la causa colombiana pasan a la vanguardia (organización armada), los que no, siguen en el comité.

Un ejemplo del proselitismo político que realizan los comités en favor de las FARC-EP en sus respectivos países lo entrega el siguiente texto, publicado en el sitio web de la Agencia Bolivariana de Prensa:

El Comité de Solidaridad con el Pueblo Colombiano Este documento, publicado en el año es una organización constituida para apoyar la lucha 2007, fue suscrito, entre otros, por los ahora de quienes aspiran a construir una Nueva Colombia. parlamentarios del Partido Comunista Chile-Somos chilenos sensibilizados con las atrocidades que no, Hugo Gutiérrez y Lautaro Carmona, y en diariamente se cometen contra la población civil y él se aprecia que el Comité chileno hace suyos contra los derechos fundamentales de las personas. […] los objetivos internacionales de las FARC-EP, Las FARC-EP, junto a otros grupos guerrilleros, son reco-a saber: reconocimiento como fuerza beligenocidos, según el derecho internacional, como fuerzas rante, oposición a la administración Uribe y beligerantes. Su lucha por la soberanía nacional y contra el imperialismo, por la paz con justicia social, a favor de los pobres y humillados, despierta simpatías en todo el mundo. Colombia es un país arrasado por la violencia del Estado, que empobrece a la mayoría de la población y privilegia a la casta dominante, con millones de desplazados, amenazas de muerte, torturas, asesinatos y desapariciones. […] La propuesta de intercambio humanitario de prisioneros, apoyada por los familiares, partidos políticos, organizaciones sociales, de derechos humanos y la comunidad internacional, ha sido persistentemente rechazada por el gobierno de Uribe. […] Llamamos a las organizaciones sociales, políticas, culturales, religiosas y sindicales de Chile a iniciar con nosotros una campaña de Solidaridad con las justas demandas del Pueblo Colombiano (Agencia Bolivariana de Prensa, 2007).

Este documento, publicado en el año 2007, fue suscrito, entre otros, por los ahora parlamentarios del Partido Comunista Chileno, Hugo Gutiérrez y Lautaro Carmona, y en él se aprecia que el Comité chileno hace suyos los objetivos internacionales de las FARC-EP, a saber: reconocimiento como fuerza beligerante, oposición a la administración Uribe y legitimidad de la lucha armada en el contexto colombiano3.

En la misma línea, en el año 2001 el Comité de Solidaridad con las Luchas del Pueblo Colombiano de El Salvador organizó en la ciudad de San Salvador el Primer Encuentro Internacional de Solidaridad y por la Paz en Colombia y América Latina. En este evento, cuyo eje central era el rechazo al Plan Colombia y al intervencionismo colombiano, participaron delegados de 50 organizaciones provenientes de 35 países. La declaración final del evento fue suscrita, entre otros, por: José Saramago, Adolfo Pérez Esquivel, Heinz Dieterich, James Petras, Noam Chomsky y Ahmed Ben Bela4.

Un hecho fundamental, que permite explicar la ampliación y el desarrollo de su actividad internacional, fue la asistencia de Raúl Reyes en 1996 al Sexto Foro de São Paulo, realizado en San Salvador. Ante 187 delegados de 52 organizaciones y 144 organismos observadores de partidos y organizaciones sociales provenientes África, Asia, Europa y América Latina, Reyes expuso lo que sería la base de su discurso internacional de presentación:

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, desde su fundación el 27 de mayo de l964, mantiene sus armas y sus banderas en alto en la lucha por la democracia, la soberanía nacional y la paz con justicia social, por una equitativa distribución de las riquezas nacionales, sustentada en políticas independientes de los centros del poder mundial. El movimiento guerrillero colombiano es el fundamental bastión de la oposición política al régimen de las oligarquías, está con las armas en la mano, en las montañas en lucha de guerrillas móviles; porque el Estado colombiano ha creado una máquina de guerra criminal, con soportes ideológicos venidos de los Estados Unidos, con principios antinacionales que profundizan los odios entre compatriotas. Y porque en Colombia, quienes gobiernan: la burguesía, los grupos económicos, los terratenientes y latifundistas, han criminalizado la protesta social, para asesinar, torturar, desaparecer y encarcelar e intimidar a los opositores de la injusticia; como no existe espacio para la lucha política legal y abierta de masas, reivindicamos la vigencia de la lucha armada revolucionaria del pueblo, enriquecida con el diario aprendizaje de propios y extraños; nos inspiramos en los principios científicos del Marxismo-Leninismo y en el rico pensamiento libertario de Simón Bolívar, en la lucha por el poder para el pueblo (elortiba.org, 1996).

El Foro de São Paulo permitió que la Cominter organizara una nutrida red de contactos con partidos de izquierda, organizaciones y movimientos sociales de todo el mundo, que coincidían con las FARC-EP en su abierto rechazo al neoliberalismo, la globalización y el imperialismo (política exterior de los Estados Unidos).

Todo este acumulado de experiencias y contactos se cristalizó con la apertura de su primera oficina en México. La delegación de las FARC-EP en este país estaba conformada por Raúl Reyes, Olga Lucía Marín, Marcos Calarcá y Rodrigo Granda5. Esta oficina funcionó hasta abril de 2002, fecha en la que su responsable (Calarcá) dejó México. Poco más de un año después, el embajador de Colombia en México, Luis Guzmán, denunció en la edición electrónica de El Siglo de Torreón, que las FARC-EP contaban con una oficina ubicada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegurando que esta oficina clandestina se dedicaba a las tareas de propaganda y reclutamiento en favor de este grupo revolucionario. El embajador Guzmán exigió al gobierno mexicano actuar en consecuencia, cerrar sus fronteras al grupo, declararlo "narcoterrorista" y expulsar en su caso a quienes dirigían dicha oficina. El diplomático colombiano también presentó en rueda de prensa fotografías de la supuesta oficina de las FARC-EP en el predio universitario, y carteles que habían colocado con comunicados sobre sus actividades en Colombia. Afirmó que habían aprovechado la autonomía universitaria -que impide la entrada libre de autoridades judiciales- para desarrollar actividades de propaganda y proselitismo entre la comunidad estudiantil.

La novedad de su trabajo internacional después del año 2002, como sucedió en México, consiste en que ahora los responsables del trabajo internacional de las FARC-EP en diferentes países no son guerrilleros colombianos sino nacionales de dichos países, es decir, las FARC-EP han logrado construir militancia internacional. Tal y como lo evidencian distintas investigaciones periodísticas, como por ejemplo las adelantadas por el diario El Tiempo de Bogotá y milenio.com de la Ciudad de México, este medio escrito mexicano ha hecho seguimiento a la red de contactos y apoyos que las FARC-EP han construido en ese país y que salieron a luz pública después de la muerte de cuatro estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el campamento en el que fue abatido Raúl Reyes, en Angostura, Ecuador.

Ya para el año 2005, los apoyos a las FARC-EP en México se manifestaban de la siguiente manera:

En el Núcleo Mexicano de Apoyo a las FARC-EP, como latinoamericanos, como internacionalistas y como bolivarianos abrazamos los ideales de la solidaridad, la unidad latinoamericana y el antiimperialismo y no puede ser para nosotros sino un honor sumarnos -aunque sea de forma modesta- al esfuerzo revolucionario de las FARC-EP por la difusión de la realidad del conflicto social y armado en Colombia, por la construcción de la Nueva Colombia y avanzar en la unidad de la Patria Grande, Nuestra América (FARC-EP, 2005, p. 83).

Si bien estos grupos de apoyo no tienen peso político en sus respectivos países, sí realizan un fuerte activismo pro FARC-EP en espacios sociales y a través de medios virtuales.

Sin negar que parte de su trabajo internacional se dirige a la realización de actividades delincuenciales como el tráfico de armas, narcóticos y la asesoría a otras organizaciones revolucionarias para llevar a cabo secuestros, este trabajo solo se centra en la actividad política que las FARC-EP realizan en el escenario internacional.

Tres factores que explicarían el desarrollo de la actividad internacional de las FARC-EP en Centroamérica durante la segunda mitad de los años noventa son:

  1. El desconocimiento que los Estados de la región tenían frente a la realidad colombiana.
  2. Este desconocimiento se debía en parte a la poca importancia que la diplomacia colombiana le otorgaba a la región.
  3. Este "vacío" dejado por la diplomacia colombiana fue llenado por la Cominter de las FARC-EP que tuvo en antiguos guerrilleros, salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses (ahora políticos legales) y militantes de partidos comunistas centroamericanos sus principales aliados y agentes de inserción en sus respectivos países.

El movimiento continental Bolivariano (antigua Coordinadora Continental Bolivariana). Un referente político legal dentro de su estrategia de inserción internacional

La Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) tiene sus orígenes en septiembre de 2003, en el marco de la reedición de la Campaña Admirable realizada por Simón Bolívar entre 1812 y 1813. Según Carlos Casanueva, director ejecutivo de la CCB:

Ahí nos reunimos dos mil representantes, delegados, miembros de organizaciones políticas, académicas y sociales de todo el Continente. Al culminar esa gesta con el grito y la consigna de que el ideario bolivariano está vigente y es más necesario que nunca, con la consigna: "Alerta que camina / la espada de Bolívar por América Latina" y con la necesidad política-histórica de culminar el proceso inconcluso de los libertadores de Nuestra América que quedó inconcluso en manos de la oligarquía. Bajo esa conclusión histórica, política y revolucionaria actual ante la embestida del imperialismo, del modelo económico neoliberal a sangre y fuego en nuestros pueblos, por eso se decide converger diversas organizaciones político-sociales bajo el ideario de liberación continental bolivariano. Al terminar esta campaña, en Septiembre del 2003 nos reunimos en Caracas en el Campamento Bolivariano por Nuestra América, para aprobar los documentos constitutivos el manifiesto, el llamamiento y la plataforma de lucha de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) y una estructura básica. Bajo esos principios que levanta y mezcla el sentimiento de patriotismo con el revolucionario actual de Nuestra América (Mariategui, 2009).

Las FARC-EP se vinculan a la CCB desde el propio momento en que nace, ya que en sus cuadros directivos se incluyen dentro de sus quince presidentes honorarios a Manuel Marulanda Vélez y Alfonso Cano; en ese entonces ambos eran miembros activos del Secretariado de las FARC-EP.

En la CCB, las FARC-EP encontraron una organización política de masas (OPM) a través de la cual continentalizar legalmente su discurso y pretensiones políticas, superando de esta manera el alcance local de los Comités de Solidaridad con las Luchas del Pueblo Colombiano. Por medio de la CCB, las FARC-EP lograron instalar a nivel regional el tema de su reconocimiento como fuerza beligerante, su carácter de organización político-militar (no terrorista) y la repatriación de los guerrilleros Simón Trinidad y Sonia, extraditados a los Estados Unidos.

De hecho, el grupo de estudiantes mexicanos que murieron junto a Raúl Reyes en el bombardeo de Angostura, Ecuador, el primero de marzo de 2008, días antes había estado en el mismo campamento y, según Torres (2009), compartieron con núcleos de apoyo a las FARC-EP de Italia, Chile, Ecuador y Australia. Precisamente, fueron ellos los encargados de llevar a Quito el mensaje en video que Raúl Reyes envío al II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana realizado en Quito del 24 al 27 de febrero, y en el que participaron 400 delegados de 20 países.

El siguiente es un aparte del saludo de Raúl Reyes al II Congreso de la CCB:

Quiero saludar al II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana, que se celebra en Quito, saludar a cada uno de los delegados, a todos los bolivarianos. Se hace imprescindible la lucha antiimperialista en el continente para conseguir la emancipación de los pueblos. Hoy se es revolucionario y antiimperialista, o se es fascista, se es enemigo de los cambios que necesitan los pueblos. Esperamos que este congreso produzca conclusiones […] es necesario que nos expresemos en contra de las políticas de destrucción de la biodiversidad de la Amazonía, contra las políticas del Fondo Monetario Internacional, de la banca mundial, es decir todo lo que tiene que ver con la política neoliberal, la guerra que desata la Casa Blanca (Torres, 2009, p. 131).

Los objetivos políticos del Congreso se sintetizaron en: conformar y consolidar núcleos y frentes de apoyo a las FARC-EP, reconocer a las FARC-EP como fuerza beligerante, impulsar el canje humanitario y dar el salto de Coordinadora a Movimiento continental. Cabe destacar que todos los comités de solidaridad con las luchas del pueblo colombiano hacen parte de la CCB.

En diciembre de 2009 se realizó en Caracas el Congreso constitutivo del Movimiento Continental Bolivariano, en el que participaron organizaciones sociales y políticas de treinta países, y en el que se leyó una carta del fallecido Alfonso Cano, en ese entonces máximo comandante de las FARC-EP, en la que señaló que la constitución de ese movimiento continental era un deber inaplazable, y reiteró que el tratado militar firmado entre Colombia y Estados Unidos buscaba desestabilizar los procesos democráticos en América Latina.

Cabe destacar que si bien la Cominter no estableció grupos de apoyo (Comités de Solidaridad) en Estados Unidos, sí logró articular el apoyo de dos académicos norteamericanos, Jim Jones, quien como asesor de la onu visitó la zona de distensión en la que las FARC-EP y el gobierno de Colombia adelantaron diálogos de paz entre 1999-2002. Jones, residente en Maryland, ofreció a Raúl Reyes servir como puente entre las FARC-EP y políticos estadounidenses interesados en el intercambio humanitario, en particular, el congresista demócrata de Massachusetts, Jim McGovern. El otro es el profesor de la Universidad del Estado de New York en Binghampton, James Petras, quien en sendos artículos criticó abiertamente a Fidel Castro y Hugo Chávez por cuestionar la vigencia de la lucha armada que adelantan las FARC-EP en Colombia.

Europa

El trabajo diplomático formal de las FARC-EP en Europa tiene su génesis y desarrollo entre los años 1998 y 2002 en el marco del proceso de diálogos que adelantaban con la administración del presidente Andrés Pastrana en la zona de distensión ubicada en el sur de Colombia. La primera encargada de la Cominter en Europa fue Olga Lucía Marín.

Al igual que en Centroamérica, su carta de entrada fue la continua denuncia de las violaciones de los derechos humanos en las que se encontraban involucrados agentes estatales, la corrupción institucional generada por el narcotráfico y los vínculos del Estado con el paramilitarismo. Su punto de partida fueron los países escandinavos, en los cuales había una cantidad importante de exiliados colombianos, muchos de ellos sobrevivientes de la Unión Patriótica, todos víctimas de la persecución política en Colombia.

El activismo del exilio colombiano en Europa, que se manifestaba a través de foros, seminarios y conferencias en sedes de universidades, partidos políticos y organizaciones sociales, así como un lobby permanente ante gobiernos y parlamentarios europeos, se dirigía contra el Estado colombiano mostrándolo como corrupto, antidemocrático y violador de los derechos humanos, y en ese escenario, el discurso político de las FARC-EP encontró un terreno ya abonado, por lo cual, al presentarse como una organización político-militar defensora de los derechos humanos, la justicia y la igualdad social, fueron recibidas con los brazos abiertos.

Los primeros objetivos de la Cominter en Europa, según semana.com (2008), fueron:

  1. Desarrollar una campaña política a favor de las FARC y en contra del gobierno.
  2. Buscar un aumento de la presión de la Unión Europea sobre el gobierno de Uribe para que este decidiera negociar el acuerdo humanitario en los términos de las FARC.
  3. Persuadir a los gobiernos de la Unión Europea para que eliminaran sus ayudas militares con base en denuncias de los vínculos entre la Fuerza Pública colombiana y los paramilitares.
  4. Realizar y asistir a eventos de proselitismo que permitieran difundir tanto su ideología como su propia versión de la historia colombiana.
  5. Participar o infiltrar organizaciones ideológicamente afines al pensamiento de las FARC y usarlas como plataformas.

Al revisar los objetivos generales de la Cominter, se confirma que el grueso de su actividad internacional es política y organizativa, y se dirige a la consecución de sus objetivos políticos internos. Hasta el año 2008, investigaciones periodísticas basadas en informes de la inteligencia militar colombiana daban cuenta de treinta representantes oficiales de las FARC-EP en Europa. Ellos son los encargados de establecer y mantener contactos políticos con el Parlamento Europeo y parlamentarios de Dinamarca, Suecia y Suiza. En Europa, la Cominter ha logrado articular el apoyo de distintas organizaciones sociales con sede en Holanda, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Suecia y Suiza. Según investigación de Semana.com, todas estas organizaciones coinciden en su rechazo al establecimiento político colombiano y sus críticas a la administración de Álvaro Uribe.

Dentro de estas organizaciones se destaca la Asociación Jaime Pardo Leal (AJPL)6, ubicada en Suecia. Su actividad consiste en publicar y difundir documentos de coyuntura política, denuncias sobre violaciones de los derechos humanos en Colombia y la organización de eventos contra el establecimiento político colombiano. En declaraciones a Semana.com, la directora de la AJPL manifestó su admiración por las FARC ya que, según ella, la organización guerrillera interpreta con claridad las causas del conflicto social y armado, y propone soluciones para una paz duradera y con justicia social.

En Dinamarca, por lo menos tres organizaciones sociales admiten de manera pública haber apoyado económicamente a las FARC-EP desde el año 2006: Rebelión, Fighters and Lovers y la asociación de excombatientes de la Segunda Guerra Mundial y víctimas de campos de concentración, Horserod-Sttuthof Foreningen (HSF). Con respecto a las FARC-EP, la HSF manifestó: "Nos solidarizamos con todos los que luchan por la paz y la libertad y en contra de la supresión, la explotación, la guerra y el fascismo" (semana.com, 2008).

La organización Fighters and Lovers afrontó un juicio ante la justicia danesa durante los años 2007 y 2008, por brindar apoyo económico a una organización considerada terrorista por la legislación danesa. Al final del juicio, seis miembros de Fighters and Lovers fueron condenados a penas privativas de la libertad. Con relación al juicio en Dinamarca, las FARC-EP señalaron:

En medio de la demonización de las luchas y de los luchadores revolucionarios, aún a sabiendas de todas las persecuciones y problemas de profundo calado que les sobrevendrían, los compañeros daneses integrados en iniciativas como opror o Fighters and Lovers, desplegaron su generosidad incondicional con las luchas de los sojuzgados pueblos de Palestina y Colombia. […] Bastante conocidas fueron las campañas de Solidaridad que despegaron desde Dinamarca enfrentando ese engaño que llaman "guerra contra el terrorismo" […] los compañeros que sin temores emprendieron su Fiesta Ilegal, o aquellos que han realizado en nuestro favor conferencias internacionales, llamamientos, camisetas, fragancias de perfumes, música, proyectos culturales […], o el reiterado apoyo económico de sindicalistas que nos ayudan a crear posibilidades de estudio y educación para nuestros combatientes, como dotarnos de una biblioteca para la escuela de formación de las FARC; en fin […], enorme apoyo político y moral mediante novedosos y audaces métodos de solidaridad (Resistencia-colombia.org, 2010).

Pero a pesar de haber articulado el respaldo de varias organizaciones sociales, su gran fracaso político en Europa fue no haber podido evitar ser incluidas en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea en mayo de 2002. Hasta la fecha, a pesar de sus esfuerzos diplomáticos, no han logrado ser excluidas de dicha lista, ya que los gobiernos europeos rechazan categóricamente los vínculos de las FARC-EP con el narcotráfico, el secuestro y sus continuas infracciones al derecho internacional humanitario.

Conclusiones

En este trabajo se hace evidente el íntimo vínculo que existe entre la política interna y la política externa de las FARC-EP, es decir, se aprecia cómo su actividad política internacional es una prolongación de su política nacional. De este modo, las actividades internacionales de las FARC-EP se enmarcan dentro del soft power, que según Nye (2003), consiste en lograr que otros ambicionen lo mismo que uno, que acepten unos valores determinados sin ningún tipo de cuestionamiento. Todo por medio de la atracción y el consenso; en este caso las FARC-EP, en su actividad política internacional, hacen uso de un discurso en el que buscan ser percibidas como una organización político-militar creíble, atractiva y legítima. Además, en términos prácticos, para una organización ilegal el uso de la atracción es mucho más barato y discreto que el uso de la coerción, por lo cual la utilización reiterada del soft power demuestra que se está en posesión de unos valores y una cultura aceptados universalmente. En ese sentido, gran parte del discurso internacional de las FARC-EP se construye sobre la base de que son un actor político-militar portador y defensor de valores universalmente aceptados. El siguiente es un texto reiterado en sus publicaciones internacionales de la última década:

Por eso, las FARC-EP se han constituido como una organización político-militar que recoge las banderas Bolivarianas y las tradiciones libertarias de nuestro pueblo para luchar por el poder y llevar a Colombia al ejercicio pleno de su soberanía nacional y a hacer vigente la soberanía popular. Luchamos por el establecimiento de un régimen político democrático que garantice la paz con justicia social, el respeto de los derechos humanos y un desarrollo económico con bienestar para todos quienes vivimos en colombia. luchamos por una política agraria que entregue la tierra del latifundio a los campesinos (Resistencia, 2006, p. 91).

Este discurso ha posibilitado, entre otros factores, su inserción en la sociedad internacional, articulando una nutrida red de apoyos con organizaciones sociales y políticas en Suramérica y Europa, como lo demostró la investigación especial realizada por el Grupo de Diarios de América en el año 2008 (El Tiempo.com, 2008). Para esto, las FARC-EP han desplegado una diplomacia de tipo alternativo, confrontacional y público produciendo lo que Risse y Sikkink (1999) denominan "efecto bumerán". Este se da cuando los grupos u organizaciones locales que se oponen a un Estado dirigen parte de su acción política a establecer relaciones con actores internacionales con el objetivo de encontrar aliados que se unan a la actividad de oposición. Los contactos internacionales le sirven como amplificadores de sus objetivos locales y abren espacios para la discusión de temas puntuales que terminan fortaleciendo las demandas domésticas (Bitar, 2006).


Pie de página

3 El comunicado fue firmado por: Hugo Gutiérrez, abogado de Derechos Humanos; Edson Chávez, presidente de la Federación de Estudiantes Universidad de Playa Ancha; Daniel Zamorano, presidente de la Federación de Estudiantes Universidad de Valparaíso; Rodrigo Polo, presidente del Comité de Allegados Cordón Poniente Sur; Luz Galdámez, dirigente de la Federación de Estudiantes - USACH; Jaime Gajardo, secretario general CUT; Sergio Sepúlveda, consejero Nacional CUT; Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista; Ximena Cumican, Integrante Consejo Lonko Nacional Asamblea de Mapuches de Izquierda; Lorena Pizarro Sierra; Jorge Abedrapo, presidente metropolitano del Colegio de Profesores de Chile A.G.; Carlos Margota, rector Universidad Arcis; Carlos Casanueva, coordinadora continental Bolivariana Cap. Chile; María José Victoriano Cautivo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Tarapacá, Arica; Roberto Muñoz y Marcos Riquelme, dirección del movimiento Patriótico Manuel Rodríguez. El texto completo del comunicado se encuentra en: http://www.abpnoticias.com/boletin_temporal/contenido/comunicados/2.html.

4 El texto completo de la declaración del Primer Encuentro Internacional de Solidaridad y por la Paz en Colombia y América Latina, en http://www.nodo50.org/csca/agenda2001/1encuentro-01.html.

5 Olga Marín, Marcos Calarcá y Rodrigo Granda son comandantes y fundadores de la Comisión Internacional de las FARC-EP, en la actualidad se mantienen al frente del trabajo internacional de esta organización en América Latina y Europa.

6 El sitio web de la Asociación Jaime Pardo Leal es: http://home.swipnet.se/sinu/.


Referencias

Agencia Bolivariana de Prensa (s. f.). A la opinión pública. Recuperado de http://www.abpnoticias.com/boletin_temporal/contenido/comunicados/2.html.

Ardila, M. (2009). Actores no gubernamentales y política exterior. A propósito del sector académico y el diseño de la política exterior migratoria colombiana. Colombia Internacional, 69, pp. 108-123.

Aron, R. (1963). Paz y guerra entre las naciones. Madrid: Editorial Castellana.

Atkins Pope, G. (1991). América Latina en el sistema político internacional. Buenos Aires: GEL.

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