Enrique Leff, La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territorios ambientales del sur, México, Siglo XXI Editores, 2014.
Luis Gabriel Duqüino Rojas*
* Magíster en geografía con énfasis en ordenamiento territorial. Coordinador del Centro de Investigación Científica de la Universitaria Agustiniana, Bogotá (Colombia). [luis.duquinor@uniagustiniana.edu.co] DOI: http://dx.doi.org/10.18601/16578651.n19.11
Este libro surge de esa falla del saber que se refleja en un extrañamiento: el hecho de que el pensamiento humano se haya alejado de la inmanencia y el sentido de la vida, sometiéndose a los designios de una voluntad de poder, que se ha ejercido como un dominio de la naturaleza y ha conducido hacia la muerte entrópica del planeta.
Leff (2014, p. 9)
Enrique Leff ha tenido una carrera académica e intelectual prolífica materializada en 25 libros y más de 180 artículos científicos, los cuales dan cuenta de una reflexión profunda en un camino que busca encontrar nuevas perspectivas y alternativas al haz de relacio-namientos entre la sociedad y la naturaleza.
Para Leff, el elemento fundamental de sus disertaciones, desde el cual se constituye el eje de sus debates académicos e intelectuales, es precisamente la relación sociedad-naturaleza, que se cimienta en términos ontológicos en el par dialéctico constituido por la tensión sujeto-objeto, presente en la génesis misma del debate de la modernidad, en sus diferentes expresiones científicas, sociológicas, tecnológicas y culturales.
En este libro en particular, La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territorios ambientales del sur, encontramos un documento en el cual se plantea una muy interesante síntesis del trabajo de Leff, en donde se decanta un camino de vida investigativa e intelectual. Por sus páginas hacen presencia las búsquedas más esenciales en la carrera intelectual del autor, que se materializan en las reflexiones contenidas en textos como Hacia un proyecto del ecodesarrollo de 1975, pasando por sus importantes obras de la década de los noventa, tales como: Ecología y capital, Racionalidad ambiental, democracia participativa y desarrollo sustentable y Sociología y ambiente: formación socioeconómica, racionalidad ambiental y transformaciones del conocimiento, ambos de 1994, y los más recientes: Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza de 2004, y Aventuras de la epistemología ambiental: de la articulación de las ciencias al diálogo de saberes de 2006.
Son alrededor de cuatro décadas de trabajo investigativo que nos dejan en este libro la impronta de un vital trabajo en defensa del sentido profundo de la vida y la existencia en el planeta, un sentido que se ha perdido bajo la inminencia e imposición de los valores económicos, como únicos elementos rectores de la realidad contemporánea.
La crisis ambiental, problemática que Leff ha tomado como objeto de estudio para su carrera como investigador, es una crisis compleja, extensa y que incluye en sí misma una crisis de la civilización humana, en la medida en que ha puesto en un estado avanzado de peligro la biodiversidad del planeta y la presencia de la vida misma.
Hoy en día es imposible no visualizar las inconmensurables y complejas afectaciones que la actividad humana ha constituido en los territorios y el desbalance como efecto directo de estas, es así como:
El riesgo ecológico emerge dentro de la crisis global de nuestro tiempo. En esta crisis ambiental —crisis civilizatoria— se manifiesta el límite de la racionalización de la vida humana que ha desencadenado procesos incompatibles con la sustentabilidad de la producción y de la vida misma. La alarma ecológica ha sonado en una cuenta regresiva que contrae los tiempos que con el avance irrefrenable del calentamiento global anuncian la muerte entrópica del planeta. El progreso hacia el abismo climático impone una reflexión sobre la responsabilidad social ante el curso que ha tomado la tecnociencia y la capitalización de la naturaleza en la evolución de la naturaleza y la biodiversidad, en la intervención tecnológica de la vida y en las condiciones de la vida humana en el planeta vivo que habitamos (Leff, 2010, p. 43).
Los serios retos a los que se enfrenta la humanidad, en muchos casos son tomados a la ligera y no se encuentran integrados a la esfera de conocimiento e importancia de la mayoría de la sociedad, que naufraga en los mares de la superficialidad de la industria del entretenimiento, siendo el discurso del cambio climático la mayor alerta que hasta el momento se ha dado, de tal suerte que:
Así, mientras muchos de los glaciares de las montañas se están fundiendo y las masas de hielo de los polos pierden espesor, proliferan las olas de calor —con la secuela de incendios—, las sequías —las de carácter extremo podrían afectar una tercera parte del planeta a finales del siglo XXI — y las inundaciones [...] Otras secuelas importantes son las alteraciones operadas en el ciclo de las estaciones, la aceleración en el proceso de mutación y desaparición de muchas especies —la tasa de extinción parece ser del orden de mil veces superior a la registrada antes del cambio climático—, una creciente dificultad para hacer frente a la desertización y problemas notables en lo que se refiere al despliegue de la agricultura y la ganadería (Taibo, 2009, p. 18).
Ante tal panorama, se justifica la necesidad de contar con más visiones agudas y críticas, como la de Leff, en el planteamiento de alternativas reales de salida a la crisis ambiental, pues mientras sigamos alimentando la retórica inoperante de los discursos ortodoxos del desarrollo sostenible, que desde hace cuatro décadas se ha mantenido en la política estatal mundial a través de su imposición desde los espacios transnacionales de representación del orden mundial, no ha mostrado ningún avance ni logro significativo, pues durante este mismo tiempo los indicadores de la devastación han florecido exponencialmente bajo la sombra conceptual de un desarrollo ilimitado sobre un planeta finito.
De igual forma, La apuesta por la vida se convierte en un documento fundamental en la urgencia de empoderar alternativas, tanto teóricas y conceptuales como prácticas, en la búsqueda de nuevos caminos reintegrativos de la humanidad con la naturaleza, de la que deviene y obtiene sustento y sentido profundo; nuevos caminos en donde la luz de los valores profundos del saber ambiental iluminen el trasegar y no sean los mezquinos intereses de la economía expresados en la acumulación por la acumulación y en la explotación del hombre por el hombre, los que orienten nuestro devenir existencial.
Al leer el libro se evidencia una estructura compositiva planteada a partir de tres grandes conjuntos de contenidos; el primero, compuesto por la introducción y los dos primeros capítulos, en el cual se construye la base conceptual y el marco teórico de los planteamientos, a través principalmente de las perspectivas teóricas constituidas en los debates en torno a la sociología ambiental.
El segundo conjunto de contenidos está constituido por los capítulos 3, 4 y 5, en los cuales se recorre el importante camino del discurso a la praxis, con el fin de asentar la disertación conceptual en el marco del acumulado de vivencias en torno a la búsqueda de alternativas de relacionamiento social con la naturaleza.
El último aparte del libro, correspondiente al capítulo final, aborda dos temáticas particulares, por un lado, a partir de la ejemplificación de los modelos alternativos latinoamericanos (Brasil, Colombia y México) enfatiza la urgencia de estas nuevas disyuntivas y su real presencia en el panorama de la realidad concreta de los relacionamientos sociedad-naturaleza en el escenario geográfico latinoamericano. La temática final de este último capítulo asume la labor de plantear algunas indicaciones y luces en el camino necesario de emprender "hacia una sociedad neguentrópica y construcción de una racionalidad ambiental".
En este recorrido por el cual nos lleva el autor para comprender la profundidad, el sentido y la relevancia de la Apuesta por la vida, habrían unos elementos para poner en relieve, pues son disertaciones intelectuales valiosas en esta labor de abrir nuevos caminos a pensamientos que emergen desde nuestros pueblos tradicionalmente marginalizados en la discusión intelectual orbital.
Uno de esos aspectos se refiere a la construcción epistemológica de la sociología ambiental, como una base ontológica de pensamiento en donde cimentar la sustentabilidad ambiental y sus reales posibilidades de presencia en la atención a la crisis ambiental. En una breve historia de la sociología que se nos presenta como "hija" de la Modernidad, Leff nos plantea una de las coyunturas más importantes de las ciencias sociales, establecida en la disyuntiva de la sociología explicativa de la escuela francesa y la sociología comprensiva de la escuela alemana.
Es este elemento de principal importancia en la narración de la primera parte del texto por su peso en el encausamiento de unas ciencias sociales desintegradas de la compleja red de relaciones sociales que discurren en niveles de la aprehensión más sutiles, del orden simbólico en el entendimiento de la realidad. Al ser la sociología comprensiva francesa una escuela de fuerte influencia en el mundo del debate académico e intelectual, y estar planteada desde una transcripción de la estructura epistemológica de estudio de las ciencias naturales a las ciencias sociales, se genera a través de este evento una agudización del alejamiento cientificista, de la escisión del par dialectico objeto-sujeto y de la imposibilidad de ver la sociedad como fenómeno no lineal ni sujeto a modelos.
El mundo académico formal, más afecto a esta clase de supuestos epistémicos, ha abrazado con efusividad esta variante de la reflexión en el espacio de debate de las ciencias sociales, dándole prioridad y legitimando los contenidos y las estructuras planteados desde está; por consiguiente, dejando de lado el debate en torno a revisar, con una mirada de integración, un fenómeno tan complejo como el social y, a su vez, el relacionamiento de este con el espacio geográfico de contexto, y dejando de largo la posibilidad de integrar formas de saber ancestrales, ambientales, constituidas bajo estructuras de pensamiento que divergen de la ortodoxia del modelo de indagación que predomina desde el iluminismo europeo.
La sociología ambiental, más afín al modelo comprensivo alemán, conectado por las reflexiones mucho más integrativas de Weber y de Marx, da paso a una epistemología ambiental y al consecuente paso de materializar una praxis en la política ambiental. Por tanto, la transformación necesaria, el cambio urgente, no es una simple implantación de prácticas, sino una transformación profunda de los principios, valores y saberes que son puestos en un primer nivel jerárquico en la ingente tarea de orientar la construcción de sociedades sustentables.
Tal cual lo ejemplifica Leff en el caso de la aprehensión territorial, así:
Mientras que la racionalidad moderna tiende a disolver los referentes geográficos y los significados culturales, el espacio y el lugar están siendo reinventados en el corazón de las identidades culturales emergentes para encarnar y para arraigar las condiciones de la vida, para la construcción de sociedades sustentables en nuevos territorios de vida. Este cambio de racionalidad va más allá del objetivo de implantar "buenas prácticas" a nivel local con la intención de establecer un equilibrio entre la conservación ecológica y el crecimiento económico. La construcción de la sustentabilidad enraizada en los principios de la racionalidad ambiental es la encarnación y el arraigo de las nuevas condiciones materiales y valores culturales en una comprensión renovada del orden de la vida (Leff, 2014, p. 492).
Esta renovada epistemología es instrumento que da base, primero, a una racionalidad ambiental y luego a una ecología política que integre valores nuevos en su edificio conceptual, valores asociados a la consideración del saber ambiental, del saber ancestral, de las formas de ocupación y de relación con el ambiente, que durante miles de años han escenificado muchos de los hoy seres marginados de la sociedad en el orden mundial.
La ecología política solo cobra valor en la medida en que pueda construir puentes de diálogo entre las estructuras de la política pública estatal contemporánea, y las reflexiones profundas y válidas de los seres que an-cestralmente han ocupado el territorio y que construyeron una cosmogonía enraizada con el lugar, con su estructura de valores ambientales claramente visualizada.
Esta apuesta por la vida que nos trae Enrique Leff es una esperanza real, reflexionada y consciente de los abordajes necesarios para transformar profundamente el trasegar hacia una muerte entrópica del planeta, y nos abre la razón y la emoción a un panorama alternativo en el cual la racionalidad ambiental "es una nueva comprensión del mundo, una axiomática no apriorística donde se constituye un nuevo programa para las ciencias sociales y una estrategia política para la construcción de un futuro sustentable" (Leff, 2014, p. 497).
Referencias
Leff, E. (1975). Hacia un proyecto de ecodesarrollo. Comercio Exterior, XXXIV (1), 84-92.
Leff, E. (1994a). Ecología y capital: hacia una perspectiva ambiental del desarrollo. México: unam.
Leff, E. (1994b). Sociología y ambiente: formación socioeconómica, racionalidad ambiental y transformaciones del conocimiento. En Leff, E. (ed.). Ciencias sociales y formación ambiental (pp. 1784). Barcelona: Gedisa/UNAM/PNUMA.
Leff, E. (2004). Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza. México: Siglo XXI Editores.
Leff, E. (2006). Aventuras de la epistemología ambiental: de la articulación de las ciencias al diálogo de saberes. México: Siglo XXI Editores.
Leff, E. (2010). Imaginarios sociales y sustentabilidad. Cultura y representaciones sociales, 9, 42-121.
Leff, E. (2014). La apuesta por la vida. Imaginación sociológica e imaginarios sociales en los territorios ambientales del sur. México: Siglo XXI Editores.
Tabio, C. (2009). En defensa del decrecimiento. Sobre capitalismo, crisis y barbarie. Madrid: Catarata.