10.18601/16578651.n28.14

Montilla y Jiménez (Eds.) (2020).
Elecciones 2018 en Colombia: la competencia política en un escenario de paz. Universidad Externado de Colombia

Tatiana Gélvez-Rubio*

* Candidata a doctora en Gobierno, Universidad de Essex; MSc en Política Internacional Comparada, Universidad de Southampton. [ORCID: 0000-0002-0230-5954]; [tatiana.gelvez@essex.ac.uk].

Para citar esta reseña:

Gélvez-Rubio, T. (2021). Reseña Elecciones 2018 en Colombia: la competencia política en un escenario de paz. OPERA, 28, 307-313. DOI: https://doi.org/10.18601/16578651.n28.14

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INTRODUCCIÓN

Los comicios de 2018 representaron uno de los hitos más representativos del siglo XXI en la historia de la democracia en Colombia. Por una parte, el país experimentó sus primeras elecciones luego de la firma del Acuerdo de Paz de La Habana, por tanto, fue un escenario significativo para entender las posiciones de grupos políticos y electores en la construcción de una nueva etapa social y política de Colombia. Particularmente, el ingreso a la política del partido de las FARC, y la manera como los electores y los partidos dieron respuesta a la construcción de un nuevo contexto político en el país, cuando "Los líderes partidistas deben considerar que su posición es vital para construir el consentimiento alrededor de lo pactado" (p. 23).

En este sentido, la obra Elecciones 2018 en Colombia: la competencia política en un escenario de paz es una contribución pertinente y necesaria al contexto político del país, al examinar desde diferentes perspectivas el proceso y los resultados electorales de las elecciones de 2018. Los capítulos se desarrollan a través de diferentes aspectos de las elecciones de 2018, entre ellos las particularidades de los candidatos presidenciales desde el discurso, las estrategias de campaña, la ubicación ideológica de los planes de gobierno, así como las particularidades de la participación de grupos específicos dentro de las elecciones del congreso, incluyendo la participación de las mujeres, los movimientos sociales y el partido FARC. Desde el punto de vista de la preferencia de los electores, el libro captura las tendencias electorales con enfoque territorial y el efecto de la polarización.

La obra hace una contribución de gran valor académico y analítico, pues integra elementos analíticos teóricos conjugados con el uso de métodos cuantitativos aplicados al análisis de las elecciones, tales como la medición del análisis del discurso, las narrativas en las estrategias de campañas electorales en medios, y la captura de priorización de aspectos como seguridad social, seguridad y vivienda dentro de las propuestas de los candidatos presidenciales.

Además, el esfuerzo de los autores en reflejar las tendencias a nivel municipal y departamental con herramientas geográficas para la medición de la polarización del voto es muy importante, dado que fue uno de los temas más discutidos por los medios durante las elecciones -la econometría espacial-, así como el seguimiento detallado a las trayectorias de las mujeres, los movimientos políticos y los resultados del partido político FARC. El presente documento sintetiza algunos de los principales hallazgos de los autores en cuanto a la importancia del lenguaje y las narrativas, participación electoral, polarización, preferencias y apoyos, así como características de los principales actores.

LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE Y LAS NARRATIVAS

La forma en la que se enmarca una idea política representa un punto decisivo frente a la transmisión, asimilación y aceptación de un discurso político. En este sentido, el análisis del discurso representa una herramienta de gran utilidad, pues, como lo plantea Isaza en el capítulo 1: "La manera en que se dice algo afecta la forma en que se piensa, y las palabras que se eligen para hablar de un tema lo acotan, destacan aspectos […] para construir los conceptos abstractos" (p. 33). Dentro de los resultados más importantes del análisis del lenguaje utilizado en Twitter por los cinco candidatos presidenciales durante el periodo electoral se encuentra una estrategia racional en la mayoría de las intervenciones de Humberto de la Calle, mientras que Sergio Fajardo mostró un tono neutral en la mayoría de sus trinos. Gustavo Petro y Germán Vargas Lleras fueron los candidatos con mayor contenido en Twitter, con un estilo de comunicación emocional, seguidos por Duque, cuyas intervenciones fueron descritas por Isaza como "abstractas y ambiguas".

Otro aspecto importante característico de las campañas electorales en Colombia -especialmente las presidenciales- es la aparición de los candidatos en medios tradicionales como radio y televisión. Estas estrategias representan un punto neurálgico de los políticos para interactuar y obtener la simpatía de su electorado. Como lo resalta Richard en el capítulo 2, cada campaña genera narrativas sobre al perfil humano y de capacidades de cada candidato frente a sus potenciales electores. Por medio de un minucioso análisis de los relatos detrás de la publicidad política, la autora revisa las principales estrategias de los dos candidatos a segunda vuelta en las elecciones presidenciales.

Entre los principales hallazgos se encuentran la reivindicación de la plaza pública como espacio político por parte de Gustavo Petro; según la autora, "el talento de Petro para congregar a las masas en sitios públicos le permitió revivir el contacto directo con los electores y generar emoción en escenarios offline para generar contenidos online" (p. 91). Por su parte, Iván Duque se mostró como un político simpático, siguiendo un libreto mediático con un enfoque de contraste en su discurso, concluye la autora.

Las propuestas y los programas de los candidatos son otra forma de comunicación en una contienda electoral. En este sentido, en el capítulo 3 Macías et al. se proponen realizar un recorrido por los cinco candidatos presidenciales en sus posturas ideológicas en las propuestas frente a seguridad social y empleo, vivienda y seguridad, a partir de una revisión de las propuestas en la página web de los candidatos y sus intervenciones en debates. De su análisis, los autores concluyen que Iván Duque y Germán Vargas Lleras, a nivel general, se ubican en la extrema derecha, Petro se ubica en la extrema izquierda del espectro ideológico. Para el caso de Humberto De la Calle y Sergio Fajardo se presenta una posición intermedia al reconocer la intervención del Estado como una herramienta importante en la provisión de bienes públicos. Sin embargo, resaltan la importancia de fortalecer las libertades económicas y del mercado.

PARTICIPACIÓN ELECTORAL, POLARIZACIÓN, PREFERENCIAS Y APOYOS

Dentro de los diferentes aspectos que explican los resultados electorales se pueden identificar las tendencias de participación electoral, niveles de polarización, las preferencias de los electores, así como las capacidades de generar apoyos del electorado al cambio en la competencia partidista. Estos cuatro elementos neurálgicos para entender las elecciones fueron abordados en la segunda parte de la obra.

Por una parte, es preciso indicar que Colombia es uno de los países de América Latina con las mayores tasas de abstención. En ese sentido, la participación electoral es una señal de cómo el país está asimilando los cambios generados por el acuerdo. Como lo expresan Guavita y Liendo en el capítulo 4, "En un contexto de posconflicto con las FARC y una nueva oferta electoral, los colombianos se volcaron a las urnas mayoritariamente" (p. 167). Los autores abordan los indicadores tradicionales de participación electoral para las elecciones presidenciales y de Congreso con especial énfasis en las tendencias municipales a lo largo del país, así como un análisis multivariado donde la participación electoral se explica por la competitividad electoral, variables socioeconómicas y presencia del conflicto armado. Dentro de los resultados más relevantes están la presencia de los grupos armados, por lo que se concluye:

Las variables de existencia de las FARC y las Bacrim en un municipio fueron las más incidentes en la participación, mostraron que por cada aumento en su presencia la participación podría disminuir casi 40 puntos porcentuales […] los casos más relevantes registrados se evidenciaron en Antioquia en municipios como Tarazá, Valdivia y Segovia en donde la participación fue inferior al 25 %. (p. 197)

Frente a la oferta de candidatos, los autores concluyen que el país se encuentra en un proceso de consolidación de un sistema de partidos, esto implica que una gran porción de esta oferta fue brindada desde nuevos partidos y movimientos, además de la materialización del partido FARC para ampliar el espectro político.

La polarización, por su parte, ha sido resaltada como una característica notable del proceso electoral en Colombia desde hace un lustro. Esta fue analizada por Basset en el capítulo 5, en el cual el autor propone una lectura geográfica del voto, en un ejercicio que busca observar la repartición territorial de los votos. De acuerdo con Basset, las reformas electorales han generado que Colombia transite hacia una representación política cada vez más estructurada; en particular, el autor indica que: "Las reformas políticas sucesivas desde 2003, al limitar el número de etiquetas en la competencia electoral para los cuerpos colegiales, permitieron afianzar nuevas relaciones representativas […] que se aplican a los resultados de las elecciones de Senado logran 'explicar' estadísticamente cada vez mejor los resultados" (p. 214)

En su análisis espacial el autor muestra, en primer lugar, que la política colombiana ya ha generado una ruptura radical con la estructura tradicional partidista liberal/conservador. Con respecto a la oposición geográfica, señala que este aspecto es la mayor estructura que determinó el voto de estas elecciones, por encima de la polarización discursiva. Asimismo, el autor resaltó la polarización entre tradicionalismo/progresismo, en particular indica que, si bien el tradicionalismo jugó un papel importante durante las elecciones de 2014, durante los comicios de 2018 se ve un giro hacia el progresismo. No obstante, como lo expresa Basset, "el destino de este clivaje en el futuro será importante para determinar el rumbo político del país, pero su peso dependerá también de la evolución propia de los demás clivajes" (p. 231).

En esta misma línea de análisis de la distribución espacial de las votaciones, en el capítulo 6, Milanese aborda las preferencias asociadas a los votantes a nivel municipal y hace comparaciones entre las elecciones presidenciales de 2014, 2018, y el plebiscito de 2016, utilizando como herramienta metodológica la econometría espacial. Los ejercicios econométricos del autor muestran, en primer lugar, una fuerte regionalización de los resultados, más específicamente: "El hot spot del electorado uribista se concentra de forma sistemática en la unión de los departamentos de Antioquia (centro-sur), Caldas (prácticamente en su totalidad), noroeste de Cundinamarca, oeste de Boyacá y sudoeste de Santander" (p. 257)

Como se mencionó, otro elemento importante que explica diferencias en las votaciones son las divergencias y los tipos de respaldos electorales. En este sentido, Baracaldo contribuye con un análisis sobre las condiciones de competencia partidista y los apoyos del electorado. De esta manera, la autora analiza la estabilidad electoral y la influencia de aspectos socioeconómicos en esta transformación política. En concreto, la autora expresa que su estudio presenta "una revisión sistemática de los apoyos y las competencias electorales entre los partidos nuevos y jóvenes para las elecciones de Congreso en Colombia entre 2006 y 2018" (p. 285).

La autora muestra que los partidos nuevos han tenido una presencia inestable, sobre todo en distritos de magnitudes pequeñas, a la vez que la votación por partidos nuevos era relativamente baja como lo ilustra en el caso del Senado en 2018. Sin embargo, el comportamiento del apoyo electoral en distritos grandes muestra una tendencia a una mayor cantidad de partidos jóvenes en las elecciones de Cámara. En consecuencia, frente al panorama de la competencia y los apoyos, la autora indica que en 2018 "la competencia partidista tuvo características que señalan una mayor nacionalización, la entrada a la competencia en más distritos electorales es un aspecto relevante del actual sistema de partidos" (p. 325).

CARACTERÍSTICAS DE LOS CANDIDATOS: MUJERES, MOVIMIENTOS SOCIALES Y NUEVOS ACTORES

La tercera parte del libro invita a la reflexión sobre el rol de diferentes actores en las elecciones, con especial énfasis en tres grupos: la participación de las mujeres, los movimientos sociales y la participación del partido FARC en las elecciones.

Frente al establecimiento de nuevas reglas en pro de una mayor participación de las mujeres en el Congreso, Montilla y Batlle señalan que todavía el país muestra un avance incipiente en la equidad de participación de hombres y mujeres en la política. En este contexto, en el capítulo 8 las autoras presentan un panorama general de las trayectorias políticas de las mujeres candidatas y elegidas en las elecciones de Congreso 2018-2022.

Para ello, las autoras realizan un ejercicio analítico con base en diferentes tipos de candidatas de acuerdo con el partido que las respalda y las tipologías de su trayectoria (profesional, semiprofesional, semi-amateur, activista política, burócrata, amateur), y concluyen que "existe un balance entre el número de candidatas con experiencia política y las inexpertas" (p. 373). Otro hallazgo significativo del análisis de Montilla y Batlle es que, a pesar de que los partidos tienden a generar apoyos a sus candidatas, en términos generales las mujeres se deciden por la reelección mucho menos que sus pares masculinos.

Con respecto a las mujeres elegidas, las autoras muestran que las trayectorias políticas se caracterizan por ser cortas: "Si nos referimos a sus trayectorias políticas, 8 senadoras fueron reelegidas, es decir, habían ocupado en el periodo previo el mismo cargo, por tanto, habían desarrollado un capital político y legislativo que favorecía su elección. De estas solo una ha desarrollado una carrera política ascendente" (p. 383).

Por otra parte, como lo expresa Jiménez, el fortalecimiento institucional que requiere el país se entreteje alrededor de las percepciones de diferentes actores, entre ellos, los movimientos sociales y los partidos políticos son esenciales en esta transición. En este sentido, en el capítulo 9 la autora aborda la incidencia de la movilización social en marcos más colaborativos de acercamiento entre las instituciones y las personas. Para ello, analiza las estructuras de oportunidades políticas para la movilización en las elecciones de 2018 teniendo en cuenta las libertades para movilizarse, los alineamientos de los diferentes actores políticos, las élites y los aliados. Dentro de los resultados de su análisis, uno de los aspectos por resaltar son las interacciones que se generaron a través de los contenidos programáticos de los partidos con las demandas de las organizaciones sociales. Al respecto, la autora precisa:

La interacción establecida entre las organizaciones sociales y líderes partidistas a través del contenido programático […] operó en estas elecciones más en los ejes de valores y ubicación ideológica como los prominentes, frente al económico y exterior que fueron importantes, pero no los principales movilizadores de decisión de estas elecciones. (p. 441)

Dentro de las principales conclusiones de Jiménez se encuentran las motivaciones y los impactos de las movilizaciones, así como el rol de estos actores para el escenario del posconflicto. Al respecto, la autora indica que durante las elecciones se dieron movilizaciones en dos frentes: desarrollo económico y protección, inclusión y derechos humanos. En lo que respecta al conflicto, Jiménez concluye que el tono diferente de estos actores hace una contribución significativa al avance en la democratización del país, la gobernabilidad y el mejoramiento de la capacidad institucional en el escenario del posconflicto.

Finalmente, la obra hace un cierre magistral con un capítulo que analiza la participación del partido FARC en las elecciones legislativas. En su análisis, Cabrera y Echandía examinan los alcances y desafíos de esta primera participación política de las antiguas FARC como un cambio histórico en la evolución del conflicto armado colombiano. Para ello, presentan un énfasis sobre el territorio del Catatumbo, donde "el poder de adaptación de las FARC-EP le permitió mantener una influencia sostenida sobre el Catatumbo hasta el cese al fuego bilateral" (p. 471). De acuerdo con los autores, en este territorio el partido FARC obtuvo 1.572 votos para el Senado de la República, lo que representó el 3 % de los registrados a nivel nacional por este partido.

A pesar del valor histórico de este nuevo escenario, como lo plantean los autores, aún hay un camino largo por recorrer en términos de las garantías básicas para que los excombatientes puedan hacer uso de su derecho a ser elegidos; frente a este aspecto, los autores concluyen que:

Las dinámicas de violencia y reacomodo de estos actores se han venido expresando en la muerte y amenaza tanto de líderes como de excombatientes de las FARC-EP, desde lo cual se desprende un ambiente de inseguridad que figura como un desincentivo para el avance de la participación política de las FARC. (p. 509)

REFLEXIONES FINALES

En el transcurso de los diez capítulos que integran la obra, los autores, desde diferentes posturas teóricas y metodológicas, abordan de manera integral diversos aspectos de las elecciones de 2018 como un punto de grandes transformaciones del contexto político de Colombia, donde una conclusión transversal es que la democracia colombiana se encuentra en un punto de inflexión que podría determinar cambios estructurales de largo plazo.

En particular, los análisis de autoras como Isaza y Richard muestran que las estrategias de campaña han dado un paso adelante en el ejercicio de "pasar la página" y proponer nuevas alternativas desde el discurso político, en las cuales algunos candidatos tienden a resaltar sus particularidades humanas, desde los más emocionales con el uso de estrategias como la plaza pública en el caso de Gustavo Petro, hasta posturas mucho más racionales y esquemáticas como en el caso de Sergio Fajardo o Humberto de la Calle. Por su parte, Iván Duque, el candidato que "siguió el libreto", tuvo manifestaciones ambiguas y sin sentido claro en las que mostró una actitud amable y con un registro emocional de esperanza, como lo clasifica Richard.

Resultados como los de Basset en su análisis de la polarización geográfica dejan un camino próspero para la investigación frente a las relaciones centro-periferia, al señalar la oposición geográfica como el componente más importante de las elecciones de 2018. Adicionalmente, las conclusiones de Milanese indican que desde el punto de vista geográfico hay una concentración de los votos en ciertos municipios y regiones del país, lo cual abre un camino para futuras investigaciones.

Por último, las conclusiones de Jiménez en el capítulo 9 podrían llevar a pensar que la permeabilidad de las demandas sociales plasmadas en sus programas políticos muestra que en ese sentido también se está dando una transformación hacia un mayor entendimiento entre estos dos actores.