10.18601/16578651.n31.11
Martha Isabel Gómez-Lee (Ed.) (2021). Ahora o nunca: gobernanza, coproducción y bioeconomía contra el cambio climático. Universidad Externado de Colombia.
Cinthya Daianna Torres García*
*Estudiante de Finanzas y Relaciones Internacionales con énfasis en Finanzas Corporativas. Auxiliar de investigación del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (CIPE), Universidad Externado de Colombia (Colombia) [cinthya.torres@est.uexternado.edu.co]; [https://orcid.org/0000-0002-8730-2102].
Recibida: 27 de enero de 2022. / Aceptada: 27 de enero de 2022
Para citar esta reseña:
Torres García, C. D. (2022). Reseña del libro [Martha Isabel Gómez-Lee (Ed.) (2021). Ahora o nunca: gobernanza, coproducción y bioeconomía contra el cambio climático. Universidad Externado de Colombia]. Opera, 31, 179-184. DOI: https://doi.org/10.18601/16578651.n31.11
Este libro se publica en el quinto aniversario del Acuerdo de París, por el Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales de la Universidad Externado de Colombia (CIPE).
Esta obra, de la editora y autora Martha Isabel Gómez-Lee, y los autores Adriana Marcela Sandoval Castiblanco, Gustavo Valdivieso Cervera, Héctor Heraldo Rojas Jiménez, Javier Garay, Mariángela Guzmán González, Mauricio Avellaneda Hortúa y Milton Laureano Cuervo Casallas es un gran esfuerzo académico que tiene como objetivo hacer un urgente llamado a tomar acción y conciencia sobre el cambio climático. De esta manera, brinda herramientas analíticas que marcan un camino a partir de tres ejes: gobernanza global desde las relaciones internacionales, coproducción de políticas desde el análisis de las políticas públicas, y bioeconomía y finanzas desde la economía.
El momento donde se respira un aire pesado, el cielo no cambia de escalas grises y el consumo de agua se vuelve un problema, ha llegado. El cambio climático es una realidad, extremos fenómenos meteorológicos como tormentas, danas (depresión aislada en niveles altos) y huracanes se presentan con mayor regularidad y afectan millones de personas dejando a su paso consecuencias que no podremos manejar si no tomamos una decisión radical.
Según la Organización Meteorológica Mundial, la temperatura media mundial ha aumentado 1,2° C, tomando como referencia la época preindustrial. Programas como el de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) han confirmado que la temperatura mundial podría llegar a 1,5° C en cinco años, desencadenando puntos de inflexión como el colapso de las capas de hielo, incendios forestales y pérdida de ecosistemas. En 2019, por tercer año consecutivo, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero aumentaron y llegaron al máximo histórico según un informe de PNUMA. Debido a las altas emisiones de CO2 el clima puede olvidar su comportamiento natural durante los próximos 50.000 años, trayendo consigo cambios extremos en el ciclo de la vida.
A todo lo anterior, se le suma la crisis sanitaria que se ha vivido por la covid-19, los bajos precios del petróleo y la pausa de muchos sectores económicos, lo que ha generado un impacto en todas las economías a nivel mundial, en donde se desvían aquellas inversiones que estaban apostando para la transición ecológica y ahora toman un curso para la reactivación. Expertos han manifestado que es importante entender que, pese a que nos encontramos en una crisis sanitaria no podemos dejar de lado la crisis climática, necesitamos actuar ya y conseguir un mundo más sostenible.
Martha Isabel Gómez-Lee afirma que el mundo no debe dirigirse a la normalidad que conocíamos y en la que vivíamos antes de la covid-19, el mundo necesita una "nueva normalidad climática" enfocada en la disminución de los gases de efecto invernadero (GEI), en frenar la deforestación y en crear estímulos de "recuperación sostenible" como los llama Fatih Birol, economista y experto en energía (The Guardian, 2020). En este sentido, trae a colación el Acuerdo de París, instrumento internacional en donde las partes se comprometieron a la reducción de emisiones de GEI y adaptación de los efectos del cambio climático.
El problema radica en que así todos los países cumplan con lo pactado en este tratado internacional, la temperatura mundial llegará a 3,2° C. lo que significa que no se estarían tomando las medidas suficientes y pasaríamos a la época geológica del hombre denominada "Antropeceno". Esta última no tiene un acuerdo científico oficial, pero autores como Crutzen y Stoermer han afirmado que como consecuencia de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono producidas por el ser humano el clima se ha alejado de su comportamiento natural y se puede llegar a un punto de no retorno que afectaría para siempre el ciclo de vida y generaría pérdida de la biodiversidad.
Después de una breve y sustanciosa introducción que nos aterriza en qué estamos y nuestra realidad, el libro se dirige a exponer soluciones y análisis en los tres ejes mencionados.
PRIMER EJE: GOBERNANZA GLOBAL DESDE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
¿Cómo hacen los países para unirse de manera eficaz y contundente a fin de tomar acción y hacer frente a la crisis climática que nos concierne a todos?
Es aquí donde juega un papel crucial el término de gobernanza global, el cual "consiste en procesos, dinámicas y agentes que participan en la toma de decisiones para solucionar asuntos que se consideran de la agenda pública global" (Avanta et al., 2010). En este primer apartado, a cargo del docente e investigador, Javier Garay, se realiza un análisis cualitativo y cuantitativo del Acuerdo de París, resaltando que cualquier estudio hecho desde las relaciones internacionales reconoce contextos específicos y decisiones tomadas por quienes participan.
Este estudio inicia con un marco teórico donde se usa de manera transversal el régimen de diversidad global, regímenes culturales y otros elementos teóricos de las relaciones internacionales y la economía. Se analiza así, desde distintas perspectivas, qué tan eficaz es el Acuerdo y cuál es su enfoque real. El profesor Garay usa varias herramientas en su estudio como, por ejemplo, la nube de palabras generales donde se comprueba que en las referencias de las citas a lo largo del Acuerdo el tema del cambio climático es el menos repetido y, por el contrario, las de mayor participación son "acuerdo", "partes", "presente" y "artículo", términos procedimentales. Lo anterior no es un asunto menor, ya que se refleja que el Acuerdo se enfoca en aspectos burocráticos y organizacionales, por lo que se pierde el objeto del Tratado.
Igualmente, el concepto de cooperación se limita a la ayuda económica que se pauta de los países desarrollados o los no desarrollados, lo que limita el alcance. Cuando se trata de dinámicas internacionales se habla de una cooperación central, donde el poder de coerción pasa a un segundo plano y el liderazgo es lo más importante.
¿Pero quién es el responsable de que el Acuerdo funcione? El estudio arrojó que los Estados son los mayores responsables en las acciones, lo que trae consigo un liberalismo incrustado y, así mismo, se evidencia en el Tratado que los Estados se comprometen a cumplir con metas en asuntos donde no tienen un control directo.
Existen varios debates sobre quiénes son los actores a nivel internacional en temas globales y este segundo capítulo evidencia la importancia que juegan las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en la autoridad de gobernanza climática, y la influencia que pueden tener en la creación de políticas, toma de decisiones y movilización.
Para ello, la Red Climate Action Network International (CAN-I) es un claro ejemplo de lo que pueden lograr los jugadores no tradicionales en la participación de asuntos globales como el cambio climático, donde más de 1300 organizaciones se unen con valores compartidos, un discurso en común y la creación de un sólido intercambio de información y servicios.
La CAN-I está conformada por distintos grupos de trabajo: agricultura, equidad, financiamiento y género, solo por nombrar algunos, en donde se trabajan producciones científicas, políticas de búsqueda de influencias y la consolidación de una comunidad epistémica en tres estrategias (Karnst y Migest, 2009): renegociación del Protocolo de Kioto, descarbonización del modelo energético y ayuda a los países más vulnerables en su proceso de adaptación.
Pese a que las OSC tienen un estatus de observadoras en las negociaciones climáticas, estas aprovechan su participación en las sesiones para difundir la información obtenida por los grupos de trabajo y así abogar por unas negociaciones transparentes, inclusivas y equitativas. Asimismo, la CAN-I hace uso del "efecto boomerang", donde según Keck y Sikking las ONG poseen una influencia directa en los gobiernos y las OSC buscan cambiar el comportamiento y ejercer presión a través de aliados internacionales.
No solo los Estados pueden tomar acción para mitigar el cambio climático, al ser un asunto que afecta de manera global existen muchas más partes interesadas y dispuestas a alcanzar metas de cambio en el proceso, como lo son las OSC.
SEGUNDO EJE: COPRODUCCIÓN DE POLÍTICAS A PARTIR DEL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Después de ahondar en un análisis a partir de la gobernanza global, se sigue en línea con el estudio de la coproducción de políticas desde las políticas públicas, aterrizando el tema en el análisis de las leyes de cambio climático en Colombia y cómo se puede generar una relación entre Estado, sociedad y mercado.
Los autores Milton Laureano Cuervo Casallas y Martha Isabel Gómez-Lee hacen un análisis de cuatro leyes: a nivel nacional las leyes 629 de 2000 y 1723 de 2012, y a nivel internacional las leyes 1931 de 2018 y 629 de 2000, para la medición de la cocreación y coproducción de las políticas en Colombia. Estas normativas se dieron por ciertas características y por una clasificación establecida.
Se asume que el Estado sostiene un rol híbrido entre 2000 y 2018, donde juega como intermediador y, al mismo tiempo, toma decisiones en las políticas públicas (Zurbriggen y González Lago). Así mismo, el cambio climático ha exigido que estas políticas sean creadas en colaboración, con innovación y de forma estratégica, donde los Estados han tenido que cambiar la forma de hacer la coproducción de políticas y desarrollar leyes que faciliten la transformación.
Las leyes de cambio climático en el país demuestran que sí existe una interacción entre el Estado y la ciudadanía, pero de la misma forma se puede hacer una invitación a repensar si se puede hacer más, si esto es suficiente y si deberíamos arriesgarnos más por el futuro de todos, ¿realmente como sociedad estamos haciendo algo por generar un cambio?
El cambio climático en Colombia se puede resumir en la disminución de la productividad de los suelos con consecuencias en el sector agrícola, pérdida de servicios como la electricidad y el agua, y olas de calor. La coproducción de políticas al respecto no ha sido suficiente para la adaptación y mitigación.
Como se dijo, es un tema que nos debe mover a todos voluntariamente y así como lo describen Gustavo Valdivieso Cervera y Adriana Marcela Sandoval Castiblanco, después de realizar un estudio enfocado en el contexto colombiano entre 2012 y 2019 sobre la coproducción existente en la época, los ciudadanos, las comunidades, así como los actores estatales y no estatales deben involucrarse para llegar al diseño de políticas que reflejen la adaptación territorial y una línea lógica de actos que logren con éxito las metas de mitigación.
TERCER EJE: BIOECONOMÍA Y FINANZAS DESDE LA ECONOMÍA
En este último apartado se brinda una perspectiva económica y financiera, la cual involucra a la bioeconomía, que es la "economía que gestiona eficiente y sosteniblemente la biodiversidad y la biomasa para generar nuevos productos, procesos y servicios de valor agregado, basados en el conocimiento y la innovación" (Biointropic, 2018, en DNP, 2018); sin embargo, es importante comprender que esta es una ciencia que debe mirarse desde una visión holística, donde elementos como el aprendizaje de la naturaleza, la ética y la voluntad del cambio en el modelo capitalista son fundamentales para su implementación.
La contribución de la bioeconomía a la lucha contra el calentamiento global del país tiene potencial en sectores como la agricultura silvopastoril, la industria forestal, la bioconstrucción y el bioturismo, que ayudarían a la captura de emisiones de gases en el territorio.
Ahora bien, la obtención de recursos para la inversión puede generarse por medio de bonos verdes, después de cumplir con las siguientes etapas: desarrollo de un marco de referencia, mejorar prácticas, comprobar la existencia de mecanismos de apoyo, proceso de emisión e informes después de la emisión. Los autores Mauricio Avellaneda Hortúa y Héctor Heraldo Rojas Jiménez afirman que en un 80%, los bonos verdes han sido emitidos por bancos de desarrollo y corporativos no financieros. En América Latina, estas inversiones han sido para los sectores de energía, transporte y uso de la tierra.
Entre los años 2016 y 2019, la Bolsa de Valores de Colombia ha colocado estos bonos por 1,4 billones, lo que representa solo el 14% de los recursos que se necesitan para la financiación de la adaptación y mitigación del cambio climático. Pese a que a lo largo de los reportes se han presentado distintos efectos, los inversionistas no han perdido el interés por este tipo de productos, lo que demuestra que hay una gran oportunidad y potencialidad en este camino para tener financiación.
En conclusión, después de observar cada uno de los estudios que se realizaron por parte de los autores, solo queda por decir algo: es ahora o nunca. La temperatura subirá a 3° C, los fenómenos climáticos se ven actualmente y la solución tiene que ser radical. No más uso de carbono para generar energía, no más utilización de combustibles fósiles, reducción de gases de efecto invernadero e implementación de energías renovables, todo esto es necesario para el cambio.
No sabemos si ya es demasiado tarde, porque así los Estados cumplan y sigan las distintas soluciones planteadas, puede que la temperatura siga subiendo, puede existir un efecto rebote por la pandemia de la covid 19, y puede que ya el ser humano esté tarde; o asumimos esto juntos, Estado, mercado, sociedad, OSC, comunidades, empresas, o se acabó.
Gracias a este libro y las distintas perspectivas que se abordan con los autores, la academia aporta desde su conocimiento alternativas que pueden ser parte de la solución y, así mismo, luchar desde lo que está en sus manos.
Referencias
Avant, D., Finnemore, M. y Sell, S. K. (2010). Who Governs the Globe? Who Governs the Globe? Cambridge University Press (edición Kindle).
Departamento Nacional de Planeación (DNP) (2018). Conpes 3934, Política de crecimiento verde. DNP
Karnst, M. y Mingst, K. (2009). International organization the politics and process of global governance. Lynne Rienner Publisher.
The Guardian (2020). Coronavirus poses threat to climate action, says watchdog. https://www.theguardian.com/environment/2020/mar/12/coronovirus-poses-threat-to-climate-action-says-watchdog