Retos superiores de la educación policial, de cara al Proceso de Transformación Integral de la Policía Nacional
GAPS BETWEEN THE POLICE DOCTRINE AND PLANNING AND DELIVERY OF POLICE SURVEILLANCE SERVICE IN THE METROPOLITAN OF BOGOTA
Luis Alfonso Santofimio Fernández*
* Magíster en Criminología y Victimología. Analista de Planeacion Institucional, Centro de Pensamiento y Doctrina Policial, Policía Nacional. [luis.santofimio@correo.policia.gov.co]; [https://orcid.org/0000-0002-59272938].
Recibido: 29 de marzo de 2023 / Modificado: 13 de febrero de 2024 / Aceptado: 22 de febrero de 2024
Para citar este artículo: Santofimio Fernández, L. A. (2024). Retos superiores de la educación policial, de cara al Proceso de Transformación Integral de la Policía Nacional. Opera, 35, 121-147. DOI: https://doi.org/10.18601/16578651.n35.07
Resumen
El objetivo central de esta investigación fue identificar los retos superiores de la educación policial de cara al Proceso de Transformación Integral de la Policía Nacional. Para su desarrollo se acudió a una metodología cualitativa, a partir del desarrollo de tres fases: teórica, identificando los mandatos normativos y de política que sientan la línea de la educación policial; descriptiva, a través de un reconocimiento y análisis de las metas que debe enfrentar la Dirección de Educación Policial (anteriormente Dirección Nacional de Escuelas) de la Policía Nacional y las acciones que se deben emprender para su alcance, así como las necesidades que se presentan desde las escuelas de formación de la Institución; y exploratoria, que comprende, a partir de los resultados de las fases anteriores, la identificación y el análisis de los retos de la educación policial. Los resultados a los que se llega representan un aporte a las acciones y tareas pendientes que debe asumir la Institución en materia de educación.
Palabras clave: educación; policía; doctrina; profesión; calidad.
Abstract
The central objective of this research was to identify the major challenges of police education for the Comprehensive Transformation Process of the National Police. For its development, a qualitative methodology was used based on the development of three phases: theoretical, identifying the normative and political mandates that establish the line of police education; descriptive, through a recognition and analysis of the goals that the Police Education Directorate (formerly National Directorate of Schools) of the National Police must face and the actions that must be undertaken to achieve them, as well as the needs that arise from the training schools of the Institution; and exploratory, which includes, based on the results of the previous phases, the identification and analysis of the challenges of police education. The results reached represent a contribution on the actions and pending tasks that the Institution must assume in the field of education.
Key words: Doctrine; surveillance; police; gaps; planning.
INTRODUCCIÓN
La educación policial, en el devenir histórico de la Policía Nacional de Colombia, ha estado en el centro de los temas de interés sobre los que se definen estrategias, políticas y líneas de acción que muestran un recorrido hacia su consolidación y avance. De tal forma, la actividad de policía pasó de concebirse como un oficio, para ahora estructurarse como una profesión.
En este sentido existen antecedentes en Norteamérica y Europa que son coincidentes, pudiéndose identificar avances significativos en materia de profesionalización de los cuerpos de policía en el mundo. En el caso colombiano, desde la Escuela de Postgrados de Policía "Miguel Antonio Lleras Pizarro" se han desarrollado ejercicios de investigación que aportan a la fundamentación epistemológica de la educación policial, resaltando la implementación del Proceso de Transformación Integral, mediante el cual se impulsó la Ley 2179 de 2021 (30 de diciembre de 2021), en la que se establecen el Estatuto de carrera y las normas para la profesionalización policial, se avanza en la conceptualización de la profesión policial, sus atributos y ecosistema funcional para el fortalecimiento del entrenamiento y la validación de estándares de desempeño que garanticen el cumplimiento efectivo del servicio público de policía. Este viraje en el abordaje de la educación policial es crucial por cuanto propone un acercamiento diferente a la formación del cuerpo policial, al pasar de una educación dirigida a las labores puntuales del desempeño hacia una mirada integral del deber ser de los uniformados en el contexto de una institución civil que propende por la seguridad y la convivencia.
Las transformaciones sociales, los cambios jurídicos y legislativos respecto a la educación y el servicio de policía, el Plan de Transformación Integral de la Policía Nacional y los avances investigativos sobre los fundamentos epistemológicos de la educación policial hacen necesario dar respuesta a la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son retos superiores que debe asumir la educación policial en Colombia a la luz del Proceso de Transformación Integral de la Policía Nacional (PTI)?
LA PROFESIONALIZACIÓN POLICIAL EN EL MARCO DEL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN INTEGRAL
Como consta en la referida Ley, el PTI ocupa un lugar crucial por su enfoque en la modernización y eficiencia, mediante las cuales se buscar mejorar la capacidad de respuesta ante desafíos como el crimen organizado y el narcotráfico, así como otras amenazas al orden y la convivencia en Colombia. La profesionalización del personal es un pilar clave en este proceso, ya que eleva los estándares de educación y entrenamiento, en lo cual se abarcan habilidades técnicas, conocimientos en derechos humanos y ética profesional. La profesionalización, entonces, se entiende como vehículo a través del cual se pueden lograr tales objetivos, asegurando una aplicación de la ley más justa y efectiva, en consonancia con los principios democráticos y los derechos humanos.
La profesionalización se entiende semánticamente como la acción de profesionalizar; dar carácter de profesión a una actividad o convertir a un aficionado en profesional (persona que ejerce una profesión) (DRAE, 2020). Implica un proceso que combina elementos teóricos y prácticos para la apropiación de conocimiento y el desarrollo de habilidades para el desempeño profesional de una manera idónea y conforme a los lineamientos éticos de la profesión.
Según Triana (2021), la profesionalización requiere la combinación de actitudes, conocimientos, recursos y el papel activo de los diferentes actores en una ocupación. Esto refleja, al decir de Martinet et al. (2004) las características de una profesión, que se relacionan con la cantidad de conocimientos y habilidades usadas en el desempeño profesional. Además, el desarrollo de habilidades y la aplicación de conocimientos en el servicio policial son cruciales para su desempeño, idea concordante con los aportes de Lang (1999), quien expone que la profesionalización es la construcción de una profesionalidad, cuyo objetivo es el desempeño con dominio práctico y racionalizado.
El proceso de profesionalización se plantea desde los aportes de Klegon (1978), quien describe ocho estrategias para la profesionalización; y de Allen (1991), quien agrega que dichas estrategias deben ubicarse dentro de cuatro esferas de influencia (tabla 1).
Como un desarrollo de la propuesta descrita, Mitchel y Casey (2007) (citados por Ramírez, 2021), presentan un modelo de profesionalización policial bajo seis objetivos: definición de la profesión policial, educación universitaria para la labor policial, un campo que genere conocimiento epistémico, desarrollo profesional continuo, acreditación de educación policial y la creación de un cuerpo profesional de policía.
La profesionalización policial demanda una actualización y adecuación permanente, dinámica, flexible y organizada (Ramírez, 2021), que se ajuste a los cambios sociales (Arce, 2008). Así las cosas, es necesaria una redefinición periódica del tipo de policía que se necesita, determinando un perfil adecuado en capacitación y habilidades personales (Dammert, 2007), buscando mejorar las competencias del sujeto policial (Arce, 2008). Para esto se precisa consolidar una doctrina que oriente el ser y el quehacer del policía (Bulla y Guarín, 2015).
Hacia un nuevo modelo de profesionalización de la Policía Nacional de Colombia
Acorde a la Ley 2179 de 2021, la profesionalización policial se plantea como un proceso integral y permanente que engloba varios aspectos clave: 1) educación y formación continua: la profesionalización se sustenta en un sistema educativo riguroso y continuo, que incluye formación, capacitación y entrenamiento integral del personal, el cual abarca desde la formación inicial hasta programas avanzados en diversas etapas de la carrera policial; 2) enfoque en derechos humanos: la educación policial se orienta fuertemente hacia el conocimiento y respeto de los derechos humanos y los principios democráticos, asegurando que el ejercicio de la función policial esté alineado con estos valores fundamentales; 3) desarrollo de competencias teórico-prácticas: se busca desarrollar habilidades y competencias esenciales para el desempeño efectivo y ético de la profesión policial, incluyendo la toma de decisiones basada en un pensamiento reflexivo y crítico; 4) énfasis en ética y valores policiales: se fomenta el fortalecimiento de comportamientos éticos y el cumplimiento de un código de ética policial, reforzando la integridad y responsabilidad en el servicio; 5) integración de la investigación científica y la docencia: la profesionalización implica también un compromiso con la investigación científica en asuntos policiales y la formación docente, lo cual contribuye a la constante actualización y mejora de las prácticas policiales; 6) supervisión y rendición de cuentas: se establecen mecanismos de supervisión, como audiencias públicas y reportes al Congreso, para garantizar transparencia y responsabilidad en el proceso de educación policial; 7) accesibilidad y gratuidad: se promueve el acceso a la educación policial a través de políticas como la matrícula cero, garantizando que la formación profesional esté disponible para un amplio espectro de la sociedad.
De tal suerte que la profesionalización policial se concibe como un proceso holístico y dinámico que, además de centrarse en habilidades técnicas, también contempla el desarrollo ético, el respeto por los derechos humanos, y la continua adaptación y mejora a través de la educación y la investigación.
Desde un enfoque académico, a partir de investigaciones nacionales (Cortés et al., 2017), de referenciaciones internacionales para observar los modelos educativos policiales, de estudios analíticos sobre el ejercicio de la profesión policial realizados desde diferentes organismos y centros de pensamiento, y conforme a las sugerencias recibidas desde el enfoque metodológico "Hablemos de Policía", se definieron los lineamientos para avanzar en la profesionalización policial, con la presentación de un nuevo Estatuto de Carrera.
"Hablemos de Policía" es una metodología de diálogo e interacción entre la Policía Nacional de Colombia y la sociedad civil. Forma parte de un lineamiento transversal dentro del PTI y tiene un enfoque especial en la participación ciudadana. Esta metodología tiene como objetivo principal la identificación de propuestas que contribuyan a mejorar el servicio policial, integrando las observaciones y sugerencias de la ciudadanía directamente en el proceso de transformación. Entre agosto y diciembre de 2021, se realizaron 140 jornadas de trabajo, que sumaron un total de 460 horas de diálogo. Las actividades se llevaron a cabo en 37 ciudades de Colombia, con más de 10.000 participantes, incluyendo miembros de la sociedad civil, líderes comunitarios, jóvenes, policías, la reserva policial, expertos y familias (Palencia et al., 2022).
Con el Estatuto de Carrera se aporta en:
De esta manera, se inicia un nuevo modelo de profesionalización policial en el que se definen cinco componentes: formación inicial, capacitación, entrenamiento, validación de competencias y un plan de carrera con lineamientos específicos asociados con las tendencias y proyecciones en cuanto a calidad educativa y las expectativas del desempeño profesional.
Durante el ejercicio profesional, estos componentes se alimentan y complementan recíprocamente con el servicio de policía desde el modelo de policía, el modelo de gestión organizacional existente, el modelo de gestión del talento humano, y la doctrina y la cultura institucional como contextos que aseguran los lineamientos normativos, éticos, axiológicos, culturales y de identidad de la Policía Nacional como cuerpo profesional que desempeña un servicio público para el Estado.
A continuación, se hace una explicación conceptual de cada uno de los componentes que integran el modelo de profesionalización policial como un ecosistema funcional y dinámico.
Formación
La Policía Nacional define formación policial como la "enseñanza integral a cargo de la Dirección de Educación Policial, orientada al desarrollo de competencias policiales de los estudiantes en los ámbitos personal, social y cultural para desempeñar la profesión y prestar el servicio público de policía" (Ley 2179 de 2021, art. 87). Esto encuentra sustento en artículo 222 de la Constitución Política, cuando refiere lo concerniente a los sistemas de promoción profesional, cultural y social de los miembros de la fuerza pública.
Una formación integral alude al concepto de "la educación del hombre completo, de todas y cada una de sus facultades y dimensiones" (Gervilla, 2000, p. 41). Se refiere, entonces, al desarrollo completo de la persona, no solo en términos de conocimiento, sino también en actitudes, valores, habilidades sociales, físicas y éticas (Faure et al., 1973).
La propuesta educativa en la Policía Nacional se enfoca en el desarrollo de cada individuo como ser único en proceso de autorrealización y aprendizaje continuo. De tal modo, la formación policial se basa en un enfoque pedagógico de competencias y se sustenta en tres teorías pedagógicas: modelo cognitivo, conductista y enfoque crítico reflexivo, que contribuyen significativamente al desarrollo de los perfiles profesionales de los futuros policías (DINAE, 2021).
Programas académicos
La formación policial se cumple a través de programas académicos que se definen como "la oferta educativa de la Dirección de Educación Policial, constituida por procesos documentados que permiten organizar y detallar el diseño curricular, así como el desarrollo académico-pedagógico para la formación, capacitación y entrenamiento policial" (Ley 2179 de 2021, art. 86).
Para la definición y el diseño de los programas académicos policiales se determina que deben: orientarse a la preparación para el ejercicio de la profesión policial; integrar el componente práctico; sustentarse en la metodología de solución de problemas; facilitar la adquisición, apropiación y comprensión de conocimientos, habilidades y desarrollo de competencias para la prestación del servicio de policía; facilitar el uso de escenarios para la recreación o experimentación de condiciones propias del ejercicio profesional; considerar los aportes provenientes de evaluaciones e investigaciones académicas desarrolladas por grupos de investigación debidamente escalafonados y acreditados ante el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación o quien haga sus veces; considerar las evidencias derivadas del análisis de la jurisprudencia de organismos nacionales e internacionales sobre derechos humanos e investigación en la materia, que suministren el Ministerio Público y la sociedad civil para estos efectos; ser aprobados por el Consejo Superior de Educación Policial, y cumplir con las condiciones establecidas en el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior.
Según se colige del articulado de la Ley 2179 de 2021 (30 de diciembre), el modelo de profesionalización policial se concibe desde una formación progresiva, con una oferta de programas académicos de naturaleza técnica, tecnológica, profesional universitario o de formación en posgrado, según lo requiera la profesión policial. Estos programas son requisito para ascender en las categorías de oficiales y nivel ejecutivo. Igualmente, son requisito para acceder a la tercera distinción, para el personal de patrulleros del nivel ejecutivo y los patrulleros de policía (tabla 2).
Además de los lineamientos expuestos y los programas académicos exigidos, el componente de formación del modelo de profesionalización policial incorpora una serie de criterios referentes al acceso a otros programas académicos, homologación de estudios, gratuidad en la matrícula y proceso de ascenso.
Capacitación
La capacitación se define como "la enseñanza de contenidos específicos que permiten la potenciación de conocimientos y capacidades necesarias para el óptimo desempeño profesional en el servicio de policía" (Ley 2179 de 2021, art. 88).
La Policía Nacional ha logrado consolidar una oferta educativa de cursos especializados para potencializar el conocimiento en áreas específicas del desempeño profesional, buscando cubrir las necesidades de idoneidad en cuanto a la realización de oficios concretos relacionados con el ejercicio de la profesión. Se surte de una amplia oferta de cursos y diplomados diseñados para la enseñanza presencial o virtual, lo que ha permitido ser un referente para policías homólogas y tener la oportunidad de la internacionalización educativa.
En el modelo de profesionalización policial, la capacitación se aborda desde la forma como actúa y la forma de cumplir el servicio que realiza (Tudela, 2011). En tal sentido, se debe responder a las realidades y necesidades laborales del profesional de policía y de la Institución.
La capacitación también se puede entender como un mecanismo de educación continua que perfecciona habilidades y destrezas para cumplir con las funciones de un cargo u oficio específico. Esto hace parte del concepto de educación para el trabajo y desarrollo humano, y la educación no formal, ya que incluye variedad de eventos académicos para la potenciación del conocimiento y pueden conducir o no a la certificación de una aptitud ocupacional.
Entrenamiento
En el modelo de profesionalización policial, el entrenamiento se define como "el componente específico de la educación policial, orientado a la adquisición y mantenimiento de habilidades, destrezas, competencias, aptitudes y condiciones psicofísicas, para fortalecer las capacidades del personal uniformado de la Policía Nacional y la prestación del servicio de policía" (Ley 2179 de 2021, art. 89).
Para Triana (2021), la importancia del entrenamiento radica en que su enfoque está más orientado a la cualificación de competencias y no tanto a la expedición de un título; además, se fundamenta casi exclusivamente en la práctica. Por tanto, el propósito formativo
… no se limita al reconocimiento generalizado de un contexto impuesto o materializado desde lo escrito meramente, sino que trasciende a la interpretación de la realidad en contexto, a la comprensión de lo cotidiano desde sus vivencias y experiencias [por tanto,] En el entrenamiento policial cobra vigencia la construcción del conocimiento práctico colmado de sentido común, ya que el desarrollo de competencias en este contexto, más que una imposición, se convierte en la aplicación táctica de conceptos unificados para evitar la improvisación en el desarrollo de los procedimientos policiales y, por ende, reducir la comisión de errores en la toma de decisiones. (p. 51)
El modelo de profesionalización propuesto innova con la resignificación del entrenamiento como componente fundamental de la educación policial. En consecuencia, se determina la creación de cursos mandatorios, "estructurados de manera específica sobre materias inherentes al servicio de policía, en pro de fortalecer las competencias del uniformado para el desempeño en la profesión de policía" (Congreso de la República de Colombia, Ley 2179 de 2021, art. 98), los cuales cumplen las siguientes características:
Validación de estándares
La estandarización de los procedimientos policiales donde el uniformado tiene contacto directo con el ciudadano exige una educación y validación de conocimientos diferencial, por lo cual la implementación de un ente dedicado al diseño y validación de estándares policiales en la Policía Nacional es una necesidad (Carrillo, 2021).
Con ello se garantizan las habilidades y competencias del uniformado para el servicio de policía, bajo parámetros de protección de los derechos humanos y el apego al ordenamiento jurídico colombiano, lo que legitima el actuar policial y genera niveles de credibilidad.
El modelo de profesionalización policial incorpora el Centro de Estándares como la instancia encargada de "establecer las pautas mínimas profesionales para la prestación y mejoramiento del servicio de policía; así como, validar las competencias del personal uniformado de la Policía Nacional" (Ley 2179 de 2021, art. 96).
Su implementación se hará en el marco de un proyecto de cooperación técnica con el Gobierno de Estados Unidos, para la asesoría y el acompañamiento en el diseño, la implementación y puesta en marcha, tomando como referencia el modelo Peace Officer Standard and Training (POST), comisión de carácter estatal que tiene dedicación exclusiva para la definición de los estándares mínimos profesionales que debe cumplir un oficial de policía, así como la certificación de su entrenamiento bajo esos mismos requisitos, y su validación final para poder ejercer la profesión en los cuerpos de policía debidamente acreditados en ese territorio (Carrillo, 2021).
Ahora bien, el Centro de Estándares tendrá como propósitos principales:
El Centro de Estándares de la Policía Nacional presentará los estándares definidos a una comisión consultiva que se crea con la participación de los ministerios de Defensa Nacional y del Interior, así como un representante del Colegio Profesional de Administradores Policiales, quienes se encargarán de emitir las recomendaciones pertinentes.
Plan de carrera
El Plan de carrera es una herramienta estratégica que permite orientar esfuerzos para armonizar, dentro del marco jurídico establecido, las necesidades, los objetivos e intereses institucionales con las expectativas profesionales del personal en servicio activo.
El Plan se diseña y se desarrolla por la Policía Nacional, estableciendo cargos estratégicos, planes de sucesión y rutas de carrera, teniendo en cuenta como mínimo grados, tiempos, cargos, tipos de unidad, niveles de responsabilidad y profesionalización, así como procesos de acuerdo con la misionalidad y necesidades institucionales. De tal modo, el Plan de carrera es un componente del modelo de profesionalización policial porque cumple un factor determinante en la gestión del conocimiento institucional.
Esta herramienta se alinea con los aportes de Hernández (2014), quien identifica el conocimiento como activo importante para las organizaciones, siendo su gestión un factor que añade valor a los productos o servicios que produce. Igualmente, Lopera y Quiroz (2013) lo conciben como un capital intelectual intangible, que permite la innovación, la mejora de la gestión de calidad y la efectividad. El dueño de esos intangibles es el talento humano; por eso la tarea de saber gestionar ese conocimiento con un plan de carrera es esencial.
Con lo anterior, el Plan de carrera debe ir acompañado de medidas aplicables a todo el personal en materia de bienestar policial, salud mental y una estrategia integral de acondicionamiento físico, las cuales tendrán injerencia directa en la disposición para el servicio, la calidad de este, así como en las condiciones personales y familiares del uniformado.
El modelo de profesionalización policial, con el rediseño de programas de pregrado y posgrado para la formación profesional, la educación continua con eventos de capacitación, el entrenamiento en cursos mandatorios con validación de estándares mínimos enfocados al desarrollo de las habilidades y destrezas necesarias para prestar un servicio de calidad en materia de la profesión de policía alineados al plan de carrera de los uniformados, redunda en el incremento de los índices de legitimidad que la Institución debe tener al interior de la sociedad colombiana, lo que se traduce en mejores indicadores de confianza, el acercamiento real con el ciudadano, la disminución de las intervenciones policiales negativas y un aumento en la percepción de seguridad.
Para que el modelo de profesionalización represente un círculo virtuoso funcional y dinámico se debe mantener una permanente interacción entre factores como el cuerpo docente calificado, el Proyecto Educativo Institucional, el desempeño policial y la Institución de Educación Superior. El diálogo y la autoevaluación permanente entre estos factores generará oportunidades de mejora e innovación que retroalimentarán las etapas de formación, capacitación y entrenamiento policial.
De la misma manera, desde la docencia se deben entregar las herramientas suficientes para el ejercicio de la profesión, manteniendo el radar en las perspectivas de la educación y los avances de las instituciones policiales en el mundo. Un círculo de valor que se verá enriquecido además con la experiencia de los uniformados en el desempeño de sus cargos, con los elementos que conforman la doctrina y cultura institucional, con el modelo de gestión de la Institución y con el modelo de policía que implemente el Estado.
Por ser la docencia un eje fundamental en el modelo de profesionalización policial, se considera pertinente abordar los principales mandatos contenidos en la Ley 2179 de 2021, en la cual se dispone la conformación de un cuerpo docente policial de carácter profesional, con competencias propias de la educación policial, con un plan de desarrollo profesoral que perfeccione de manera permanente la actividad docente, al que se le debe brindar un sistema de estímulos e incentivos asociados al desempeño y la trayectoria del docente.
Para fortalecer la educación policial con enfoque en derechos humanos y desde el ámbito de la docencia, las entidades públicas y privadas, entes de control, así como otras instituciones educativas sin ánimo de lucro, universidades u organismos nacionales e internacionales, de carácter público o privado, podrán apoyar en la formación, capacitación y entrenamiento del personal uniformado de la Policía Nacional a través de los correspondientes convenios, alianzas, cartas de intención y estrategias de cooperación interinstitucional. Para el ejercicio docente se tendrá en cuenta:
METODOLOGÍA
El abordaje de la investigación se hizo desde el enfoque cualitativo, considerando para el desarrollo de sus objetivos tres fases: teórica, descriptiva y exploratoria, cada una soportada en técnicas específicas de recolección de información y análisis.
La fase teórica comprendió un reconocimiento de los mandatos normativos y de política que se han establecido en torno a la profesionalización policial.
La fase descriptiva consistió en la identificación de los retos que dichas tendencias y mandatos normativos generan a la Dirección de Educación Policial de la Policía Nacional. También se hizo un reconocimiento de las necesidades educativas de las 24 escuelas de formación de la Institución. Para esto se diseñó una matriz de recolección de información, la cual fue socializada ante una mesa de expertos en donde participó cada uno de los jefes de las diferentes dependencias que integran la Dirección de Educación Policial1, a quienes se les indagó sobre los retos que desde sus dependencias deberán asumir para la plena implementación del Proceso de Transformación Integral de la Policía Nacional, específicamente lo relacionado con la educación policial, y sobre las necesidades que en las escuelas se presentaban y que se constituyen como brechas para el mencionado proceso.
Por último, en la fase exploratoria, se recogió la información recabada para identificar y analizar las metas de desarrollo que presenta la Policía Nacional en materia de profesionalización policial en el marco de Proceso de Transformación Integral.
RETOS SUPERIORES DE LA EDUCACIÓN POLICIAL
Para la identificación de los retos superiores de la educación policial, de cara al proceso de transformación integral de la Policía Nacional, se consideraron tres miradas diferenciales: los mandatos normativos y de política; las metas de la Dirección de Educación Policial, con sus líneas diferenciales, y la matriz diagnóstica de necesidades aplicada a 24 escuelas de formación policial.
Mandatos normativos y de política
Específicamente se consideraron dos documentos con plena vigencia: la Ley 2179 de 2021, "Por la cual se crea la categoría de patrulleros de policía, se establecen normas relacionadas con el régimen especial de carrera del personal uniformado de la Policía Nacional, se fortalece la profesionalización para el servicio público de policía y se dictan otras disposiciones" y la Política de Educación para la Fuerza Pública (PEFuP) 2021- 2026 (Ministerio de Defensa Nacional de Colombia, 2021). Independiente de las reformas en estructura orgánica y el modelo de profesionalización ya explicado, en la tabla 3 se destacan los mandatos por considerar.
Metas de la Dirección de Educación Policial
En coordinación con el Área de Evaluación de Calidad de la Dirección de Educación Policial, el grupo de investigadores diseñó un instrumento de recolección de información para consultar a un panel de expertos integrado por los jefes de las vicerrectorías y dependencias de la unidad respecto a: ¿cuáles son las metas o retos superiores de la educación policial en cada ámbito o área que se señala?
En la tabla 4 se recogen las principales metas y acciones que se consideraron pertinentes en los siguientes ámbitos: formación, estudiantes, docencia, entrenamiento, doctrina educativa, modelo pedagógico, proyección social, investigación, seguimiento al egresado, bienestar universitario, educación continua, educación virtual, calidad educativa, plataforma estratégica, internacionalización educativa y gestión administrativa y financiera.
Matriz diagnóstica de necesidades para la mejora de las capacidades educativas de las escuelas de formación
Se llevó a cabo un ejercicio de indagación sobre las necesidades coincidentes en las escuelas de formación de la Policía Nacional, buscando determinar aquellas que se presentan con mayor frecuencia. Para este ejercicio de abordaron siete ámbitos educativos propios de las escuelas. Los resultados se aprecian en la tabla 5.
Es de resaltar que un elemento transversal en todos los ámbitos analizados es la necesidad de una doctrina institucional actualizada, a partir de la cual se establezcan los lineamientos sobre los cuales las escuelas de formación de la Policía Nacional puedan dirigir sus esfuerzos y acciones. De igual manera, en todos los ámbitos analizados se reconoce la necesidad de disponibilidad de personal calificado, así como la disponibilidad de infraestructura y herramientas o tecnologías actualizadas que permitan mejorar el quehacer formativo y de capacitación desde lo administrativo, extendiéndose a las acciones docentes, investigativas, de proyección y de bienestar.
RETOS DE LA EDUCACIÓN POLICIAL EN COLOMBIA EN EL MARCO DEL PROCESO DE TRANSFORMACIÓN INTEGRAL DE LA POLICÍA NACIONAL
A partir de la información recabada en relación con las tendencias, las líneas de política y las propuestas de transformación, las líneas diferenciales de la Dirección de Educación Policial y la situación de brechas de capacidades, se hizo un cruce de variables para identificar aquellas que determinan una meta de desarrollo futuro para la transformación de la educación policial, considerando aspectos como: grado de incidencia del problema, tiempo requerido para su solución, pertinencia conforme a las tendencias y los proceso de transformación. De acuerdo con lo expuesto, se definieron los siguientes retos superiores:
Rediseño organizacional de la institución de educación superior
Se debe hacer con el propósito de optimizar los procesos y procedimientos educativos, así como determinar los cargos y perfiles requeridos para fortalecer la formación, capacitación y el entrenamiento, orientado al mejoramiento del servicio de policía. Esta meta requiere alcanzar un equilibrio funcional que articule la estructura orgánica de la Policía Nacional con la estructura orgánica ideal de un establecimiento de educación superior, considerando que la Policía Nacional cuenta con 24 sedes educativas en diferentes ciudades del país.
Es un trabajo que se debe pensar primero desde las escuelas. El reto está en crear mecanismos de articulación entre los procesos que se cumplen en el nivel desconcentrado y los que se determinan en el nivel central en el ámbito educativo, Es necesario definir los procesos por implementar en el modelo educativo policial y las dependencias que los desarrollarán con sus respectivas funciones, y proponer unas tablas TOP acordes con las necesidades de la educación policial.
Reforma curricular de programas de formación inicial y formales para el ascenso de oficiales y mandos del nivel ejecutivo
Rediseñar los programas de formación inicial y construir los currículos académicos de los programas de educación formal como requisito para el ascenso del personal de oficiales, miembros del nivel ejecutivo y patrulleros de policía, garantizando la progresión académica para el desarrollo de la profesión de policía establecida en el proyecto de estatuto de carrera.
Así las cosas, es necesario fortalecer el desarrollo de la profesión policial a través de programas de pregrado y posgrados que privilegien la progresión del conocimiento de la actividad de policía, con el propósito de formar hombres y mujeres con competencias orientadas al servicio y a la protección de derechos y libertades, así como la promoción de los deberes ciudadanos para el logro de niveles óptimos de convivencia ciudadana.
En esta línea se deben incorporar temas como educación virtual o híbrida, desarrollo de cursos abiertos o libres para el perfeccionamiento profesional del policía (microcredencialización), así como nuevas alternativas que profundicen en el desarrollo de tecnologías y la inteligencia artificial para la seguridad y la convivencia.
Las tendencias hablan de incorporar analíticas del aprendizaje y ecosistemas de aprendizaje con muchos roles guiados. Además, enfatizan en la necesidad de entrelazar en el aprendizaje el tema de la formación ciudadana y la formación de la personalidad.
Promoción y desarrollo del docente e instructor policial
La promoción y el desarrollo de la docencia e instrucción tiene como estrategia garantizar el efectivo desempeño docente, beneficiando al estudiante y a la Institución con impacto al servicio. Bajo esta premisa se debe construir un proyecto de estatuto para el desarrollo del docente e instructor policial, el cual deberá contemplar la formación inicial, capacitación y formación avanzada en docencia universitaria, investigación, nuevas tecnologías aplicadas a la educación y demás temáticas del campo pedagógico y específico profesional, al igual que definir mecanismos para la incorporación, seguimiento y evaluación del docente policial.
Potencialización del enfoque educativo en el entrenamiento policial
Diseño de los procesos de capacitación y entrenamiento policial avalados y validados por estándares profesionales de actuación policial, bajo la creación de los cursos mandatorios orientados y certificados por la Dirección de Educación Policial. Bajo este objetivo, y de cara a la profesionalización policial, se debe desarrollar un proceso de caracterización del entrenamiento como estrategia para garantizar el desempeño competente del uniformado, y disponer centros de entrenamiento o instalaciones adecuadas para el ejercicio práctico de los procedimientos policiales estándar en las diferentes escuelas de formación policial
Actualización de la doctrina educativa policial y los documentos que la movilizan
Actualización de los documentos doctrinales de la educación policial alineados a los resultados del Proceso de Transformación Integral, con el propósito de integrar los lineamientos conceptuales y las innovaciones que plantea el modelo de profesionalización policial. Este numeral abarca desde el proyecto educativo institucional, hasta los manuales, reglamentos, resoluciones, guías, formatos e instrucciones que incluyan todas las áreas funcionales del proceso educativo institucional.
Definición e implementación del modelo pedagógico diferencial de la educación policial
Determinar las características adecuadas para la implantación de un modelo pedagógico integrador como instrumento distintivo de la Dirección de Educación Policial a través del Proyecto Educativo Universitario (PEU), que a su vez se convierte en el marco de referencia para potenciar el conocimiento y desarrollar y fortalecer las competencias para el ejercicio de la profesión policial.
Cierre de la brecha tecnológica para la educación policial
Esta meta no solo se refiere a la dotación de equipos de tecnología y procesadores que apoyen el proceso educativo, sino también a la implementación de sistemas de información que contribuyan a facilitar el desarrollo de todos los ámbitos de la educación (formación, capacitación, docencia, investigación, proyección social, bienestar universitario, administración, logística, entre otros) para estar a la vanguardia en nuevas tecnologías. También incluye temas como la cobertura y el acceso a internet, la vinculación con bases de datos para investigación y la inclusión en la red global de información en temas policiales. Esto se alinea a la política sectorial el uso y apropiación de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones aplicadas a la educación.
Implementación de un modelo permanente de internacionalización educativa
Así como la Policía Nacional de Colombia se referencia con otras instituciones policiales del mundo en temas relacionados con la convivencia y la seguridad, estas policías homólogas tienen en consideración a la Policía Nacional de Colombia para avanzar en sus propias estructuras y modelos. Dentro de las tendencias de la educación, la internacionalización juega un papel fundamental y se debe avanzar en procesos que permitan hacer referenciación, intercambios, homologaciones, pasantías, eventos y otros mecanismos que favorezcan en una globalización del tema de la convivencia y la seguridad.
Consolidación del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Policía Nacional para el fortalecimiento del servicio de policía
Definir lineamientos, proyecciones y propósitos para la investigación policial, fortalecer las capacidades para la investigación e incorporar nuevas tendencias en las líneas del avance tecnológico, el relacionamiento ciudadano y la rendición de cuentas. Hacer más visibles los productos de investigación con un acompañamiento que contribuya a una generación exitosa de productos académicos y científicos.
Lograr el recurso suficiente para una educación con calidad
A partir de un estudio cuantitativo de capacidades, identificar el porcentaje de brechas que se presenta en temas como personal, material y equipo, tecnologías e infraestructura. A partir de esto, diseñar un plan de cierre de brechas que fundamente la urgencia de una asignación presupuestal especial que permita responder a las exigencias de calidad educativa que se plantean para la educación policial.
CONCLUSIONES
Los mandatos normativos y de política que se reconocen en la Ley 2179 de 2021 y en la Política de Educación para la Fuerza Pública (PEFuP) 2021-2026 se orientan al desarrollo de medidas para la mejora del proceso de formación, capacitación y entrenamiento en cuanto a contenidos, disposición de recursos, tecnologías, infraestructura y capital humano. Estos mandatos reflejan un compromiso significativo con la modernización y profesionalización de la Policía Nacional de Colombia. Al centrarse en aspectos como tecnología y capital humano, la ley y la política de educación buscan asegurar que la formación policial esté alineada con las necesidades y los desafíos contemporáneos, garantizando así una fuerza más eficiente y preparada para los retos actuales.
La metas que se propone alcanzar la Dirección de Educación Policial de la Policía Nacional se presentan en los ámbitos de formación, estudiantes, docencia, entrenamiento, doctrina educativa, modelo pedagógico, proyección social, investigación, seguimiento al egresado, bienestar universitario, educación continua, educación virtual, calidad educativa, plataforma estratégica, internacionalización educativa y gestión administrativa y financiera. En cada uno de ellos fue posible identificar las acciones que se precisan para su alcance. La diversidad y amplitud de estas metas destacan la complejidad de la tarea de mejorar la educación policial. Abordar cada una de estas áreas requiere un enfoque multifacético y coordinado, lo que subraya la necesidad de una planificación estratégica y una implementación efectiva para lograr una verdadera transformación en la educación policial.
La mejora de las capacidades educativas de las escuelas de formación de la Policía Nacional precisa especialmente de una actualización doctrinal que defina los lineamientos sobre los cuales debe operar. Igualmente, se reconoce la necesidad de disponer de personal calificado, infraestructura y uso de herramientas tecnologías actualizadas. Esta necesidad de actualización doctrinal y recursos subraya un desafío crítico: la evolución constante del entorno de seguridad y la tecnología. La capacitación policial debe adaptarse continuamente para mantener su relevancia y efectividad, lo que implica una inversión sostenida en recursos humanos y materiales, así como una revisión periódica de las doctrinas para asegurar que reflejen las mejores prácticas y conocimientos actuales.
De cara al proceso de transformación integral de la Policía Nacional, así como considerando las tendencias de la educación superior, lo mandatos normativos y de política, las líneas diferenciales desde la Dirección de Educación Policial y la matriz diagnóstica de capacidades aplicada a 24 escuelas de formación policial, se determinaron diez metas o retos superiores para la educación policial en materia de: rediseño organizacional, reforma curricular, promoción y desarrollo del docente e instructor policial, potencialización del entrenamiento policial, actualización doctrinal, definición de un modelo pedagógico diferencial de la educación policial, cierre de la brecha tecnológica, implementación de un modelo permanente de internacionalización, consolidación del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Policía Nacional para el fortalecimiento del servicio de policía y la disposición de mayores recursos para una educación con calidad. Estas metas representan un ambicioso plan de acción que busca abordar integralmente los desafíos de la educación policial. El éxito de este plan dependerá de su implementación efectiva y de la capacidad de la Policía Nacional para adaptarse a las demandas cambiantes, tanto en el contexto nacional como en el ámbito internacional, asegurando que la fuerza policial se mantenga a la vanguardia en términos de conocimientos, habilidades y enfoques en la prestación del servicio policial.
NOTA
1 La Dirección de Educación Policial de la Policía Nacional de Colombia es la encargada de la formación integral del talento humano de la institución, a través del sistema educativo policial, cumpliendo funciones de docencia, investigación y proyección social. Esta dirección tiene como misión contribuir a la satisfacción de las necesidades de convivencia a través de la formación del personal policial.
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