Editorial

Carlos Alberto Restrepo Rivillas

Restrepo Rivillas CA. Editorial. Sotavento M.B.A. No. 22, julio-diciembre, 2013, pp. 6-7


Los procesos de acreditación internacional de las escuelas de administración propenden por el logro de una serie de estándares y criterios de calidad que permitan tener profesionales capaces de liderar las organizaciones en escenarios de alta competencia, como los actuales.

Tres entidades otorgan las principales acreditaciones internacionales en administración. La primera es The Association to Advance Collegiate Schools of Business -AACSB-, una organización sin fines de lucro en la que participan instituciones educativas, empresas y otras entidades dedicadas a la promoción de la educación en administración; establecida en 1916, la AACSB ofrece a sus miembros una variedad de productos y servicios para ayudarles con la mejora continua de sus programas. La segunda es The European Foundation for Management Development -EFMD-, a la que pertenecen universidades, organizaciones gubernamentales y firmas de consultoría, la cual se ha consolidado como una entidad que ofrece servicios de apoyo a las escuelas y universidades interesadas en apropiar las mejores prácticas en la gestión de escuelas de administración. La tercera es The Association of MBAS, que agrupa programas de maestría en administración; fue establecida en 1967 por un pequeño grupo de graduadosde negocios con el objetivo de elevar el perfil de la educación empresarial y la calificación MBA en el Reino Unido y el resto de Europa.

Más allá del cumplimiento de indicadores, la pregunta de fondo debe ser por el aprendizaje y por la pertinencia de la formación. Los estándares de acreditación que estas organizaciones plantean, demandan que las escuelas de administración mejoren la calidad de su infraestructura, el perfil del cuerpo profesoral, entre otros aspectos asociados con los recursos para la operación.

Sin embargo, además de contar con buenos recursos, estas acreditaciones se preguntan por el impacto que los egresados tienen en el mercado laboral. Esto lleva a preguntarse por el desempeño de las escuelas en términos de la manera como se relacionan con el mundo corporativo y la forma en la que se plantean los procesos de formación.

En ese orden de ideas, las escuelas de administración que espiren a enfrentar de manera exitosa los procesos de acreditación internacional deben plantear su gestión curricular desde la demanda y las necesidades de la sociedad, más que desde la oferta. Al mismo tiempo, deben cambiar el énfasis de la formación, pasando de procesos centrados en la enseñanza a procesos que enfatizan en el aprendizaje. El desafío es asegurar el aprendizaje.

La dinámica de todo el sistema, incluyendo el diseño curricular, la investigación, la evaluación, etc., exige a las escuelas de administración entender el contexto en el que se desempeñarán sus egresados, trabajar de cerca con las empresas y las entidades del Estados para realizar investigación aplicada sobre los problemas que afectan la gestión en todos los ámbitos y, finalmente, diseñar experiencias de aprendizaje significativas.