10.18601/01233734.n31.07

DESARROLLO REGIONAL ÉTNICO-TERRITORIAL: UN ANÁLISIS DESDE LOS CONSEJOS COMUNITARIOS DE COMUNIDADES NEGRAS DEL PACÍFICO COLOMBIANO

ETHNIC-TERRITORIAL REGIONAL DEVELOPMENT: AN ANALYSIS FROM COMMUNITY COUNCILS OF THE COLOMBIAN PACIFIC BLACK COMMUNITIES

NICOLÁS GARZÓN RODRÍGUEZ*
ANGÉLICA MORENO CALDERÓN**

* Candidato a Magíster en Política Científica e Tecnologica, Universidad Estadual de Campinas (Brasil). Correo-e: nikholas.garzon@gmail.com
** Candidata a Magíster en Estudios Urbanos, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO, (Ecuador). Correo-e: angelica.moreno832@esap.gov.co

Recibido: 19 de octubre de 2017. Aceptado: 22 de mayo de 2018.

Para citar el artículo: Garzón, N. y Moreno, A. (2018). "Desarrollo regional étnico-territorial: un análisis desde los consejos comunitarios de comunidades negras del Pacífico colombiano", en Sotavento MBA, 31, pp. 68-79. DOI: http://dx.doi.org/10.18601/01233734.n31.07


RESUMEN

Este trabajo explora la noción de etnodesarrollo con el fin de idear formas de integración de los consejos comunitarios de comunidades negras al desarrollo regional del Pacífico colombiano. Para ello, realiza una aproximación teórica a la relación entre etnodesarrollo y desarrollo regional, destacando las tensiones que puedan darse entre la autonomía cultural y la integración económica de estas comunidades. Del mismo modo, el documento recoge algunas de las experiencias del trabajo de campo realizado en el consejo comunitario de Río Rosario en Tumaco y Tutunendo en Quibdó, considerando el desarrollo teórico planteado.

Palabras clave: Afrocolombianos, Etnodesarrollo, Consejos comunitarios, Comunidades negras, Desarrollo regional, Pacífico colombiano, Redcompas.


ABSTRACT

This research explores the notion of ethno-development in order to devise forms of integration of the community councils of black communities to the regional development of the Colombian Pacific. To do this, it makes a theoretical approach to the relationship between ethno-development and regional development, highlighting the tensions that may arise between cultural autonomy and the economic integration of these communities. In the same way, the document gathers some of the experiences of the field work carried out in the community council of Rio Rosario in Tumaco and Tutunendo in Quibdo, considering the theoretical development proposed.

Key words: Afro-Colombians, Ethno-development, Community councils, Black communities, Regional development, Colombian Pacific, Redcompas.


1. INTRODUCCIÓN

No son nuevos los trabajos que analizan el proceso de desarrollo regional y su relación intrínseca con las dinámicas propias que tienen lugar al interior de las comunidades negras del Pacífico colombiano. Escobar (2010) estudió durante las últimas décadas la relación entre modernización, desarrollo y violencia en esa región del país, encontrando una propuesta narrativa alternativa y contrahegemónica de las comunidades sobre la concepción del desarrollo, lo cual constituye una respuesta a las ideas impuestas por el gobierno nacional y municipal. El etnodesarrollo permite abordar estas propuestas locales y étnicas, cuyo origen es la "capacidad social de un pueblo para construir futuro aprovechando las enseñanzas de su experiencia histórica y los recursos reales y potenciales de su cultura" (Bonfil, 1982, p. 133). De manera que la región del Pacífico colombiano cobra relevancia para los estudios sobre el etnodesarrollo por cuenta de las diferentes formas de organización que tienen lugar en este territorio, las cuales son producto de una trayectoria histórica enmarcada por la violencia y el olvido del aparato estatal colombiano.

A partir de la intervención del gobierno colombiano con la implementación de la Ley 70 de 1993, las comunidades negras del Pacífico no han tenido un avance significativo en cuanto a lo económico, lo social y lo político; esto explicado desde el nivel administrativo gubernamental por la violencia y la masiva presencia de grupos al margen de la ley en los territorios. De manera que el escenario de posconflicto constituye un reto para la administración pública, ya que está llamada a formular y gestionar políticas públicas para garantizar la paz y el desarrollo en los territorios.

En ese sentido, este trabajo busca establecer una perspectiva para pensar el desarrollo regional del Pacífico colombiano, considerando las reivindicaciones territoriales de los grupos afrocolombianos. Por lo cual, se analiza la relación entre comunidades étnicas y el desarrollo regional. Así, se discute el concepto de etnodesarrollo en el proceso de integración regional de los consejos comunitarios de comunidades negras, el cual problematiza además la noción de autonomía de las comunidades negras, en tanto grupo étnico, y el proceso de integración económica de los territorios étnicos a los circuitos económicos regionales y nacionales. El planteamiento principal es que la autonomía cultural en sus dimensiones política, económica y simbólica es la base para idear formas no violentas y negociadas de integración económica de los territorios étnicos a las lógicas desarrollo regional. Las políticas de desarrollo regional que rigen en la actualidad conciben los territorios de las comunidades negras como un instrumento donde la práctica del extractivismo minero-energético pueden desarrollarse bajo dinámicas de preservación ambiental y consecuentemente sostenibilidad; sin embargo, no se exploran otras potencialidades económicas de estos territorios, de acuerdo con las aspiraciones políticas de sus habitantes.

De manera que el problema tratado en esta investigación es ¿Cómo debe la administración pública incorporar el etnodesarrollo al proceso de desarrollo regional del Pacífico colombiano? Considerando que, como se constató en diálogos con líderes de los consejos comunitarios de la región, entre las aspiraciones políticas de los grupos afrocolombianos del Pacífico está la integración de sus territorios a la economía nacional y al Estado-nación. Para ello, también nos preguntamos ¿Cómo intervienen las cuestiones étnico-territoriales cuando a nivel administrativo se habla de desarrollo regional? A partir de lo cual es necesario interrogarse también ¿Cómo deben ser las relaciones entre los territorios colectivos, el Estado y el mercado, para lograr la integración económica de las comunidades negras?

Considerando que las formas de integración regional de los territorios étnicos no han sido objeto de estudio detallado desde la administración pública, o desde otras disciplinas, este trabajo es de tipo exploratorio. En términos metodológicos, se enmarca en una perspectiva interpretativa, en la medida que busca explicar las formas estructurantes de una situación social particular a través de uno o varios estudios de caso (Della Porta y Keating, 2008). Incluye una fase de investigación bibliográfica cualitativa y un trabajo de campo en los consejos comunitarios de comunidades negras de Río Rosario, en Tumaco, Nariño; y Tutunendo, en Quibdó, Chocó. Así mismo, en términos epistemológicos se pretende establecer en la disciplina de la administración pública nuevas formas de estudiar el fenómeno de lo público, la ciudadanía y el Estado a través de miradas étnico-territoriales.

2. DISCUSIÓN TEÓRICA

El desarrollo regional es determinante para el proceso de crecimiento económico de las naciones. Siguiendo a Buttom (2011), el modelo de crecimiento clásico de Solow considera que la producción de una economía es función del aumento de la renta de los trabajadores y la productividad de los factores de producción; esta última es producto de la acumulación de capital y de un cambio tecnológico en la estructura productiva de la economía. Sin embargo, este modelo de crecimiento es cuestionado porque no tiene en cuenta las diferencias entre regiones, así como un énfasis en el cambio tecnológico, pero no en los factores sociales, económicos y políticos que lo propicia. Especialmente, el desarrollo es producido por un avance en el conocimiento científico. Según Szmerecsanyi (2001), la acumulación de conocimiento y sus aplicaciones prácticas en el campo tecnológico y comercial son claves del desarrollo económico a largo plazo.

En concordancia con Hassink e Klaerding (2011), en el modelo endógeno el papel de las regiones es central en el desarrollo económico, teniendo en cuenta que más allá del aumento de la producción industrial, este modelo, propio de la perspectiva evolucionaria de la economía, considera tres características relevantes: el lugar, la cultura y las instituciones. Así, según los autores, estos rasgos son importantes para establecer los clústeres, los sistemas regionales de innovación y los mecanismos de aprendizaje regional. Las instituciones, en tanto incentivos que influyen en el comportamiento de un actor social (Hidriks y Guala, 2015), son centrales en este proceso, en la medida que estructuran la articulación entre la esfera social y económica.

No obstante, el énfasis de las teorías del desarrollo regional en cadenas productivas de innovación y producción industrial tienen una tendencia a desconocer las particularidades del lugar, en tanto territorio y cultura; específicamente en el contexto de las dinámicas de los grupos étnicos, reiterado en la mayoría de los países latinoamericanos. Estos procesos políticos han sido considerados fuentes de conflicto social, impidiendo el crecimiento económico sub-nacional, en la medida que las correlaciones estadísticas establecen un efecto entre la polarización de los grupos étnicos en contextos regionales con un bajo desempeño en el crecimiento económico y el mejoramiento de las condiciones sociales de la población, en términos de Bleaney y Dimico (2017), cuando existe una disputa política entre los grupos étnicos y las sociedades regionales dominantes.

La fragmentación y polarización étnica en Colombia es producto de la estructura institucional propia del pasado colonial. Con el propósito de explicar la desigualdad en la distribución del ingreso entre regiones, Cepeda y Meisel (2014) plantean que existe una correlación espacial entre las formas de producción de la época colonial, entre las cuales se destacan la esclavitud minera o hacendaria, la encomienda, el minifundio mestizo y las actividades de artesanos y comerciantes, con la situación de pobreza y distribución del ingreso en las regiones donde predominaron determinadas instituciones. Así, tomando el Índice de Desarrollo Humano para medir la distribución del ingreso, los autores encuentran que en las regiones caracterizadas por actividades económicas apoyadas en la esclavitud minera tienen peores índices de desarrollo humano.

No obstante, el legado histórico de una región puede ser, apenas, un factor para explicar las disparidades regionales y la influencia de la distribución del ingreso. De esa manera, el trabajo de Galindo, Restrepo y Sánchez (2009) incorporan un enfoque institucional de los resultados sociales del desarrollo con el propósito de determinar la estructura que incentiva la provisión de bienes públicos en determinadas regiones. Es así que el papel del lugar resulta ser fundamental para comprender las instituciones, en tanto incentivos, y su función en las dinámicas del desarrollo regional, especialmente, como afirma Arcos (2014), por el proceso de construcción de ciudadanía espacial y socialmente diferencial, iniciado por las comunidades negras del Pacífico desde el siglo XIX. Por lo tanto, los incentivos para la provisión de bienes y servicios públicos se estructuraron a través de la construcción histórica de las relaciones políticas de las propias comunidades con la sociedad política regional y nacional.

Las investigaciones sobre la población afrocolombiana en la región del Pacífico, según Restrepo (2015), han buscado entender la construcción histórica de identidades y territorialidades, expresadas en las relaciones sociales y en formas de producción económica tradicionales. Pero, también, la ausencia de un reconocimiento de derechos ciudadanos, más allá de la ciudadanía jurídica otorgada, generó un espacio de exclusión expresada en el ámbito de la vida política y social de las comunidades a través de sus condiciones de vida precaria. De esa manera, a partir de las últimas décadas del siglo pasado emergió un movimiento social a nivel nacional, cuando la población afrocolombiana se construyó un espacio de disputa política por el reconocimiento de su cultura, hasta entonces oculta de la vida nacional, en concordancia con las ideas de Rodríguez (2012), así como sus derechos ciudadanos bajo demandas de justicia social; teniendo este proceso dos características esenciales: luchas por el reconocimiento de la identidad y por las tierras ocupadas históricamente.

La titulación de territorios colectivos es producto de este proceso político, el cual se desarrolla a partir de la década de los noventa. Dos problemáticas emergieron a partir de entonces como obstáculo para el desarrollo de las movilizaciones políticas étnico-territoriales de los afrocolombianos: "la competencia con agentes económicos igualmente interesados por el territorio y la presencia de actores armados que utilizan el territorio de manera temporal o más duradera" (Hoffman, 2007, p. 221). De esa manera, las dinámicas propias del conflicto armado en el Pacífico colombiano han impactado el proceso político de las comunidades y su articulación a las políticas de desarrollo regional; igualmente, los procesos de titulación y administración colectiva de los territorios de las comunidades representan una contradicción con las políticas de desarrollo regional; en palabras de Escobar (2010), "desarrollistas" implementadas en el Pacífico colombiano. En ese sentido, los consejos comunitarios de comunidades negras como proyecto político afrocolombiano, en defensa de la construcción étnica en torno al territorio, se enfrentan a dinámicas territoriales propias del conflicto armado y el proceso de modernización de la región. Es allí donde la perspectiva del desarrollo regional para la implementación de políticas públicas, desde una perspectiva multicultural, según Varela (2014), entra en disputa con la integración de las economías campesinas a los circuitos nacionales y globales con la sostenibilidad ambiental.

Para pensar el desarrollo regional del Pacífico colombiano es necesario considerar la tensión entre las dinámicas de modernización económica y social y las reivindicaciones étnico-territoriales del pueblo afrocolombiano. Esta situación ha sido evidenciada en el proceso de planificación territorial en los últimos años. Se sabe que el proceso de desarrollo de la región ha traído consigo fuertes conflictos territoriales entre los grupos étnicos, el capital, y los actores armados oficiales y al margen de la ley, por lo cual se propone considerar el desarrollo regional a partir de la noción de etnodesarrollo.

Si bien el concepto de etnodesarrollo no es nuevo y hace parte de las consignas políticas de activistas y movimientos sociales desde los años setentas. Siguiendo el trabajo de Little (2002), pensar el etnodesarrollo implica que la autonomía cultural de los grupos étnicos no es contradictoria con el proceso de integración de sus territorios a los circuitos económicos regionales, nacionales y globales. De acuerdo con este autor, la autonomía cultural aborda tres aspectos relevantes: uno político, donde se establecen los mecanismos de gobierno local, generalmente enmarcados en procesos de descentralización; uno económico, donde las formas de producción tradicionales se enfrentan a economías extractivistas, y uno simbólico, que implica la reivindicación de los conocimientos locales.

La integración económica busca resolver la "difícil interacción que un grupo étnico debe establecer con el mercado" (Little, 2002, p. 43). Esto es, cómo las formas de producción locales se articulan a los circuitos económicos nacionales y globales, con el fin de garantizar la autonomía cultural. En los últimos años, según Parodi (2015), el ámbito académico no se refiere directamente al etnodesarrollo sino que lo articula a los debates sobre desarrollo sostenible, en la medida que se empieza a reconocer el aspecto cultural e inmaterial en el proceso de desarrollo económico y social. Por lo tanto, la integración económica de los territorios colectivos está determinada por las características étnicas y territoriales al momento de planificar el desarrollo.

Así, retomando a Varela (2014), el desarrollo regional en territorios afectados por el conflicto armado debe considerar las causas de los conflictos y las territorialidades en tanto control político del territorio, que permite el ejercicio del poder y el dominio de las actividades económicas que permiten la acumulación de ingreso y riqueza. El autor plantea que el desarrollo de estas regiones debe considerar la sostenibilidad ambiental, el multiculturalismo, la construcción de una institucionalidad pública y la negociación de conflictos. En ese sentido, el desarrollo regional en contextos multiculturales puede ser concebido desde el etnodesarrollo, en la medida que se resuelvan progresivamente problemáticas relacionadas con la debilidad de la administración pública, para que esta permita la ejecución de políticas públicas que permitan una reconfiguración económica sostenible y una ampliación de la esfera pública-política.

En ese orden de ideas, es posible determinar que las dinámicas territoriales y los procesos políticos de las comunidades negras son producto de una estructura institucional que incentivó la exclusión de las comunidades de la esfera pública-política. Por tanto, las políticas de desarrollo regional formuladas e implementadas se debaten entre un cambio institucional: de un lado la profundización de la exclusión histórica de las comunidades por cuenta de la modernización productiva y la urbanización; de otro lado, su inclusión a través de los procesos políticos al proceso de desarrollo regional bajo el paradigma del etnodesarrollo.

3. LOS CONSEJOS COMUNITARIOS DE COMUNIDADES NEGRAS EN LAS POLÍTICAS DE DESARROLLO REGIONAL

Como se mencionó con anterioridad, Arturo Escobar (2010) ha estudiado el movimiento social afrocolombiano y su papel en el desarrollo regional del Pacífico colombiano, en el contexto del conflicto armado y de reestructuraciones económicas producto de la guerra, pero también del proceso de globalización. En ese escenario, las comunidades negras emprendieron proyectos alternativos a las políticas de enfoque "desarrollista", basadas en conocimientos ancestrales y lazos colectivos, construyendo una relación entre las políticas de reconocimiento, entre estas el proceso de titulación de territorios colectivos, y el proceso de resistencia cultural. Así, los proyectos económicos alternativos que cuestionan las formas políticas y económicas locales se tornan instituyentes dentro de las políticas de desarrollo regional, en la medida que procuran la integración de los territorios étnicos a los circuitos económicos nacionales y globales.

En Colombia, a partir de la última década del siglo XX, las políticas de desarrollo regional se han formulado en el marco de apertura económica. El Plan Pacífico fue la primera estrategia de desarrollo regional que buscó adecuar la infraestructura pública y la expansión de la cobertura de los servicios públicos a través de programas de inversión. El documento Conpes 3491 de 2007, en tanto lineamiento de política pública, estableció una serie de estrategias para la integración de los consejos comunitarios de comunidades negras en las estrategias de desarrollo regional. Si bien se viene reconociendo la diversidad étnica y la propiedad colectiva de las comunidades negras, aún no es clara una estrategia que integre los territorios colectivos a las cadenas de producción a nivel regional (Consejo Nacional de Política Económica y Social, 2007).

Por su parte, el Plan Todos Somos Pazcífico es la estrategia de desarrollo regional más reciente, contemplando una articulación de las comunidades locales a las iniciativas de emprendimiento regional, sustentadas en el mejoramiento de la conectividad, la infraestructura y los servicios públicos (Consejo Nacional de Política Económica y Social, 2015). No obstante, el etnodesarrollo como alternativa de planificación territorial a largo plazo para la integración de los territorios étnicos al desarrollo regional es aún incipiente, desde la perspectiva política, económica y simbólica. De otro lado, las propuestas de los territorios negros para establecer una integración económica no son homogéneas y dependen de las trayectorias políticas y las dinámicas territoriales.

En la dimensión política del etnodesarrollo, los consejos comunitarios deben articularse a la estructura institucional de los gobiernos municipales, en tanto que, a diferencia de los grupos indígenas, los territorios negros no son entidades territoriales constitucionalmente reconocidas. De esa manera, la participación de los territorios en los procesos de planificación y gestión de las políticas públicas locales depende de las relaciones de fuerza instituidas con las instancias de gobierno municipal. El ejercicio de una ciudadanía activa por parte de las organizaciones de los consejos comunitarios, en defensa de los derechos territoriales, les ha permitido ganar algún espacio de participación ciudadana.

Por lo tanto, para planificar el desarrollo regional desde una perspectiva multicultural es necesario profundizar en esta construcción de ciudadanía que, de acuerdo con Kymlicka (2009), requiere un reconocimiento simbólico, esto es, profundizar el reconocimiento como grupo étnico a través de la titulación de los territorios; establecer mecanismos de acceso al poder político a partir de instancias de representación política y participación ciudadana, y, finalmente, acceso a la administración pública en tanto acciones afirmativas, empoderamiento en la toma de decisiones e incluso la administración de los servicios públicos.

En cuanto a la dimensión económica, el papel de los territorios colectivos no es claro. En el caso del Chocó, se establecen tensiones entre las formas de producción agroindustrial y los territorios colectivos titulados, definidos por García (2014) como procesos de despojo y expansión de la propiedad privada. Del mismo modo, según Viloria (2008), en el litoral del Pacífico sur la principal actividad económica es el cultivo de palma africana y la pesca. Mientras que en la zona de Buenaventura el modelo de desarrollo se concentra en la competitividad en torno a la actividad portuaria (Varela, Martínez, Delgado, 2013). En las diferentes subregiones del Pacífico los consejos comunitarios de comunidades negras no hacen parte de un proyecto de desarrollo regional a largo plazo, en la medida que sus características, como la propiedad colectiva y las actividades tradicionales, no son compatibles con la propiedad privada y la acumulación de capital propias del sistema de producción capitalista.

Alternativas para el desarrollo económico de los territorios colectivos de comunidades negras están determinadas por las formas de integración que se den a la economía regional. Un énfasis excesivo en el desarrollo de proyectos agrícolas puede traer consigo problemáticas ambientales en contravía del principio de sostenibilidad (Varela, 2014, p. 210). Mientras que la planificación del desarrollo se ha dado de manera segmentada, en la medida que solo se plantean proyectos esporádicos, por lo general financiados por organismos internacionales, para dar soluciones de corto plazo (Little, 2002, p. 50). Por consiguiente, los mecanismos de planificación a largo plazo deben considerar los conocimientos locales, en tanto la dimensión simbólica del etnodesarrollo, para garantizar formas de integración económica que no vayan en contravía de los procesos de reivindicación étnico-territorial de los afrocolombianos.

De eso modo, a continuación, se exploran los dos casos enunciados, en la medida que develan propuestas desde los territorios étnicos para su integración a la economía regional, a partir de sus saberes y tradiciones locales.

3.1 CONSEJO COMUNITARIO DE RÍO ROSARIO, TUMACO

Dentro de las experiencias de organización política en intersección con las políticas de desarrollo regional, la Red de Consejos Comunitarios de Comunidades Negras -Redcompas- ha sido un referente político en el municipio de Tumaco, en la medida que generó experiencias relevantes de desarrollo rural. Entre estas, se destaca un proyecto de cultivo de cacao por medio de técnicas tradicionales, e implementado con participación de las comunidades, donde se reivindican conocimientos ancestrales y relaciones construidas con el territorio; al mismo tiempo, se garantiza la sostenibilidad ambiental y económica a largo plazo, en la medida que se exporta cacao de alta calidad al extranjero (Espinoza y Ríos, 2016, p. 215).

Las aspiraciones de integración del Consejo Comunitario de Río Rosario, que hace parte de la Redcompas, están mediadas por el desarrollo de sus actividades agrícolas tradicionales, reclama mayor descentralización de la planificación y gestión de los programas de desarrollo rural, ya que de acuerdo al presidente del consejo comunitario "la administración municipal hace lo que puede, lo que pasa es que la cosa se centraliza en el gobierno central" (Del Castillo, 2013, p. 1). En ese sentido, la dimensión política del etnodesarrollo se enfoca en el fortalecimiento del gobierno municipal a través de la descentralización de recursos y competencias, en la medida que es más propicio para las comunidades negras establecer o fortalecer los espacios de participación ciudadana.

Del mismo modo, la idea de desarrollo emerge en la comunidad al momento de reflexionar su situación social en comparación con las otras regiones del país, que a su modo de ver están más integradas a la economía y al Estado-nación. Así, la integración regional está medida por esas aspiraciones a alcanzar las regiones más desarrolladas, porque, en palabras de Jairo del Castillo, "nos dimos cuenta de que nosotros somos colombianos y tenemos los mismos derechos de los que viven en las grandes ciudades y que nosotros estábamos viendo que nuestros derechos no los estaban reconociendo" (2013, p. 2).

Otra dificultad que encuentra este líder afrodescendiente es que no es posible concretar un proceso de desarrollo que tenga en cuenta sus aspiraciones y su cultura ancestral, considerando que el desarrollo económico de la región es la forma más importante para integrarse al resto de la nación. Aunque es consciente de los programas de desarrollo que han sido implementados por el gobierno central, él manifiesta que el proceso de homogeneización a través de la generalización de cultivos de palma africana va en contravía de sus actividades ancestrales, caracterizadas por los cultivos de cacao, arroz y coco. De esa manera, la aspiración al desarrollo desde una perspectiva étnica sería la mejor manera de garantizar una ciudadanía en igualdad con el resto de los habitantes del país.

3.2 CONSEJO COMUNITARIO TUTUNENDO, QUIBDÓ

El consejo comunitario de Tutunendo, ubicado a 16 kilómetros de la ciudad de Quibdó y reconocido desde 1997, ha emprendido diferentes actividades que atienden a salvaguardar el territorio y consolidar una alternativa económica para la comunidad. Antes de la titulación de los territorios colectivos, la comunidad desarrolló diferentes actividades que garantizaron la permanencia en este territorio. Basados en las diferentes condiciones biológicas y geográficas del municipio, la comunidad ha logrado el amparo de un territorio expuesto y objetivado en ocasiones varias para la extracción de recursos naturales, demostrando de esa manera que actividades como el ecoturismo, la pesca de manera mesurada, la extracción artesanal de oro, el consumo moderado de recursos hídricos, la construcción de letrinas y diferentes actividades enfocadas en la disminución de la huella ecológica permite, además de la conservación del territorio, la permanencia en el mismo.

Bajo estas premisas, la comunidad ha presentado diferentes proyectos ante las administraciones de la ciudad en diferentes gobiernos; sin embargo esto ha sido poco fructuoso, en la medida que la administración pública y las diferentes instituciones cercanas a estos procesos no ven en estos procesos el apalancamiento necesario para el desarrollo de la región; por el contrario, es notorio el interés de las entidades públicas por introducir intervención de capital de empresas del sector privado que puedan consolidar un crecimiento económico a través del extractivismo de los recursos que allí pueden encontrarse y la ocupación de la población en actividades congruentes con dicha dinámica.

Ante esta situación, la comunidad ha dado una respuesta negativa, dado que las personas ven en ello una nueva forma de esclavitud y una negación de la productividad obtenida a partir de las actividades endémicas. El ausentismo estatal en este municipio lleva a que el índice de necesidades básicas insatisfechas sea alto y solo se garantice parte de su satisfacción en el centro urbano de Quibdó. Esto es cuestionable en la medida en que se ha obligado a las personas de Tutunendo a movilizarse a la ciudad para acceder a ciertos servicios, lo que conduce a la supresión de prácticas tradicionales y el desarrollo de actividades laborales diferentes a las que el territorio potencia para su realización.

En la actualidad, el consejo comunitario de Tutunendo es receptor de ayuda internacional en proyectos de fortalecimiento institucional y organizativo para la defensa del territorio de las comunidades negras, la consolidación de procesos de gestión territorial, y el mejoramiento del sistema tradicional de producción. Estas se han constituido como herramientas de preparación política que permiten que la comunidad haga frente a la encrucijada creada por las macro-industrias interesadas en la extracción de recursos naturales y el Estado que no hace presencia institucional en el territorio, puesto que los intereses de la comunidad son contrarios no solo al proyecto económico local sino también al nacional.

4. CONCLUSIONES

A partir de este trabajo es posible concluir que la noción de etnodesarrollo es desconocida en el proceso de desarrollo regional del Pacífico, a pesar de los avances institucionales y legales que reconocen las reivindicaciones étnico-territoriales de los afrocolombianos de la región. Es transversal a esta situación la falta de institucionalidad del Estado y la administración pública en los territorios, así como un proceso de desarrollo económico que no ha articulado las aspiraciones políticas de la población afrocolombiana, situación que no difiere del resto del país.

Se encontró que el enfoque del etnodesarrollo es relevante en la formulación de las políticas públicas de desarrollo regional, en la medida que propone la noción de autonomía cultural en el proceso de integración económica de los territorios étnicos. Este enfoque abarca perspectivas políticas, económicas y simbólicas de este proceso de articulación. Experiencias instituyentes tratadas demuestran las formas como las comunidades relacionan sus procesos políticos con la dinámica de desarrollo regional. Igualmente, los planteamientos recientes del desarrollo regional resaltan la importancia de la construcción de redes regionales de aprendizaje e innovación, así como las aplicaciones en la producción económica del progreso científico y tecnológico, siendo este último el principal reto de las comunidades negras de cara a su integración a los circuitos de crecimiento económico.

Así mismo, se trataron dos experiencias de cambio institucional en el desarrollo regional, donde las formas de integración económica propuestas a partir de la agricultura en el caso de Tumaco, o la consolidación de proyectos ecoturísticos y ambientalmente sostenibles, en el caso de Quibdó, permitieron develar formas de integración alternativas, aun cuando su impacto en la generación de ingresos y acumulación de riquezas no sea necesariamente deseable, en términos económicos. De alguna manera, estas formas de etnodesarrollo deben ser consideradas por la administración pública al momento de planificar el desarrollo regional; aspecto que será estratégico en la consolidación de la paz en el contexto de posconflicto que atraviesa el país.


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