DOI: http://dx.doi.org/10.18601/01207555.n15.05

EL IMPACTO DE LAS REMESAS INTERNACIONALES SOBRE EL CONSUMO TURÍSTICO INTERNO DE MÉXICO, UN ANÁLISIS ECONOMÉTRICO CON ENCUESTAS A HOGARES1

THE IMPACT OF INTERNATIONAL REMITTANCES ON DOMESTIC TOURISM CONSUMPTION IN MEXICO, AN ECONOMETRIC HOUSEHOLD SURVEY ANALYSIS

Dr. Hazael Cerón M.*
Dr. José Jorge Mora Rivera**

* Doctor en Economía por El Colegio de México, coordinador del Centro Anáhuac de Investigación en Turismo (CAIT), Universidad Anáhuac México Norte, Facultad de Turismo y Gastronomía. Profesor del Ciecas-IPN. [hazael.ceron@anahuac.mx]
** Doctor en Economía por El Colegio de México, profesor-investigador, Departamento de Economía, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México. [jjmora@itesm.mx]

Para citar el artículo: Cerón, H. y Mora, J. (2014). El impacto de las remesas internacionales sobre el consumo turístico interno de México, un análisis econométrico con encuestas a hogares, en Anuario Turismo y Sociedad, vol. XV, pp. 75-99.

1 Fecha de recepción: 18 de julio de 2014. Fecha de modificación: 14 de octubre de 2014. Fecha de aceptación: 10 de noviembre de 2014.


Resumen

El crecimiento de la migración y el turismo son dos de las más significativas manifestaciones de la globalización. Ambos fenómenos involucran el movimiento de personas, sin embargo, actualmente existe poca investigación respecto a esta relación. México ocupa el segundo lugar en captación de remesas internacionales debido a que sus migrantes se encuentran en Estados Unidos. Los vínculos que genera la migración están relacionados con el turismo. El objetivo de la investigación consistió en conocer cuál es la contribución de las remesas generadas por los migrantes mexicanos a la economía del turismo interno de México. Con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares se conocen tanto las remesas como los gastos turísticos en hospedaje y paquetes, así como el transporte turístico, que en suma conforman el consumo turístico interno que obtienen y realizan los hogares de México. Con estos datos y para contestar la pregunta de investigación se utilizó un modelo de selectividad asumiendo que el turismo es un bien de lujo y que los hogares se autoseleccionan para realizar consumo turístico. Los hogares que hacen consumo turístico son estadísticamente diferentes respecto a los hogares que lo hacen pero que además reciben remesas, por lo que es importante analizar el efecto diferenciador de las remesas. El modelo permitió identificar que por cada peso que ingresa por remesas internacionales, el 6% se destina al turismo interno. Esto equivale a 1.296 millones de dólares anuales. Sin duda, las remesas enviadas por los migrantes principalmente de Estados Unidos elevan el consumo turístico dentro de México. Esto indica que los hogares, en el momento en que uno de sus miembros se encuentra en otro país, estarán dispuestos a viajar, es decir, hacer alguna actividad característica del turismo, ya sea transporte, hospedaje o alimentación y bebidas, pues se crea una influencia a través de las pláticas e intercambio de experiencias que transmite el migrante. Por lo tanto, es necesario implementar políticas públicas que atiendan este sector, que al mismo tiempo es de bajos ingresos.

Palabras clave: turismo, migración, remesas, econometría, consumo turístico interno, modelo de selectividad.


Abstract

The growth of migration and tourism are two of the most significant trends of globalization. Both phenomena involve the movement of people, however there is currently little research on this relationship. Mexico ranks second in attracting international remittances, result of its migrants in the United States. The links generated by migration are related to tourism. The objective of this research is to identifie what is the contribution of remittances generated by the Mexican migrants on the domestic tourism mexican economy. Using data from the Income and Expenditure Household National Survey, we could identifie remittances and tourism expenditure on accommodation and packages and touristic transport, which together form the Domestic Tourism Consumption (CTIn). With these data and in order to answer the research question; a selectivity model is used assuming that tourism is a luxury good and that households self-select for touristic consumption. Households that make tourism consumption are statistically different from those households that make tourism consumption but also receive remittances, so it is important to analyze the differentiating effect of remittances. The model allowed us to identify that for every dollar that comes from international remittances, 6% is spent in domestic tourism; this is equivalent to 1.296 billion dollars annually. Undoubtedly, the effect of remittances sent by migrants mainly from the United States, lead to increase domestic tourism consumption within Mexico. This indicates that households at the time that one of its members is in another country, the household will be willing to travel i.e. to do some tourism activities either transportation, lodging or food and beverage, as a result of an influence which is created through the experiences that the migrant transmits. Therefore it is necessary public policies to attend this sector, because at the same time they are a low-income sector.

Keywords: tourism, migration, remittances, econometrics, domestic tourism consumption, selectivity model.


Introducción

La globalización actual se aprecia no sólo en el aumento del comercio de bienes y servicios y en el movimiento de capitales, sino que también se caracteriza por el persistente aumento en los desplazamientos poblacionales. La mayoría de los movimientos poblacionales permanentes se originan a partir de la búsqueda de mejores condiciones de vida y están vinculados con fenómenos estructurales, como las asimetrías económicas y la creciente interdependencia entre países.

El crecimiento de la migración y el turismo son dos de las manifestaciones más significativas de la globalización. Ambos fenómenos involucran el movimiento de personas, sin embargo, actualmente existe poca investigación respecto a esta relación.

México es uno de los países con mayor movimiento migratorio, actualmente ocupa el primer lugar en envío de migrantes a Estados Unidos, siendo los Estados de California y Texas los que concentran la mayor cantidad de ellos. Como consecuencia, el flujo de remesas internacionales también es muy alto, lo que ha originado que para 2010 México fuera el segundo país receptor de remesas en el ámbito mundial, solo detrás de la India (véase la tabla 1). Este flujo de recursos podría fungir como instrumento adicional para elevar el consumo de servicios turísticos en los países de origen, como es el caso de México. Actualmente, el turismo representa uno de los bienes de lujo con menores niveles de consumo para la población mexicana de bajos ingresos, aunque buena parte de este segmento de la población tiene como fuente de ingreso primordial a las remesas internacionales.

Ver tabla 1

De allí que por los potenciales efectos e interconexiones entre estos dos fenómenos globales (remesas y turismo), el presente estudio tenga por objetivo identificar la contribución de las remesas internacionales, generadas por los migrantes mexicanos, en la economía del turismo interno de México. Para ello se definieron las variables de remesas y de consumo turístico interno a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de México en 2012. El estudio pretende identificar si los hogares que reciben remesas del exterior tienen mayor propensión a realizar gastos turísticos dentro de México que aquellos hogares que no tienen contacto con este flujo de recursos.

El artículo está dividido en cinco secciones, en la primera se analizan los escenarios internacional y nacional de la migración y el turismo. En la segunda sección se presenta el estado del arte respecto a la relación de la migración, remesas y el turismo. La sección tres plantea la metodología adoptada para responder la pregunta del efecto de las remesas en el consumo turístico interno, a través de un modelo bietápico de Heckman. En la cuarta sección se exponen los resultados estadísticos y econométricos. La sección final describe las conclusiones y reflexiones finales que se desprenden de los resultados empíricos, y permite bosquejar algunas recomendaciones en materia de política económica.

El movimiento internacional de personas

Dentro del proceso de globalización que predomina en el mundo, una de las megatendencias internacionales es la referente al movimiento internacional de personas. Este se origina por diversos factores, tanto de "empuje" (guerras, falta de oportunidades, ocio, etc.) como de "atracción" (empleo y bienestar), en los diferentes países del orbe. Los movimientos dan origen a dos importantes tendencias: una referente a la migración y la segunda al turismo.

La migración

Respecto a la migración, esta constituye un movimiento de personas cuya razón fundamental es buscar alternativas para generar un mayor ingreso y un mayor bienestar para sus familias. En 2010, la población del planeta giraba en torno a 6.895 millones de personas, de las cuales el 3,1% se considera población migrante, mientras que en 2000 la proporción migrante era de 2,9%. El crecimiento en el movimiento migratorio mundial fue de 174,8 millones a 214 millones de personas entre 2000 y 2010. Actualmente, el mayor receptor de migrantes internacionales es Estados Unidos (EUA), con 42,8 millones, lo que equivale a 13,8% de su población, seguido de Rusia, con 12,27 millones (véase la tabla 1).

El fenómeno migratorio mundial crea un mercado laboral internacional que conduce a la generación de ingresos que, en cierta proporción, se trasladan a los países de origen en forma de remesas. Según estimaciones del Banco Mundial, en 2013 el monto total de remesas en el mundo ascendió a 548.900 millones de dólares, de los cuales el 76,6% se dirigió a las regiones menos desarrolladas. Durante ese año, los países en vías de desarrollo recibieron 420,5 mil millones de dólares, quintuplicando así los flujos de remesas respecto al año 2000. De esos países, Asia Oriental y el Pacífico fueron las regiones con más ingresos por remesas en 2013, cantidad correspondiente al 27,4% del total de remesas a los países en vías de desarrollo (véase la tabla 2).

De acuerdo con datos del Banco Mundial, elaborados principalmente a través de los censos de población de los países en el mundo, la población migrante de mexicanos en el extranjero ha crecido con el paso de las décadas desde al menos 1960. En 2010 había más de 11,5 millones de migrantes mexicanos en el mundo y Estados Unidos (E.E.U.U.) era el principal destino de los emigrantes mexicanos (véase la tabla 3). Estos flujos han crecido sustancialmente durante las últimas décadas, generando efectos en diversos aspectos económicos, políticos y sociales en ambos lados de la frontera (UNGER, 2005).

Cifras de la Current Population Survey indicaron que la proporción entre hombres y mujeres radicandos en E.E.U.U. se ha mantenido relativamente constante en los últimos 8 años, durante este período, los hombres representaron en promedio un 54,7% y las mujeres un 45,3%. Los Estados de California y Texas concentran la mayor cantidad de los inmigrantes mexicanos, sin embargo, de 2005 a 2013 han mostrado paulatinamente una reducción de esta población, de un 62,4% a un 58% del total nacional (véase la tabla 4).

Según datos del Banco de México, en 1995 las remesas internacionales captadas por el país eran alrededor de 3.673 millones de dólares y para 2013 esta cifra creció hasta los 21.597 millones de dólares. Antes de la crisis económica, en 2007, se registró su máximo histórico con un monto superior a los 26 mil millones de dólares (véase la tabla 5).

En términos estatales, en 2013 el Estado de Michoacán fue el mayor receptor (2.158 millones de dólares) y Guanajuato y Jalisco ocuparon el segundo y tercer lugar, respectivamente. Michoacán, Guanajuato, Jalisco, el Estado de México, Puebla y Oaxaca fueron las principales entidades receptoras de remesas en 2013. Para dicho año, los seis Estados captaron casi la mitad de remesas del total nacional (véase la tabla 6).

Hasta finales de los años ochenta, la migración internacional estaba en su mayoría concentrada en ciertas áreas del territorio mexicano. Los Estados con mayor tradición migratoria estaban agrupados en la región centro occidente del país, que incluye los Estados de Zacatecas, Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Sin embargo, a partir de la década de los noventa la emigración internacional se dio prácticamente en todo el país. A partir de datos del INEGI, en 2010 había 555.000 viviendas en México con miembros que emigraron a E.E.U.U. y otro país entre 2005 y 2010, lo cual representa cerca del 2% del total de las viviendas habitadas.

El turismo

La segunda razón fundamental en el movimiento de personas la representa el turismo, cuya razón fundamental proviene del OCIO. El ocio constituye una de las fuentes de actividad económica de mayor resonancia internacional, y su emergencia masiva se produce en la década del cincuenta del siglo pasado, con un desarrollo casi vertiginoso de la movilidad (WAKERMANN, 2001). El turismo consiste en el movimiento de personas a lugares distintos a su residencia o que no conocen, con el fin de disfrutar su tiempo de ocio en esparcimiento.

El turismo es parte de los procesos de globalización y se consolida como uno de los vehículos para homologar al mundo. La movilidad turística se logra con las redes de transporte, por lo que existe una estrecha vinculación entre el transporte y el turismo, pero sobre todo entre transporte aéreo y desplazamientos turísticos. Dentro del servicio de intercambio internacional se considera al turismo receptor como uno de los principales sectores del comercio global. Las causas que han aumentado el movimiento de personas, y por ende el número de viajes, son principalmente: la educación; la socialización y diversificación de los medios de transporte; la extensión y el uso de las tecnologías de la información, que dan la oportunidad de conocer los destinos; la combinación entre la disminución de los costos de viaje y el acomodo de días de ocio, como los fines de semana largos en México; y la emigración por motivos de trabajo.

El movimiento global de personas por turismo ha tenido una tendencia de crecimiento año tras año. En 2012, el número de turistas fue de 1.035 millones de personas en todo el mundo, y en 2010 fue de 949 millones de personas (véase la gráfica 1). Tomando en cuenta los censos mundiales de población de 2010, las personas que se movieron por turismo equivalen al 15% de la población mundial en dicho año, mientras que en 2000 fueron el 11% de la población.

En términos globales, este mercado mundial de turistas se distribuye en 53,2% para las economías avanzadas y 46,8% para las economías emergentes. De acuerdo con la Organización Mundial de Turismo (OMT), el crecimiento del turismo en el mundo en 2012 fue de 4% y fue positivo para todas las regiones, con excepción del Oriente Medio, toda vez que los movimientos sociales y políticos no han cesado y tuvieron un impacto negativo en la llegada de turistas internacionales en 5,4% (véase la tabla 7), tasa similar a la de 2011, que fue negativa e igual al 5,6%.

Mientras tanto, las regiones de Asia y el Pacífico, y África tuvieron tasas positivas de 7 y 5,9% de crecimiento, respectivamente. Incluso, la región de África tuvo una recuperación después de que en 2011 su crecimiento fuera negativo (0,9%). Para el continente americano se registró un crecimiento de 4,6% con resultados positivos para todos los países. A esta región llegaron 163,1 millones de turistas internacionales, los cuales representan 15,8% del mercado mundial y se concentraron de la siguiente manera: en América del Norte, 10,2% (incluyendo a México); en América del Sur, 2,6%; el Caribe, 2% y Centroamérica, 0,9%. Históricamente, Europa ha sido la región más visitada, y en 2012 tuvo 534,2 millones de llegadas, lo que le permite tener 51,6% del mercado mundial de turistas, seguida de Asia y el Pacífico, con 233,6 millones y una cuota de 22,6%.

El turismo se mide como parte de las exportaciones de los países y representa el 5% del total de estas en el ámbito global. Los ingresos de divisas en el ámbito global generados por esta actividad son de 1.075 billones de dólares. Por estos ingresos generados a escala mundial el turismo se encuentra posicionado en el cuarto lugar como fuente generadora de ingresos, sólo detrás de los combustibles, los productos químicos y los productos alimenticios.

De acuerdo con el estudio que realiza la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2011) Tourism Towards 2030 (El Turismo hacia 2030), el turismo mundial crecerá de forma sostenida en las próximas dos décadas hasta alcanzar los 1.800 millones de turistas en 2030. Esto equivale a que el número de llegadas de turistas internacionales en el mundo crecerá un 3,3% promedio al año entre 2010 y 2030.

Durante las últimas seis décadas el turismo ha experimentado una continua expansión y diversificación, convirtiéndose en uno de los sectores económicos de mayor envergadura y crecimiento del mundo. Han surgido diversos nuevos destinos, adicionales a los destinos tradicionales de Europa y América del Norte. A lo largo de los años, un número creciente de destinos nuevos se han agregado a los ya existentes y los diferentes jugadores han invertido en su desarrollo, haciendo del turismo moderno un factor clave del progreso socioeconómico mediante la obtención de ingresos por divisas internacionales, la creación de empleo y de empresas, así como la construcción de infraestructura.

Se sabe que, por primera vez, en 2011 los ingresos por turismo internacional superaron el billón de dólares, y en 2012 se mantuvo esta tendencia. Este nuevo record registrado en 2012 equivale a un incremento de 4,1% en precios nominales, comparado con 2011. Las economías avanzadas captaron 64,2% de estos ingresos y las economías emergentes, 35,9% (véase la tabla 8).

Haciendo una revisión por regiones del mundo, se aprecia que la región de Asia y el Pacífico registró el mayor crecimiento de ingresos en 2012, con una tasa de 6,4%, seguida de América Latina, con 5,9%; África, 5,6% y Europa, 2,3%. En el caso de Oriente Medio se registró una caída de 14% en 2011 y en 2012 fue de 2%. La región que más se benefició por la cuota de ingresos por turismo internacional fue Europa, con 457,8 mil millones de dólares, correspondiente a una proporción de 42,6% del total global para 2012. El segundo lugar se encuentra ocupado por la región de Asia y el Pacífico, con 324,3 mil millones de dólares, lo que corresponde a 30,2% del total, y en el tercer lugar, América, con 212,7 mil millones de dólares, con un respectivo 19,8%. Oriente Medio obtuvo 47 mil millones de dólares, y para África se alcanzaron los 33,5 mil millones de dólares, lo que representa 4,4% y 3,1% de la cuota de mercado, respectivamente.

En el caso de México los ingresos por divisas han tenido una evolución creciente a partir de la crisis mundial de 2009, sobre todo en 2013, ya que los niveles superaron los históricos máximos de 2008 (véase la tabla 9). De igual forma, el crecimiento de visitantes internacionales se ha mantenido por arriba de los 23 millones durante los últimos años, hecho que le ha permitido a México estar en los primeros lugares del ranking mundial, sin embargo, el crecimiento se estancó entre 2011 y 2012, pero en 2013 la tendencia volvió a ser creciente, e incluso para el primer cuatrimestre del 2014 el crecimiento fue de 19%.

La entrada de divisas y de los turistas internacionales a México eleva la calidad de vida de los destinos turísticos a través de efectos multiplicadores (MADRID, 2012). Por otro lado, y de acuerdo con la Cuenta Satélite de Turismo de México 2008-2012 (inegi, 2014), el turismo interno en México también ha tenido una evolución creciente. Durante 2012, el gasto de consumo realizado por los turistas dentro del país (consumo interior) resultó en 1.971.466 millones de pesos corrientes; el consumo correspondiente al turismo de residentes en México (consumo interno) representó el 90% (109.359 millones de dólares aproximadamente) del consumo interior, mientras que el gasto que realizan los visitantes que proceden de otras naciones (consumo receptivo) participó con el 10%. Por su parte, el consumo de los turistas residentes fuera del país (consumo egresivo) fue de 138.572 millones de pesos corrientes. Así, el consumo turístico total se ubicó en 2.110.038 millones de pesos corrientes, constituido por 93,4% del consumo interior y 6,6% del consumo egresivo.

Sin duda alguna, este flujo extraordinario de recursos ligados a las actividades turísticas, aunado al crecimiento de la emigración internacional y el flujo monetario asociado a este fenómeno, ha originado el interés de científicos sociales para realizar estudios sobre los distintos efectos que dichos fenómenos provocan en los países expulsores y receptores de migrantes. Al respecto, un tema básico de estudio es el relacionado con el impacto que la migración internacional podría originar en el turismo interno de las zonas de origen de la migración.

En cuanto a las remesas enviadas al país de origen, estas pueden ser una importante fuente de capital para los empresarios locales y un medio para fomentar el desarrollo de las zonas de origen de los emigrantes (WOODRUFF y ZENTENO, 2007). Pero más allá de la importancia cuantitativa de los recursos provenientes del exterior, el impacto de las remesas debe valorarse según sus usos en diversos contextos, pues de ellos pueden depender sus efectos multiplicadores sobre las economías locales y sus consecuencias sobre la misma dinámica migratoria. Es por ello que un tema fundamental y poco estudiado lo constituye la derrama económica que se podría fomentar en la promoción del turismo nacional.

No obstante, existen estudios con una visión menos alentadora sobre el impacto positivo que las remesas podrían causar en los lugares de origen de la migración. De acuerdo con esta posición, las remesas solo provocan dependencia de las comunidades al envío de recursos. Los receptores se acostumbran a un nivel de consumo que no podrían satisfacer con ingresos propios y se convierten en parásitos económicos (MARTIN, 1992; CORNELIUS Y MARTIN, 1993).

Revisión de la literatura

El viaje migratorio frecuente, las visitas a los miembros de la familia, parientes y amigos, y las remesas crecientes muestran que la migración no es sólo un simple movimiento de personas. Para algunos países, como México, China e India, la migración temporal de personas calificadas trae consigo los beneficios de las diásporas bien establecidas en los países de destino. Por ejemplo, con las visitas se fortalecen las redes de conocimiento, las mismas que se ponen en marcha para apoyar los contactos en los países de origen con transferencias de conocimientos y oportunidades de negocio con los investigadores y empresarios en el país de origen. Además, los países en desarrollo también se benefician de la devolución de migrantes bien educados y el contacto con las diásporas tecnológicamente sofisticadas.

Son diversos los estudios que argumentan los vínculos y beneficios que genera la migración. Esta hace importantes contribuciones sociales y económicas, incluso a los países de destino; además, debido a que los migrantes por lo general se desenvuelven en países desarrollados, traen consigo conocimientos que elevan la cultura y el desarrollo de los países de origen. Existen diversos estudios que han mostrado que la migración y el comercio internacional son dos factores que promueven el turismo. Por ejemplo, los estudios de DWYER et al. (1993) y el de OIGENBLICK y KIRSCHENBAUM (2002) señalaron que la migración tiene un impacto positivo en la demanda de turismo de los países destino.

De acuerdo con la OMT (WTO, 2009), el siguiente diagrama ilustra las vinculaciones entre el destino de origen y el destino final, en donde, sin duda, el envío de migrantes, las costumbres o afinidades por querer regresar a visitar a sus parientes, y las habilidades exportadas, traen como consecuencia el anhelo de visita y disfrute del ocio en los países de origen, así como el envío de remesas y la disposición de generar inversión en sus comunidades natales.

La vinculación se origina de forma natural entre la migración y el turismo. Según la OMT (WTO, 2009), existe un proceso circular entre la migración y el turismo, ya que cuando alguno de los miembros de la familia decide viajar a un país extranjero, por lo general crea redes y conocimientos que lo invitan a migrar, y por otro lado los migrantes que dejan sus comunidades anhelan regresar a visitar a sus familiares y amigos, por lo que tienen el anhelo de viajar a sus comunidades de origen. En este sentido, las comunidades receptoras de los emigrantes que visitan a sus familiares provocan una elevación en la mejora del producto turístico y proporcionan mano de obra para los viajes, el turismo y la hospitalidad.

En 2005, la Comisión Global sobre Migración Internacional publicó un reporte en el que se enfatiza la importancia de maximizar los resultados positivos de la migración a través de la mejora en los servicios en los destinos de origen, sobre todo aquellos que se proveen a los migrantes a su llegada al país de origen. El reporte incluye una lista de más de cincuenta servicios en donde se incluyen los relacionados con el turismo, es decir, aquellos que contemplan preparación de alimentos y bebidas, y la hotelería (GLOBAL COMMISSION ON INTERNATIONAL MIGRATION, 2005).

A escala internacional se encuentra el estudio realizado por LEITAO y SHAHBAZ (2012) para el caso de la relación entre migración y turismo en Portugal. Estos autores señalan que la migración y el turismo tienen una naturaleza dinámica y compleja. Los estudios empíricos de la demanda de turismo han confirmado la importancia de los precios relativos, distancia geográfica y el comercio bilateral. La inclusión de la variable migración no es tan usual en los estudios empíricos. Sus resultados respaldan la hipótesis de que existe una correlación positiva entre migración y demanda de turismo. Empleando técnicas econométricas, muestran que el PIB per cápita y la población, que determinan la capacidad de viajar, son variables explicativas que tienen un impacto positivo en las visitas a familiares y amigos.

Se han analizado los efectos de la migración sobre el turismo en diversas aristas, por ejemplo, para saber cuál es la disposición de los migrantes al regresar a su país de origen, es decir, se identifica la manera en la que los migrantes residentes en otro país conciben a su país natal. En este caso se encuentra el estudio de (THU Y KING, 2002) de los vietnamitas inmigrantes en Australia. Dicho análisis se consideró oportuno ante la preocupación de académicos australianos y políticos por analizar la relación entre migración y turismo bajo un contexto cultural entre estas dos naciones. Los "migrantes vietnamitas" constituyen uno de los nuevos grupos étnicos en Australia y una de las seis comunidades de migrantes con mayor número de habitantes. Se concentra en ciudades como Sidney y Melbourne, en las cuales han propiciado una atmósfera de desarrollo de viajes entre las dos ciudades. Los estudios realizados indicaron que los inmigrantes se interesan por viajes al extranjero y en menor grado por los viajes nacionales, a diferencia de los residentes originarios de Australia. Su motivo de viaje es visitar a familiares y amigos, sin importar el lugar de residencia de los mismos. Lo anterior sugiere que los destinos preferidos por los migrantes vietnamitas son aquellas ciudades en donde existe mayor número de concentración vietnamita: E.E.U.U., Francia, Australia y Canadá.

Pero también se han analizado los flujos de turistas que tienen permanencias de larga estancia en países como México, en donde los estadounidenses jubilados buscan playas para pasar gran parte de su vejez. Este fenómeno puede considerarse migratorio, pero genera grandes derramas económicas en los destinos turísticos (SECTUR, 2011). Otros ejemplos relevantes incluyen la migración de pensionados en Asia y sus nuevas residencias, llamadas "segundas residencias", en Europa occidental y América del Norte (LAW, GENC Y BRYANT, 2013).

El efecto primordial de la migración es el envío de remesas, por lo que no solamente se analizan los aspectos culturales y sociales entre el turismo y la migración, sino que se vuelve relevante identificar los efectos de las remesas en el turismo dentro de los países, es decir, si en el momento en que los migrantes envían remesas, estas elevan el turismo de sus familiares y al mismo tiempo el consumo turístico interno. Existen pocos estudios que estén relacionados con la vinculación entre remesas y turismo, cuestión que es el centro de análisis de este estudio.

Hace algunos años surgió la propuesta, cada vez más aceptada, de que la migración a través de las remesas puede contribuir a mejorar la calidad de vida de los países expulsores de migrantes, además de generarle mayores beneficios a los individuos que participan en dicha actividad. Dentro de esta perspectiva, la migración es vista como parte de una interacción virtuosa en la cual el desarrollo puede ser reforzado, no sólo en el país de destino, sino también en el país de origen de los migrantes (TAYLOR y MARTIN, 2001). Algunos estudios recientes que analizan la experiencia mexicana en los ámbitos rural y urbano han mostrado que los recursos de los migrantes proporcionan con frecuencia el capital inicial para impulsar una amplia variedad de actividades productivas (WOODRUFF y ZENTENO, 2007; TAYLOR y MORA, 2006).

Este enfoque considera que las remesas pueden tener un efecto positivo sobre el crecimiento y el desarrollo económico de los países expulsores. Sostienen que no se deben subvalorar los efectos derivados del aumento en el consumo corriente, ya que en algunos países receptores gran cantidad de negocios dependen del gasto proveniente de las remesas (CONWAY y COHEN, 1998).

Resulta importante señalar que esta visión optimista del impacto de las remesas no es la única, también existe una visión poco alentadora de este fenómeno que sostiene que el principal uso de las remesas es para el gasto corriente y no para la inversión productiva, que podría ayudar a disminuir la brecha entre países ricos y pobres (RUBENSTEIN, 1982).

Los defensores de esta postura consideran que las remesas no ayudan a las comunidades de origen de los migrantes en su desarrollo, y critican a los Gobiernos que buscan en las remesas una solución a los problemas sociales de las áreas de expulsión más desprotegidas (JONES, 1998). Además, conforme la población envejece, algunos emigrantes se establecen en el exterior llevándose a sus familias, por lo que el envío de remesas disminuye considerablemente. En el caso en que la pobreza y la falta de desarrollo de las zonas expulsoras sean crónicas, lo anterior significa que las remesas no resolverán estos problemas.

No obstante esta última visión sobre las remesas, está documentado que dicha fuente de recursos puede propiciar la creación de negocios y la incursión en actividades recreativas que ayudan a resolver las nuevas necesidades de las comunidades de origen, como la falta de transporte adecuado para dirigirse a las ciudades que forman parte de la ruta migratoria. Además, se crean canales de distribución de los recursos obtenidos por el trabajo en el extranjero, como las fiestas organizadas en los pueblos.

Aun si una proporción muy pequeña de las remesas es destinada directamente a la inversión productiva en capital, en el agregado es una cantidad considerable que ayuda al desarrollo agropecuario de las comunidades en la adquisición de nuevas tecnologías y al acceso de información que involucra actividades recreativas con el objetivo de incrementar su calidad de vida (DURAND, PARADO y MASSEY, 1996; LANQUAR, 2007).

Mientras que los migrantes constantemente interactúan con el sector comercial del turismo en las distintas etapas del proceso de migración, un número creciente de turistas de ocio se dedica a otras actividades en sus viajes al extranjero, especialmente a países en vías de desarrollo, que van más allá del consumo convencional de los bienes y servicios turísticos.

En los destinos turísticos, a través de la solidaridad, proyectos voluntarios o de la comunidad, pueden donar sus habilidades o incluso proporcionan ayuda financiera. Algunos de ellos se utilizan para reforzar las operaciones de turismo local y su infraestructura general, y las necesidades de la comunidad local, como el agua, la salud, las energías renovables, la educación o los agroproyectos (cada una de estas áreas también es importante para la creación de las condiciones adecuadas para recibir a los turistas comerciales).

Las organizaciones de migrantes pueden diseñar mecanismos de donaciones voluntarias para crear programas de inversión en infraestructura en los lugares de origen. TORRES (2001) documenta lo anterior para emigrantes mexicanos en los E.E.U.U., añadiendo que, ante el éxito obtenido por estas organizaciones o clubes, algunos Gobiernos locales han tenido acercamientos para mejorar estos programas y han apoyado estas iniciativas haciendo más productiva la inversión. Ejemplo de lo anterior es el programa llamado "3X1". De acuerdo a CONWAY y COHEN (1998), la importancia de la inversión por parte de los emigrantes en sus lugares de origen a través de las remesas hace crecer la probabilidad de retorno a sus comunidades en el futuro, probabilidad que es proporcional al monto de la inversión efectuada.

Otro efecto potencial y positivo que puede traer consigo la migración a través de las remesas es el impulso que le da a las actividades turísticas dentro del país, ya sea generando mayores gastos directos en dicha actividad o promoviendo mayores y mejores destinos turísticos en sus comunidades de origen.

Las comunidades de migrantes han comenzado a ser, progresivamente, reconocidas como actores relevantes para el desarrollo de sus países de origen, especialmente por sus remesas, pero también como actores clave en el proceso de transformaciones socioculturales reflejadas en la introducción de nuevos modos de vida, valores, costumbres y pautas de consumo; así como por sus viajes como turistas para visitar amigos y familiares, al tiempo que demuestran "el éxito" alcanzado económicamente, que se manifiesta en el elevado gasto que realizan en su país de origen, PERELLÓ (2007).

Para el caso mexicano se encuentran algunos estudios que analizan la relación entre turismo y remesas, por ejemplo, está el análisis de GARCÍA y SÁNCHEZ (2008), quienes estudiaron el impacto de las remesas sobre recursos turísticos en el Estado de Michoacán.

Los autores examinan el proceso a través del cual la recepción de remesas en las localidades de origen de los emigrantes incentiva la transformación de la vivienda tradicional y, por consiguiente, la imagen urbana, que en el caso de las localidades analizadas constituye el sustento de su recurso turístico. Para GARCÍA y SÁNCHEZ, la dinámica migratoria incentiva un cambio social, económico y del entorno edificado de las ciudades michoacanas; en contraste, el interés por sostener la actividad turística implica la conservación de las características urbano-arquitectónicas actuales, como ambientes tradicionales propicios para tal fin.

Se considera fundamental comprender y orientar el papel, como escenario de autorrealización, que tiene para el emigrante su vivienda, antes de pretender prohibir la transformación de la vivienda. Entonces, resulta necesario orientar los recursos de las remesas a proyectos productivos de beneficio local o regional.

En un estudio de caso realizado en el Estado de Oaxaca se señala que la derrama económica del turismo nostálgico produce impactos en algunas actividades económicas, sobre todo en la ganadería de traspatio y, en menor grado, en el comercio y los servicios. El turismo nostálgico también tiene potencial para inducir la afluencia del turismo cultural, que en el futuro deberá adquirir un peso importante para compensar una lenta disminución de turistas nostálgicos. La migración puede reducirse si las actividades artesanales locales se fortalecen mediante un incremento del turismo (REYES et ál, 2009).

Por su parte, la relación entre migración y turismo también puede reconfigurar la dinámica de los mercados laborales, como es el caso analizado en un estudio del Estado de Nayarit. En este se argumenta que el auge de las actividades turísticas y de los servicios, en detrimento de la agricultura en la costa sur de Nayarit, ha traído como consecuencia una marcada segmentación del mercado laboral por actividades, lugar de origen y sexo.

La segmentación de los mercados de fuerza de trabajo y la diferenciación salarial asumen la forma de movilidad de los trabajadores hacia ciertos espacios laborales. El proceso migratorio rural-urbano; diferenciación social por sexo, edad, condición migratoria o étnica; y diferenciación productiva, son procesos ligados a la segmentación de los mercados de trabajo. Vinculada a ello se presenta la urbanización de las zonas rurales a través del auge del turismo y del crecimiento poblacional (SIFUENTES y ARTEAGA, 2010).

De esta forma, las remesas pueden ser un ingreso adicional para los hogares de México y, por lo tanto, pueden elevar el acceso al turismo. Basta decir que en México, aunque en todos los deciles de ingresos hay personas que viajan, solamente 43,5% de la población hace un consumo turístico (Cerón, 2014). Ante esta desigualdad es posible que las remesas sean un alentador del consumo turístico interno de México.

Metodología. Modelo econométrico

En esta sección se desarrolla un modelo empírico en el que se plantea la medición del impacto de las remesas sobre el consumo de turismo interno. En primera instancia, se planteó identificar los datos que permitan hacer la medición a través de un modelo econométrico y, posteriormente, se contrastó el resultado con aportaciones de interés en materia de políticas públicas para el desarrollo.

Los datos utilizados para elaborar el modelo provienen de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (INEGI, 2012).

Para poder conocer los gastos turísticos se tomó en cuenta el concepto definido por la Cuenta Satélite de Turismo de México (CSTM). El Consumo Turístico se define como "todos los bienes y servicios que el visitante adquiere antes, durante y después del viaje y que están relacionados con ese propósito, incluyendo la adquisición de bienes de consumo duradero, como botes de navegación, vehículos, etcétera, (INEGI, 2013).

En el caso de la CSTM de 2007-2011, se incluyen: maletas, ropa y calzado, artesanías, películas para fotografía, artículos para el aseo y la limpieza personal; servicios de alojamiento y transporte; entre otros bienes y servicios. El consumo turístico se divide en consumo interno, receptivo y egresivo. En el caso de este estudio se considera el consumo turístico interno (CTIn), ya que comprende las actividades de los visitantes residentes en la economía de referencia como parte de un viaje dentro del territorio nacional. El CTIn contempla los gastos efectuados por los visitantes residentes de México, siempre y cuando sus desplazamientos sean fuera de su entorno habitual, pero dentro del país.

Aludiendo a este concepto, se tomaron en cuenta los siguientes rubros de gastos que se consideran turísticos en la ENIGH: transporte foráneo, transporte ferroviario, transporte aéreo, cuotas de autopista, alquiler de vehículos, gasto en paquetes turísticos, hospedaje, alojamiento y tours. De esta forma, el CTIn con datos de la ENIGH conforma dos rubros: 1) gastos turísticos (gasto en paquetes turísticos y tours) y hospedaje; y 2) transporte (transporte foráneo, transporte ferroviario, transporte aéreo, pago de autopistas, y cuotas y alquiler de automóviles).

Por otro lado, las remesas representan los ingresos de los hogares provenientes de economías extranjeras obtenidas principalmente por los movimientos temporales o permanentes de algún miembro de la familia. Las remesas en efectivo pueden circular a través de canales formales, tales como transferencias electrónicas, o a través de medios informales como los cruces de dinero y bienes a través de las fronteras. Se trata principalmente de fondos en efectivo y elementos no monetarios enviados o entregados por personas que han migrado a una nueva economía y que se han convertido en residentes allí, o bien de otro tipo de trabajadores temporales que se emplean en una economía en donde no son residentes. Aludiendo a este concepto, las remesas con datos de la ENIGH son todos aquellos envíos de transferencias monetarias por parte de los migrantes en el rubro de ingresos provenientes de otros países.

La selección del modelo econométrico toma en cuenta el hecho de que en México no todos los hogares disfrutan de las actividades turísticas, es decir, aún son un bien de lujo. Por lo tanto, el enfoque econométrico empleado implica un modelo de selectividad, en el que las variables dependientes se encuentran censuradas por variables latentes no observables que influyen sobre las decisiones de participación en la actividad turística. Es decir, los hogares se autoseleccionan para realizar consumo turístico, por lo tanto, no existiría aleatoriedad en los datos.

La posible no aleatoriedad de la muestra implica que la regresión por mínimos cuadrados ordinarios (MCO) proporcione coeficientes sesgados. HECKMAN (1979) notó que el problema de usar MCO es que el coeficiente estimado (ß) es generalmente sesgado debido a la omisión de una variable, comúnmente llama la razón inversa de Mills. La solución a este problema es aplicar el método bietápico de HECKMAN o modelo de selectividad.

La primera etapa consiste en estimar la ecuación de selección a través de un modelo Probit que determine la probabilidad de participar en la actividad turística dadas algunas características individuales (Wi). La ecuación será:

Donde DCTIn es una variable de elección binaria, la cual toma el valor de 1 si el hogar decide realizar consumo turístico interno y 0 si no realiza consumo turístico interno.

Wi = es un vector de características del hogar que influyen en la elección de participar en las actividades turísticas.

δ = es el vector de parámetros a estimar y

ui = es el residual

De esta regresión Probit se obtienen los parámetros estimados (δ) para calcular la probabilidad de realizar consumo turístico, dado que cuenta con un nivel de educación y diversas características Wi. Esta probabilidad es llamada razón inversa de Mills (IMR), expresada por el parámetro lambda (λ), el cual será incluido como regresor adicional dentro del vector Xi en la regresión del impacto de las remesas sobre el turismo en la segunda etapa de la estimación para corregir el sesgo producido por la autoselección.

Donde

Φi = es la función de densidad normal

Φi = es la función de distribución normal

En la segunda etapa, la IMR(λ) se incluye como variable independiente para controlar el sesgo de selectividad en la participación en las actividades turísticas del hogar. En esta etapa se calcula el modelo de regresión de la ecuación que permitirá medir el impacto de las remesas en el consumo turístico interno que realizan los hogares:

Donde CTIn es el consumo turístico interno, R las remesas, (λ) la razón inversa de Mills y Xi es un conjunto de variables de control que están relacionadas con las características de los hogares. Cabe señalar que el vector de variables Wi del modelo probit y el vector Xi del modelo de regresión deben tener al menos una variable que no esté incluida en el vector Wi (Maddala, 1983).

Haciendo alusión a los modelos de migración, en los vectores W y X se consideran las siguientes variables:

  1. Miembros de las familias mayores de doce años.
  2. Número de miembros de la familia incluyendo niños.
  3. Promedio de años de escolaridad del hogar sin considerar al jefe de familia.
  4. Años de escolaridad del jefe de familia.
  5. Promedio de edad del jefe de familia.
  6. Porcentaje de hogares donde el sexo del jefe de familia es masculino. En los modelos esta variable se introduce como dummy del sexo del jefe de familia, donde 1= masculino y 0 = femenino.
  7. Porcentaje de hogares que cuentan con algún miembro de lengua indígena. En los modelos esta variable se introduce como dummy, donde 1 = si el hogar cuenta con algún miembro de la familia que hable alguna lengua indígena y 0 = en caso contrario.

Estas variables también son llamadas variables de control, que permitirán controlar el efecto de las remesas sobre el consumo turístico, de tal forma que proporcionen estimaciones más robustas. El paquete econométrico que se utiliza es STATA 12.0. Los resultados se presentan en la siguiente sección.

Resultados

En el ámbito internacional, México es uno de los principales países involucrados en esta tendencia de movimiento de personas, tanto en el campo turístico como en el de migrantes internacionales.

Respecto a los migrantes que salen del país, México ocupa el primer lugar en el ámbito mundial en migración neta. En 2010, y según cifras del Banco Mundial, ocupaba el primer lugar como expulsor de migrantes a Estados Unidos, y en cuanto al número de visitantes internacionales por concepto de turismo, México siempre estuvo entre los primeros diez lugares hasta 2011. Actualmente ocupa el lugar 15, con 24,1 millones de personas en 2013.

Respecto a los ingresos generados por la emigración de personas, México ocupó el segundo lugar mundial en captación de remesas, con 21.304 millones de dólares en 2010, y en 2013 recibió alrededor de 21.600 millones de dólares. En cuanto a las divisas generadas por la entrada de visitantes internacionales, México ha ocupado los lugares 23 y 24 en el ámbito mundial en los años recientes (2011-2013), con alrededor de 12.000 millones de dólares.

Estos indicadores indujeron a pensar que las remesas podrían tener algún impacto económico dentro de los países de origen. En este sentido, se decidió investigar específicamente cuál es la contribución de las remesas generadas por los migrantes mexicanos a la economía del turismo interno de México, puesto que de acuerdo con parte de la literatura, las remesas pueden constituir un poderoso instrumento para elevar el consumo turístico de los mexicanos, es decir, el relacionado con el CTIn de los viajes en el país.

La tabla 10 muestra algunas estadísticas descriptivas de la base de datos empleada y que distingue entre hogares con y sin CTIn, además de aquellos hogares que reciben remesas. Respecto al primer par de grupos, es decir, entre los hogares que gastan en CTIn y los que no, existe una notoria superioridad en los gastos e ingresos mensuales por hogar y percápita de los hogares que gastan en turismo, lo cual deja evidencia de que el acceso al turismo es para hogares con mayores ingresos. De igual manera, la variable principal de control, que es la escolaridad, también presenta más años para los hogares que gastan en turismo.

La comparación de los hogares que realizan CTIn respecto a los que reciben remesas también es superior en las variables de ingresos y escolaridad; la diferencia es mayor respecto a los hogares que no realizan CTIn. Sin embargo, si ahora los comparamos con hogares que no solamente hacen CTIn sino también reciben remesas, los indicadores de ingresos (mensual y percápita) y de gastos se mantienen por debajo, pero son superiores a los grupos de hogares que no gastan en turismo y que solamente reciben remesas; esto es, que los hogares que además de realizar CTIn tienen un ingreso por remesas, sí tienen diferencias estadísticas.

En esta tabla es posible observar que existen diferencias significativas en los ingresos y los gastos entre el grupo de hogares que hacen CTIn con respecto a los que reciben remesas y gastan en CTIn2. Es importante señalar que el ingreso per cápita es más bajo para los hogares que reciben remesas, esto es porque las remesas son característica común en los hogares que son de bajos ingresos, sobre todo en el sector rural.

No es posible encontrar diferencias significativas entre estos tipos de hogares para las siguientes variables: miembros de la familia mayores de 12 años, número de miembros incluyendo niños y porcentaje de hogares que cuentan con algún miembro de lengua indígena. Los hogares que gastan en CTIn tienen mayores niveles de escolaridad promedio que los que reciben remesas, las variables que indican lo anterior son: promedio de años de escolaridad del hogar y años de escolaridad del jefe de familia.

Esto indica que las remesas pueden inducir a una marcada diferencia entre solo realizar CTIn y que dichos gastos estén financiados por las propias remesas. En la parte inferior de la tabla se señala el promedio de gasto trimestral en CTIn de los hogares, que es de 1.393 pesos, esto es, aproximadamente 100 dólares norteamericanos, y 738 pesos, esto es cerca de 55 dólares.

Los resultados del modelo econométrico implicaron las dos etapas, como lo dicta el modelo bietápico de Heckman. En la tabla 11 se presentan los resultados, en donde se destacan los parámetros de la selección de actividades turísticas y los efectos de las remesas en el CTIn. Previo a los resultados es importante señalar que la correlación entre las remesas y el CTIn es de .06, lo que indica que su vinculación está poco asociada y permite inferir que el modelo no tiene problemas de endogeneidad.

Respecto a la primera etapa, se utilizaron como variables de control las características del hogar, destacando a la escolaridad como la variable que más influye en la decisión de hacer CTIn. El efecto de la escolaridad promedio de los hogares es estadísticamente significativa al 1% e indica que si los hogares tuviesen un año más de escolaridad, la probabilidad de realizar CTIn aumenta en 5,1%. Por otro lado, es importante destacar que si los hogares cuentan con algún miembro de la familia que habla alguna lengua indígena, también aumenta la probabilidad de realizar CTIn. Esto podría significar que los hogares seguramente tendrán que disponer su tiempo y sus ingresos para viajar a los lugares de origen de los miembros que pertenecen a grupos étnicos. La interpretación del parámetro indica que si el hogar tiene un miembro más de habla indígena, la probabilidad de hacer CTIn aumenta en 26,9%, y es estadísticamente significativo al 1%. El resto de las variables no tienen efecto significativo, sin embargo, son de control, y permiten construir la IMR (λ) para estimar el impacto de las remesas sobre el CTIn.

Respecto a la segunda etapa, los resultados econométricos indican que al corregir por el sesgo de selección en la actividad turística, específicamente en el CTIn, es posible identificar un impacto positivo y significativo de las remesas sobre el gasto en consumo en actividades turísticas internas. El coeficiente relacionado con la variable remesas indica que al incrementarse la recepción de remesas en un peso, el gasto en CTIn lo hará en seis centavos, lo cual sugiere que dados los montos de remesas recibidos en nuestro país, el efecto global de estos recursos constituiría incrementos en los gastos turísticos nada despreciables para este sector económico.

También es posible identificar impactos positivos en las variables de capital humano, pues al incrementarse estas se genera un mayor gasto en turismo interno; es decir, la escolaridad indica que por cada año adicional promedio del hogar, los gastos en CTIn aumentan en 81,9 pesos, mientras que por cada año adicional de escolaridad en el jefe de familia, este aumenta 17,17 pesos. La variable que identifica el tamaño del hogar indica que al pertenecer a un hogar con mayor número de miembros, los gastos en actividades turísticas disminuyen considerablemente. La variable IMR que controla el sesgo de selectividad es significativa al 5%, con lo que los hogares sí se autoseleccionan a llevar a cabo los gastos turísticos que ellos prefieran.

Sin duda, el efecto de las remesas enviadas por los migrantes, principalmente de Estados Unidos, conduce a elevar el consumo turístico dentro de México. Esto indica que los hogares, en el momento en que uno de sus miembros se encuentre en otro país, estarán dispuestos a viajar, es decir, a realizar alguna actividad característica del turismo, ya sea transporte, hospedaje o alimentación y bebidas, pues se crea una influencia a través de las pláticas e intercambio de experiencias que transmite el migrante. En muchos casos el migrante es quien regresa a visitar a la familia debido a las restricciones para poder viajar a Estados Unidos, por lo que de forma permanente, o solo por hacer turismo, el migrante regresa con deseos de pasar bien en su país, de disfrutar de actividades culturales y de ocio, visitar lugares de interés y viajar con la familia, especialmente fuera del barrio o comunidad de origen. En otros casos, la mayoría de los inmigrantes envían dinero a casa, pero puede ser no sólo por medio de las remesas obtenidas en su actividad económica, sino que también envían bienes y servicios turísticos por su cuenta, por lo cual los hogares receptores se crean la idea de poder ejercer el turismo.

Un aspecto relevante es que los hogares que reciben remesas por lo general son de segmentos de bajos ingresos que se ubican en los deciles inferiores; incluso están altamente correlacionados con hogares que cuentan con miembros de habla indígena. Las estrategias de política económica deberían tomar en cuenta que para la población de bajos ingresos que quiera viajar, sin duda las remesas ejercen un gran impacto para elevar el turismo interno.

Finalmente, los resultados indican que para enfrentar las limitaciones sobre el consumo turístico dentro de México por parte de los segmentos de bajos ingresos (por ejemplo, los hogares rurales que deciden enviar a los miembros de su familia a Estados Unidos), se debería considerar la derrama económica que dejan las remesas al turismo. Esto es, si en 2013 se recibieron 21.597 millones de dólares, entonces se recibieron 291.559,5 millones de pesos, de los cuales el 6% se destina a turismo interno. Esto equivale a 17.493 millones de pesos, es decir, la nada despreciable cantidad de 1.296 millones de dólares anuales.

Conclusiones

Los resultados obtenidos en este estudio indican que a través de las remesas, la migración a los E.E.U.U promueve los gastos que los hogares destinan a actividades turísticas dentro de México. Con base en lo anterior, es posible argumentar que las remesas pueden promover el desarrollo del turismo interno en nuestro país.

Hay una necesidad de identificar los vacíos de conocimiento para que el Gobierno y otros responsables políticos puedan priorizar sus acciones para incluir la perspectiva de la migración en sus respectivas estrategias nacionales de planificación del desarrollo turístico, sobre todo del CTIn, y simultáneamente ayudar a la reducción de la pobreza. Esto permitiría cumplir con el objetivo de "turismo para todos", plasmado en el plan sexenal de la actual administración, 2012-2018.

Sin embargo, la emigración internacional no debería ser la opción para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de México (y de otros países pobres). Lo anterior es especialmente válido en el mundo de hoy, en el que los países receptores de emigrantes internacionales (y la mayoría de los habitantes) están tomando medidas para restringir el flujo de gentes provenientes de los países en desarrollo. A ello hay que añadir que una consecuencia de tales restricciones es el aumento en los riesgos que afrontan los emigrantes sin permiso de entrada a los países receptores.

Un principio básico que deben tener las políticas nacionales que impulsen el desarrollo de cualquier sector, en este caso el turismo, en México consiste en ofrecer opciones de empleo bien remunerado, principalmente a la población más vulnerable. En primer lugar, tales medidas deben tomar en cuenta que el desarrollo está acompañado de la pérdida de peso de la agricultura en la economía del país. En segundo lugar, las intervenciones gubernamentales deben enfocarse en reducir el proceso de emigración a las grandes ciudades, proceso que ha traído como consecuencia la marginación urbana. Es pues de fundamental importancia que los esfuerzos estatales se enfoquen en el desarrollo regional urbano (ciudades pequeñas y medianas) y rural.

Nuestros resultados indican que, entre otros, el esfuerzo estatal rendiría frutos para el desarrollo si se canalizara en la formación de capital humano, en las inversiones en infraestructura y comunicaciones y en la promoción de las actividades no agrícolas en el medio rural. Las remesas de los migrantes pueden constituir un poderoso instrumento para la mejora de las inversiones relacionadas con el turismo en las infraestructuras básicas en la base de la comunidad o para la creación de pequeñas empresas turísticas en los países de origen.

Una implementación clara de lo anterior consistiría en generar sinergias entre las distintas dependencias o agencias gubernamentales para potenciar los efectos positivos en materia de turismo que generan las remesas, por ejemplo, impulsando programas como el Paisano invierte en tu tierra, que tiene como una de sus vertientes de apoyo el impulso del turismo en áreas rurales, generando actividades de ecoturismo que preserven el medio ambiente y promuevan los rasgos culturales de las comunidades regionales de nuestro país. Lo anterior podría ser impulsado también mediante la generación de programas gubernamentales con el objetivo de incentivar el envío de remesas colectivas mediante el cofinanciamiento en la inversión de infraestructura turística en sus comunidades de origen, así como con la finalidad de impulsar inversiones en microempresas y empresas que generen fuentes de empleo en actividades turísticas.


Pie de página

2 Para estos subgrupos de muestra de hogares realizamos la prueba de homogeneidad de varianzas de Levene (1960) considerando la prueba centrada en la mediana, como lo recomiendan Conover, Johnson y Johnson, (1981). Esta prueba se hizo para las variables ingreso total mensual y gastos turísticos, obteniendo los siguientes resultados. Para la variable de ingresos el estadístico de Levene es de 0.2335 (P > F = 0.628) y para la variable gastos turísticos es de 1.3361 (P > F = 0.247), lo que indica que no es posible rechazar la hipótesis de que las varianzas son iguales.


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