DOI: https://doi.org/10.18601/01207555.n21.06

EL POTENCIAL DE LOS ACTIVOS CULTURALES ASOCIADOS CON LA ACTIVIDAD TURÍSTICA COMO FACTOR DE DESARROLLO LOCAL EN EL BARRIO GETSEMANÍ, CARTAGENA DE INDIAS1

THE POTENTIAL OF CULTURAL ASSETS ASSOCIATED TO TOURISM ACTIVITY AS A LOCAL FACTOR DEVELOPMENT AT THE GETSEMANI NEIGHBORHOOD, CARTAGENA DE INDIAS

Alfonso Escobar Nieves
Máster en Biología Marina
Fundación Universitaria Los Libertadores
Colombia
[arescobarn@libertadores.edu.co]

Merly Beltrán Vargas
Máster en Dirección de Empresas y Organizaciones Turísticas
Fundación Universitaria Los Libertadores
Colombia
[mebeltranv@libertadores.edu.co]

Esthella Bonza Quesada
Especialista en Docencia para la Educación Superior
Fundación Universitaria Los Libertadores
Colombia
[ebonza15@hotmail.com]

1 Fecha de recepción: 21 de julio de 2015
Fecha de modificación: 2 de noviembre de 2015
Fecha de aceptación: 19 de julio de 2016

Para citar el artículo: Escobar, A., Beltrán, M. y Bonza, E. (2017). El potencial de los activos culturales asociados con la actividad turística como factor de desarrollo local en el barrio Getsemaní, Cartagena de Indias. Turismo y Sociedad, XXI, pp. 107-143.


Resumen

El uso de patrimonio e identidad cultural y su influencia en el desarrollo de un territorio han sido abordados tanto en la teoría como en la práctica en países de América Latina, enriqueciéndose con experiencias significativas de algunos ejemplos internacionales que reivindican la identidad cultural y valorizan el patrimonio local. por lo anterior, resulta útil analizar el caso del barrio Getsemaní ubicado en Cartagena de Indias, inscrito por la UNESCO en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.

La metodología empleada corresponde al estudio de caso y combina técnicas cualitativas y cuantitativas. La investigación analiza el potencial de Getsemaní para contribuir al desarrollo local a partir del reconocimiento y la visibilización de los bienes y manifestaciones culturales.

En ese orden, se realiza una caracterización general del barrio a partir del análisis de la documentación presente, de los registros estadísticos oficiales disponibles y de los resultados de entrevistas y encuestas que permitieron complementar información sobre temas de interés. Así mismo, se aportan evidencias del potencial turístico y el carácter activo del patrimonio cultural de Getsemaní. En este sentido, a partir del sustento complementario de la teoría del desarrollo endógeno con el modelo de desarrollo turístico imperante, se propone potenciar las características singulares del patrimonio cultural de Getsemaní por medio de la idea de un conjunto interpretativo que busca potenciar la gestión turística por parte de la comunidad local y demostrar el valor diferencial de Getsemaní como destino turístico cultural. De esta manera, el desarrollo se logra no solo siendo un receptor pasivo, sino que también se alcanza a partir de la formación de un proceso emprendedor y de innovación local basado en una especificidad cultural, del patrimonio material e inmaterial y territorial.

Es importante resaltar el valor estratégico, los riesgos y las oportunidades asociados con la salvaguardia del patrimonio cultural y el desarrollo del turismo. Las comunidades deben liderar la gestión en el marco de la solidaridad y la cooperación para garantizar su supervivencia en un mundo globalizado, con participación activa de los distintos actores gubernamentales y privados del sector.

Palabras clave: Diagnóstico turístico, patrimonio cultural material e inmaterial, gestión comunitaria y desarrollo local.


Abstract

The use of heritage and cultural identity and its influence on the development of a territory has been approached, both in theory and in practice in Latin American countries, enriched by significant experiences of some international examples that claim cultural identity and value to the local heritage. Therefore, it is useful to analyze the case of the Barrio Getsemani, Cartagena de Indias, inscribed by UNESCO, in the List of World Heritage sites.

The methodology used in the case study, combines qualitative and quantitative techniques. The research analyzes the potential of Getsemani to contribute to local development from the recognition and visibility of cultural goods and manifestations.

In that order, a general characterization of the neighborhood was carried out based on the analysis of the present documentation, the official statistical registers available and the results of interviews and surveys that allowed to complement information on topics of interest. Likewise, they provide evidence of the tourism potential and the active nature of Getsemani's cultural heritage. In this sense, based on the complementary support of the theory of endogenous development with the model of prevailing tourism development, it is proposed to enhance the unique characteristics of the cultural heritage of Getsemani, through the idea of an interpretative set that seeks to enhance tourism management by part of the local community and demonstrate the differential value of Gethsemane as a cultural tourist destination. In this way, development is achieved not only by being a passive recipient, but also achieved through the formation of an entrepreneurial process and local innovation based on cultural specificity, material and immaterial and territorial heritage.

It is important to highlight the strategic value, risks and opportunities associated with safeguarding cultural heritage and tourism development. Communities must lead management within the framework of solidarity and cooperation, to ensure their survival in a globalized world, with the participation of the various governmental and private sector actors.

Keywords: Tourist diagnostics, cultural tangible and intangible heritage, community management and local development.


Introducción

El uso de patrimonio e identidad cultural y su influencia en el desarrollo de un territorio han sido abordados cuidadosamente tanto en la teoría como en la práctica en países de América Latina, enriqueciéndose con experiencias significativas de algunos ejemplos internacionales.

Un ejemplo notable corresponde al programa LEADER, que responde a una política pública de la Unión Europea que incentiva el desarrollo local con identidad cultural en un territorio. Un segundo caso es la iniciativa de los economuseos de Canadá, "que plantean la recuperación y la transmisión al público del saber hacer, de tradiciones manifestadas en técnicas artesanales […], que responde a una visión de desarrollo del territorio por parte de esfuerzos conjuntos del sector privado y público" (Molano, 2006, p. 14).

En ese orden, vale la pena destacar el caso del movimiento internacional Slow Food, "orientado a la recuperación y mejora de técnicas de productos agropecuarios" (Molano, 2006, p. 14) con identidad de un territorio. En Perú, esta iniciativa ha sido abordada por medio del Proyecto de Desarrollo Territorial con Identidad, que mediante la investigación busca proyectar al valle de Moche (distrito de Trujillo) -donde tuvo lugar una importante civilización americana hasta el siglo vm de esta era- como un espacio arqueológico único en el mundo, como patrimonio de la humanidad, para favorecer así el desarrollo territorial circundante (Molano, 2006). En Venezuela, Rodríguez, Mendoza de Ferrer y Vivas (2009) dan cuenta de

[…] un proceso de desarrollo endógeno incipiente, con predominio público y ausencia del sector privado, orientado a las fórmulas de desconcentración poblacional y reordenamiento territorial, con predominio de los mecanismos de la economía social, avaladas legalmente desde el marco constitucional, y sustentado en los valores de la cooperación, equidad, solidaridad, inclusión y participación. (Rodríguez at al., 2009, p. 668).

En Argentina, Wallingre (2004) demuestra empíricamente que el turismo en la ciudad de Ushuaia desempeña un papel estratégico como factor de reconversión productiva local que contribuye de manera significativa a mejorar las condiciones socioeconómicas de las poblaciones receptoras. De la Puente, Martínez y Spitale (2012) reconocen la importancia del patrimonio intangible como factor repotencializador de la oferta turística en los departamentos de Arauco y San Blas de los Sauces, en la provincia de La Rioja (Argentina). Así mismo, por sus características poblacionales y las actividades económicas vinculadas al turismo, cabe mencionar el caso de Monte Hermoso, localidad costera ubicada en la provincia de Buenos Aires, la cual potenció un proceso de desarrollo local a partir de iniciativas tendientes a la valoración y promoción de sus activos y servicios culturales (Arnaudo y Corbella, 2013).

El Parque Nacional Viñales (Cuba) constituye un ejemplo de desarrollo local sostenible establecido a partir de la gestión de su patrimonio natural y sociocultural, logrado [por medio] de un adecuado manejo turístico entre sus actores […], con plena participación de la población local. (Pérez y Ramírez, 2013, p. 71).

Estas acciones colectivas son algunos ejemplos que reivindican la identidad cultural y valorizan el patrimonio local con base en la participación de los actores locales, congregados en torno a objetivos colectivos concertados y con capacidad de interacción a nivel interno y con terceros mediante redes e intercambios entre territorios.

por lo anterior, resulta particularmente útil analizar el caso del barrio Getsemaní, que en unión con los barrios Centro y San Diego, localizados en Cartagena de Indias, fueron inscritos por la UNESCO en 1984 en la Lista del patrimonio Cultural de la Humanidad, acción que contribuyó ostensiblemente a la implementación de políticas que incidieron en el desarrollo de la ciudad como destino turístico de reconocimiento nacional e internacional.

Según Díaz de Paniagua y Paniagua (1992), el valor y la significación cultural de Getsemaní no radican exclusivamente en su patrimonio construido -murallas, iglesias y construcciones civiles de origen colonial y republicano-, sino en el hecho de poseer, además, una cultura inmaterial que por su devenir histórico no se encuentra en otras partes de la ciudad.

El presente proyecto expone los resultados de la investigación concluida, desde una perspectiva analítica y crítica, sobre el potencial de Getsemaní para contribuir al desarrollo local a partir del estudio de los bienes y de las manifestaciones materiales e inmateriales culturales, relacionando estas variables con la potencialidad de autogestión turística por parte de la comunidad residente. por lo tanto, el estudio busca responder la siguiente pregunta de investigación:

¿Cómo potenciar el desarrollo local del barrio Getsemaní a partir de sus activos culturales, con orientación hacia el desarrollo de la actividad turística, salvaguardando y visibilizando el patrimonio cultural material e inmaterial?

Objetivo general

Valorar la contribución del patrimonio cultural material e inmaterial y su uso turístico para potenciar el desarrollo local del barrio Getsemaní.

Objetivos específicos

-Caracterizar los bienes y las manifestaciones más importantes asociados con el patrimonio cultural del centro histórico de Cartagena, con especial referencia al barrio Getsemaní, identificando elementos para la puesta en valor a partir de la autogestión turística.

-Determinar la contribución de la actividad turística asociada con el patrimonio cultural como instrumento de desarrollo local.

-Proponer pautas asociadas con la salvaguarda del patrimonio cultural material e inmaterial y el desarrollo del turismo para el fortalecimiento de su identidad y contribución al desarrollo local.

Metodología

La investigación analiza el potencial de Getsemaní para contribuir al desarrollo local a partir del reconocimiento y la visibilización de los bienes y de las manifestaciones culturales, relacionando estas variables con la potencialidad de autogestión turística por parte de la comunidad residente.

El estudio propuesto es principalmente descriptivo y reconoce la utilidad de los instrumentos de recolección de la información y la selección de variables e indicadores de análisis. La metodología empleada corresponde al estudio de caso y combina técnicas cualitativas y cuantitativas. Estas técnicas comprenden la revisión de información secundaria y documental, así como las estadísticas del sector turismo presentes en los organismos gubernamentales de orden nacional y distrital (MinCIT-FONTUR, 2014; DANE, 2013; Ferrer y Morillo, 2013). Para la elaboración del inventario de los recursos y atractivos del patrimonio cultural susceptibles de uso turístico, se tuvo en cuenta la guía propuesta por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT, 2010).

Adicionalmente, se recolectó información derivada de la aplicación de encuestas y entrevistas aplicadas tanto a los empresarios turísticos como a los residentes en el barrio Getsemaní, estimando el tamaño de la muestra y siguiendo los criterios que ofrece la estadística.

Así mismo, se tuvieron en cuenta las variables y los indicadores que reflejan la dinámica del sector turismo, como son el número de establecimientos y de empresas prestadores de servicios turísticos; los atractivos del patrimonio natural y cultural, así como también los productos turísticos ofertados; las organizaciones de base y las alianzas estratégicas entre los actores del sector; el comercio relacionado con la actividad; los organismos y las autoridades competentes; los beneficios y/o riesgos derivados de la actividad y la participación local en la actividad turística.

Marco teórico

El presente proyecto de investigación se enmarca en la teoría del desarrollo sostenible en el turismo como instrumento de desarrollo local y regional (OMT, 2003; Toselli, 2006). En este contexto, y en tiempos de creciente globalización, el patrimonio natural y cultural, la diversidad y las culturas vivas constituyen los máximos atractivos del turismo. El turismo excesivo o mal gestionado, con resultados a corto plazo, así como el turismo considerado como simple crecimiento pueden poner en peligro el patrimonio natural y cultural, su integridad y sus características identificativas de la naturaleza, por lo que su conservación es un importante desafío para cualquier pueblo en cualquier lugar (ICOMOS, 1999).

Por otro lado, se considera la apuesta por otros desarrollos posibles alternos al modelo de desarrollo imperante, por ejemplo, la teoría del desarrollo endógeno, que "propone una revalorización de la economía local que permita potenciar las características singulares del patrimonio natural y cultural que la diferencian del resto de las ciudades" (Arnaudo y Corbella, 2013, p. 1). Según esta teoría, se considera que el desarrollo no proviene de una única fuente ni ocurre de la misma manera en diferentes lugares. "Para determinados países, ciudades, pueblos, comunidades, localidades que tienen una especificidad cultural y territorial muy alta" (Arnaudo y Corbella, 2013, p. 4), el desarrollo puede surgir de su propia identidad cultural, esto es, elaborar una estrategia que le permita visibilizarse y competir en función de sus ventajas absolutas o comparativas a partir de opciones propias y de productos específicos y únicos de su territorio, es decir, a partir de políticas de innovación local (Arnaudo y Corbella, 2013; Benedetto, 2006; Vergara, 2004).

En este contexto, según Haudry de Soucy (2003), para delinear una estrategia de desarrollo de este tipo es necesario considerar los siguientes factores:

  1. Valorizar el patrimonio tangible e intangible de la sociedad en cuestión.
  2. Promover productos y servicios con ventaja absoluta y comparativa.
  3. Invertir en la infraestructura necesaria para que la población pueda producir los activos culturales.
  4. Producir bienes diversificados, entendiendo y adaptándose a las diferentes demandas de mercados muy segmentados y específicos.
  5. Redefinir el rol de la inversión pública como una acción de acompañamiento (cofinanciamiento) a las iniciativas locales ciudadanas que generen bienestar general.
  6. Incorporar nuevos actores con gran identidad cultural y territorial, con fuertes intereses sobre el territorio, como son los migrantes urbanos y los residentes en el exterior, a los ejercicios de planificación de un futuro distinto. (Arnaudo y Corbella, 2013, p. 4).

Además de los anteriores aspectos, Benedetto (2006), como resultado de estudios de caso realizados en Argentina, identifica factores adicionales que pueden favorecer el desarrollo local a partir de activos culturales (Arnaudo y Corbella, 2013):

-La existencia de una persona o grupo con características de líder, aceptada/o por el resto de la sociedad, que sea capaz de guiar la construcción de proyectos colectivos y de coordinar las articulaciones, redes y alianzas requeridas para tal fin. Puede ser una instancia de gobierno, una organización de productores, una cámara, una cooperativa, dependiendo de cada sociedad local.

-El trabajo continuo para lograr la diferenciación productiva por medio de la adopción de estrategias extraprediales, multifuncionales, del ámbito rural compartido, asociación y formas diversas de articulación, para potenciar turismo especializado, gastronomía típica, actividades recreativas tradicionales, cultivos tradicionales, entre otros.

Resultados y discusión

Caracterización de Getsemaní

Cartagena de Indias fue inscrita por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1984, concretamente los barrios Centro, San Diego y Getsemaní (figura 1). "Esta acción contribuyó a la implementación de políticas que incidieron en el desarrollo del turismo de la ciudad" (Escobar y Burgos, 2013, p. 1).

Getsemaní cuenta con una extensión de 35.2 ha, constituye uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad y jugó un papel importante en el desarrollo de la Independencia y la democracia en Latinoamérica, dado que fue allí donde ocurrió el primer grito de independencia, el 11 de noviembre de 1811, llevado a cabo por milicias de negros a la cabeza de Pedro Romero, cubano de nacimiento. Según Díaz de Paniagua y Paniagua (1992), el valor y la significación de Getsemaní no radican exclusivamente en su patrimonio construido -murallas, iglesias y construcciones civiles de origen colonial y republicano-, sino en el hecho de poseer, además, una cultura inmaterial que por su devenir histórico no se encuentra en otras partes de la ciudad.

Getsemaní no es solo historia, es magia cultural que envuelve el barrio, son las historias inéditas de sus habitantes, sus expresiones culturales tradicionales, las técnicas de elaboración de platos autóctonos y de artesanías, que han trascendido generación tras generación y que ahora se están viendo amenazadas por el desarrollo turístico del barrio, que ha originado diferentes dinámicas y efectos, como el proceso de discriminación y migración de sus habitantes ocasionado por la presión y el incremento del valor inmobiliario y por el cambio en el uso y la propiedad del suelo. Empero, la comunidad aún se conserva en un porcentaje pequeño y se expresa no solo con sus manifestaciones tradicionales de tipo social o cultural, sino con un amplio sentido de pertenencia e identidad.

Algunos investigadores (Ferrer y Morillo, 2013; Díaz de paniagua y paniagua, 1992) sostienen que en poco tiempo se acabará con el único bastión afrodescendiente del centro histórico de Cartagena. Esto causaría la pérdida de un barrio caracterizado como un crisol de culturas, con unas costumbres y unas tradiciones que solamente sus residentes pueden ofrecer y desarrollar (Tucultura, 2013). según datos suministrados por Ferrer y Morillo (2013 p. 140), en 1777 Getsemaní contaba con una población total de 4.072 residentes, de los cuales 3.102 eran afrodescendientes. De acuerdo con Ferrer y Morillo (2013), con el proceso de gentrificación causado por el turismo, en la actualidad tan solo el 28 % de la población son nativos.

Si bien Getsemaní no está exento de la problemática social, se descubre un barrio con deseos de superación frente al problema principal, que se relaciona con el aburguesamiento, el desplazamiento y la sustitución de la población original del barrio por una afluencia de personas de un estatus económico más alto, que trae como resultado el desplazamiento de la población original. Este proceso, denominado gentrificación al servicio del turismo sustentado sobre formas de exclusión social y segregación urbana, se ha venido dando en Cartagena de Indias, ha transformado sectores como San Diego, Chambacú y La Boquilla (Deavila-Pertuz, 2010) y actualmente está desarrollándose a pasos agigantados en Getsemaní, que es uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad y el último del centro histórico de la ciudad absorbido por este fenómeno.

Atractivos culturales de Getsemaní

Como buen barrio histórico que es, Getsemaní habla con sus edificaciones, calles, plazas, monumentos e iglesias, de un pasado rico en aventuras, leyendas y tradiciones. Los lugares que se señalarán a continuación son parte del patrimonio cultural integral de la ciudad y del barrio, dignos de ser conocidos, visitados y admirados por los visitantes y la comunidad en general. La relación del patrimonio material con el patrimonio inmaterial es indisoluble, no se pueden estudiar por separado porque están íntimamente unidos y porque los dos representan un conjunto significativo e interpretativo de la identidad cultural del patrimonio.

Patrimonio cultural material

Patrimonio cultural inmaterial

Entre las muestras de la cultura inmaterial que le dan valor diferencial, que son de especial relevancia para los propósitos del presente documento y le dan significado singular a Getsemaní, se identifican las siguientes (figuras 2 y 3).

Los resultados anteriores se obtuvieron mediante la aplicación de dos (2) talleres participativos con los empresarios del sector turístico y la comunidad de residentes en el barrio Getsemaní. Entre las manifestaciones que reconocen los empresarios como de mayor atractivo e interes se mencionan la música, las danzas, las historias de barrio y los refranes, con un 39 %; en segundo lugar, la gastronomía típica del barrio (29 %) y las técnicas de elaboración de artesanías (12 %). En ese orden, los residentes en el barrio destacan la gastronomía típica, que involucra platos, dulces y bebidas (44 %), los juegos tradicionales (14 %) y las Fiestas de Independencia (8 %).

La información primaria y secundaria recolectada en la fase de identificación preliminar de las manifestaciones vigentes, pero vulnerables del patrimonio cultural inmaterial, se consolidó y sistematizó en las fichas de registro e inventario propuestas por el MinCIT (2010), que se diligenciaron de manera conjunta con la participación de representantes de la comunidad y los integrantes del equipo de trabajo.

La descripción de las manifestaciones inmateriales consideradas atractivos turísticos potenciales se realizó de manera concisa y se refiere solo a aquellos aspectos sustanciales que potencialmente pueden contribuir a su salvaguarda y a un adecuado uso del atractivo para el diseño de productos turísticos. A partir de la información recolectada con participación de representantes de la comunidad cultural en la fase de diagnóstico, se elaboraron doce (12) fichas que se clasificaron en las siguientes categorías: gastronomía (pasteles caribeños, fritos típicos, arepa de huevo, dulces, dulce de mango), artesanías, expresiones musicales (música champeta y salsa), expresiones orales, juegos tradicionales ("bola de trapo"), festividades y eventos Cabildo de Getsemaní, corredor cultural "El Pedregazo", calle de las Tradiciones, galería al aire libre (ver anexo 1).

Este conjunto interpretativo de manifestaciones, tanto de tipo inmaterial como material, reconocido y exaltado por propios y visitantes está vivo, es representativo, cuenta con reconocimiento comunitario, guarda su autenticidad, es parte de lo que se conoce como "la vida del barrio" y representa el valor diferencial de Getsemaní como destino turístico cultural con respecto al turismo como industria que se practica en el centro histórico amurallado y en el sector urbano del Distrito de Cartagena.

Principales actividades productivas de Getsemaní

El turismo puede constituir un importante instrumento de desarrollo local y regional reflejado -en el caso de los países en vías de desarrollo- en una mejora de la educación, la generación de empleo y de ingresos como resultado de una equitativa distribución de los beneficios en las comunidades anfitrionas. De acuerdo con la OMT, el turismo genera 1 de cada 11 empleos en el mundo. Además, genera 1.3 billones de dólares en exportación, siendo este el 6 % de las exportaciones mundiales: pasó de 25 millones de turistas internacionales en 1950 a 1.087 millones en 2013 (MinCIT y FONTUR, 2014, p. 15).

De acuerdo con cifras de PROCOLOMBIA, en 2016 el turismo receptivo en Colombia creció en 14.5 %, aumento explicado por las llegadas de los extranjeros no residentes. El total de las llegadas de viajeros a Colombia en 2016 (5.092.0529) y frente al año anterior (4.446.446) registró un comportamiento positivo en la llegada de extranjeros no residentes (13.3 %), colombianos residentes en el exterior (5.1 %) y visitantes en cruceros (11.5 %). Del total de las llegadas de viajeros extranjeros no residentes al país en 2016 (2.593.057), cinco ciudades participaron con más del 80 %, en su orden, Bogotá (46.8 %), Cartagena (14.1 %), Medellín (12.8 %), Cali (7.0) y San Andrés (3.8 %).

En el Distrito de Cartagena, la participación de la hotelería corresponde al 40 %, seguida de un 21 % por parte de las agencias de viajes; en tercer lugar están los guías de turismo (20 %) y, por último, la gastronomía (13 %) (MinCIT y FONTUR, 2014. p. 24)

La principal actividad económica de Getsemaní está vinculada al turismo. En efecto, según la información recientemente obtenida del Plan Sectorial de Turismo de Cartagena 2014-2017, los mayores porcentajes están asociados con la participación de los prestadores de servicios turísticos en la ciudad de Cartagena (MinCIT y FONTUR, 2014; Ferrer y Morillo, 2013).

Con respecto a la participación del comercio general del barrio, se puede notar la gran participación de la hotelería, con un 15 %: ocupa el segundo lugar en las actividades económicas del barrio, con un promedio de 3 hoteles por calle. Solo en la calle de la Media Luna existen 16 hoteles y en ninguno de los 54 hoteles formalmente constituidos se contratan trabajadores nativos (Ferrer y Morillo, 2013).

Por lo general, en el barrio Getsemaní se presenta un tipo de turismo que merece especial atención y que agrupa a visitantes con buena capacidad adquisitiva que hacen uso de establecimientos hoteleros desarrollados por inversionistas principalmente extranjeros que adquieren casas antiguas y que, manteniendo algunos elementos de la fachada como apariencia, construyen en su interior una nueva infraestructura de hasta cinco pisos para satisfacer los requerimientos de turistas preferiblemente extranjeros. Allí ofrecen planes todo incluido que poco benefician a la población receptora, ya que no se da un espacio de interacción entre este turista y la comunidad.

El otro grupo de turistas, conocidos como "mochileros", prefiere ocupar pequeños hoteles y hostales. Este grupo se distingue por su sociabilidad y camaradería, contribuye en buena medida a visibilizar y mantener vivo el espíritu inmaterial del barrio, se congrega en los reducidos espacios públicos disponibles -como la plaza de La Trinidad- y se interesa en interactuar con la comunidad local, resalta su cultura, las costumbre populares y las tradiciones del barrio, y más que en un producto o servicio industrializado, sus intereses se dirigen a buscar experiencias significativas e intercambios culturales. Estos visitantes no optan por tours o agencias de viajes, sino que ellos mismos arman sus viajes y sus planes, y se mueven en épocas distintas a las temporadas altas en Colombia, lo que aporta buen tráfico de visitantes a la ciudad durante todo el año. En este sentido, Arroyo (2011, p. 17) considera que actualmente "los consumidores no compran productos, sino estilos de vida e 'historias', experiencias, emociones y elementos que trasmiten un sentido o un significado".

Se calcula que en Getsemaní ingresan aproximadamente más de 25.000 turistas al año y que actualmente es notorio el boom tanto de hostales sencillos como de hoteles boutiques lujosos, restaurantes, bares, cafés, pizzerías y demás sitios comerciales. De acuerdo con el registro de la base de datos de la Cámara de Comercio de Cartagena, para mayo de 2015 existían registradas un total de 124 empresas, distribuidas así: alojamiento en hoteles y apartoteles (60), expendio de comidas preparadas a mesa y cafetería (39), expendios de bebidas alcohólicas para consumo dentro del establecimiento (16), agencias de viaje (7) y operadores turísticos (2) (Cámara de Comercio de Cartagena, 2015).

El incremento de la oferta para este tipo de viajeros coincide con el aumento de viajeros extranjeros, que en el cierre de 2014 reportó a Cartagena como el tercer principal punto fronterizo de entrada en el país. En el año 2014, el principal punto de ingreso migratorio de los viajeros extranjeros no residentes fue el aeropuerto de Bogotá, con una participación del 66 %, seguido de los aeropuertos de Medellín y Cartagena, con participaciones de 7.9 % y 6.7 % respectivamente. Así mismo, en cuanto a llegadas de extranjeros no residentes, el departamento de bolívar ocupó el segundo puesto con 13.1 %; se destaca el crecimiento anual de llegadas de este tipo de viajeros en el departamento de bolívar (13.3 %) con respeto al año 2013 (MinCIT, 2015).

En cuanto a los ingresos percibidos por hogar en el barrio, se observa que el 81 % de los hogares devenga entre un SMMLV o menos.

Adicionalmente, se establece que en el 31 % de los hogares dos personas se encuentran desempleadas y que en 19 % de los hogares al menos una persona no tiene trabajo formal. por lo anterior, se estima que en un 75 % del total de los hogares uno o más miembros se encuentran sin empleo.

Del total de los habitantes del barrio, el 86 % se encuentra en la escala de estratificación correspondiente al nivel 3 y debe pagar unos servicios públicos e impuestos costosos para el nivel de ingresos que representa. Los datos anteriores contrastan con los resultados obtenidos en el último censo económico realizado en 2013 por el DANE; se determinó que hay un total de 92 hoteles en Getsemaní, 43 de ellos tienen RNT y cumplen los requisitos para prestar el servicio (Ferrer y Morillo, 2013). si bien el sector hotelero es consciente y reconoce el valor y el interés que el patrimonio cultural del barrio representa para los huéspedes y para los visitantes, al parecer el sector hotelero no genera beneficios para la población local y poco involucra la participación laboral de la comunidad.

Esbozo de una estrategia de desarrollo turístico sostenible

El análisis anterior refleja que, si bien el desarrollo turístico en Getsemaní gira en torno al potencial del patrimonio cultural material e inmaterial, los beneficios generados por el turismo no se están distribuyendo de forma equitativa entre el conjunto de los actores y en especial en la comunidad local, ya que su participación es poca o nula en cuanto a la generación de empleo, ingresos y participación en la gestión de la actividad turística.

Teniendo en cuenta la problemática planteada en el barrio, surge la necesidad de indagar sobre alternativas de desarrollo sostenibles orientadas a potenciar los activos culturales y las capacidades productivas de la comunidad que contribuyan a la solución de las necesidades locales. Al respecto, Vásquez (1999) menciona tres elementos esenciales para que se pueda efectuar el desarrollo endógeno:

  1. Que la comunidad local dirija, ejecute y controle su proceso de desarrollo.
  2. Que utilice todas las potencialidades existentes en el territorio.
  3. Que tenga por finalidad atender las necesidades de los ciudadanos de la comunidad local. (p. 92).

La gestión local como instrumento para potencializar el desarrollo del barrio por medio del turismo cultural

Para que la comunidad local pueda dirigir, ejecutar y controlar su proceso de desarrollo, sus líderes y gestores culturales deben estar formados y capacitados. En ese orden, la educación constituye el principal instrumento que permitirá mejorar las condiciones de inclusión, participación y una negociación responsable que posibilite acceder a la redistribución de los beneficios que la actividad turística genera en el barrio, basada en el potencial de los activos culturales de los que son portadores.

En el marco de la teoría del desarrollo endógeno, la investigación y la educación, junto con la red de organización de base, se convierten en instrumentos que permiten gestar las condiciones de inclusión mediante la generación de capacidades, son el vínculo que posibilita el acceso a la información y al conocimiento y permiten establecer relaciones más justas, de mayor sentido de pertenencia con un territorio y, por ende, con una comunidad (Rendón, 2012, p. 23). Desde la educación y las organizaciones de base se pueden soportar procesos concretos de crecimiento y desarrollo, se puede trabajar por el desarrollo local desde el aula, pero también en contextos abiertos que puedan materializar los compromisos y las expectativas de la comunidad.

Los datos suministrados por Ferrer y Morillo (2013) establecen que Getsemaní cuenta con el siguiente nivel educativo: 25 % tiene educación superior y de posgrado, 3 % no tiene ninguna educación y 16 % posee título de bachiller. Así mismo, Getsemaní cuenta con tres (3) instituciones de educación superior, en especial con la Escuela Taller Cartagena de Indias, que nació con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AE-CI), que diseñó un programa de preservación del patrimonio cultural en Iberoamérica para capacitar técnicos especialistas en todos los ámbitos de la restauración y la preservación del patrimonio material (MinCIT y FONTUR, 2014). Entre las intervenciones más destacadas de la Escuela Taller se mencionan la restauración del Museo Naval del Caribe, de la Casa de la Moneda y del Teatro Heredia; Gaseríos Dorado, plaza de La Paz y de los Coches; amoblamiento y jardinería, plaza de la policía, Casa del Consulado, sede de la Escuela Taller y Convento de Santo Domingo.

Con respecto a las organizaciones de base, Getsemaní cuenta en la actualidad con más de seis (6) instituciones donde convergen y se concretan en la realidad los conceptos de cooperación y solidaridad. por medio de su accionar se visibiliza el potencial de los activos culturales, se fortalecen los lazos entre la identidad local con el patrimonio y se amplían los canales de participación e inclusión de la comunidad en el proceso de concretar iniciativas dirigidas a garantizar su visibilidad, reconocimiento y permanencia en el territorio.

El caso del Cabildo de Getsemaní

Frente a las presiones de grupos económicos de diversa índole que conllevan la gentrificación, la falta de apoyo de las autoridades de competencia y la necesidad urgente de reconocimiento, visibilización y salvaguarda de los bienes materiales y de las expresiones inmateriales del patrimonio cultural -que conforman su principal valor agregado-, la comunidad organizada cuenta con sus líderes, gestores culturales y organizaciones de base para expresarle al mundo su existencia y resistencia a la expulsión. Muchos de ellos son actualmente profesionales reconocidos en la ciudad y mantienen su arraigo con el barrio -aun cuando han migrado hacia otros sitios de la ciudad-; se organizan, muestran su descontento y rebeldía frente a las políticas culturales y a las decisiones inconsultas y de interés personal por parte de algunas de las autoridades de competencia en el tema y se expresan en manifestaciones, como es el caso del Cabildo de Getsemaní.

La Fundación Gimaní Cultural, responsable del Cabildo de Getsemaní, es la organización que lidera la recuperación de las tradiciones festivas de independencia en Cartagena "y la impulsora de investigaciones sobre los cabildos de negros que existieron en la ciudad y sus alrededores desde épocas coloniales" (El Tiempo, 1998).

El Cabildo de Getsemaní tiene actualmente [27] años de existencia desde que se realizó el primer año en 1989, llamado "Cabildo Negro de Getsemaní", los años posteriores se realizaron entre otros los siguientes cabildos: "Bullerengue en el cielo"; "Estefanía", recuperación de comparsas y carrozas (1990); "Homenaje de Pedro Romero", recuperación de máscaras y disfraces (1991). (Getsemaní, 2011).

Organizado desde el barrio donde se gestó la independencia de Cartagena, el Cabildo de Getsemaní es uno de los eventos más representativos y esperados por los cartageneros durante noviembre […] aunque nunca el Cabildo ha estado incluido en la programación oficial de las Fiestas de la Independencia de Cartagena, esto no ha sido impedimento para que todos los años el evento se realice con el esfuerzo de los getsemanicenses. (El Universal, 2015).

Como es costumbre, se realiza el último día de las Fiestas de la Independencia y normalmente culmina en la plaza de La Trinidad.

El Cabildo en mención, aunque constituye un actor principal e importante en el proceso local de reivindicación de las Fiestas de Independencia de Cartagena a las que se alude, no forma parte de las mesas de trabajo porque consideran que el proceso, más que un interés colectivo, está ligado a intereses particulares. El proceso de reivindicación de las fiestas del 11 de noviembre realmente depende de la organización de la Alcaldía Distrital de Cartagena de Indias por medio del Instituto de patrimonio Cultural (IPCC) y del Instituto Distrital de Turismo, y no está ligado directamente al proceso local de reivindicación llevado a cabo por la Fundación Gimaní Cultural, con el apoyo de la Asociación de Vecinos, la Junta de Acción Comunal, la fundación TuCultura y el movimiento Orgullosamente Getsemanícenses, entre otras.

Las disputas entre las instituciones y organizaciones de base cultural tienen en parte su explicación bajo el entendimiento del proceso histórico que ha contribuido a crear una comunidad desesperanzada, falta de fe en las instituciones, con traumas colectivos de exclusión, muchos esquemas mentales que victimizan a la población y que no han logrado romper las cadenas de esclavitud mental. Esto hace complejo desarrollar proyectos, exige mayores esfuerzos para motivar la participación local y se constituye en un obstáculo que de alguna manera contribuye al poco avance de los procesos. Frente a lo anterior, inicialmente se propuso avanzar con las pocas personas interesadas en las iniciativas cuyos resultados exitosos permitieron aglutinar mayores esfuerzos en acciones de trabajo mancomunado. Además, hasta donde fue posible se intervino el grupo de trabajo, desarrollando acciones dirigidas a contribuir con la revisión de esquemas mentales y a generar espacios para facilitar acciones de comunidad empoderada, proactiva, propositiva.

Si bien la educación es vital, pero no lo suficiente como detonante para que las organizaciones de base puedan activar la gestión local, llaman la atención las nuevas posturas de los ciudadanos organizados de Getsemaní, quienes pugnan por participar directamente en las decisiones públicas que son de su interés, como es el diseño de nuevas políticas públicas que favorezcan la participación de la población local en la construcción de un nuevo orden Estado-sociedad. Es el caso de la participación en los procesos de construcción de las políticas que afectan el patrimonio cultural y el desarrollo turístico, que son de su interés y constituyen instrumentos que permiten fortalecer su resistencia y el empoderamiento ciudadano en aras de asegurar la permanencia de sus pobladores ancestrales en su territorio.

En ese orden, se menciona la participación de la comunidad y de las organizaciones de base cultural en iniciativas tan importantes como el proyecto denominado "Memorias de la Libertad", que busca visibilizar ante el mundo el proceso de gentrificación que viene presentando Getsemaní desde hace más o menos veinte años y que hace que hoy quede apenas el 24 % de la población local, reducida a cuatro o cinco calles de Getsemaní.

El Proyecto Memorias de la Libertad, financiado por el Ministerio de Cultura colombiano y ejecutado por la Asociación de Vecinos, ha permitido la realización del censo poblacional y establecer preliminarmente datos estadísticos que evidencian la penetración del fenómeno de gentrificación del sector, su complejidad, las condiciones socioeconómicas de sus habitantes; y, junto con ello, avanzar en acciones afirmativas de reconocimiento identitario, como cartografías, piezas audiovisuales, archivos fotográficos e intervención en fachadas, y en la promoción de actividades culturales arraigadas en el imaginario barrial de Getcinema, un cine móvil que se instala en calles del barrio, proyectando películas de contenido social y escenas cotidianas de Getsemaní que develan sus principales valores. (Rius-Ulldemolins y Posso, 2016, p. 107).

Se resalta también la participación en las mesas de trabajo que se desarrollaron con el IPCC en el proceso de construcción participativa del Plan Sectorial de Turismo de Cartagena de Indias 2014-2017 (MinCIT y FONTUR, 2014). Actualmente, representantes de las organizaciones de base de Getsemaní asisten a los talleres de participación ciudadana, que tienen el siguiente propósito:

El fortalecimiento, [la] validación y actualización comunitaria del Plan de Manejo y Protección del Centro Histórico de Cartagena de Indias (PEMP), Bien de Interés Cultural (MC) del grupo urbano, declarado en 1959 Patrimonio Nacional, y en 1984 Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO. (Caracol Radio, 2017).

Las organizaciones de base de Getsemaní podrán concretar en esos espacios sus propuestas y sus aportes al documento que pretende organizar las actividades y los usos del centro histórico y de sus zonas de influencia. Es de anotar que:

La construcción del PEMP del Centro Histórico se inició en la década pasada con una etapa de investigación preliminar que concluyó en el 2006, seguido de una etapa de diagnóstico integral del Centro Histórico en sus aspectos arqueológico, urbanístico, socioeconómico, cultural, jurídico y ambiental, y actualmente tiene lugar una tercera etapa de formulación a cargo de las entidades distritales, la academia y organizaciones sociales, todo con el acompañamiento del Ministerio de Cultura. (Caracol Radio, 2017).

Los puentes de colaboración en favor de la salvaguarda del patrimonio cultural de Getsemaní no solo deben corresponder a iniciativas de las ONG de base cultural y turística del barrio, sino también deben direccionarse desde las entidades gubernamentales competentes que tienen por ley un mayor compromiso para articular el proceso y proteger la memoria viva de la vida barrial de Getsemaní. La falta de acción u omisión de las instituciones distritales competentes contribuyó en el pasado a agudizar la problemática social de Getsmaní, que se refleja en el deterioro del patrimonio material, en la ausencia de inversiones pertinentes para mejorar el acceso a los servicios públicos y en el incremento del impuesto predial; por consiguiente, se especula con el valor comercial de los predios y no se ha invertido lo suficiente en seguridad, todo para demostrar la existencia de un barrio marginalizado y con ello justificar el paso al proceso de gentrificación, que lleva consigo el desplazamiento de la población original raizal por nuevos pobladores que vienen atraídos de la mano del capital económico, por "las imágenes culturales que se van construyendo alrededor de áreas con interés patrimonial" (Arcadia, 2013).

Propuesta interpretativa de los productos turísticos de Getsemaní

El documento-propuesta debe resaltar la pertinencia de abordar el turismo cultural con participación comunitaria y alianzas fructíferas con los actores privados del turismo y el patrimonio, salvaguardando el patrimonio cultural material e inmaterial al mismo tiempo. La propuesta debe construirse apreciando las aspiraciones y los valores del otro por medio de la comprensión mutua del interés compartido por los activos culturales. En ese orden, la propuesta debe diseñarse atendiendo no solo una perspectiva instrumentalista de creación de productos turísticos sujetos a determinaciones de mercado, sino también desde una concepción más vinculada a generar alternativas y espacios de salvaguarda y desarrollo de la comunidad local de Getsemaní.

Para el diseño y la implementación de una propuesta interpretativa de los productos turísticos de Getsemaní, se recomienda atender los criterios expuestos propuestos por Miró (1996) y acogidos por Domínguez y Bernard (2002).

En ese orden, Miró (citado por Domínguez y Bernard, 2002) acuña la expresión conjunto interpretativo como una alternativa a "parque temático", con el argumento de que la idea de conjunto interpretativo es "dar una denominación teórica a un tipo de oferta patrimonial centrada en la presentación de territorios-museos", y define este concepto como "aquellos territorios dotados de una fuerte personalidad histórica, herederos de antiguos territorios históricos". Este conjunto involucra desde la estrategia de comunicación e información hasta la oferta cultural cuyos elementos son ordenados en ámbitos temáticos.

A continuación, se exponen brevemente algunos elementos del patrimonio de Getsemaní con el propósito de conformar un conjunto interpretativo que busca producir sensaciones en el visitante, despertar sus emociones y demostrar el valor diferencial de Getsemaní como destino turístico cultural:

  1. Patrimonio para uso turístico, "transformado en un 'producto de consumo como espectáculo' en el sentido de puesta en escena" (Osorio y Rozo, 2013, p. 18). La propuesta Mercado Cultural del Pedregazo "calle de las Tradiciones" se proyecta como un espacio cultural dirigido a brindar oportunidades de visibilización, reconocimiento y emprendimiento para los gestores culturales.
  2. Patrimonio como recurso turístico, dirigido a valorar y salvaguardar el patrimonio colectivo de Getsemaní, que legitime los elementos considerados como bienes culturales e imponga otra manera de valorar la interacción social que surge de la experiencia compartida con el visitante y, en general, la sociedad, como podrían ser:

Se concreta en el Cabildo de Getsemaní, propuesta cultural que nace de la organización de base llamada "Gimaní Cultural", creada con el objetivo común de sacar adelante el barrio reviviendo su identidad y sus tradiciones. Al principio, el grupo surgió con un enfoque social, pero después de algunos años vieron en la creación del Cabildo de Getsemaní la ocasión precisa para integrar a la comunidad y fortalecer ciertos valores y tradiciones que habían sido olvidados.

En 1989 se llevó a cabo el primer cabildo, llamado "Cabildo Negro de Getsemaní", y hasta la actualidad es una fiesta que no ha faltado en ningún noviembre, llegando al punto de que se ha convertido en un desfile mrepresentativo del barrio y modelo de imitación para otros barrios de la ciudad. Las costumbres, la música, los juegos y el folclor se mezclan en este espectáculo.

En el Cabildo se encuentran los personajes típicos de este tipo de celebraciones: "[…] están la reina, el pregonero y el cabildante", cargos que son vitalicios y voceros de la más amplia y magna muestra de los valores culturales de un pueblo alegre, creyente en sus costumbres y antropológicamente maduro, en busca de la perpetuación de sus tradiciones.

Se hace visible por medio del desarrollo de actividades centradas en la figura de los portadores y custodios de las tradiciones y la memoria del patrimonio cultural de Getsemaní. Mediante eventos se pretende no dejar morir los recuerdos y compartir historias, relatos, mitos y leyendas con los visitantes. Así mismo, por medio del Internet 2.0 se propone crear un grupo en la red social que permita compilar e intercambiar memorias por carpetas temáticas para compartir fotografías históricas, videos y los textos de la memoria de Getsemaní.

Para lograr el anterior propósito, se pretende oficializar, asumir e interiorizar la experiencia del Proyecto Memorias de Libertad, realizado en 1992 por el Ministerio de Cultura de Colombia, la Fundación Sub/Liminal y la Asociación de Vecinos del barrio Getsemaní, que en su tercera versión -en el año 2013-:

[…] respondió a la necesidad de generar espacios de debate alrededor de las afectaciones que los procesos de patrimonialización de los centros históricos han propiciado sobre las comunidades que los han habitado.

En términos generales, actualmente el centro histórico de Cartagena es el producto de la apuesta por "conservar" la dimensión física de su patrimonio y desechar [su] dimensión inmaterial. (Noriega, 2013).

Se concreta por medio de los murales de Getsemaní, iniciativa mancomunada entre la misma comunidad, el sector público, el sector privado y la compañía Vértigo Graffiti, y desarrollada en el marco del 1.er Festival Internacional de Arte Urbano de Colombia. Esta iniciativa es considerada como una forma de interacción entre la historia y la cultura de Getsemaní y la experiencia de los visitantes, "creando nuevas oportunidades de desarrollo económico y social para su comunidad" (Ciudad Viva, 2013).

Esta galería de arte urbano en un atractivo turístico y cultural para los visitantes, que, "además de embellecer las fachadas deterioradas, comunican mensajes relevantes que logran tocar fibras sobre la realidad de la comunidad y sus preocupaciones" (Ciudad Viva, 2013). También ayudan a sensibilizar y "a establecer puentes entre diferentes grupos de la comunidad-visitantes y a evidenciar el valor turístico-cultural de este barrio para Cartagena" (Ciudad Viva, 2013).

Iniciativa puesta en marcha para descubrir la atmósfera cultural, artística y bohemia de las calles de Getsemaní con carácter cultural: para conocer, rescatar y relajar el alma descubriendo su historia.

Conclusiones

Como buen barrio histórico que es, Getsemaní habla con sus edificaciones, calles, plazas, monumentos e iglesias, de un pasado rico en aventuras, leyendas y tradiciones. Estos lugares, puntos turísticos por excelencia, son parte del patrimonio integral del barrio y de la ciudad de Cartagena de Indias, son atractivos únicos, dignos de ser conocidos, visitados y admirados por los visitantes y la comunidad en general. Sin embargo, a pesar de ello se percibe que la comunidad portadora de ese legado histórico y cultural no participa en el crecimiento de la actividad económica principal, vinculada al turismo, que al parecer genera pocos beneficios a la comunidad relacionados con la generación de ingresos económicos, emprendimientos y empleo.

Si bien se reconoce que el barrio Getsemaní es uno de los primeros barrios de la ciudad portador de una gran riqueza cultural e histórica, el nivel económico más sobresaliente en el barrio es el medio, con un 36.2 % de la población; le siguen el estrato medio-bajo (30.2 %), el bajo (30.2 %) y, por último, el estrato alto, con solo el 3.4 % de la población.

Igualmente, el censo del DANE del año 2005 mostró que el 71 % de la población del barrio Getsemaní eran raizales; empero, para 2013 la población de getsemanicences se redujo a un 25.3 %. Este reducido número de habitantes presenta ingresos bajos (24.4 %), una escasa educación promedio (8.8 años) y un alto porcentaje de trabajadores informales (45.3 %) (Ferrer y Morillo, 2013).

En el último censo económico realizado en 2013 por el DANE, se determinó que hay un total de 92 hoteles en Getsemaní, de los cuales 43 tienen RNT y cumplen los requisitos para prestar el servicio (Ferrer y Morillo, 2013). En contraste, la prosperidad del sector hotelero no guarda relación expresa con la escasa participación laboral de la comunidad frente a la actividad del turismo y no es evidente el beneficio que esta actividad trae para ellos. Se reconoce el gran valor del patrimonio cultural inmaterial que la población de este barrio podría aportar como recurso turístico y que llevaría a generar grandes beneficios para la población y los actores privados.

Los anteriores registros evidencian lo que ha sido el desarrollo del barrio, que se articula más con el turismo "para el otro", que no beneficia a la comunidad y que se sustenta sobre formas de exclusión social y segregación, situación que no solo ocurre en Getsemaní, "sino que proviene desde el momento mismo en que Cartagena dio un giro hacia la consolidación de la industria turística" (Deavila-Pertuz, 2010, p. 1).

Es importante resaltar el valor estratégico, los retos, los riesgos y las oportunidades que se asocian con la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial y el desarrollo el turismo, cuya promoción puede generar beneficios para los miembros de la comunidad getsemanicence, atenuar el proceso de gentrificación y producir incentivos para conservar y potenciar el patrimonio cultural inmaterial. Las comunidades deben liderar la gestión de este patrimonio para resistir las fuerzas que inducen su expulsión del territorio ancestral y garantizar su supervivencia en un mundo globalizado, con la participación de los distintos actores gubernamentales y privados del turismo y del patrimonio.

En ese orden, se sugieren el diseño y la implementación de una propuesta interpretativa de los productos turísticos de Getsemaní. Tal propuesta debe ser construida atendiendo no solo una perspectiva instrumentalista de creación de productos turísticos sujetos a determinaciones de mercado, sino también desde una concepción más vinculada a generar alternativas y espacios de salvaguarda y desarrollo de la comunidad local de Getsemaní.

La educación tiene un papel importante en este propósito en cuanto a la contribución para mejorar las condiciones de inclusión, participación y una negociación responsable que posibilite acceder a la redistribución de los beneficios que la actividad turística genera en el barrio, basada en el potencial de los activos culturales de los que son portadores.

Así mismo, las organizaciones de base y las redes que se pueden articular constituyen instrumentos que aportan a los procesos concretos de crecimiento y desarrollo local y contribuyen a materializar los compromisos y las expectativas de la comunidad.

Finalmente, se deben fortalecer los mecanismos de comunicación y de intercambio, se ha de sensibilizar a la comunidad en general sobre el proceso de gentrificación en marcha y se debe renovar el sentido de pertenencia e identidad local, integrándolos a los beneficios del turismo y empoderando a los residentes a resistir su desplazamiento y desaparición. En ese orden, vale la pena reconocer los esfuerzos realizados por las organizaciones sociales de base que participan en los procesos de construcción de políticas públicas para el logro de un desarrollo sostenible basado en la salvaguarda del patrimonio cultural y potencializado en el turismo, procesos que tienen como requisito la permanencia y participación de sus pobladores ancestrales en su territorio, todo ello como respuesta a un turismo convencional no planificado, que se desarrolla con poca regulación estatal y no contribuye a fortalecer la cultura local ni la salvaguarda del patrimonio cultural.


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Ver Anexo