10.18601/01207555.n33.08

ESTIMACIÓN DE LA ESPECIALIZACIÓN Y DEL POTENCIAL TURÍSTICO RURAL EN HIDALGO, MÉXICO

ESTIMATION OF RURAL TOURISM SPECIALIZATION AND POTENTIAL IN HIDALGO, MEXICO

Hazael Cerón Monroy
Doctor en Economía por El Colegio de México
Instituto Politécnico Nacional
Universidad Anáhuac México
México
[hazaelceron@gmail.com]

Nancy Maribel Vargas Adame
Maestra en Política y Gestión del Cambio Tecnológico
por el Instituto Politécnico Nacional
Instituto Politécnico Nacional
México
[nanyva@hotmail.com]

Georgina Isunza Vizüet
Doctora en Planificación Territorial y Desarrollo
Regional Universidad de Barcelona
Instituto Politécnico Nacional
México
[ginaisunza@yahoo.com.mx]

Para citar el artículo: Cerón, H., Vargas, N., & Isunza, G. (2023). Estimación de la especialización y del potencial turístico rural en Hidalgo, México. Turismo y Sociedad, XXXIII, pp. 191-211. DOI: https://doi.org/10.18601/01207555.n33.08

Fecha de recepción: 3 de abril de 2022
Fecha de modificación: 3 de junio de 2022
Fecha de aceptación: 8 de julio de 2022


Resumen

Este trabajo aporta un "índice de especialización turística evaluado (IETE)" para identificar potencialidades de turismo rural en municipios del estado de Hidalgo, México. Si bien la especialización es clave en términos de productividad y competitividad, su estimación tiene limitaciones, que se corrigen con un ajuste metodológico. Ante ello, se emplea un análisis más robusto en comparación con (1) los parámetros cualitativos o empiristas comúnmente utilizados y (2) el índice de especialización (IEE) simple, basado en la proporcionalidad. Con el procedimiento propuesto, de los 84 municipios de Hidalgo se identificaron cuatro como especializados: Atlapexco, Huasca de Ocampo, San Bartolo Tutotepec y Tecozautla, donde predominan comunidades rurales con el potencial para implementar iniciativas de turismo rural bajo la expectativa de fomentar el desarrollo comunitario y regional. El IETE contribuye a la identificación rigurosa de los espacios rurales con potencialidades y genera las bases para diagnósticos productivos y socioculturales de zonas vulnerables.

Palabras Clave: especialización, potencial turístico, turismo rural, índice evaluado, proporcionalidad, desarrollo local.


Abstract

This paper provides an 'Evaluated Tourism Specialization Index (IETE)' to identify rural tourism potentialities in municipalities of the State of Hidalgo, Mexico. While specialization is key in terms of productivity and competitiveness, its estimation has limitations, which are corrected with a methodological adjustment; in this way, a more robust analysis is used in comparison with (1) the qualitative or empiricist parameters commonly used and (2) the simple Specialization Index (IEE), based on proportionality. With the proposed procedure, of the 84 municipalities of Hidalgo, four were identified as specialized: Atlapexco, Huasca de Ocampo, San Bartolo Tutotepec and Tecozautla, which predominate rural communities with the potential to implement rural tourism initiatives, under the expectation of promoting community and regional development. The IETE contributes to the rigorous identification of rural areas with potential and generates the basis for productive and socio-cultural diagnoses of vulnerable areas.

Keywords: specialization, tourist potential, rural tourism, evaluated index, proportionality, local development.


1. Introducción

El turismo rural es una alternativa económica, social y ambiental para propiciar el desarrollo de los entornos rurales en respuesta a los cambios que han reconfigurado sus problemáticas y espacios (Cerón & Sánchez, 2009; He et al., 2022; Kieffer, 2018). La migración, el desgaste de los campos de cultivo, las dificultades en los modelos de negocio agropecuarios, el desempleo, la pérdida del patrimonio cultural, el replanteamiento del orden socioeconómico a nivel global, entre otros factores, han conllevado un repensar de la ruralidad que ha generado un nuevo enfoque en las actividades económicas, los roles sociales y la cultura (Čikić et al., 2015).

Como consecuencia del crecimiento de la economía de la experiencia, se ha favorecido el auge del turismo rural, cuyo principal atributo consiste en brindar a los usuarios un acercamiento a la singularidad, los elementos auténticos y los espacios conservados de una comunidad (Toselli, 2019). Este segmento de turismo se caracteriza por una interacción cercana entre el turista y las comunidades rurales, con el objetivo de generar un conocimiento de la vida rural desde una perspectiva social, productiva y cotidiana (Gómez-Carreto et al., 2018).

De esta forma, los espacios rurales tienden a revalorizarse y tercerizarse (Pérez, 2001). Esta dinámica demuestra la permanencia en el tiempo y la perspectiva resiliente con las que se rigen las comunidades rurales ante un entorno cambiante (Llanos-Hernández & Rosas-Baños, 2018).

Según Bošković et al. (2013), las zonas rurales cuentan con ventajas para la implementación del turismo, como lo son un ambiente preservado y un patrimonio cultural enriquecido. Sin embargo, dichos recursos naturales y sociales no son suficientes por sí mismos para lograr un desarrollo rápido y exitoso del turismo rural en las regiones debido a que se requieren evaluaciones sólidas de las iniciativas desde etapas tempranas, lo cual incluye una selección certera de la zona potencial.

Kieffer y Burgos (2015) indican que el campo de la evaluación ex ante de la potencialidad turística rural se considera primordial, puesto que el no evaluar previamente las iniciativas o hacerlo solo desde un enfoque cualitativo resulta una limitante importante para el desarrollo de este tipo de turismo.

Debido al valor que representa el ámbito turístico para las zonas rurales, se destaca la importancia de construir propuestas que ayuden a incrementar la certeza en la identificación de potenciales mediante la integración de elementos cuantitativos.

Desde una perspectiva general, el turismo es un motor económico y social para México. Desde el punto de vista productivo, se ha convertido en una actividad económica central, puesto que genera aproximadamente 4,2 millones de empleos, es decir, el 8,5 % del empleo nacional, y su contribución al producto interno bruto (PIB) nacional ha sido del 8,5 % en promedio desde el año 2010 (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2021; 2022).

En México, el turismo rural comenzó a vislumbrarse a mediados de los años noventa del pasado siglo, sin embargo, según Kieffer (2019), aproximadamente en 2005 inició su fortalecimiento, derivado de financiamientos públicos a centros de índole ecoturística que preservaban prácticas de la vida rural. Se contabilizan alrededor de 2.500 empresas en el sector, enmarcadas en un entorno fluctuante, en el que algunas de ellas aún operan y otras han tenido dificultades en su continuidad.

Particularmente en el estado de Hidalgo, la implementación de proyectos que operen en beneficio de las comunidades resulta primordial, puesto que la entidad ocupa el séptimo lugar en rezago nacional y se estima que el 68 % de su población es rural. Algunas referencias de centros de turismo rural en la región son El Palmar en Santiago de Anaya y Eco Alberto en el municipio de Ixmiquilpan (Flores et al., 2015).

Con el objetivo de determinar los municipios de Hidalgo que cuentan con el potencial para la ejecución de proyectos de turismo rural, se realiza una revisión teórica sobre el cálculo del índice de especialización económica simple (IEE), y luego se evalúa estadísticamente este indicador, en virtud de que el resultado es una proporción.

El artículo se divide en cinco secciones: en el primer apartado se discuten el origen del término especialización y su estimación; así mismo, se aborda su relación con los procesos de desarrollo y las potencialidades turísticas. La segunda sección se enfoca en la descripción de la propuesta de valor del turismo rural y sus potencialidades. En la tercera parte se presenta el cálculo del índice de especialización turística evaluado (IETE) y se explica el ajuste metodológico (resultado de un análisis de proporcionalidad con apoyo del programa STATA) a partir del cual se seleccionan los municipios con vocación turística rural. En el cuarto acápite se analizan los principales resultados, los cuales señalan que de los 84 municipios que componen el estado de Hidalgo solo cuatro son especializados en turismo rural; paralelamente, se exploran las principales características sociodemográficas y económicas de estos municipios, así como las potencialidades de turismo rural más destacadas. Para finalizar, se establecen las conclusiones derivadas de la investigación y las posibles líneas de análisis futuros.

2. Discusión teórica sobre la especialización y las potencialidades de desarrollo

En esta sección se presenta una revisión de los estudios sobre especialización económica. Se ofrecen algunas perspectivas y metodologías orientadas al análisis de procesos como la competitividad de las naciones y de la empresa; la interdependencia entre la especialización, la productividad y la competitividad, así como sus impactos en el desarrollo regional o local. Sobre la base de este marco analítico se discute la importancia del cálculo del IEE, especialmente orientado al sector turístico.

En primer lugar, se asume que la especialización es la base de la competitividad. Adam Smith y los economistas clásicos de finales del siglo XVIII consideraban que el comercio genera beneficios a las naciones y que la división del trabajo fortalece la productividad de las empresas, atribuida a la especialización en tareas específicas; estos postulados forman parte de la teoría de la ventaja absoluta. Sin embargo, ¿qué sucede si un país tiene una ventaja absoluta en diversos bienes? El modelo propuesto por Smith sostiene que dicho país no tendría beneficios del comercio exterior debido a la falta de especialización (Smith, 2011).

Más tarde, David Ricardo argumentó que los países con economías superiores consolidarían un beneficio proveniente del comercio internacional si se especializaran en los bienes con la mayor ventaja absoluta, mientras que los países con economías inferiores deberían exportar y especializarse en la mayor ventaja relativa, es decir, en la mercancía que fuese producida con el menor costo en comparación con el de otros países. Este es el principio de las ventajas competitivas, que confiere alta importancia a la especialización porque les permite un mayor volumen de producción y consumo de mercancía a ambos países, es decir, el comercio y la especialización contribuyen a elevar la productividad (Ricardo, 2014).

Estas ideas han trascendido a diversas investigaciones contemporáneas. Por ejemplo, Mandeng (1991) realizó un estudio sobre los cambios en las modalidades de la competitividad y la especialización del comercio internacional en distintos bloques de países (como América Latina, Europa Oriental, los países del Sudeste Asiático y los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE]) mediante un análisis de su participación en el mercado. El autor concluye que:

La especialización se asienta en los principios generales de las ventajas comparativas (…) Para cada país, la especialización se refiere a la importancia de un sector determinado con relación a su posición competitiva global y/o en relación con una estructura de mercado. Esta última corresponde a la capacidad de adaptación del país y su distribución del comercio sectorial como función del crecimiento del mercado. La capacidad de adaptación al mercado expresa la relación entre la orientación de la competitividad y la evolución del mercado. Se considera como requisito previo para lograr una competitividad global sostenida. (Mandeng, 1991, p. 26).

Anderson y Yotob (2008) muestran que el comportamiento interno de la especialización y la competitividad puede diferir debido a las inercias de los mercados externos, por esta razón, los estudios de desarrollo regional y de localización de las empresas adquieren relevancia.

Con este enfoque, Hoogstra y Van Dijk (2004) analizan la influencia de la localización de una empresa sobre el crecimiento del empleo desde una perspectiva que contempla factores empresariales tanto endógenos como exógenos. El modelo empleado incluye variables características de la localización, como el crecimiento del empleo, la especialización espacial, los indicadores de conglomerados, el tipo de zona empresarial y la accesibilidad; paralelamente, controlan los factores asociados a la empresa, incluyendo el tamaño, la edad y la actividad empresarial. Los autores estimaron varios coeficientes significativos para llegar a la conclusión de que "la localización influye en el empleo, pero el efecto difiere según el tipo de actividad económica" (Hoogstra & Van Dijk, 2004, p. 189); además, los coeficientes permiten determinar las cadenas de valor y las capacidades de innovación en las regiones.

Porter (2000) reivindica la influencia de la especialización como fuente de productividad y competitividad. Este autor sostiene que la ventaja relativa o comparativa en los factores de producción es decisiva para obtener rendimientos crecientes a escala. Los vínculos estrechos entre los compradores, los proveedores y otras instituciones son importantes no solo para la eficiencia, sino también para la innovación. Así, la prosperidad depende de la productividad con la que se utilizan y mejoran los factores en un lugar particular.

La especialización permitiría en este contexto fortalecer las cadenas de valor. Por lo tanto, independientemente del sector en el que operen, las empresas pueden ser más productivas si emplean métodos sofisticados e innovadores, usan tecnología avanzada y ofrecen productos o servicios que sean únicos (Porter, 2000).

El determinar si una zona es especializada en cierta actividad permite orientar sus perfiles productivos para con ello conducir a un crecimiento de las regiones como resultado de desarrollar actividades económicas que son prioritarias, con base en las dotaciones y los recursos en los que la región se destaca (Jaramillo et al., 2016).

Una vez demostrada la importancia de la especialización económica en términos de productividad, competitividad e innovación, se presenta el IEE como una herramienta para identificar potencialidades de desarrollo local.

El IEE, también conocido como coeficiente de localización, apoya en la medición de la especialización de una zona, ya sea municipal o regional. Este índice pertenece a la familia de los métodos y las técnicas para el análisis regional (Bautista & Vargas, 2018).

El índice fue diseñado en 1948 por el economista británico Sargant Florence y W. Baldumus con el objetivo de comparar la industria de Estados Unidos con la del Reino Unido (Isard, 1960). Su principal propósito es determinar aquellas actividades económicas que emplean mano de obra en mayor proporción que otras, a partir de lo cual puede establecerse si existe especialización en la zona analizada. Para Gutiérrez et al. (2018), la especialización permite determinar el comportamiento de la variable empleo a nivel local o regional en comparación con su magnitud nacional. Según Florence y Baldumus (1948), el coeficiente mide la proporción de los trabajadores dedicados a una industria en particular en una región específica en comparación con la proporción de trabajadores de esa industria a nivel nacional.

Se exploran a continuación algunas investigaciones que tienen como punto de partida el cálculo del IEE, cuyo resultado surge de un cociente que considera la variable del empleo. Los resultados de dicho cociente pueden ser >1, =1 y <1; si es superior a 1, esto indica especialización, pero si es igual o inferior a 1, implica una ausencia de especialización.

Sin embargo, este cociente es una proporcionalidad que requiere una evaluación, la cual se explicará posteriormente.

Bautista y Vargas (2018) desarrollaron un análisis teórico y bibliográfico de los procesos de especialización en el municipio de Zapopan (Jalisco) con el propósito de determinar los empleos básicos en las actividades económicas. Para fines metodológicos, los autores tomaron como base el IEE y consideraron los siguientes criterios: (a) si el índice es superior a 1, la especialización en la zona es mayor que la del total nacional; (b) si el índice es inferior a 1, la especialización en la zona es menor que la del total nacional; y (c) si el índice de especialización es igual a 1, se tiene el mismo grado de especialización. Los resultados indican que el municipio cuenta con 83 tipos de empleo básico, que permiten cubrir las necesidades regionales y coadyuvan a fortalecer su capacidad de exportación.

Por su parte, Trejo et al. (2017) analizaron el IEE municipal aplicado a la región Huasteca en el estado de Hidalgo; para ello contemplaron el cálculo del índice mediante la expresión matemática de dos cocientes: en el numerador, el resultado se obtiene al dividir la población ocupada en el sector i del municipio entre la población ocupada total del municipio; en el denominador, se divide la población ocupada del sector i a nivel nacional entre la población ocupada total del país. Si el índice es inferior a 1, no existe especialización, pero si es superior o igual a 1, hay especialización. Los resultados obtenidos permiten deducir que la Huasteca tiene una fuerte especialización en el sector primario; en lo que corresponde al sector secundario, la especialización solo está presente en los municipios de Jaltocán, Huejutla y Huazalingo; en lo respectivo al sector terciario, los municipios especializados son Jaltocán y Huejutla.

Carrillo y Cadena (2019), mediante el uso del IEE, orientaron su investigación a la terciarización y la configuración espacial en zonas metropolitanas de México. Los resultados sugieren que las áreas mencionadas muestran una tendencia a la especialización en el sector terciario, que se vería favorecida por medio de la examinación de los tipos de aglomeración que dominan en la región.

Todos los estudios citados utilizaron como metodología principal el cálculo del IEE. En ninguna de las investigaciones se evaluaron los cocientes luego de la obtención de los resultados, lo que podría generar sesgos importantes.

Ahora bien, una vez presentadas las nociones generales del papel de la especialización, se discutirán los aportes relacionados con el campo del turismo.

Desde una perspectiva cualitativa, López et al. (2016) se enfocaron en la potencialidad turística de los municipios de Apía y Quinchía en Colombia. Su estudio consta de tres fases: revisión teórica, trabajo de campo y procesamiento de la información. Los autores concluyen que las zonas cuentan con potencial rural, específicamente centrado en el café. Sin embargo, la argumentación basada únicamente en opiniones y elementos cualitativos puede limitar la objetividad para declarar que un destino cuenta con potencial rural.

En otro análisis, con base en la especialización regional se construyó una metodología cuantitativa con el fin de localizar de forma robusta los clústeres de la industria turística en Portugal a partir de la consideración de nociones teóricas y prácticas relacionadas con el tema. Se concluyó que la mayoría de los estudios se centraron en enfoques cualitativos o cuantitativos (rara vez en ambos) y tendían a ignorar aspectos metodológicos elementales para el funcionamiento operativo de los conglomerados. Así mismo, según los autores, pocas investigaciones se enfocaron en el sector turístico (Estevão & Ferreira, 2012).

Por su parte, Santos et al. (2008) proponen una metodología para la identificación rigurosa de clústeres turísticos. La investigación destaca que el sector turístico es uno de los principales empleadores en Europa, por lo que muchas regiones dependen en gran medida del gasto de los turistas. Ante esta realidad, el turismo puede funcionar como motor de desarrollo socioeconómico y contribuir a reducir las disparidades regionales. De acuerdo con los autores, la mayoría de los estudios del sector turístico recurren a evaluaciones simples de medidas de ubicación geográfica u opiniones de expertos.

Desde una visión empirista, un análisis que considera nueve entidades federativas de México plantea la identificación de la estructura económica regional del sector turismo bajo un marco metodológico correspondiente a la especialización en el empleo y los índices de productividad (Barrón & Castro, 2015). Los autores reconocen la existencia de una brecha en los análisis que abordan empíricamente la especialización y que consideran los flujos de información censal. Para resolverlo, Barrón y Castro estimaron el índice de especialización del empleo normalizado, con rangos entre -1 y 1, donde -1 significa una desespecialización y 1 denota una especialización. Sus resultados concluyen que el turismo se caracteriza por una estructura basada en las micro, las pequeñas y las medianas empresas, lo que condiciona los niveles de especialización, la eficiencia en el uso de los recursos y, por lo tanto, la productividad.

Cada destino turístico se desarrolla en función de sus recursos disponibles y de los espacios en los que se desenvuelve, ante ello, no existe una homogeneidad en las estructuras económicas. Por un lado, las empresas grandes tienen una orientación primordial hacia la atención de turistas de mayor impacto, mientras que las empresas pequeñas generan bienes y servicios para la población local y los segmentos turísticos más reducidos. Con independencia del tamaño, ambos tipos de estructura tienen comportamientos de especialización en ramas vinculadas con el turismo, principalmente en el sector 72 de la actividad económica en México, correspondiente a servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas.

La revisión teórica expuesta permite identificar la brecha del conocimiento en la que el presente artículo contribuye. Se atiende a un área relativamente novedosa, que consiste en aportar elementos para el análisis del turismo rural, un segmento específico de zonas rezagadas del país que es poco considerado en las publicaciones especializadas. La propuesta consiste en emplear el IEE para identificar las potencialidades de los municipios y reconocer su especialización en el turismo rural. Sin embargo, el IEE requiere de una precisión en la obtención de sus parámetros, cuestión que se discute en este trabajo.

Se asume que el aprovechamiento de las potencialidades y la acumulación de capacidades generan un bienestar económico a las comunidades. En este sentido, las capacidades se refieren a las características y los atributos de la localidad; incluyen los recursos físicos, los ambientales, los financieros, las infraestructuras, entre otros; pero también pueden ser activos intangibles, como las capacidades humanas, las habilidades, el talento, el conocimiento y la cultura.

Cabe señalar que el desarrollo endógeno se basa en el aprovechamiento de los recursos, de los activos propios y de las fuentes naturales de las localidades y las regiones, por eso las comunidades, sus territorios y características intrínsecas son indispensables como ejes de desarrollo. Considerando lo anterior, aun la localidad rural más pequeña cuenta con elementos que son valorizables si se aprovechan, por lo tanto, las potencialidades podrían ser recursos latentes no aprovechados o infrautilizados (Pike et al., 2006). Para los entornos rurales, la gastronomía, el patrimonio cultural y los recursos naturales constituyen activos de suma importancia.

La identificación del potencial de desarrollo en una comunidad no es una tarea sencilla. Es indispensable visualizar los componentes sustantivos de su tejido productivo con base en la consideración de las actividades económicas, los eslabonamientos productivos, el empleo interno, la ubicación geográfica, la accesibilidad territorial y el papel de los actores locales; estos elementos permitirán orientar el proceso de desarrollo y movilizar los recursos disponibles de forma productiva (Alburquerque et al., 2008).

Como se mostró antes, el IEE es el instrumento cuantitativo más frecuente para la detección de la especialización, que da cuenta del comportamiento y la composición de la estructura económica regional, así como de sus impactos en el desarrollo regional.

En síntesis, la especialización es fundamental para el crecimiento de las regiones. Sirva el análisis precedente como punto de partida para elaborar una propuesta propia que permita responder a la necesidad de identificar las potencialidades del turismo rural en comunidades pequeñas cuya estructura productiva se basa en actividades de bajo valor agregado.

2.1 El turismo rural y sus potencialidades

Las problemáticas en los entornos rurales obedecen, en su mayoría, a un agotamiento, ya sea desde la perspectiva humana (a causa de las migraciones), económica (debido al desempleo y a las limitantes en la generación de ingresos), ambiental (por el desgaste generado por actividades agropecuarias) o cultural (por la dificultad en la valorización del patrimonio material e inmaterial) (Quaranta et al., 2016). Ante ello, los espacios rurales han transitado hacia diversos cambios estructurales (Mora & Cerón, 2015; Pérez, 2001) que se sujetan a distintos grados de complejidad, los cuales dependen de los aspectos institucionales, socioculturales y económicos del lugar específico (Craviotti, 2002).

El surgimiento de iniciativas que contemplan actividades económicas más allá de lo estrictamente agropecuario -como es el caso del turismo rural- ha sido un camino complementario para combatir los impactos de las dificultades rurales mencionadas. Este segmento turístico impulsa un redescubrimiento de las áreas rurales: su motivación primordial es que el visitante contacte de forma respetuosa tanto con el entorno natural como con la población de las localidades (López et al., 2016). Este acercamiento le permite al turista "conocer, compartir y aprender otras tradiciones, a partir de las actividades culturales y productivas cotidianas, con sensibilidad y respeto por el valor de la identidad cultural de comunidades y pueblos rurales" (Román & Ciccolella, 2009, p. 15).

De esta forma se fortalecen los procesos productivos, la generación de ingresos y de empleos. Para un buen funcionamiento de esta cadena de valor, resulta clave mantener las actividades rurales como el hilo conductor de la operación local.

En términos de desarrollo, los espacios rurales deben demostrar viabilidad no solo en aspectos económicos, sino también sociales, ambientales y culturales, y han de conformar una identidad territorial que conjunte lo geográfico con los actores internos. Desde una perspectiva estratégica, el turismo rural es impulsor de desarrollo debido a que genera eslabones con actividades ya conocidas por el medio rural, pero con un enfoque nuevo; este hecho facilita que las brechas entre el poblador y el consumidor se acorten, lo cual, indiscutiblemente, favorece ventajas económicas (Combariza & Aranda, 2009).

La implementación de iniciativas turísticas depende estrechamente de que la zona cuente con las potencialidades para el emprendimiento de proyectos productivos. En específico, los potenciales endógenos relacionados con el turismo se refieren a activos inherentes al ambiente natural y social que generan una capacidad o aptitud para el territorio (Mikery & Pérez-Vázquez, 2014).

Para Román y Ciccolella (2009), los potenciales turísticos rurales recaen en recursos asociados a actividades como la ganadería, la apicultura y la granja; la agricultura, la hidroponía y la floricultura; la acuicultura; lo forestal; así como a actividades que se enfocan en lo agroindustrial, como lo son la fabricación de artesanías, conservas y bebidas. Sobre la base de estas potencialidades, se conforman experiencias con un valor agregado para los turistas.

3. Metodología para determinar la especialización turística rural en los municipios de Hidalgo

En este apartado se describe la metodología propuesta para medir la especialización, incluyendo el ajuste ejecutado. Esta metodología tiene dos aportaciones relevantes: la primera corresponde a determinar zonas de estudio en el entorno turístico bajo un esquema cuantitativo por medio del IEE (es pertinente señalar que este análisis no tiene antecedentes en la literatura del turismo, tampoco en el turismo rural); la segunda aportación se enfoca en realizar un estudio crítico de la fórmula del IEE.

El IEE es el resultado de un cociente que se calcula ponderando el peso del empleo en una actividad económica perteneciente a un municipio en comparación con un área de referencia, que usualmente corresponde al conjunto de la economía nacional. La interpretación del valor del índice tiene los siguientes criterios: superior a 1 indica una sólida participación de la actividad en el municipio, por lo tanto, hay una especialización; inferior a 1 refleja una escasa contribución de la actividad, es decir, que no existe una especialización; y un resultado igual a la unidad es equivalente al promedio nacional.

Por lo tanto, por medio del IEE es posible saber si las actividades económicas analizadas son representativas en los municipios estudiados en comparación con los resultados del total a nivel nacional. La fórmula de cálculo es la siguiente (Celis, 1988):

Donde:

IEEij: índice de especialización económica de la actividad i en el municipio j

Eij: empleo de la actividad i en el municipio j

Ej: empleo total en el municipio j

Ein: empleo de la actividad i a nivel nacional

En: empleo total a nivel nacional

La estimación del IEE se efectuó para los 84 municipios del estado de Hidalgo. Se determinaron dos índices. uno que evaluase la especialización en el turismo y otro para la especialización en las actividades rurales, ello en concordancia con la literatura, la cual indica que el turismo rural se focaliza en la motivación de disfrutar en un ambiente abierto y en el conocimiento de la vida rural.

En una primera instancia, con apoyo del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (SCIAN) (INEGI, 2018), se establecieron las clases y las ramas económicas que conforman el rubro turístico; para su identificación se tomó como referencia la cuenta satélite de turismo1 (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2008).

Con base en el censo económico publicado por el INEGI en 2019, se identificaron las clases y ramas económicas asociadas con el sector turismo y sus respectivas estadísticas de empleo. Tales clases y ramas sirvieron de base para calcular el IEE y se pueden visualizar en la Tabla 1.

Debido a que la fórmula del IEE genera una proporcionalidad, ciertos resultados del índice no son necesariamente especializados, puesto que no tienen una diferencia significativa de proporcionalidad en comparación con la referencia nacional. Es decir, asumir que cualquier valor arriba de 1 se considera especializado no es del todo cierto, debido a que se podría tener un valor marginalmente superior a 1 (por ejemplo, 1,01), que pudiese no ser estadísticamente superior a 1.

Por lo tanto, una vez calculados los IEE es preciso realizar pruebas de hipótesis de proporcionalidad a los cocientes obtenidos. Este paso constituye el distintivo en comparación con la estimación clásica del IEE. Se evalúa si las diferencias son significativas entre la proporción del empleo turístico y rural a nivel municipal en comparación con el ámbito nacional.

H0: IEEi municipio j= 1

H1: IEEi municipio j≠ 1

Con el programa STATA se calcularon las hipótesis de proporcionalidad de aquellos municipios que obtuvieron un IEE superior a 1, para tener así la certeza de que los resultados municipales son significativamente diferentes de los nacionales y, por lo tanto, confirmar una verdadera especialización en la zona. De tal forma, se estima un índice de especialización turística evaluado (IETE)2. Todas aquellas pruebas de hipótesis cuyo P-value (Valor p) sea inferior a 0,10 se consideran diferentes de 1, por lo que se confirma que la zona -en este caso, el municipio- es eminentemente especializada en turismo.

4. Resultados

La Tabla 2 concentra los cálculos realizados a los municipios de Hidalgo. De los 84 municipios que componen el estado, solo 22 obtuvieron un IEE superior a 1, lo que indicaría su especialización en turismo. No obstante, con el IETE -que implica la implementación de la prueba de hipótesis de proporcionalidad- fueron descartados los municipios que no resultaron estadísticamente significativos. A continuación, se describe en detalle el proceso de los resultados.

En la primera columna de la Tabla 2 se presentan los nombres de los 22 municipios con un IEE superior a 1 (los valores obtenidos se concentran en la columna 2). A cada uno de ellos se le aplicó la prueba de proporcionalidad. El resultado muestra que solo 13 de los 22 municipios obtuvieron un P-value inferior a 0,10, así que estos municipios son los que se definen con especialización turística evaluada (columna 3).

Es decir, si bien la teoría del IEE indica que los resultados superiores a 1 se consideran significativos y que, por lo tanto, la zona en cuestión es especializada en la actividad, con el propósito de identificar correctamente la actividad turística especializada se evaluó la prueba de hipótesis de proporcionalidad, a partir de la cual se descartaron nueve municipios que en realidad no cumplían con las condiciones de potencial turístico. Ello muestra que el ajuste metodológico incide en la disminución de sesgos.

Posteriormente, una vez identificadas las zonas con especialización turística se consideró la segunda característica. que además de estar especializadas en turismo también lo estuviesen en actividades agropecuarias como proxy de la ruralidad. En la cuarta columna de la Tabla 2 se presentan los resultados del IEE evaluado en actividades agropecuarias. Se determinó que seis de los municipios contaban con un IEE evaluado superior a 1; en los siete municipios restantes fue inferior a 1, lo que indica que no tenían especialización en actividades rurales.

En la quinta columna se muestran los resultados de las pruebas de hipótesis de proporcionalidad para las actividades agropecuarias. Obsérvense los casos de Cardonal y Tezontepec de Aldama: sus P-value no resultaron significativos, por lo que no se consideran especializados en lo agropecuario (si el cálculo solo se hubiese realizado con el IEE sin evaluación, se hubieran considerado con potencial rural). Los cuatro municipios con P-value inferiores a 0,10 y que, por lo tanto, se estiman especializados en el ámbito rural son Atlapexco, Huasca de Ocampo, San Bartolo Tutotepec y Tecozautla. De manera que estos cuatro municipios son especializados en el rubro turístico y, más específicamente, en el turismo rural.

Para un acercamiento más preciso al conocimiento de los municipios seleccionados, es primordial mencionar que Hidalgo ha sido una de las entidades mexicanas con mayor dinamismo en el segmento turístico en los últimos años. De acuerdo con el INEGI (2021), en 2017, el estado de Hidalgo aportó un 1,7 % al PIB nacional del sector 71 -que se enfoca en los servicios de esparcimiento, culturales, deportivos y recreativos-, mientras que en el sector 72 -enfocado en los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas- contribuyó con el 1 %.

El estado de Hidalgo cuenta con una localización estratégica, ya que se ubica en la parte centro de la República Mexicana y representa el 1,1 % de la superficie total del país. El 12 % de la población hidalguense habla una lengua indígena, pero el náhuatl es la lengua predominante. Respecto a su nivel educativo, el 52 % de sus habitantes tienen escolaridad básica (INEGI, 2020b).

En la Tabla 3 se concentran las principales variables económicas y sociodemográficas de los cuatro municipios, con la finalidad de caracterizar su estructura interna y condiciones de vida.

El turismo rural tiene la virtud de generar posibilidades para que los entornos rurales disminuyan los índices de pobreza y los movimientos migratorios por medio de la prestación de servicios turísticos (Cerón & Larios, 2021; Garduño et al., 2009). Los cuatro municipios analizados, por tener estadísticas desfavorables en lo que respecta a estas temáticas, podrían beneficiarse de emprendimientos de turismo rural.

Así mismo, la población predominante en los cuatro municipios corresponde a las mujeres. Si se considera que otra de las virtudes de este tipo de turismo consiste en integrar a la población femenina en estas cadenas productivas, se favorecería la economía familiar por medio del uso racional de espacios hasta este momento subutilizados (Martínez-Domínguez et al., 2018; Román & Ciccolella, 2009).

De igual forma, al generarse empleo no rural por medio de actividades turísticas, la población económicamente activa de cada municipio tendría un impacto positivo que aumentaría su calidad de vida y reduciría el despoblamiento (Román & Ciccolella, 2009).

La Tabla 4 muestra las potencialidades identificadas para el turismo rural en los cuatro municipios seleccionados de Hidalgo, así como los elementos intangibles (culturales) asociados a la ruralidad.

El turismo disminuye la brecha entre el binomio urbano-rural, puesto que la percepción urbana que se tiene de lo rural cambia, se amplía: el espacio rural ya no es visto tan solo como un eslabón que provee alimentos, sino que ahora hay un interés genuino por la tranquilidad, las tradiciones y los aspectos culturales que los entornos rurales brindan (Román & Ciccolella, 2009). Ante ello, definitivamente, los activos intangibles se convierten en un potencial turístico de los espacios rurales.

La Tabla 4 permite visualizar la riqueza material e inmaterial de los municipios seleccionados. Con estos activos se podrían establecer iniciativas turísticas o fortalecer las ya existentes. Si bien se mencionan proyectos que ya operan, estos se ejecutan aún en un entorno de subutilización.

Sin duda, el patrimonio cultural es una insignia del turismo; al respecto, los cuatro municipios representan la esencia del estado de Hidalgo desde el punto de vista cultural. Aun cuando estas características no solamente son propias del turismo rural, sino que se comparten con otras tipologías de turismo, es indispensable considerarlas en el presente estudio por su trascendencia en los ámbitos rurales.

Estos elementos cualitativos apoyan en la complementación de los análisis cuantitativos ya realizados, debido a que brindan una perspectiva más integral que en estudios posteriores puede permitir evaluar en profundidad la viabilidad de las experiencias turísticas rurales en las zonas analizadas.

5. Conclusiones

Este trabajo aporta un método novedoso, poco utilizado en estudios sectoriales y menos aún en investigaciones referentes a la especialización de actividades turísticas. Se trata de la construcción de un índice de especialización turística evaluado que sirve como base para determinar las zonas que cuentan con potencialidades de turismo rural.

Una vez aplicada la metodología cuantitativa basada en la especialización, se determinó que el 15 % del total de los municipios de Hidalgo cuentan con vocación turística y que específicamente cuatro de ellos tienen una potencialidad en el área rural. Estos municipios se caracterizan por tener un grado de marginación y rezago social en un rango de medio a muy alto, lo cual denota una problemática social y económica que pudiera encontrar una solución mediante el aprovechamiento de sus potenciales, en aras del desarrollo comunitario.

El ajuste metodológico es valioso porque brinda certeza; en la presente investigación posibilitó una precisión importante. Al inicio se identificaron 22 municipios como especializados (luego de ejecutar el cálculo con la estimación simple), pero posterior al ajuste solo 13 municipios fueron estadísticamente significativos, es decir, el 36 % de los municipios seleccionados en un primer momento no tenían un grado de especialización, pero hubieran sido aceptados con el IEE clásico de la literatura.

La evaluación aplicada al índice de especialización consolida una propuesta metodológica con dos aportaciones clave: la primera corresponde a una determinación más certera del objeto de estudio al ejecutar métodos cuantitativos; la segunda se refiere a la aplicación del IETE como punto de partida para las investigaciones en el campo del turismo. La metodología tiene la virtud de poder ser aplicada en distintos segmentos del turismo.

Puesto que el turismo rural es un segmento con alto potencial en México, el uso de metodologías de esta índole contribuye a robustecer la toma de decisiones presentes y a largo plazo respecto a iniciativas en esta área. Los resultados obtenidos con la metodología también apoyan como posibles generadores de información clave para los planes de desarrollo y los proyectos gubernamentales, dado que la propuesta metodológica puede ser aplicable en cada una de las entidades federativas. Ello, además de impulsar la actividad turística, brinda alternativas para el desarrollo rural y local.

La determinación de la especialización y las potencialidades turísticas es un elemento indispensable para el diagnóstico productivo y sociocultural de las regiones, que además de formarse desde una perspectiva cuantitativa también se fortalece con una investigación cualitativa; se trata de un binomio favorable, que apoya en la caracterización inicial de las zonas estudiadas.

En investigaciones futuras sería propicio evaluar detalladamente las potencialidades de cada una de las regiones con el objetivo de visualizar las oportunidades de implementar iniciativas turísticas que sean una punta de lanza para el desarrollo. En este contexto, es preciso considerar la generación de conocimientos y el aprovechamiento de los ya existentes tanto para la construcción de propiedad intelectual -incluyendo las denominaciones de origen, las marcas colectivas y las indicaciones geográficas- como para el enriquecimiento de la oferta turística rural sobre la base de los saberes tradicionales.

El turismo rural no necesariamente es aplicable a todo espacio que involucre a la ruralidad, se tienen que evaluar diversas perspectivas que desde un enfoque holístico concluyan si las potencialidades pueden ser aprovechadas de manera óptima, resguardando un equilibrio sostenible entre todos los elementos contemplados. Ante ello, es necesario un estudio de viabilidad de las zonas que asegure que tales iniciativas turísticas impactarán de un modo sostenible en el desarrollo local.


Notas

1 La cuenta satélite de turismo facilita la coherencia estadística en el rubro turístico, puesto que analiza la oferta y la demanda de los bienes y servicios pertenecientes a la actividad turística, por ello resulta un punto de partida para el marco conceptual del sector (ONU, 2008).
2 En el contexto de la presente investigación, el ajuste realizado al índice de especialización económica simple es aplicado en el ámbito del turismo con el objetivo de brindar certeza en la determinación de espacios con posibles potenciales turísticos; sin embargo, cabe mencionar que el índice ajustado tiene la virtud de poder ser aplicado en cualquier actividad económica.


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