Ecoturismo de aventura: un turismo regional asociativo
Ecoturismo de aventura: un turismo regional asociativo
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Resumen
En Colombia se empezó a hablar de turismo de aventura hacia el año de 1994, cuando en San Gil (Santander) se inicia la operación de productos turísticos que incluían actividades como rafting, rappel, escalada, caminatas y espeleología. Dados los buenos resultados, este tipo de turismo va encontrando nuevos escenarios en el río Negro, en Tobia, y en el río Bogotá, en Suesca, dos municipios ubicados en el departamento de Cundinamarca. Posteriormente, en el río Sumapaz (municipio de Melgar, Tolima), con el apoyo de algunas cajas de compensación. Estas experiencias han generado procesos de capacitación en varias regiones del país, cuyo fin es que los pobladores creen empresas mediante formas asociativas y encuentren en el ecoturismo y en el turismo de aventura nuevas posibilidades de desarrollo. Estas dos formas de turismo exigen de un trabajo concertado con las comunidades receptoras; debe existir un compromiso de los actores para asegurar la sostenibilidad de los destinos y consolidar beneficios reales para sus habitantes.